04. who is she?
SONRIÓ VIENDO A WILLOW FRENTE A ELLA, realmente no esperaba verla en aquel partido.
—Pensé que no vendrías a el partido.
Willow le sonrió (era la primera vez que le sonreía a alguien que no fuese Beth, Juno o su madre) y se animó a acercarse alzando sus hombros.
—No iba, pero de todas formas me gustó, fue un buen partido.—le contesto con sinceridad, quitando el gentío y los sonidos fuertes y molestos la había pasado bien.—Y felicidades por haber ganado.
Lynn sonrió contenta, había recibido varias felicitaciones por partes del equipo y demás estudiantes, sin embargo la de Willow le causo un destello de alegría en el fondo.
—Gracias.—le sonrió.—Aah...festejaremos en mi casa y si quisieras venir la puerta de mi hogar está abierta.
No sabía cómo reaccionar, jamás la habían invitado a una fiesta, bueno, no a alguna que no fuera familiar.
Y por otro lado, ir a una fiesta significaba socializar con personas que no conocía, algo para lo que no era muy buena, seguramente estaría todo el equipo de deportistas, ¿Que haría ella ahí?
—Gracias pero no—rechazo con amabilidad.—No me siento cómoda en lugares así donde hay mucha gente, gracias de todas formas por invitarme.
Lynn asintió, debía recordar eso, a Willow no le gustaban los lugares repletos de gente.
—Willow...—su hermana se acercó a ella con un rostro angelical.
Era obvio que iba a pedirle otra cosa.
—No.
Juno rodó los ojos y volvió dónde su amigo estaba.
—Es mi hermana menor.—dijo la peli-negra al ver el rostro confundido de la deportista.
—¿Juno es tu hermana?—otro dato que anotar.
—Si, casi todos se sorprenden al enterarse.
Bueno, eran demasiado opuestas...demasiado, además no cruzaban palabras en la escuela, por lo tanto no habría forma de relacionarlas.
—Creo que te necesitan por allí.
Apuntó Willow con la mirada al grupo de chicas que las miraban desde lejos, aquellas muchachas parecían estar comiendo con la mirada a la deportista y a la vez dándole miles de puñaladas a Willow.
¿Quien es ella?
Se preguntaban las muchachas con disgusto, ¿y por qué Lynn parecía tan interesada en ella?
Lynn se forzó a sonreír, ¿por qué siempre la interrumpían cuando podía entablar una pequeña pero cómoda conversación con Willow?
—Supongo que nos vemos.—se despidió Lynn con una sonrisa.
Willow asintió esperando que así fuera, le comenzaba a agradar la deportista, casi le incomodaba hablar con otras personas y le asustaba no saber que decir pero Lynn le transmitía algo de confianza y no le costaba tanto poder hablar con ella, aunque claro, era muy inoportuno que siempre las interrumpieran.
Lynn le dio una última mirada antes de darse vuelta y tragar su mueca al ver a aquel grupo que siempre la interrumpía cuando hablaba con Willow, era muy extraño.
Al acercarse escucho miles de halagos por su buen juego y por haber ganado, intentaba mantener su atención allí pero su mirada volvía hacia Willow que estaba a un lado de Beth sin decir nada mientras su amiga hablaba con Zack, era obvio que a Willow no le agradaba su amigo y entendía porque.
Después de unos minutos vio a Willow irse acompañada de su hermana menor Juno, se despidió de Beth y salieron de la cancha.
—¿Quien es ella, Lynn?—le pregunto una rubia clavándole la mirada, Lia era su nombre si no mal recordaba.
Ja, no era estúpida.
La mirada de Lia le generaba algo de desconfianza, no podía presentar a Willow, la rubia sería capaz de decirle algo o quien sabe, Lia no le generaba confianza.
—No es nadie importante—le respondió tratando de sonar convincente.—Debo irme ya, Zia me espera y el equipo también, espero verlas luego.
Y se marcho dejando al grupo de muchachas cuchichear.
Nadie importante.
Era la mentira más grande que había dicho, Willow llamaba su atención de alguna manera, esperaba poder ser su amiga tanto como Beth, le generaba demasiada curiosidad y ya estaba planeando una manera de poder acercarse a ella sin ser interrumpida por alguien.
(★)
—No sabía que Lynn era amiga tuya.
—No lo es.
Apenas había cruzado alguna que otra palabra con ella y aunque la considerará agradable eso no la convertía en su amiga.
—Pues se ve una persona y muy divertida, deberías intentar ser su amiga.—le dijo Juno mirándola. Willow asintió apretando sus labios en una línea.—Willow, eres mi hermana y quiero lo mejor para ti, se que tu única amiga es Beth desde que tienes 13 años pero no te vendría mal tener una amiga más.
Rasco su nuca, Juno tenía razón pero no era tan sencillo ir y hacer una amiga como en prescolar.
—Tu tenías muchas amigas en prescolar, recuerdo eso muy bien y de un día para otro comencé a verte sola.—recordó Juno con una mirada triste.—Nunca nos dijiste que ocurrió.
Trago saliva, no tenía un buen recuerdo de prescolar.
—Bueno...—le incomodaba tanto hablar sobre eso, pero recordó cuántas veces en receso de pequeñas su hermana no se despegaba de ella para hacerle compañía.—¿Recuerdas a Lisa, Bella y Dorothy? Eran mis mejores amigas.
