(🪐) ━━ O9 : clarifying our feelings

Minju comenzó a tomar las pastillas la noche del sábado, antes de eso, se dió una ducha, se preparó la cena y leyó un uno de los tantos libros que solo tenía arrimados en su ropero, todo esto mientras ignoraba al castaño que vivía con ella, Felix sabía que ella no querría hablar con él y tal vez eso se mantendría durante más días de lo que podría soportar, pero lo haría, porque no pensaba disculparse por lo que había hecho.

Aún le ardía el estómago solo de recordar la manera en que Jisung y Minju bailaron y coquetearon en la fiesta, luego casi quiso arrancarle las manos a su mejor amigo por atreverse a ponerle los dedos encima a la castaña. Simplemente no cabía en su entendimiento como llegaron a ese punto, los estaba viendo coquetear cerca de la mesa de las bebidas, luego una chica se le acercó a intentar seducirlo y tuvo que hacer uso de toda su buena educación para no mandarla por un tubo en ese mismo momento y cuando logró deshacerse de ella el par de tortolitos ya no se encontraba por ninguna parte, no fue difícil que su cerebro atara cabos y bueno... lo demás era historia.

Mientras Minju fingía demencia e ignoraba la presencia del australiano, Felix se dedicó a observarla en secreto hasta memorizar su nueva rutina, le prestaba especial atención a su rutina de sueño luego de tomar las pastillas que le había recetado el doctor Bang. Anotó la hora en la que caía dormida y la hora en la que se levantaba, también notó que había comenzado a tomar vitaminas, así que empezó a comprar alimentos más aptos para una dieta saludable, al final del día Minju seguía cocinando para ambos las tres comidas del día, Felix había aprendido a descifrar el momento en que Minju ingresaba a su habitación con su comida para poder salir con la suya, la verdad era que mientras Minju se mantuviera sana, él podría vivir fingiendo ser invisible.

El viernes había llegado nuevamente cumpliendo así la primera semana de vivir como un fantasma a los ojos de la castaña. Felix se dijo a sí mismo que no había sido tan difícil, solo tenía que ser paciente, seguir monitoreando hasta notarla más tranquila y entonces le pediría perdón por haberle arruinado el polvo —aunque en realidad no lo sintiera ni un poco—. Aquel día parecía ser igual que los anteriores, por lo que ver a Minju en la puerta de su habitación con las facciones serias y el cuerpo rígido lo hizo entrar en alerta.

—¿Qué pasa? —Felix fingió estar leyendo algo más importante en su computadora y así no tener que mirar a Minju a los ojos.

—Voy a mudarme —Informó directamente.

Felix no respondió, no porque la estuviera ignorando, sino porque su cerebro tardó en procesar la información que le acababan de aventar a la cara. Minju no se movió de su lugar esperando alguna reacción por parte del pecoso, sabía que la había escuchado así que era cuestión de tiempo para que respondiera, aún así mantuvo el orden en la charla.

—Seguiré pagando la renta hasta que encuentres otro compañero de departamento, no te preocupes por e...

—No puedes irte —Escupió entonces Felix.

—¿Perdón?

—No puedes irte —Esta vez sonó a suplica. —Joder, si fue por mi actitud la noche de la fiesta entonces de verdad lo siento, actué estúpidamente...

—No se trata solo de eso, Felix —Lo interrumpió la castaña. —Cruzamos el límite de esta amistad, las cosas ya no volverán a ser igual y las últimas dos semanas son prueba de ello.

—Estás tomando decisiones apresuradas —Insistió él. —M-mira si solo lo estás haciendo para joderme pues bien, lo has logrado, ya deja de jugar.

Minju frunció el ceño, no podía comprender nada del comportamiento del australiano.

—¿Por qué estaría jodiéndote?

—¿Quieres probar que también te necesito? Pues te lo digo yo, joder. Te necesito y no puedes dejarme así como así —Felix dejó el portátil en la cama y se puso de pie para acercarse a Minju todo lo que pudiera. —Puedo soportar que me ignores todos los días, incluso que finjas no verme, pero no puedes solo tirar la toalla e irte.

—Deja de decir tantas tonterías —Minju comenzó a perder la paciencia.

—¿Tonterías? —Felix de repente parecía indignado. —¿Por qué esto es una tontería?

—Solo te estás aprovechando de mis sentimientos por ti, pero no te lo voy a permitir, Lee Felix.

—¡Claro que no, joder!

