(🪐) ━━ O7 : distance and misunderstandings

—¿Entonces se acabó? —Inquirió Ryujin desconcertada, Minju asintió. —¿Y Felix qué dijo?

—No supo qué decir, supongo que desde el momento en que se dio cuenta para donde iban mis palabras algo en él colapsó.

Minju no había ido a ninguna fiesta con las chicas, sólo les había llamado para que fueran a recogerla a su apartamento porque necesitaba salir de allí y tener una noche de chicas, Chaeryoung no dudo en arrastrar a Ryujin al auto para ir ambas por la castaña que salió del apartamento con una maleta de ropa suficiente para dos días, subió a la parte trasera del auto en silencio, las saludó con normalidad y les pidió que pasaran antes a alguna tienda de conveniencia por golosinas, Chaeryoung y Minju fueron quienes bajaron por las provisiones para aquella larga noche mientras Ryujin pedía comida a domicilio ya que les faltaba poco para llegar a casa. Ahora las tres estaban sentadas en el sofá de la sala con el televisor reproduciendo una serie nueva mientras decoraban toda la comida que la mayor de las tres había pedido.

—¿Y cómo te sientes con eso, cielo? —Habló esta vez Chaeryoung mientras seguía trenzando el cabello de Minju. Ella nuevamente se encogió de hombros.

—Me siento avergonzada y algo triste —Agachó la cabeza. —Creo que debí terminar todo sin decirle que me estaba enamorando de él, hubiera sido menos incómodo.

—De todos modos él te hubiera preguntado la razón, es mejor hablar con la verdad, cielo.

Cielo.

El recordatorio de todas las veces que Felix la llamó de esa manera que ahora parecía demasiado íntima invadió su mente, sintió un vació en el estómago cuando se dio cuenta de que eso no pasaría de nuevo jamás, todo porque ella no supo separar el placer de los demás sentimientos. No pudo evitar preguntarse lo que cruzaría por la cabeza de Felix en ese momento o si de haberse guardado sus pensamientos ahora estarían de nuevo en la cama disfrutando del cuerpo del otro, o si solo se hubieran acostado a dormir en la misma cama.

Para ser sincera consigo mismo, muy en el fondo esperaba que Felix correspondiera sus sentimientos, que le confesara que en él brotaban sentimientos románticos como lo hacían en ella, pero en su mirada sólo hubo pánico y desesperación. Al contrario de lo que Minju creyó, el silencio fue mucho más doloroso y vergonzoso que todas las palabras que pensó podrían salir de su boca. No hubo lágrimas, realmente ni siquiera sentía ganas de llorar, si hay algo que caracteriza a Kwon Minju era su honestidad y valentía, el pecoso siempre había admirado aquellas características de ella. Esa noche se había salvado de enfrentar a Felix luego de la confesión, pero al día siguiente tendría que regresar y lograr que las interacciones con Felix fueran igual que siempre. Ni siquiera sabía si eso sería posible.

—¿Minju? ¿Sigues aquí? —Ryujin pasó su mano de arriba a abajo frente al rostro de la castaña que parecía haber entrado en un lapso disociativo en algún momento de la conversación. Cuando la nombrada parpadeó varias veces como señal de haber reaccionado la mayor suspiró. —¿Quieres descansar? Preparamos la habitación de invitados para que estés cómoda.

Minju no tenía ni una gota de sueño, parecía tener energía para toda la noche, tal vez fue el haber dormido mucho por la tarde o los mismos pensamientos, pero también sabía que no sería capaz de prestarle atención a cualquier cosa que sus amigas le dijeran.

—Sí, creo que dormir me ayudará más.

—Déjame ver si entendí —Han Jisung, otro estudiante de medicina se encontraba en el departamento sentado en posición de indio sobre la cama del australiano que tecleaba cosas en su computadora con rapidez. —Comenzaste a acostarte con Minju hace casi un mes.

—Ujm —Musitó Felix.

—Le pediste un trato exclusivo entre tú y ella cuando conociste al tipo del piso cinco que le gusta a Minju —Volvió a asentir. —Desde entonces le has recordado una y otra vez cada que tienen sexo que ella te pertenece.

—No todas las veces —Felix arrugó el entrecejo. —Tal vez siete u ocho veces.

—Descarado —Chistó Jisung. —Luego le hiciste un juego mental mientras lo hacían en su habitación hasta que ella misma te dijo que te pertenece.

—¿Por qué suena tan mal si lo dices tú?

—En realidad solo recalco lo más importante —Jisung se encogió de hombros. —No estoy diciendo que seas el patán más grande del mundo, pero tal vez el enamoramiento de Minju hacia ti fue en gran parte tu culpa.