Juno asintió atenta. Recordaba perfectamente el grupo de su hermana, ellas tres solían ir a su casa cada finde semana y pasar la tarde allí, y de repente ya no fueron más, su madre intento preguntar que ocurría pero Willow jamás le contaba nada.
—Una tarde jugando en el parque fuimos por helado, era la tarde de mi cumpleaños...
★
Una Willow pequeña, estaba cumpliendo sus 11 años junto a sus mejores amigas de la infancia, corrían y reían por todo el parque disfrutando del hermoso día soleado.
—Oye, hay un camión de helados.—apunto su amiga Bella con emoción.—¡Vayamos por unos!
A todas les pareció una gran idea, Willow pago los helados con el dinero que había recibido de regalo por parte de su tía. Se sentaron en una banca alejada a la sombra para que sus helados no se derritieran con rapidez.
—¡Ugh, cielos!—Willow soltó un quejido mirando su playera manchada con chocolate.—Ya manche mi playera favorita.
Sus amigas rieron mientras intentaba limpiar el pequeño desastre.
—Ve por unas servilletas, será más fácil Willow.—le sugirió Dorothy.
La peli-negra asintió y se levantó de la mesa, se dirigió al camión de helados para pedir un par de servilletas.
Pensó en el lindo día que estaba teniendo, no muchas personas pasaban su cumpleaños con tanta alegría, dichosa era ella de poder disfrutar de su cumpleaños con las personas que tanto quería.
Camino sin apuro mientras limpiaba su playera intentando no embarrar el pegajoso líquido del helado.
—A veces no soporto su manera de hablar, Dios mio parece no callarse nunca.—oyó a Bella quejarse, frunció su ceño, ¿de quien hablaba?
—Dímelo a mi, su voz chillona me hace doler la cabeza.
Frunció el ceño mientras se acercaba un poco más, seguía sin saber de quién hablaban pero era algo triste que sus amigas se quejaran de esa persona.
—A veces me preguntó por qué somos sus amigas.—se unió a la conversación Lisa riendo con maldad.
Abrió su boca ligeramente con sorpresa, ¿quienes hablaban así de una amiga?
—No veía la hora de librarnos de ella aunque sean 10 segundos, es tan tonta que mancho su playera, parecía una niña de 7 años.
Y entonces sintió como si un balde de agua fría cayera sobre su cuerpo dándole un fuerte golpe a la realidad.
Hablaban de ella.
Escucho sus risas chillonas llenas de maldad, de pronto el hermoso sol comenzó a serle sofocante, sus ojos le comenzaron a picar al igual que comenzaba a sentir un nudo en su garganta.
—Al menos este odioso día acabará pronto.
Las lágrimas comenzaron a nublar su vista, soltó el helado y corrió en dirección a su casa.
No volvió a dirigirles la palabra, imaginaba que eso debió ser un gran alivio para quienes creyó que eran sus más grandes y fieles amigas.
Por esa razón comenzó a disminuir su hablar, temía causarle desagrado a alguna persona más, no quería volver a recordar esas palabras que tanto dolor le recordaron.
Juno y su madre intentaron preguntar sobre el tema pero Willow no hablaba, no quería hablar sobre ellas.
Desde allí comenzó a estar sola, no quería confiar en una persona y volver a pasar por lo mismo, su hermana menor la acompañaba en los recesos sin querer dejarla sola.
Su amistad con Beth no tuvo un comienzo convencional, Beth era la niña nueva del curso y en su primer día hablaba con todo el mundo, en la primera semana ya había echo muchos amigos; y vio a Willow sentada sola, fue a su lado y comenzo a intentar hablar con ella aunque Willow casi nunca le respondía, sin embargo Beth no se rindió, cada día se sentaba a su lado con la esperanza de que Willow se soltara a hablar con ella.
La pelirroja pensó, si yo estuviera en su lugar me gustaría que alguien me hablara.
Supuso que algo le ocurría, por algo era tan cerrada y distante.
Logro que Willow poco a poco hablara con ella aunque jamás sobre el debido a su motivo de rechazar a cualquier persona que quisiera entrar en su vida.
Y Willow agradecía internamente la presencia de la pelirroja, no entendía por qué no se había alejado de ella, todos sus intentos de alejarla no funcionaron, y realmente estaba tan agradecida por eso.
Con el tiempo entendió que alejar a las personas no la salvaría de ningún dolor futuro, mas había olvidado como era socializar con alguien, ya era una adolescente y no sabía cómo relacionarse con los demás.
—Esas malditas...—murmuró Juno con coraje al terminar de oír el relato de su hermana.
Además de sentir coraje, rabia, odio también sentía tristeza por su hermana, Willow era una persona sin una pizca de maldad, ¿por qué las personas son tan crueles con las personas buenas? Ahora comprendía porque su hermana era tan cerrada a la hora de aceptar nuevas amistades, podía comprender el miedo a sentir ese dolor devuelta.
Willow se sintió un poco aliviada de poder contarle eso a su hermana, nunca le había contado a nadie la razón por la cual era tan distante y por la cual se había alejado de sus amigas.
Sin embargo era hora de alejar esos malos pensamientos de su cabeza, Lynn parecía tener muy en cuenta su existencia, para Lynn ella no era invisible.
Intentaría volverse su amiga aunque eso le asustara.
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