SIX
"EL PRIMER ENCUENTRO"
Hikari, quien ya había cumplido los doce años, observaba con el ceño fruncido como Shisui y Sana peleaban, cosa normal en ellos, solo que esta vez ella no estaba de humor para escucharlos pelear, pues estaba leyendo un nuevo libro sobre ninjutsu médico.
Los tres ANBU estaban en una misión de encubierto dirigida por Shisui, quien era el que llevaba más tiempo en la organización y además era el más poderoso de los tres.
El trío ciertamente se había convertido en alguien temible para todos los enemigos de Konoha. Y eran respetados por todos sus compañeros, claro que algunos sentían envidia, pero era lo común cuando se destacaba.
—¿Podrían callarse? Si continúan así nos van a descubrir, cada vez alzan más y más la voz —espetó con el ceño fruncido la albina, quien así calló de inmediato al par.
Era rara la vez que Hikari lograba ser irritada. Y cuando ese era el caso nadie, ni siquiera su padre, deseaba ser el causante de tal irritación.
Naruto lo había aprendido a la mala, y desde ese día no hacía desastres cuando su querida Hikari estaba en la aldea.
Ella continuó con su lectura más tranquila, en los último tres años Hikari se había dedicado a especializarse en el ninjutsu.
Había mejorado mucho con sus jutsus, en especial los del elemento madera, pero también mejoró mucho como ninja sensor y en el ninjutsu médico, mejorando cada vez más y más.
Claro que sus mejores amigos también había mejorado mucho, Sana había dominado más sus jutsus del elemento fuego y si antes era de las mejores con las armas, ahora podía considerarse la mejor con estas mismas.
Shisui siendo el prodigio que es, había mejorado en todos los ámbitos posibles, destacando claro en genjutsu. Hace mucho que había descubierto su Mangekyo Sharingan, pero solo hasta hace poco lo empezó a practicar de verdad.
Eran un trío que mejoró mucho gracias a Hiroko y su propia fuerza de voluntad en convertirse más fuertes.
Tan solo unos minutos después Hikari percibió el cambio de movimientos de sus objetivos, de inmediato cerró su libro y lo dejó en la rama en la que se encontraba, al terminar la batalla regresaría por él .
—Se están moviendo hacia el sur —habló Hikari después de haber tocado la tierra—. Y se están moviendo rápido.
—Llévanos ahí, Hika —espetó Sana mientras desenvainaba su katana y se colocaba su máscara de ANBU.
La albina miró a Shisui, esperando la aprobación de este para cumplir la orden de su mejor amiga, el Uchiha asintió de acuerdo con la idea de Sana, y entonces la albina asintió y los dos azabaches colocaron una mano en cada hombro de la Senju.
—Hiraishin no Jutsu —declaró la albina y después de eso terminaron justo un par de metros enfrente de su objetivo. Eran unos ladrones que nadie había podido atrapar en meses.
Por supuesto que ella había aprendido una de las tantas técnicas que su abuelo había dejado, su padre ciertamente se impresionó por la gran capacidad de su hija de aprender jutsus complicados, pero siempre la alentó a ir más allá.
La albina había cubierto el bosque con su marca (el símbolo de su clan), tenían pensado atacar cuando el objetivo bajara la guardia o se trasladara, ciertamente había ocurrido lo segundo.
No tardaron en vencer a su enemigo, después de todo Shisui con cierta facilidad los metió en un genjutsu, y luego de eso los tres noquearon a los objetivos.
—Y otra misión cumplida —canturreó Sana mientras cargaba uno de los cuerpos, Shisui cargaba dos y Hikari uno.
—Hora de volver a casa —le siguió Hikari con una sonrisa aliviada.
Después de tres semanas en esa misión de encubierto, volvería a ver a su padre y a Naruto, quienes seguro se encontraban extrañando a la albina.
—Cuando volvamos, te ayudaré a regenerar esos ojos tuyos —declaró Hikari con una pequeña sonrisa.
Hace un tiempo, Hikari había descubierto junto a su padre muchos beneficios sobre la sangre que ella portaba. Al igual que su tío abuelo, Hashirama, ella tenía el poder de poder controlar al Zorro de Nueve Colas, al igual que sus células tenían muchos beneficios.
Uno de los beneficios era ayudar a la recuperación rápida de los ojos de los Uchiha, los cuales se desgastaban mucjo por el Sharingan.