—¿Has pensado en cambiarte a psicología? Se te da muy bien.

—Deja de cambiarme el tema, Lee Felix —El pelinegro lo apuntó acusadoramente. —Bueno, ya hicimos una recopilación de lo que ha pasado entre ustedes, ahora enfoquémonos en el ahora —Se removió en la cama poniendo su cara más seria y aún sin dejar de apuntar al pecoso inquirió: —¿Estás seguro de que Kwon Minju no te gusta?

Un suspiro pesado abandonó los pulmones del pecoso y se dejó caer sobre el respaldo de su silla giratoria. Jisung esperó pacientemente su respuesta mientras jugaba con el cubo rubik sin resolver que Felix tenía en su mesa desde ya hace meses.

—El que calla otorga, Felix.

—No me gusta —Declaró luego de la amenaza. —Sí la quiero, sería raro que no lo hiciera luego de vivir con ella un año entero, pero no me gusta.

—¿Cómo estás tan seguro?

—Solo lo sé —El castaño se encogió de hombros. —Mis acciones la confundieron de alguna manera y debería disculparme por ello, eso también lo sé.

—¿No te dolió que cortara de manera tan brusca lo que sea que tenían? —Felix calló, claro que lo había sentido, pero era más que obvia la razón, él siempre había sido alguien muy activo sexualmente desde que comenzó la universidad, perder a su amiga con derechos obvio iba a hacerle un hueco en el estómago, pero pasaría eventualmente.

—Encontraré otra chica con la cual follar, eso nunca ha sido difícil —Respondió. Jisung negó.

—¿Significa que tampoco va a dolerte cuando ella encuentre otra persona con la cual follar?

Nuevamente silencio, de tan solo pensarlo le ardió el estómago y quizo arrancarse los pulmones por aquella arritmia repentina.

—Ella no es ese tipo de chica, antes de mí jamás la había visto traer a alguien a la casa —Felix pareció muy seguro de su respuesta, pero Jisung aún tenía muchas otras armas para usar.

—Pero han estado haciéndolo durante semanas ¿Crees que no ha cambiado algo en ella? ¿Que volverá a ser esa chica reservada que tomaste?

—Esta conversación es absurda —Felix se puso de pie, de repente había sentido la garganta seca y era mejor huir antes de que su amigo tocara una fibra sensible.

—Lo absurdo es que tu boca diga una cosa y tu cara otra —Atacó Jisung a la espera de que Felix comenzara a hablar.

—Estoy hablando con la verdad, ella no me gusta, no estoy enamorado ni de ella ni de nadie y jamás lo estaré —Cuando abrió la puerta para salir de allí el aire abandonó sus pulmones junto al color de su rostro.

Kwon Minju estaba parado frente a él con una obvia mirada de desconcierto y las mejillas sonrojadas, casi similares a las que tenía la noche anterior antes de irse, cuando recuperó el control se su cuerpo sonrió para disimular la incomodidad entre ambos regresando a sí mismo al pecoso.

—Hola, solo venía a avisar que ya llegué —Explicó mientras jugaba nerviosa con sus manos.

—Oh, está bien —Respondió en tono automático Felix.

—Supongo que no has almorzado, así que prepararé comida —Habló Minju. —¿Jisung se quedará a comer?

Felix se hizo a un lado para que sea Jisung el responda y el pelinegro sonrió amigable.

—Claro, que honor probar la comida que Felix alaba a toda el ala de medicina —Exclamó inocente. Minju sonrió apenada y asintió.

—Bien, los llamaré cuando esté listo.

—Claro.

Cuando Minju regresó a la cocina, la sonrisa desapareció de su rostro y fue suplantada por una mueca de dolor. Esperaba que Felix no se hubiera dado cuenta de que había escuchado casi toda la conversación y que obviamente le había afectado, se enjuagó el rostro en el lavamanos de la cocina y sacó las verduras del congelador para empezar con la receta nueva que había visto en internet hace unos días.

Dios ¿Qué me costaba quedarme callada?

Con cada arrepentimiento aceleraba el corte de las verduras como si el ruido pudiera cubrir el de sus pensamientos, se preguntó a sí misma si debía quedarse esa noche a dormir en su habitación o regresar con sus amigas a su departamento compartido, le habían dicho que podía quedarse el tiempo que quisiera, pero ella no quiso ser tan cobarde y además guardaba las esperanzas de que Felix ya hubiera encontrado las palabras correctas para dirigirse a ella, por un momento su cuerpo actuó en automático cortando, picando y pelando verduras sin mirar la tabla de picar, como consecuencia soltó un quejido de dolor cuando la hoja afilada del cuchillo pasó por sobre el pulgar de la mano con la que manipulaba las verduras, soltó el cuchillo de golpe dejándolo caer al suelo en un estruendo y se miró la herida que en ese momento sangraba demasiado para ser una herida pequeña, abrió el grifo de agua y dejó que el chorro lavara la sangre para mirar mejor el corte, pero apenas la apartaba del chorro la sangre volvía a caer.

