NINE

Hikari estaba algo confundida, Itachi no estaba comiendo nada. La Senju llevaba observando al chico un buen rato y había notado que no había probado bocado.

Los cuatro estaban sentados en forma de círculo, Hikari tenía a Sana de un lado y a Itachi del otro, Shisui estaba frente a ella.

Pero, Sana y Shisui estaban tan concentrados en sus peleas diarias que no notaron que Itachi no había comido.

—¿No tienes hambre? —murmuró ella mientras observaba al azabache, este se giró hacia ella con cierta sorpresa, no esperaba que Hikari le hablara.

—No suelo comer mucho —se excusó, y no era mentira, Itachi no solía desayunar o cenar, apenas y almorzaba.

Descuidaba mucho de su salud gracias a su vida como ninja y que nadie se había preocupado por él desde muy joven.

—Ten —ella le extendió un poco de su comida.

—No, gracias, Hi-

Pero entonces la de cabellos albinos le metió el bocado, ella había pasado por esto con Naruto tantas veces que obviamente no aceptaría una negativa de parte del Uchiha.

—Debes comer, es importante para tu salud —le regañó mientras le extendía otro par de palillos y colocaba su comida en medio de ambos.

El azabache pudo sentir como su corazón latió con fuerza, más decidió ignorarlo y empezó a comer, la comida preparada por la Senju le parecía realmente buena.

Después del desayuno, recogieron sus cosas y las guardaron, continuaron con su misión, ninguno deseaba estar mucho tiempo fuera de casa.

Mientras continuaban con su camino, la albina se colocó bastante nerviosa ante el hecho de tener que visitar la guarida de Orochimaru, ese hombre que le causaba tantos escalofríos.

Ciertamente como ANBU había visto demasiadas cosas horribles, había conocido a personas terribles y había experimentado bastante cansancio. Y eso nunca la había atemorizado.

Pero, ese hombre era alguien que la había asustado de niña, y probablemente por eso le seguía asustando, era uno de esos temores que llevaba desde pequeña.

Uno de los pocos temores que continuaba teniendo.

—Aún no he sentido nada —declaró Hikari en la noche.

El Hokage no les había dado una ubicación específica, pero si un aproximado, además de que no era un solo lugar, y tampoco era solo en el País de Fuego.

—Muy bien, descansemos —espetó Shisui mientras se detenía.

—¡Al fin! —exclamó Sana, quien no dudó en sentarse en una de las ramas—. Llevamos todo el día buscando una de las guaridas, y no encontramos nada.

—Orochimaru es demasiado astuto, paranoico y precavido —dijo Shisui—. Ciertamente no será fácil encontrar la guarida de ese hombre.

—Además de que debemos buscar o mayor cantidad de guaridas posibles —continuó diciendo Hikari—. Es una amenaza que no podemos pasar por desapercibida.

—Bueno bueno —murmuró la Uchiha en señal de rendición—. ¿Algo más respecto a ese hombre?

—Es tan poderoso como mi tío —declaró Hikari pensando en su tío de cabellos blancos y escritor de libros que su padre no le permitía leer—. Junto a Tsunade-san, son los legendarios Sannin.

—Entonces debemos tener cuidado con él —afirmó Sana, los otros tres asintieron de acuerdo.

—Yo tomare la primera guardia —dice Shisui—. Ustedes tres pueden dormir.

—Yo tomo la siguiente —espera Hikari—. Y más te vale no negarte —mira a su mejor amigo, quien suelta un suspiro y asiente.

Entonces las dos chicas bajan de los árboles y se instalan, ambas dormidas una junto a la otra. Por su lado Shisui e Itachi se quedan en los árboles.

—Las aprecias mucho —declara el menor de los dos.

—Mi memoria empieza con ellas ya presentes en mi vida —dice Shisui con cariño—. Ellas fueron las primeras personas que me trataron con amabilidad por ser Shisui, no por ser alguien atractivo o un prodigio. Hikari es como mi hermana.... Y Sana....

—Te gusta.

—¿Ya lo notaste no? Eres la segunda persona —murmuró divertido el Uchiha—. Hikari siempre lo ha sabido, no sé cómo, pero esa mujer siempre se da cuenta de todo.

—¿Por qué no se lo dices?