Minju estuvo a punto de gritarle otro reclamo, pero el timbre del departamento sonó varias veces y ambos se dirigieron a la entrada para abrir la puerta, la castaña fue la que abrió de golpe solo para encontrarse a su madre y hermana mayor frente ella, ambas sonreían de oreja a oreja con una expresión de felicidad. Minju no lo pensó dos veces antes de abrazarlas con fuerza mientras soltaba un chillido.

—Mamá, Yeonnie ¿Qué hacen aquí?

—Tu hermana vino por telas para su trabajo y pensamos en pasar a verte ¿Dónde está mi futuro médico? ¿Mh?

Felix se asomó por la misma puerta sonriendo como si segundos antes no hubieran discutido ni gritado entre ellos.

—Aquí estoy, señora Kwon.

—¡Oh, cariño! Mira que alto y guapo te has puesto —La mujer mayor se abalanzó sobre el muchacho para apretarle las mejillas y Felix se dejó a pesar de no ser fan de ese tipo de afecto.

—¡Mamá! —La regañó la menor de las mujeres Kwon. —Deja a Felix.

—Estoy segura de que estaba más emocionada por ver a Felix que por verte a ti —Le dijo Nayeon provocando las risas del pecoso.

—Me alegra verlas después de tanto y sobre todo que estén bien —Siguió Felix. —Pasen por favor, pónganse cómodas —Dijo cargando las bolsas de compras de Nayeon para adentrarse al departamento.

—¿Se quedarán a dormir? —Preguntó Minju a las mujeres que se acomodaron en los sillones de la sala.

—No, lo creo, no queremos incomodarlos.

—Para nada, señora Kwon —Habló Felix. —Pueden quedarse el tiempo que quieran, pueden dormir en mi habitación, la cama es para dos personas.

—Oye, Felix... —Minju quiso llamar su atención, pero esta vez el mencionado decidió ignorarla por completo.

—Cuénteme señora Kwon, ¿Cómo están las cosas por allá? ¿El señor Kwon se encuentra bien?

Felix hizo uso de todos sus encantos para mantener a las invitadas y familia de Minju contentas y convencidas de que todo estaba bien, a Minju le había costado un poco más entrar en papel, pero luego de asimilar bien lo que pasaba frente a ella finalmente pudo poner una sonrisa en el rostro. Luego de convencer al par de mujeres de quedarse a dormir, Felix obligó a la castaña a acompañarlo para hacer las compras para preparar la cena aunque realmente no es como que de verdad la hubiera obligado, sólo le propuso seguir hablando si lo acompañaba por la compra.

Los primeros minutos fueron incómodos, se evitaron mutuamente hasta que finalmente encontraron un nuevo tema de discusión.

—La piña es más dulce, es mejor compañía que la naranja.

—Claro que no, si les das algo tan dulce junto a un plato salado se van a empalagar.

—Son mi familia, yo los conozco mejor que tú, a mamá no le gusta cuando se cuela el zumo de la naranja.

—Eso es porque seguro tú no sabes prepararlo, yo lo haré y verás que les va a gustar.

—Hazme caso, yo sé más que tú para esto, yo soy la futura nutricionista, hazme caso.

—¿Qué excusa tonta es esa? Yo también soy del área de salúd.

Felix y Minju continuaron discutiendo mientras caminaban por los pasillos del supermercado, seleccionando ingredientes para la cena que prepararían esa noche. Las risas ocasionales escapaban de sus labios, aunque ambos seguían conscientes de la tensión subyacente entre ellos.

—¿Futura nutricionista? Eso no te da derecho a decidir sobre el sabor de la piña versus la naranja —Bromeó Felix, deslizando una bolsa de naranjas en el carrito.

Minju rodó los ojos, tomando una piña madura y colocándola junto a las naranjas. —Bueno, pero sí me da algo de credibilidad, ¿no crees?

—Te daré el beneficio de la duda —respondió Felix, sonriendo de lado mientras echaba un vistazo al listado de compras en su teléfono. —Pero recuerda que mis habilidades culinarias también son bastante decentes.

La conversación fluía de manera más ligera ahora, como si la presencia de la madre y la hermana de Minju hubiera aligerado la carga emocional entre ellos. Sin embargo, los momentos de silencio ocasional seguían recordándoles la tensión no resuelta. Minju se detuvo frente a la sección de verduras frescas, seleccionando brócoli y zanahorias.

—Felix, en serio, no necesitas preparar la cena. Puedo hacerlo yo.

