EIGHTEEN
"PERDIENDO UNA OPORTUNIDAD"
SENTÍA QUE ESTABA MEJORANDO, Hikari llevaba entrenando con intensidad las últimas semanas puesto que después de convertirse en ANBU había dejado de entrenar con tanta frecuencia.
Al ver el espíritu decidido de Hikari, Sana también se le unió a los entrenamientos, y justamente ese día ambas entrenaron su taijutsu.
Como en los viejos tiempos, pensaron al recordar cuando eran mas pequeños e Hiroko los obligaba a entrenar.
Shisui por su lado había estado entrenando más seguido con Itachi, después de todo ambos compartían casi las mismas técnicas. Lo único que los diferenciaba era el Mangekyō Sharingan el cual solo había sido despertado por Shisui.
Y claro que, Hikari también ayudaba a Naruto y a Sasuke a entrenar, los dos pequeños habían estado practicando su puntería con los kunai, volviéndose mejores cada vez.
Pero ese día había sido acordado por todo que no iban a entrenar, solo iban a divertirse y disfrutar.
Hikari tenía a Sasuke sobre sus hombros mientras que Sana tenía a Naruto, los cuatro estaban teniendo un enfrentamiento en el agua.
—¡Vas a perder, baka! —decía Sasuke mientras hacía todo lo posible para derribar a Naruto.
—¡Claro que no, el que va a perder serás tú! —replicó el Uzumaki.
Después de una ardua batalla, todo terminó con los dos pequeños cayendo al agua al mismo tiempo. Consiguiendo arrancar carcajadas en Hikari y Sana, quienes por suerte no habían caído junto a los menores.
Itachi por su lado observaba con cierto brillo en los ojos lo bonita que se observaba la Senju. Shisui a su lado simplemente leía un libro que tomó prestado de la gran biblioteca que los Senju poseían.
—Entonces.... —dijo Shisui después de cerrar su libro—. ¿Crees que Hikari lo sepa?
—¿El qué? —preguntó Itachi sin apartar su mirada de la albina.
—¿Sabrá que te mueres por ella? —cuestionó con indiferencia, pero no pudo evitar soltar una carcajada al notar como su amigo lo volteaba a ver con rapidez.
—¿Crees que lo sepa?
—No, mi amiga es muy distraída en ocasiones —admitió divertido—. Pero debo advertirte que si tú no te das prisa alguien más va a conquistarla.
—Lo sé —murmuró con una mueca, él mismo había presenciado cómo los chicos no podían evitar quedar encantados con Hikari.
—¿Pero harás algo al respecto no?
—Si ella me rechaza las cosas se van a volver incómodas, y eso no solo me afecta a mi, también a ti, a Sasuke...
—Debes empezar a ser un poco egoísta, Itachi —admitió Shisui—. Si no lo haces alguien más llegará y va a conquistar a Hikari.
Itachi no dijo nada, después de todo no había mucho que pudiera decir, pero sus pensamientos fueron nuevamente interrumpidos por la voz de su mejor amigo.
—Yo digo que ella no te va a rechazar —continuó hablando el azabache—. Creo que incluso tienes más oportunidad que todos los demás.
—¿Por qué lo dices con tanta seguridad? —cuestionó con cierto interés—. ¿Acaso sabes algo?
—Lo siento amigo, no puedo confirmar ni negar nada.
—Si sabes algo —murmuró Itachi mientras volvía a observar a Hikari.
—Solo digo que deberías hacerme caso y apresurarte o terminarás perdiendo tu oportunidad.
[...]
—Voy a irme de Konoha por un tiempo —anunció Hikari mientras cenaban.
Sana, Itachi y Shisui abrieron sus ojos con sorpresa mientras que Sasuke y Naruto se atragantaban.
—¿¡Qué!? —exclamaron todos al mismo tiempo.
—Recibí una carta de mi padre hace un tiempo —continuó diciendo la albina—. Inicialmente ofreció que viajara con él y mi tío.
—¿Y te vas a ir? ¿Pero que hay de mi? ¿De los niños? —cuestionó Sana incrédula.
Naruto y Sasuke asintieron de acuerdo con la Uchiha ¿Qué hay de ellos?
