(🪐) ━━ O3 : exclusiveness

Minju no recordaba la última vez durmió así de bien, su cuerpo se sentía ligero y su cabeza no dolía como lo hacía usualmente por la mañana, no pudo evitar sonreír con la paz interna que estaba sintiendo en ese mismo momento, hasta que el chico que en algún momento de la noche la había abrazado por la cintura aún de espaldas se removió pegando aún más la pequeña espalda a su fornido pecho, Felix escondió su nariz en el hueco del cuello de la más baja y suspiró con fuerza mandando un cosquilleo a la nuca de la castaña que rió suavemente.

—Buenos días —Murmuró Felix con su característica voz ronca mañanera.

—Buen día —Minju se removió en su lugar y el contrario se aferró aún más a su pequeña cintura para evitar que ella saliera de la cama, cuando el cuerpo del más alto ahuecó el de la fémina fue entonces que pudo sentir la dureza de Felix contra su trasero, una sonrisa se extendió en sus labios. —¿También debería darle los buenos días a tu amigo?

Felix se carcajeó suavemente y sin vergüenza alguna pegó aún más su pelvis al trasero de castaña que gimió agudo ante el roce de pieles.

—Ignoralo, se pasará eventualmente.

—Para que esperar si puedo ayudarte —Propuso Minju juguetonamente dándose la media vuelta para quedar frente a frente con el pecoso que ahora compartía con ella esa sonrisa lujuriosa.

—No voy a rechazar semejante cortesía —Con el permiso conseguido Minju rodó encima por encima de él quedando sobre su abdomen marcado con las piernas a cada lado, un siseo escapó inevitablemente de sus labios tras sentir el característico dolor de una buena noche en la espalda baja.

—Joder, eso dolió una mierda —Se quejó sin pudor.

—Pero puedes caminar ¿No era ese tu miedo? —Se burló el peliazul disfrutando de la vista que Minju le ofrecía de su cuerpo desnudo, algunas de las mordidas que había hecho en ella anoche se miraban debajo de sus clavículas y entre el monte de sus senos.

—No te burles cuando estoy ofreciendo mi ayuda como una buena compañera de piso —Sin previo aviso se deslizó hacia atrás frotando su sexo desnudo contra la ya dolorosa erección debajo de ella.

Felix soltó un gruñido y la tomó por las caderas alentándola a continuar, Minju apoyó sus manos sobre el marcado abdomen del pecoso y continúo moviendo sus caderas de adelante hacia atrás asegurandose de tener la polla del chico justo entre sus pliegues, Minju sintió su coño gotear no solo por el roce de sus intimidades sino por lo ruidoso que estaba siendo el peliazul en ese momento, soltaba jadeos y gemidos graves y uno que otro insulto cuando sus caderas se movían por si solas empujando aún más su erección en la hendidura de la morena.

—Joder, Min… no te detengas, ya casi… —Rogó el australiano con la voz entrecortada y un poco más aguda den lo usual. Minju se inclinó levemente hacía el frente para que el roce también tocara su clítoris y sus movimientos fueron torpes cuando la punta hinchada y rosada del chico impactaron contra su punto de nervios. Aceleró sus movimientos cuando observó a su compañero arrugar el entrecejo y apretar los ojos con fuerza antes de temblar debajo de ella y soltar un gemido casi gutural cuando su semilla salió a borbotones de su punta acabando en su propio abdomen y un poco en los pliegues de la castaña quien no detuvo sus movimientos hasta correrse ella también gimiendo alto y fuerte.

Ambos terminaron con la voz entrecortada y la respiración hecha un desastre, Minju se deslizó a un lado en el lugar de la cama donde había dormido y cerró los ojos mientras intentaba recuperar el control de su respiración. Felix por otro lado se posicionó sobre ella con un simple movimiento de piernas, mismas con las que separó las de la castaña que no puso resistencia cuando el pecoso comenzó a repartir besos por toda su cara comenzando a descender por el que podía ser su camino favorito.

—Lix, tienes universidad —Chistó ella, pero Felix fingió no haberla escuchado y continuó con su camino de besos.