Felix entró unos segundos después al lugar luego de haber escuchado el sonido metálico del cuchillo contra el suelo, escaneó todo el lugar y notó el camino de gotas de sangre que terminaban a los pies de la castaña que le daba la espalda concentrada en el chorro de agua frente a ella.

—¿Qué te pasó? ¿Estás bien? —Minju dio un respingo en su lugar cuando escuchó la voz del australiano, pero no respondió ni se movió. Al final fue Felix quién se acercó hasta donde ella y la tomó del hombro para girar su cuerpo y poder escanearla bien. Minju no se resistió a él, incluso alzó la mano para que Felix pudiera ver bien la herida. —¿Fue con el cuchillo? —Ella asintió. —Felix tomó su mano y la observó con detenimiento. —Manténla en el agua, voy por el botiquín.

—¿Todo bien? —Jisung se asomó por la entrada y al analizar la situación siseó. —¿Estás bien, Minju?

—Sí, solo fue una cortada.

—Eso deber doler —Felix pasó por su lado con el ceño fruncido como un rayo en dirección al baño y el pelinegro negó con la cabeza. —Bueno, entonces tocará ayudar con el almuerzo —Se arremangó las mangas de su camisa a botones blanca y caminó hasta la meseta donde antes cocinaba la castaña para observar todo. —Bien, ¿te parece si me guías mientras yo lo hago? —Minju rió y asintió.

—Bien, termina de picar las papas, por favor.

Mientras Jisung seguía las indicaciones de la mayor, Felix regresó para limpiar, curar y vendar la herida.

—¿Te aprieta la cinta? —Minju articuló los dedos para verificar su movilidad y luego negó con la cabeza. —Siéntate, voy a ayudar a Jisung con la comida.

—No te preocupes, ya Jisung está por acabar —Minju se giró para ver a Jisung moviendo la comida en la olla a fuego lento. —¿Cómo va esa cocción? —Jisung solo alzó los pulgares en señal de aprobación haciéndola sonreír.

—Entonces pondré la mesa.

Los tres universitarios comieron entre charlas de la universidad —la mayor parte contada por Jisung— y entre los varones lavaron los platos sucios para que Minju no hiciera nada hasta que pudiera usar una bandita en lugar de una gasa con cinta. Minju les agradeció por la ayuda y regresó a su habitación luego de despedirse del visitante que al parecer ya se iba. Ya en su habitación empezó a trabajar en el ensayo que tenía pendiente para la universidad con música a todo volumen en su computadora, se encargó de dejarle claro a Felix que no quería que la molestaran y él pareció entender la indirecta porque no se asomó por su habitación ni una sola vez. Tal como era antes de que todo comenzara, una parte de ella se sintió bien de regresar a su ritmo habitual, la otra extrañaba mantener conversaciones sobre los trabajos que ambos tenían mientras trabajaban juntos en la sala del departamento con papeles, lapiceros y marcadores por todos lados. Trabajó sin parar hasta que la playlist dejó de sonar y el final de su lectura llegó. Al mirar su reloj de pared se dio cuenta de que ya era tarde, había permanecido en su escritorio durante cuatro horas seguidas sin beber ni comer nada.

—¿Min? ¿Puedo pasar? —La voz de Felix se escuchó al otro lado de la puerta. Ella accedió y la puerta se abrió lentamente dejando ver la cabellera castaña del pecoso. —¿Estas muy ocupada?

—Estoy por acabar mi ensayo ¿por qué?

—Es que pedí comida, comida rápida para cenar en la sala mientras vemos una película —La mirada de Felix paseó por todo el techo de la habitación prestando especial atención en la decoración de galaxia. Era irónico que hubiera estado en esa habitación una decena de veces y era la primera vez que le prestaba atención a los planetas y a las cientas de estrellas pegadas en el ladrillo blanco. Tal vez se debía a que cada que estaba en aquella habitación sus ojos siempre estaban dirigidos a la castaña y sus millones de peculiaridades.

Minju tardó un poco en procesar la información, pero al final aceptó con un asentimiento de cabeza.

—Sí, supongo que está bien.

Mientras Felix buscaba alguna película en el catálogo de la plataforma, Minju abría los platos de comida en la pequeña mesa en el centro de los sofás.

—¿Anoche pudiste dormir? —Preguntó el pecoso aún sin despegar la mirada de la pantalla. Ella dudó, pero al final decidió responder.