—No deseo arruinar la amistad que tenemos —admitió con cierta decepción—. Si las cosas no funcionan.... Todo se volverá muy incómodo.

—¿Pero y si funcionan? —cuestionó Itachi.

—No creo, ella y yo somos tan opuestos, nos mataríamos en cualquier momento —soltó una risa al final.

—Deberías intentar algo, Shisui-san, o terminaras arrepentido el resto de tu vida.

Y luego de esas palabras, Itachi observó el horizonte, pensando en cómo estaría su hermano menor.

Shisui por su lado pensó en las palabras que su amigo le dijo. Sin embargo, decidió no hacer nada por el momento.

Después de todo, solo tenía catorce años, tenía muchos años por delante.

¿Cierto?

[...]

Ya había pasado una semana desde que empezaron la misión, y ciertamente no habían encontrado una guarida.

El país de Fuero era realmente grande después de todo. Y eso que aún faltaban muchos lugares.

—Esto de buscar hasta debajo de las piedras me está cansando —se quejaba Sana.

—Tu ni siquiera estas buscando —se burló Shisui—. Hikari es quien lo hace.

—¡Oye, yo le doy apoyo moral! —chilló la Uchiha mirando mal al chico, quien sonreía divertido—. Además tú tampoco estás buscando.

Iniciaron una de esas típicas discusiones, Hikari soltó un suspiro mientras se acercaba a Itachi, quien se volteó a verla.

—¿Aún los aguantas? —preguntó divertida la Senju—. Yo ciertamente estoy considerando dejarlos en medio de la nada, así tal vez se confiesan sus sentimientos o se matan entre sí.

Eso provocó una pequeña risa en el Uchiha, quien poco a poco se sentía bastante a gusto con la compañía de Hikari.

Era ciertamente una chica inteligente, divertida, amable y alegre. Siempre se preocupaba por sus amigos y se esforzaba día y noche para cumplir su misión.

—Cuando regresemos los encerraré en una habitación hasta que resuelvan sus diferencias —murmuraba divertida.

Se mantuvieron en silencio luego de eso, pero nuevamente la albina rompió eso.

—Tienes un hermano menor ¿cierto? —Itachi asintió con una leve sonrisa—. Bueno, yo tengo uno también.

—Naruto ¿cierto?

—Si, es ciertamente el niño más hiperactivo, entusiasta y temerario de todos —decía con una sonrisa la albina—. Es sin duda igual a Kushina-san. Solo que tiene la apariencia de Minato-san.

—Los querías mucho ¿no?

—Por supuesto —afirmó ella esta vez borrando su sonrisa—. A veces pienso en cómo la vida de Naruto fuera mucho mejor si ellos siguieran vivos, tanto mi papá y yo nos hemos ausentado mucho en su vida.

—Hacen lo que pueden —rebatió el Uchiha—. Ciertamente fue algo noble de su parte hacerse cargo de Naruto.

—Papá no quería en un inicio —admitió la albina—. Pero él es lo único que me queda de ellos, y no iba a dejar a su hijo a la deriva, prometí cuidarlo tal y como ellos me cuidaron a mi.

Itachi notó como una pequeña lágrima se le escapó a la Senju, ciertamente hablar de Minato y Kushina le afectaba mucho.

—Tu hermano ¿cómo es él? Ciertamente el mío es todo un personaje —cambió de tema.

—Sasuke es..... tranquilo, es quisquilloso con la gente y también es obstinado —Itachi notó como la albina cambió el tema, pero decidió no mencionarlo, cosa que Hikari le agradeció en silencio—. Tiene la meta de ser un increíble ninja.

—Naruto es igual, dice que será Hokage —ella se rió ante esas palabras—. Tanto él como Mei entrenan con la intención de volverse fuertes, siempre que estoy en casa me piden que los ayude.

—Sasuke es igual.

—Un día deberíamos reunirnos y hacer que entrenen juntos —ofreció ella con una pequeña sonrisa—. Tal vez se vuelven amigos.

—Si... tal vez.

Itachi esperaba que Hikari no estuviera bromeando, pues en su interior deseaba convivir con Hikari en momentos donde no estuvieran en una misión.

Y bueno, Hikari no tenía idea de lo que estaba pasando.

Author's note:

Holi :D

Espero les haya gustado el capítulo, cuídense 🫶🏻

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