01. invisible
WILLOW CAMINABA HACÍA LA ESCUELA acompañada de su alegre hermana Juno, los rayos del sol comenzaban a iluminar a la bella ciudad Royal Woods, Juno iba hablando sobre un accidente ocurrido en su clase de Química donde su compañero Lincoln casi quemó el laboratorio, la mayor simplemente la escuchaba parlotear.
—¡Fue realmente gracioso!—reía Juno.—La directora Ramírez se llevó a Lincoln a detención y perdimos el resto de la clase.
Willow negó con la cabeza, casi causaban un incendio pero lo veían divertido, aunque no iba a mentir, solo lo era un poco.
—Recuerda que mamá pasará por nosotras—le recordó la mayor, Juno a veces lo olvidaba y se quedaba charlando con sus amigos largo rato—No lo olvides.
—No lo haré, lo prometo.—le sonrió su hermana.—Nos vemos en la salida.
Juno se despidió con un gesto de manos y corrió dónde estaba su gran grupo de amigos, Willow noto que Beth aún no llegaba, asi que decidio esperarla sentada en una esquina, tenía 10 minutos hasta que su clase de artística comenzará, Beth siempre solía llegar un poco tarde a clases, lo más gracioso es que vivía cerca de la escuela.
La peli-negra miro la hora en la pantalla, decidió colocarse sus audífonos mientras esperaba con cierta impaciencia a su amiga, runaway de Linkin Park comenzó a reproducirse, sus ojos luchaban aún por mantenerse abiertos y no quedarse dormida, comenzó a tararear en un tono bajo mientras miraba al resto del lugar, el patio comenzaba a llenarse con la llegada de todos los alumnos, varios grupos dispersos se notaban desde su lugar.
Las risas que resonaban en el lugar eran reemplazadas por el sonido de la música, Willow suspiro aburrida, esperaba que Beth si asistiera a la escuela, de lo contrario pasaría toda la mañana sola hasta llegar a su casa, y realmente no quería pasar la mañana sola.
Los minutos pasaron y las canciones siguieron, noto que sus 10 minutos de espera pasaron rápidamente, dejo sus audífonos a un lado y comenzó a caminar adentrandose en la escuela.
—Ya llego por quién llorabas—la pelirroja apareció con una sonrisa.—Me quedé dormida otra vez.
Willow rió aliviada, sin sorprenderse de la llegada tardía de Beth.
—Vamos, llegaremos tarde a clases—Willow apuro su paso siendo seguida por Beth—Pensé que no llegarías a la primera hora.
Caminaron a pasos apurados mientras chocaban con varias personas en el trayecto, eran varios estudiantes los que llegaban tarde a sus clases.
Willow iba tan pérdida en sus pensamientos que ni siquiera se percató de la mirada que la seguía, ¿Quien podría mirarla siquiera? Era totalmente invisible.
(★)
Desde una distancia prudente estaba la deportista riendo con sus amigas mientras se dirigía a clases, Zia iba a su lado hablando sobre el próximo partido de baloncesto que habría. Sin dudas, ambas planeaban jugar en el partido y aplastar al equipo rival.
La atención de Lynn termino siendo robada por la misma muchacha de siempre, la vio ir acompañada de la pelirroja de siempre, su cabello negro casi cubría su rostro mientras iba con la mirada baja, provocando esa curiosidad en el interior de la deportista.
—¿Lynn?—Zia miro donde su amiga, sonrió inmediato—Yo creo que deberías ir a hablarle, no creo que te vaya a morder.
—¿Hablarle? Sin dudas no.
—¿Por qué no?
Lynn lamió sus labios sin apartar su mirada de la chica que se perdía entre la gente como un fantasma.
—No sabría que decirle—respondió sincera—"Hola, te observo desde hace unas largas semanas, me pareces interesante", ni siquiera se su nombre, es estupido.
Zia negó divertida, Lynn solo daba excusas tontas.
—Entonces ve con una pregunta sencilla para empezar: ¿Tu nombre es...?—propusó—Es tan sencillo como encestar en un tiro libre.
Lynn lo pensó; quizás no era tan difícil como lo creía, pero seguía sintiendo esos estúpidos nervios tan solo por ir a preguntar el nombre de una chica.
—Llegamos tarde a clase.—soltó, cambiando abruptamente de tema.
Zia alzó sus cejas con diversión, prefirió asentir y correr con Lynn hacia el salón.
Al llegar todas las miradas cayeron sobre ambas chicas, las dos habían llegado tarde consecutivamente toda la semana.