—Tranquilos, rechace esa oferta —respondió Hikari mientras tomaba un sorbo de su bebida—. De igual manera ofreció la opción de ir a entrenar en unas montañas, específicamente en el monte Myōboku.
—¿Cuanto tiempo te irás? —cuestionó Shisui con cierta preocupación.
—No lo sé —admitió ella con una mueca—. El entrenamiento puede durar meses.
—¿¡Meses!? —volvieron a exclamar todos con sorpresa.
—Si, es posible —respondió ella—. Pero no se preocupen, intentaré esforzarme para que sea el menor tiempo posible.
—Y bueno, adiós oportunidad —susurró Shisui en el oído de Itachi, quien miró mal a su mejor amigo.
La cena fue un interrogatorio para Hikari, quien no podía creer el montón de preguntas que Sana y los pequeños le estaban haciendo.
Realmente querían saber todo sobre el entrenamiento.
Les informó a todos que se iría en una semana, que lamentablemente no podría escribirles y que no se preocuparan, pues el lugar donde iría a aprender era seguro.
—Ahora, espero que ustedes dos se comporten y no peleen en mi ausencia —señaló a los dos menores, quien asintieron sin dudarlo—. Y espero que tú también —señaló a Sana, quien la miró ofendida.
—¡Yo siempre me comporto! —se quejó.
Tanto Shisui como Hikari la observaron con incredulidad, y Sana no tuvo más opción que aceptar que en ocasiones si podía llegar a causar estragos.
—Ustedes dos, vigilen a estos tres revoltosos —le dijo al dúo, quienes asintieron sin decir palabra alguna.
Shisui estaba acostumbrado a ser el que estaba a cargo cuando Hikari no estaba. Llevaban toda una vida con esa dinámica.
Después del anuncio de Hikari todo volvió a la normalidad, comieron y charlaron sin problema. Los Uchiha se despidieron del pequeño rubio y la albina, pero costó un poco que Sana se despidiera de Hikari, a quien no quería dejar ir.
Finalmente cuando Hikari y Naruto estuvieron solos, el pequeño rubio no se despegó de la albina en ningún momento, e incluso la obligó a que lo dejara dormir con ella.
—Ya estas algo grande para eso, solecito —había dicho ella mientras traía la almohada y manta de Naruto de su habitación.
—Claro que no, sigo estando pequeño, dattebayo.
La albina simplemente se rió y recostó al pequeño rubio en su cama, quien no dudó en acurrucarse. Hikari lo observó con ternura.
Ella por su lado fue al baño donde se duchó, se cepilló los dientes y se colocó una pijama. Al salir el pequeño Naruto la observaba con atención.
—Los niños pequeños se duermen temprano —se burló ella.
—Pero aún es temprano —reclamó el rubio.
—Mañana tienes escuela, deberías dormir si no quieres terminar dormido en clase —replicó ella mientras se acostaba en la cama.
—Aunque duerma bien siempre termino durmiendo en clase —espetó el rubio.
—Dios, eres imposible —se rió mientras acariciaba el cabello del pequeño rubio.
Estuvieron en un cómodo silencio por un rato, Hikari creyó incluso que Naruto ya estaba dormido, pero ese no había sido el caso.
—¿No sabes cuanto tiempo te irás? —cuestionó con cierta tristeza en su tono de voz.
—Me temo que todo depende de que tan fuerte sea.
—Entonces regresarás pronto, eres muy fuerte.
—Esperemos que así sea, solecito.
—Me portaré bien, le haré caso a todos, no causaré problemas y evitaré molestar tanto a Sasuke —prometió el pequeño rubio entre bostezos.
—Yo intentaré regresar pronto, sabes que no me gusta dejarte solo tanto tiempo.
—Si... a mi tampoco me gusta estar... solo.
—Gracias por comprender solecito.
Naruto ya no respondió, pues había caído en el mundo de los sueños. Hikari sonrió levemente al ver lo tranquilo que se miraba.
Besó la cabeza del pequeño, cubrió bien su cuerpo con su manta y entonces ella misma se acomodó para dormir.
Había sido un bonito día.
Author's note:
¿Creen que estoy alargando mucho esto? Yo siento que si, pero al mismo tiempo quiero que todo fluya.
Espero les haya gustado el capítulo, cuídense 🫶🏻
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top