—Abre esas bonitas piernas para mí —Ordenó el chico cuando por fin llegó al nivel de la entrepierna de Minju. La chica obedeció y Felix no dudó en empezar su trabajo con ayuda de su lengua y sus dedos, ella gimió y se retorció debido a la sensibilidad de su sexo debido al orgasmo que había tenido momentos antes, hundió su cabeza entre las mullidas sábanas y arqueó su espalda cuando los dedos largos y delgados encontraron su punto dulce. Felix soltó un gruñido mandando las vibraciones a su sobre estimulado clítoris antes de soltarlo para mirarla con esa mirada dominante que adoptaba durante el sexo. —Mírame, bebé. Quiero mirarte a los ojos mientras te corres en mi boca.

La noche anterior Minju no había podido apreciar del todo el rostro del australiano por la carencia de luz, pero aquella mañana Lee Felix estaba comiendo de ella a las ocho de la mañana, la luz del sol traspasaba sus cortinas blancas iluminando toda la habitación. Cuando ambas miradas se encontraron un escalofrío recorrió la espalda baja de la fémina, pues los bonitos ojos del peliazul estaban dilatados, bañados en lujuria y excitación, el pecoso continuo con su tarea sin despegar la mirada de la de Minju hasta que las paredes de la castaña se estrecharon sobre sus dedos y sus caderas temblaron involuntariamente, remplazó rápidamente sus dedos por su lengua y bebió de su orgasmo dulce y salado al mismo tiempo.

Felix quería más, quería volver a estar dentro de ella y llenarla de él hasta que le suplicaras que pare, pero entonces su alarma sonó indicando que debía empezar a prepararse para la universidad y se obligó a dejar el asunto hasta allí.

—Se acabó el tiempo —Musitó y Minju quien aún estaba recuperándose del orgasmo asintió.

—Ve a arreglarte, yo haré el desayuno.

Felix asintió y salió de la cama para tomar su ropa y salir de la habitación aún desnudo hasta el cuarto de baño. Minju suspiró y tomó su ropa para vestirse rápidamente con la pijama de la noche anterior e ir directamente a la cocina, ya se daría un buen baño después.


—Hoy pareces otra persona, como más… fresca —Dijo Chaeryeong bebiendo de la pajita de su batido de avena.

Ryujin negó rotundamente llamando la atención de ambas chicas.

—Más follada será, tiene cara de orgásmica —Soltó.

—¡Ryujin! —Se quejaron ambas menores.

Debido a las clases virtuales, el trío de amigas no se había visto en días, lo que no pasaba muy seguido más allá de las vacaciones de navidad, así que ese día después de clases quedaron en verse en el lugar de siempre, una tienda de bebidas de todo tipo que le encantaba a los universitarios, y ellas no eran la excepción.

—Es la verdad, ¿Cuántos orgasmos tuviste? ¿Dos? ¿Tres?

—Esas cosas no se preguntan en público —Musitó lo más bajito posible Minju. Ryujin rodó los ojos y Chaeryeong fingió demencia.

—Pero ya lo hice, contesta.

Fue el turno de Minju de rodar los ojos, pero se rindió y contestó. —Dos anoche, dos en la mañana.

Y los ojos de ambas amigas se abrieron como un par de pelotas.

—¿Dices que pasaste la noche con un chico? —Susurró Chae intentando ser discreta a diferencia de la mayor del grupo. Minju asintió bebiendo de su batido de café.

—¿Lo conocemos?

—No es de la facultad si es lo que intentan averiguar.

—Bien, descartados facultad de nutrición —Ryujin miró a algún punto de la nada mientras intentaba hacer memoria. —¿Fisioterapia?

—No.

—¿Uno del área de pediatría?

—Definitivamente no —Minju rió ante la nula probabilidad.

—¿Pero sí estudia una carrera relacionada con la salud? —Minju asintió. —Entonces tiene que ser un cirujano —Concluyó Chaeryeong una vez tomó confianza de la situación.

—¿Es Seo? Si es él no te culpo, también quiero que me ahorque con esos…

—No es Changbin —Le cortó Minju a la mayor.