La profesora regaño a ambas, estaba realmente enojada de que siempre llegarán tarde o Loud no prestará atención en su clase, así que decidio que las cambiaría de lugar. Zia era buena estudiante y sentarse con Lynn solo la distraía (al menos eso decía la profesora).
—O'Dair—nombró la mujer, Lynn miro hacia en frente sin saber de quién hablaba, sus ojos se abrieron al notar a la muchacha peli-negra de todas las mañanas.—Zia se sentará contigo.
La chica solamente asintió, y por un pequeño segundo Lynn quiso cambiar de lugares con su mejor amiga.
—Vayan a sentarse ahora—ordeno la mujer.
Zia le dio una última mirada antes de sentarse donde la chica estaba.
Lynn tomo asiento en la otra punta del salón, en su mente aún rondaba la muchacha.
O'Dair.
Supuso que se trataba de su apellido, sonrió. Al menos ahora conocía el apellido de la chica, solo deseaba poder animarse a preguntarle su nombre.
La profesora comenzó a hablar sobre los temas que verían la semana entrante y que era asegurado tener que armar un proyecto, Lynn escuchaba a medias, su atención siempre era captado por algo o alguien, cualquier cosa hacia que se distrajera de lo importante.
Su mirada viajo a la otra punta del salón, donde estaban Zia y la chica linda.
Si, linda.
O'Dair tenía la mirada en el frente, una que otras veces cruzó palabras con Zia, jamás había entablado una conversación con alguien que no fuera Beth, le pareció extraño que la chica le hablara pero prefirió callar sus pensamientos.
—¿Cómo es tu nombre?
Le pregunto Zia en un susurro, Willow conocía el nombre de todos sus compañeros, pues había compartido por 5 meses el mismo salón que ellos, pero no le extrañaba que ellos no supieran su nombre, jamás se había encargado de que recordarán su nombre.
—Willow—respondió dándole una fugaz mirada a la chica. La morena le sonrió.
—Yo soy...
—Zia, lo sé.—le interrumpió Willow.—Eres parte del equipo de baloncesto.
—Si, y la de allí es mi amiga Lynn Loud.—le apuntó Zia a la castaña.
Willow asintió sin interés, ya sabía bien quien era la chica de allí, una de las chicas más populares, algo bastante común debido a su gran talento sin igual en todos los deportes.
—También lo sé, es capitana del equipo de baloncesto.—dijo vagamente mientras comenzaba a hacer pequeños dibujos en su libreta.
Zia se moría por decirle que debería hablarle, sería extraño de lo contrario.
Willow dejo de hablar y comenzó a escribir las fórmulas de la pizarra en su cuaderno.
Cuando el timbre sono, Willow comenzó a guardar sus cuadernos para ir a su próxima clase, Zia corrió tan rápido donde su mejor amiga.
Beth se aproximó dónde su amiga para salir del salón, salieron con prisa antes de que todos se abalanzarán sobre la puerta de salida.
—¿Zia te hablo?—preguntó con curiosidad la pelirroja.
—Si, ya sabes, ella es de las chicas que hablan con casi todo el mundo.—respondió sin interés, Willow sabía que esa muchacha hablaba con Dios y medio mundo.
—Tienes razón.—asintió la pelirroja, miro el reloj en su mano.—Te veo en Historia, iré con Zack antes de que empiece la siguiente clase.
Willow asintió y siguió su camino, sabía que Beth no asistiría a Historia, Zack era un popular del mismo equipo de baloncesto que Zia, habían comenzado a salir desde hace unos días y era normal que ella comenzará a saltarse algunas clases, aunque claro, no estaba de acuerdo con eso y ni siquiera le agradaba ese muchacho, pero no era asunto suyo así que prefería no decir nada.
Dejo en su casillero algunos de sus libros, guardo los necesarios para Historia y camino nuevamente al salón.
El aula aún estaba vacía, tomo asiento en su mismo lugar de siempre y saco los libros poniéndolos sobre la mesa.
Suspiro aburrida, comenzó a dibujar nuevamente sobre su libreta, oyó pasos, sus compañeras comenzaban a llegar en grupos mientras reían y charlaban, ni siquiera saludaron o miraron a Willow, no parecían percatarse de su presencia.
Willow siempre estaba en silencio, metida en su mundo, escuchando música, dibujando o leyendo, nunca se encargaba de hablar con alguien por lo tanto ni siquiera la notaban.
Willow era un invisible y no le molestaba ello.
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