—No lo hago por ti, lo hago por tu mamá y tu hermana —respondió Felix intentando parecer indiferente. —Quiero que se sientan bienvenidas y que olviden por un momento cualquier tensión que pueda haber aquí.

Ella lo miró con una mezcla de sorpresa y gratitud. —Gracias.

—No tienes por qué agradecerme —Dijo él encogiéndose de hombros. —Además, me gusta cocinar. Y admito que me gustaría demostrarte que no soy tan inútil como crees.

Minju se quedó en silencio por un momento, observando a Felix con una expresión difícil de descifrar. —No eres inútil, Felix. Nunca pensé eso de ti.

Él asintió, pareciendo aceptar sus palabras con una sonrisa leve. —Entonces, ¿vamos a terminar de comprar todo esto o quieres seguir discutiendo sobre la piña y la naranja?

Ella rió suavemente. —Sigamos. Tengo la sensación de que las mujeres Kwon tienen mucho de qué hablar esta noche.

Juntos, continuaron navegando por los pasillos del supermercado, compartiendo risas y charlas sobre temas triviales, tratando de ignorar las emociones intensas que seguían latentes bajo la superficie. Después de terminar de hacer las compras, Felix y Minju regresaron al departamento cargados con bolsas llenas de ingredientes frescos y algunas golosinas adicionales que Felix había insistido en comprar para la ocasión. Al entrar, encontraron a la madre y la hermana de Minju conversando animadamente en la sala, como si estuvieran en su propio hogar.

—¡Chicos, qué rápido volvieron! —Exclamó la madre de Minju, levantándose para ayudar con las bolsas. —Espero que no hayan comprado demasiado.

Felix le entregó las bolsas que llevaba a la madre de Minju con una sonrisa. —Solo lo suficiente para una cena especial. Espero que les guste la comida que vamos a preparar.

—Estoy segura de que será deliciosa —Aseguró Minju, colocando las verduras sobre el mostrador de la cocina. —Felix tiene sus habilidades culinarias bastante bien afinadas. La hermana mayor de Minju, Nayeon, se rió.

—Eso ya lo sabíamos, lo dices siempre que vas a la casa —Las mejillas de Minju se tornaron de color escarlata que provó una risa burlona en los labios del australiano.

Las mujeres Kwon se rieron mientras empezaban a sacar los ingredientes de las bolsas y a ayudar en la cocina, al principio Felix se había negado a recibir su ayuda, pero al parecer Minju no era la unica cabeza dura de su familia y al final terminaron cocinando los cuatro juntos. Durante la preparación de la cena, la conversación fluyó fácilmente entre ellos, con historias de la infancia de Minju y anécdotas divertidas de Felix en la universidad. La tensión que había estado presente entre Minju y Felix parecía haberse disipado, al menos temporalmente, bajo la cálida presencia de su familia. Después de un rato, la cena estuvo lista y todos se sentaron alrededor de la mesa del comedor. Felix sirvió con orgullo los platos que habían preparado juntos, y las mujeres Kwon elogiaron la comida abundantemente.

—Esto está realmente delicioso, chicos —Comentó la madre de Minju entre bocados. —Gracias por esta maravillosa cena.

Él asintió, sintiéndose un poco más relajado de lo que había estado en días. —Me alegra que les guste.

Durante el resto de la cena, las conversaciones continuaron de manera animada y ligera, con temas variados que mantenían a todos entretenidos. Felix notó cómo Minju parecía más relajada y cómoda, y se permitió sentir un atisbo de esperanza de que las cosas entre ellos eventualmente se arreglarían. Después de la cena, cuando las mujeres Kwon se preparaban para descansar, Minju se acercó a Felix en la cocina mientras lavaban los platos.

—Gracias por hoy, Felix —Dijo ella suavemente, evitando su mirada por un momento antes de encontrarse con sus ojos.

Él sonrió gentilmente. —De nada, Minju. Me alegra que haya salido bien.

Ella suspiró, jugueteando con un plato en sus manos. —Creo que necesitamos hablar más tarde. Pero por ahora... gracias por hoy.

Felix asintió, sabiendo que había mucho que discutir entre ellos, pero también sintiendo un rayo de esperanza de que podrían encontrar una manera de superar las diferencias.

—Claro, cuando estés lista.

Minju asintió lentamente, dejando el plato en la rejilla para secar. Ambos continuaron lavando los platos en un cómodo silencio, cada uno perdido en sus propios pensamientos mientras reflexionaban sobre el día que habían compartido con la familia Kwon. Cuando terminaron con la limpieza de los trastes, Minju volvió a hablar.