—¿Taehyun? ¿Heeseung? No, oye espera ¿Es de último año?

—Es Lee Felix cierto —Soltó de repente la más pequeña entre ellas y la boca de Minju se abrió de golpe.

—¿C-cómo supiste?

—Porque lleva quince minutos taladrándote la nuca desde la mesa del fondo a la izquierda —Informó mostrándole su teléfono donde en algún momento de la conversación había tomado una foto de Minju con el ángulo apuntando a la inconfundible cabellera azul del australiano que efectivamente tenía su mirada sobre ella.

—¿Te estás follando a tu roomie? —Ryujin parecía sorprendida, lo cual era decir mucho porque a la mayor casi nada le sorprendía o en general causaba alguna emoción en ella. —Cariño, esto puede salir mal de muchas maneras.

—Solo estamos teniendo sexo, no estamos involucrando sentimientos —Informó Minju como si así resolviera la preocupación de su amiga.

—¡Ha! Como se nota que ninguno estudia psicología —Bufó Ryujin y Minju hizo un gesto ofensivo.

—S-sólo me está ayudando, para que pueda dormir mejor.

—Señor, esta juventud de hoy en día —Ryujin fingió una mueca de nostalgia. —Como sea, follen como conejos si quieren, solo intenten no cagarla, lo último que necesitas este año es un corazón roto.

—No seas tan dura con ella, Ryu —Chistó Chaeryeong. —Ya están grandes, saben lo que hacen.

Minju asintió en medio de una enorme sonrisa falsa, pues lo que menos sabía era en lo que se estaba metiendo, esa misma mañana después de que Felix se fuera a la universidad, cuando por fin pudo pasar tiempo con ella misma, parte ella comenzó a pensar en las últimas horas de su vida, no podía sacar una conclusión sobre la situación que se estaba desarrollando con Felix, si bien había tratado con una faceta nueva del australiano durante aquella mañana, la actitud de Felix volvió a ser la de siempre apenas dejaron de compartir la cama, una parte de Minju agradecía eso, pues hubiera sido incómodo tratar con una versión melosa del pecoso durante el resto del día. No eran una pareja definitivamente, pues Felix había sido claro el día anterior de que no pensaba involucrar sentimientos y ella pensaba hacer exactamente lo mismo, sí, solo era sexo, nada podía salir mal si no confundían las cosas.

—Pero si es el sorprendente Lee Felix —La característica voz burlona de Ryujin la sacó de sus pensamientos obligándola a girarse a mirar hacía donde lo hacía la rubia.

Felix estaba parado a su lado con una sonrisa de labios cerrados, o esa misma que le da a la gente que no conoce por cortesía.

—Anda, ¿Por qué sorprendente? —Preguntó el peliazul.

—Pues es que es muy difícil dar contigo, siempre estás ocupado o simplemente no estás —Respondió Chaeryeong qué tenía más cercanía con el pecoso que la rubia a su lado. —¿Quieres sentarte con nosotras?

—Oh, realmente ya me iba a casa, solo quería avisarle a Minju aprovechando que estamos en el mismo lugar —Respondió Felix. —Pero ya será en otra ocasión.

—Yo también ya me iba, podemos irnos juntos —Dijo Minju tras por fin acabarse su enorme vaso de cafeína pura. Felix frunció el entrecejo al sentir el olor del café.

—No deberías tomar cafeína, le hará mal a tu insomnio —Informó Felix a lo que Minju de encogió de hombros.

—Aun es temprano, gastaré la energía de camino a casa —Se excusó.

La castaña se despidió de sus amigas y prometió verlas el fin de semana sin falta, Felix la esperó pacientemente a que su ritual de despedida terminara para empezar a caminar con ella hacía la estación de autobús.

—¿Qué hacías allá? Nunca te había visto en el local —Preguntó la más baja una vez tomaron asiento en la parada correcta.

—Se supone que me juntaría con Changbin y Yeji para organizar el trabajo en equipo, pero ambos cancelaron a última hora —Una mueca de frustración se instaló en el rostro del chico y Minju palmeó su hombro en señal de apoyo.