Shisui ciertamente no aceptó al inicio la ayuda de su mejor amiga, pero luego de mucha insistencia por parte de la albina, aceptó recibirla, claro que aún no seguía del todo de acuerdo.
Como Sana no usaba mucho su Sharingan, no era necesario que Hikari le ayudara, pero la albina también le había dicho a su mejor amiga que de ser necesario le ayudaría con mucho gusto.
—Muy bien, ahora volvamos —declaró el líder del equipo.
Y así se embarcaron en un corto viaje de regreso a su querida y amada aldea, lugar donde sus seres queridos le esperaban.
[...]
Ciertamente la mansión Senju que antiguamente le había pertenecido a Tobirsma Senju, ahora estaba bajo el cargo de Hiroko Senju, su hijo, nadie esperaría encontrarse con Uchiha's ahí.
Pero, como ocurría desde hace ya un buen par de años, habían dos Uchiha ahí, Shisui y Sana.
Los tres habían estado planeando a donde saldrían a comer, iban a celebrar otra misión de Rango A cómo exitosa.
—Iremos a comer carne —declaró Hikari deteniendo la disputa que se estaba volviendo a dar entre los dos Uchiha, estos asintieron conforme con la propuesta de su mejor amiga.
Pues ciertamente ninguno quería que el otro ganara, así que mejor aceptaban el plan de Hikari.
No lo dudaron y salieron del lugar, solo que, aparte de ellos tres, Naruto se les había sumado, claro que Hikari no dejaría al pequeño solo después de haber pasado semanas sin verlo.
En el transcurso, Naruto empezó a contar todo de lo que ellos se habían perdido en las últimas semanas, pero lo que hirvió la sangre de Hikari fue haber escuchado como los aldeanos continuaban tratando mal a Naruto.
Él no les había hecho nada, ni siquiera era culpa de él tener dentro de si a Kurama, no entendía como es que los adultos no podían ver eso.
—Tranquila Hikari-chan —espetó Sana mientras abría la puerta del restaurante—. No puedes asesinar a nadie.
—¿Qué es asesinar? —cuestionó Naruto con inocencia mientras se bajaba de los brazos de Hikari.
Se sentaron en una mesa, claro que la albina miró mal a su mejor amiga, esta le lanzó un beso después de susurrar una disculpa.
—No recuerdes esa palabra, no es importante —le dijo la albina al rubio mientras se sentaba uno al lado del otro—. Mejor sigue contando lo que ocurrió con mi padre y el tío Jiraiya.
El pequeño contó todo con lujo y detalle, y mientras Shisui ordenaba, las dos chicas comentaban y hacían gestos exagerados para que Naruto entendiera que ellas lo estaban escuchando.
—Y terminaron recibiendo un golpe en la mejilla —finalizó provocando risas en las dos féminas, quienes creían posible el hecho de que Jiraiya y Hiroko hubieran recibido una cachetada.
El primero por pervertido y el segundo por cubrir a su amigo más cercano y querido.
Continuaron charlando de cualquier clase de cosa que se les viniera a la mente, y con lo ocurrentes que eran Naruto y Sana, la conversación nunca moría.
Comieron en paz, ciertamente Hikari ayudando al menor en algunas ocasiones, y cuando terminaron fue la albina quien pagó a pesar de los alegatos de sus mejores amigos.
Los cuatro salieron del lugar y mientras caminaban hacia la villa de los Uchiha, se encontraron con uno de los amigos de Shisui.
—Itachi-san —espetó Shisui con una gran sonrisa—. Me alegra verte después de semanas ¿Como has estado?
—Me encuentro bien, Shisui-san, gracias por preguntar ¿Su misión tuvo éxito?
—¡Por supuesto! —espetó Sana esta vez con una sonrisa—. Pero se supone que las misiones son secreto —Y fulmino a Shisui con la mirada.
—Por Dios mujer, sabes que-
Con eso los dos volvieron a embarcarse en una discusión, Hikari soltó un suspiro cansado mientras se giraba hacia Itachi y le extendía la mano.
—Hikari Senju, un gusto —habló ella.
—Igualmente —respondió él mientras estrechaba su mano con la de la albina, los dos sintieron una corriente eléctrica—. ¿Siempre son así?
—Todos los días —respondió con una mueca—. Bueno, Naruto y yo debemos irnos, un placer Itachi-san.
—Hasta pronto —murmuró él en respuesta mientras observaba a la chica y al menor irse.
Ciertamente no esperaba charlar con Hikari ese día, pero no le molestó.
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