—Sí, al menos lo suficiente.

—Las bolsas debajo de tus ojos no dicen lo mismo.

—No seas exagerado —Ella tomó un trozo de carne y lo llevó a sus labios en un gesto de restarle importancia.

—Solo decía —Se defendió él. Pero ahora Minju era quién tenía una duda.

—¿Cómo se te ocurrió la idea de ver una película a altas horas de la noche?

—Supuse que estarías libre a esta hora —Felix se encogió de hombros. —Además el lugar donde pedí comida solo hace entregas por la noche.

Mentira, era una gran mentira, Felix sabía que la castaña no iba a dormir nada al menos las primeras horas de la noche, por ende estaría en cama sobre pensando tal vez sobre las cosas que escuchó decir a Jisung y a él cuando no sabía que estaba escuchando detrás de la puerta, o tal vez se replantearía la idea de mudarse con sus amigas de una vez por todas, en repetidas veces había escuchado decir a ese par de locas que tenía como amigas que podía mudarse con ellas cuando quisiera y el cuarto de invitados sería suyo oficialmente. La idea de vivir solo o de que alguien se mudara en el lugar de Minju le generó escalofríos y decidió que no le daría oportunidad de que las ideas se le cruzaran por la cabeza.

Supongamos que te creo —Externó Minju cruzándose de brazos, Felix la miró mal y ella rió. —¿Qué hubieras hecho si yo no hubiese aceptado? ¿Ibas a comer tanta comida tú solo?

—En realidad iba a invadirte en tu habitación, pero gracias al cielo no fue necesario.

—Idiota —Musitó Minju entre risas. —La película ya tardó en agarrar, ¿no?

—Sí, el internet debe estar fallando —Respondió el pecoso tomando asiento a un lado de la mayor, aunque conservando su distancia. La sala se llenó de un silencio relativamente incómodo en el que ninguno sabía si debía decir algo, hasta que al final Felix decidió hacerlo de nuevo. —Lo siento —Minju lo miró con confusión.

—¿A qué te refieres?

—A lo que sea que hayas escuchado cuando charlaba con Jisung en mi habitación —Minju quiso que la tierra se la tratara al recordar aquel momento tan vergonzoso, pero en su lugar desvió la mirada.

—Recién estaba llegando, así que no escuché mucho —Mintió.

—Ah, claro —Aceptó él australiano. —Aún así, siento todo lo que está pasando.

—¿Te refieres a mi confesión de ayer? —Felix asintió, Minju puso su mejor cara de diversión y bufó. —Olvidalo ¿sí? Fue un momento de debilidad, tal vez las chicas tengan razón y sean esos momentos de confusión que sentimos las chicas luego de pasar mucho tiempo con algo parecido a una relación. Solo déjalo pasar, en unos días las cosas volverán a ser como antes de toda esta situación.

Felix parecía confundido, tenía el ceño fruncido y la boca semiabierta.

—¿H-hablas en serio? —Minju asintió. —¿Y qué pasa con tu insomnio? ¿Ya lo superaste?

—Estaré bien, tal vez sea momento de visitar a un especialista en estas cosas —Felix asintió aún con la sorpresa adornando su rostro, luego el sonido de la película comenzando los sacó de aquella extraña conversación. —Oye, mira, ya comenzó.

Ambos se acomodaron en el sofá mientras observaban el inicio de aquella película de acción con suma atención,  o al menos era lo que Minju hacía ya que la cabeza de Felix parecía maquinar muchas cosas al mismo tiempo. Bueno, supuso que debía comenzar a actuar de manera normal frente a ella, para dar de su parte en este intento de regresar las cosas a la normalidad. Cuando la película acabó, Minju comenzó a recoger la basura al tiempo que Felix apagaba la tele y desenchufaba los conectores.

—Tal vez el doctor Bang pueda ayudarte, es mi profesor de neurología y si no, entonces debe conocer a alguien que pueda tratarte —Dijo cuando dejó a la más baja frente a la puerta de su habitación. A Minju le brillaron los ojos y asintió con emoción.

—Sí, sería genial, Lix.

—Le escribiré por la mañana. Tal vez pueda atenderte mañana mismo.

—Muchas gracias, de verdad no sabes cuanto significa esto para mí —Sin previo avisó la castaña lo abrazó por el torso con la alegría desbordando de sus poros. Felix rió antes de devolver el abrazo.

—Voy a remendar todas las cosas que hice mal, lo prometo, Junnie.


Si ya vieron el calendario se han de haber dado cuenta de que falta muy poco para el final, espero que lo estén disfrutando, esta vez hemos ahondado más en las interacciones de otros personajes y dejado un poco de lado el smut, pero sin perder la esencia de estos dos polluelos ^^.

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