—Conociéndote debes estar frustrado —Felix asintió.

—Solo espero que podamos realizar el trabajo sin problemas.

El autobús que debían tomar de camino a casa, ambos pagaron y tomaron asientos juntos casi al fondo del transporte.

—Tranquilo, siempre logras entregar tus trabajos a tiempo y casi perfectos, esta vez no será la excepción —Felix agradeció la confianza y finalmente sacó sus airpods para colocar música en su teléfono, le cedió uno de ellos a Minju que lo tomó gustosa y se lo colocó mientras él buscaba alguna canción en su playlist.


Para cuando llegaron a su apartamento ya eran pasadas las ocho de la noche, Felix caminó a su habitación con prisa y cerró de un portazo que hizo a Minju brincar mientras entraba a su propia habitación, se tumbó sobre su cama y se sacó los zapatos a base de pataleos para luego tomar su teléfono y revisar su mensajería, habían muchos mensajes en el chat grupal de su facultad, pero los ignoró para responder mensajes individuales de su familia. Tres toques en la puerta la sacaron de su burbuja.

—Pedí comida a domicilio, pero voy a ducharme, no vayas a estrellarte con la puerta de nuevo.

Entonces no le pongas seguro. Pensó ella, pero en su lugar respondió; —Fingiré que no oí eso último, estaré al pendiente del repartidor.

—Gracias, Min.

La castaña continuó en su teléfono ahora mirando videos en tiktok, miraba los videos entretenida cuando el sonido del timbre llamó su atención, al parecer la comida ya había llegado. Corrió aún descalza hasta la puerta y abrió de golpe antes de que el repartidor decidiera darse media vuelta.

—Buenas no… —Sus palabras quedaron a la mitad cuando se dió cuenta de que la persona frente a ella no era el repartidor de comida. —H-hyunjin.

El mencionado sonrió.

—Hola, siento la molestia, quería saber si de casualidad tendrías levadura para prestarme un poco.

Hwang Hyunjin era un estudiante de filosofía que residía en el mismo edificio que ella, solo que habitaba dos pisos más arriba y por eso casi no se encontraban, algunas veces se encontraban en el elevador o durante las compras de fines de semana y compartían charlas efímeras como un par de vecinos normales. El asunto estaba en que a Kwon Minju le gustaba el chico de sonrisa deslumbrante. Siempre usaba atuendos afines al marrón y el crema y su cabello variaba entre rubio y castaño claro, usaba gafas por el sin fin de lecturas que siempre tenía a la mano y eso mismo resaltaba el lunar debajo de su ojo izquierdo sin mencionar que era alto, muy alto, pero Minju jamás se había atrevido a confesarlo o al menos a profundizar su amistad.

—Oh, creo que sí, la otra vez usé un poco para hot cakes de ave…

—¿Ya llegó la comida? Eso fue demasiado rápido —Felix hizo acto de aparición detrás de ella aún con la toalla sobre sus hombros para absorber el sobrante de agua de su cabello. Cuando Hyunjin reparó en su presencia no pudo evitar verse sorprendido. Felix por su parte sonrió tímido. —Lo siento, creí que eras el repartidor.

Hyunjin hizo un gesto con la cabeza indicándole que no importaba y regresó su vista a la chica que se encontraba pálida de repente.

—No sabía que tenías novio —Le dijo el más alto que en ese momento recién se había retocado el rubio de su cabello.

—N-no es mi novio —Se apresuró a infórmale ella.

—Soy Lee Félix, su compañero de piso, un gusto —Puso su mejor sonrisa de cortesía y le extendió la mano al más alto.

—Hwang Hyunjin, piso cinco —Le informó estrechando la mano del pecoso. —Nunca te había visto por acá.

—Es que casi no salgo o llego muy tarde de la facultad —Felix se acomodó del borde de la puerta para hablar más a gusto con Hyunjin bloqueando a Minju de la vista del rubio. —¿Tú qué estudias, Hyunjin?

—Filosofía e historia universal.

—Vaya, debes vivir rodeado de libros.

Hyunjin rió evidentemente incómodo. —Sí, algo así.