—Como les has cedido tu habitación a Nayeon y a mamá, vas a dormir en la mía y no es pregunta.

—No quiero hacerte sentir incómoda, puedo dormir en el sofá, es plegable.

—Tonterías, hemos dormido juntos demasiadas veces como para sentir vergüenza e incomodidad justo ahora.

Felix dejó salir una sonrisa divertida cuando su cerebro le mandó la respuesta directa a su lengua, dio unos paso en dirección a la mayor acortando la distancia entre ellos para poder susurrarle lo a media voz.

—Kwon Minju, claro que hemos dormido juntos —Una sonrisa perversa se asomó en sus labios y Minju sintió que el aire le faltaba al entender el rumbo que las palabras del pecoso estaban tomando. —¿Pero recuerdas todo lo que hacíamos antes de dormir?

—Esta noche será diferente, solo dormiremos, como las personas normales —Aseguró ella, pero Felix solo se rió en su cara.

—Claro, sí, podemos hacerlo —Respondió con obvio sarcasmo. Minju rodó los ojos, pero no respondió, en su lugar se encaminó a su habitación para buscar su ropa de cambio para dormir. 

Felix le concedió a Minju diez minutos antes de ir e invadir su privacidad, calculó el tiempo en el que la mayor se cambiaba y se arreglaba para dormir mientras él hacía lo mismo en el baño. El pecoso ingresó a la habitación con cautela, llevaba unos pantalones de chándal grises y una camisa negra holgada, parecía relajado para ser la primera vez que dormían juntos luego de casi dos semanas, Minju por otro lado intentaba tragarse todos los nervios para que Felix no pudiera notarlos.

—Aún estás a tiempo para arrepentirte —Insistió Felix ya a los pies de la cama, pero Minju negó con la cabeza.

—D-deja de decir eso, no va a pasar nada, ya acuéstate a dormir.

—Lo que ordenes —Canturreó el australiano con una sonrisa traviesa.

Ambos se dejaron caer en la cama y se envolvieron en las sábanas, cada uno en una orilla de la cama dejando un espacio considerable en medio de ellos, Minju le dio la espalda al chico y se compactó abrazando sus rodillas, Felix que estaba recostado de lado mirando hacía ella observó todo el show aguantando la risa, era obvio que la chica no estaba del todo cómoda, ella no dormía en esa posición jamás, así que ignorando cualquier gota de sentido común alargó su mano hasta encontrar la cintura de Minju por sobre la sábana.

—¡O-oye ¿Qué haces?! —Se alarmó la castaña entre susurros sabiendo que su madre y hermana dormían justo a lado de ellos.

—Te abrazo para dormir —Respondió con sencillez. —Dejé mi almohadón en la habitación y no puedo dormir si no estoy abrazando algo —Mintió.

—¿Ahora resulta que tienes traumas por abandono? Deja de jugar conmigo —Intentó safarse del agarre del australiano pataleando, pero él era más fuerte.

—Hablo en serio, quiero abrazarte, es más cómodo que estar evitándonos —Volvió a decir ya con la espalda de la chica apegada a su pecho. —No voy a intentar nada, solo no quiero que te caigas de la cama al rodar.

Minju dejó de forcejear cuando se dio cuenta de que todo intento era inútil ante el pecoso y su fuerza sobrehumana.

—Sabes que esto también cuenta como jugar conmigo ¿verdad? —Habló quedito y con seriedad.

—Sigo sin entender porque crees que estoy jugando contigo —Respondió el con los ojos cerrados, listo para dormir cuando ella decidiera terminar la conversación.

—Porque tú sabes que tengo sentimientos románticos hacia ti, entonces crees que puedes usarlo contra mí para conseguir lo que quieres —Felix analizó aquella respuesta quedando en silencio unos segundos.

—Y según tú ¿Qué es lo que quiero?

—No lo sé —Minju soltó un suspiro. —Tal vez aunque tú no lo sepas es tu propio ego negándose a soltarme. Tú también terminaste confundido de todas las veces que me llamaste tuya.

—Aún no has entendido eso ¿cierto? —Habló finalmente él, ella negó con la cabeza. —Es que tú me perteneces. No necesito estar desnudo para decirte eso.

—Dices que te pertenezco, pero no sientes por mí lo que yo por ti ¿Eso no es egoísta?