Un silencio incómodo se formó entre ambos chicos que se miraban fijamente en lo que parecía un concurso de miradas.

—¡La levadura! —Minju alzó la voz sacando a ambos chicos de su transe para mirarla fijamente a ella. —Iré por ella, no tardo.

La castaña corrió hasta la cocina y abrió el cajón de especias donde recordaba haber visto el pomo de levadura, lo tomó y corrió de regreso a la entrada donde esperaba que los chicos no siguieran con ese incómodo ambiente, para sorpresa de Minju, el pecoso ya no estaba allí y solo era Hyunjin esperando por ella.

—Aquí está, está casi nuevo así que debe alcanzarte —Le tendió el bote blanco de etiqueta azul que Hyunjin tomó con sus enormes manos llenas de anillos.

—Gracias Minju, te lo regresaré al terminar.

—Está bien, no creo necesitarla en mucho tiempo —Le restó importancia con un movimiento de manos.

—Gracias nuevamente.

Ambos se despidieron con un movimiento de cabeza y cuando Minju lo perdió de vista, cerró la puerta detrás de ella.

—Hwang Hyunjin, nunca me dijiste que eras amiga suya —Felix estaba sentado en uno de los sillones de la sala de estar a la espera de que la rara escena entre su vecino y su compañera de piso acabara, Minju quien no se había dado cuenta de su presencia brincó en su lugar del susto.

—Diría que somos más conocidos que amigos —Respondió ella.

—Pero te gusta ¿Verdad? —Las cejas de Felix se movieron de arriba a abajo con un gesto pícaro.

—Es lindo, pero no podría salir con el jamás —Minju se dejó caer sobre otro de los sofas —Felix frunció el ceño.

—¿Por qué no?

Minju se encogió de hombros.

—Somos de mundos distintos, el es letras y poesía, yo soy números y calorías.

—Eso es una tontería —Afirmó Felix —No tienen que ser igual para funcionar.

—No hablemos más de esto ¿Sí? No tiene caso —Minju se puso de pie comenzó a alejarse de allí.

—¡¿A dónde vas?! —Se quejó el australiano extrañado de la repentina actitud de amiga.

—A darme un baño, te toca esperar la comida.


—¿A qué te refieres con exclusividad? —Inquirió la castaña cuando Felix ingresó a su habitación luego de haberse ofrecido a lavar los trastes de la cena.

—Me refiero a que no puedes acostarte con otros chicos mientras tú y yo estamos en… lo que sea que estamos siendo —Se sacó la camisa de un tirón dejando a una Minju anonadada conla vista como cada vez que puede admirar la espalda estrellada del peliazul.

—Solo por curiosidad ¿Por qué no?

Felix la miró con el rostro afligido casi frustrado y Minju rió ante esa reacción, aunque tal vez al peliazul no le dió la misma gracia porque se acercó hasta ella a zancadas y la tomó de la nuca con fuerza para obligarla a mirarlo a los ojos, la más baja gimió ante el tacto.

—No me gusta compartir, mucho menos competir por la atención de alguien. Manos arriba —Ella obedeció y Felix sonrió mientras le secaba las blusas del pijama observando nuevamente sus tetas al aire debido a la falta de sostén. —Adoro que seas tan obediente.

—Me gusta seguir tus órdenes en la cama, te ves tan caliente dando órdenes que no puedo decirte que no —Se sinceró Minju adoptando la misma voz lujuriosa que Felix ya había tomado desde que empezó a desvestirse.

El peliazul atacó los labios de su acompañante en un beso fogoso, húmedo y dominante, uno donde él marcaba el ritmo y ella lo seguía sin chistar, cuando sus pulmones exigieron aire se separaron, sus respiraciones eran irregulares y la necesidad por tenerse el uno al otro era tan evidente que no podían esperar ni un segundo más.

—Bien, entonces a la cama en cuatro, ahora —Y Minju nuevamente acató la orden del pecoso lista para tomar todo lo que él quisiera darle.

(🪐)

Última actualización de la semana
en mi perfil, estaré algo ocupada con
la uni, pero regreso en breve entre
el martes o miércoles :)

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