—Olvida lo que dije esa vez, estaba asustado y solo hablé estupideces —El pecoso se removió en la cama para poder apegarse un poco más a la mayor y dejar que una de sus piernas cruzara por detrás entre las de ella para entrelazarlas. —Estaba esperando a que se te baje un poco el enojo para hablar de esto contigo, pero en vista de que estas tomando decisiones extremas creo que tendrá que ser ahora o nunca.

—¿De qué estás hablando? —Minju sintió que su corazón comenzaba a latir repentinamente más rápido y la respiración del australiano pegando contra su oreja le erizaba.

—En los últimos días me he tomado el tiempo de analizar un poco más mis sentimientos hacia ti y tal vez no soy un experto en el tema, pero creo que me gustas… no, no creo, me gustas y no quiero que intentes deshacerte de esos sentimientos hacia mí ni que te alejes por eso.

—¿Estoy soñando? —Murmuró Minju con el corazón latiendo a mil por hora y la respiración pesada. —¿O es un efecto secundario de la pastilla?

—Joder, claro que no —Felix rió, la tomó por la cadera y la hizo girar para tenerla frente a frente. —Me gustas, Kwon Minju. Soy un idiota por no haberme dado cuenta antes, por tener que casi perderte para darme cuenta de eso, pero ahora lo veo con claridad y espero puedas perdonarme y si dices que no voy a ponerme de rodillas si es necesario.

Fue el turno de la castaña de reír antes de negar con la cabeza.

—Yo creo que podemos trabajar en tu perdón sin necesidad de que te arrodilles —Decretó ella. —Como por ejemplo disculparte con Jisung por la manera en que le hablaste —Y Felix negó.

—Ah, claro que no. No me voy a disculpar por cuidar lo que es mío,  o sea, tú —Sentenció.

—En ese momento yo era más que libre y lo sabes —Insistió ella haciendo que él rodara los ojos. —Es tu mejor amigo, estoy seguro de que pueden arreglar ese pequeño detalle.

—¿Si hablo con él, entonces tú vas a perdonarme? —Fue el turno de Minju de rodar los ojos, pero al final asintió. —Bien, apenas se vayan tu mamá y Nayeon, iré a hablar con él.

—Iré contigo, quiero escucharte.

—Eso no, no quiero que te vea, hable o siquiera respire cerca de ti —Bramó Felix.

—No puedes prohibirme hacer eso, Jisung también es mi amigo —Se negó la castaña.

—Sí, ahora que lo dices, tampoco quiero que hables con ese tal Seungmin ni con el tipo del piso cinco.

—Hyunjin —Le recordó ella.

—Sí él. Ah, mierda ¿por qué eres tan preciosa, Kwon Minju? Se te acercan como moscas a la miel —Chistó frustrado Felix haciéndola reír.

—Tienes que entender que lo de esa noche se quedó en esa noche, estoy segura de que solo fue el calor del momento, yo no le gusto a Jisung y lo mismo con Seungmin —Felix hizo un puchero. —Es como que te reclame por la decena de chicas que entró y salió de tu habitación antes de que lo nuestro comenzara.

—Ni siquiera recuerdo sus nombres —Intentó justificarse el pecoso.

—Eso no las hace menos importantes, tonto —Minju le soltó un golpe en la cabeza al castaño haciéndolo quejarse y reír después.

—Bien, tal vez tengas razón, por ahora vayamos por partes.

—La disculpa con Jisung —Le recordó ella.

—Sí, sí —Sin perder el tiempo se apoyó sobre sus codos antes de abalanzarse sobre el pequeño cuerpo de la mayor.

—¿Qué haces ahora, Lix?

—Voy a llenarte de besos, ¿Sabes las ganas que tengo de comerte a besos desde hace días? —Minju rió, pero no puso resistencia cuando Felix capturó sus manos a sus costado a la altura de su cabeza y comenzó a repartir besos por toda su cara y cuello hasta finalmente concentrarse en sus labios, donde mordió y chupó con hambre hasta sentirse satisfecho.

—Es hora de dormir —Le recordó ella entre besos.

—Lo sé, lo sé —Dejó un último par de besos antes de regresar a su lado de la cama y abrazar a Minju por la espalda como estaban anteriormente.  —Descansa, Junnie.

—Descansa, Lixie.

Que lindo todo ^^

En fin, ¡actualizando a tiempo! Les traigo el penúltimo capítulo,  la siguiente actu es el capítulo final, luego el epílogo y finalizamos con esta corta, hormonal y desastrosa historia de... friends to lovers)?

Espero que lo estén disfrutando, disfruten de esta última semana de Insomnia ^^.

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