(🪐) ━━ O2 : test night

Para sorpresa de Minju, el comportamiento de Felix con ella no había cambiado de la nada, durante la cena le habló para cenar e incluso le preparó un té de lavanda —más para relajarla que para adormecerla— y le habló de como los precios en la tienda donde siempre iban a hacer las compras del mes ya habían subido a comparación de los meses anteriores, ella también aportó a la plática datos como el hecho de que las carnes se veían más frescas y los lácteos estaban en mejor estado en comparaciones de compras anteriores.

—Siempre buscándole el lado bueno a las cosas —Concluyó Lee después de ponerse de pie y dejar sus trastes de la cena en el fregadero, ella aún no acababa su tazón de frutas y yogurth así que no se movió de su silla. —Te he enviado una playlist de canciones relajantes, al menos a mí me ayudan a conciliar el sueño, pruébalo y luego me dices que tal te fue.

Felix continuaba con su actitud de siempre, como si horas antes no hubieran tenido una plática extraña que involucraba el sexo como un método para acabar con el insomnio y Minju agradecía internamente que las cosas se mantuvieran igual, pero para ella mirar a Felix de la misma manera le fue imposible desde que lo vió darse placer en su habitación, solo esperaba que el australiano no se diera cuenta de ello.

—Descansa, Lix —Dijo Minju sin despegar la mirada de su tazón de fruta. Felix tardó unos segundos en contestar, pero al final lo hizo.

—Tú también, Jun… o al menos inténtalo.

Minjun se quedó unos segundos pensando en lo último que el peliazul había dicho antes de irse, ¿Qué se supone que intentaba decirle? La castaña terminó de cenar y llevó sus trastos sucios al mismo lugar donde el pecoso había dejado los suyos antes de irse, se dijo a sí misma que los lavaría mañana durante clases para no dormirse en caso de que aquella noche no pudiera dormir bien nuevamente.

La hora en su teléfono aún marcaba las nueve de la noche, así que regresó a su habitación luego de darse una ducha tibia y encendió la pequeña bocina que tenía en su escritorio para colocar música con el volumen suficiente para que solo ella pudiera escucharlo en su habitación, colocó la playlist que Felix le había mencionado y después de apagar las luces de su habitación, se tumbó sobre su cama para intentar dormir. Cerró los ojos con fuerza y dejó que la música ocupara todos sus pensamientos.

El ritmo era lento y la voz grave y del cantante le recordaba mucho a la del chico con estrellas en el rostro que dormía en la habitación continúa a la suya, de repente sintió las sábanas de su cama arder sobre su piel al recordar el tacto del chico sobre sus caderas aquella misma tarde, la voz grave y juguetona que había usado para envolverla en el ambiente erótico que él quería y su clsisa respiración contra su oído y aparte del cuello. Suspiró pesadamente cuando se dió cuenta de que había estado aguantando la respiración mientras pensaba en él y su pecho volvió a moverse de arriba hacía abajo con naturalidad, se había negado a tocarse pensando en su compañero de piso porque creía que era algo enfermizo, pero saber que Felix había sido consciente de su presencia mientras se tocaba en su habitación la excitó mucho, cuando se dió cuenta, se encontraba deseando con ansias que Felix la tomara y la hiciera suya mientras le decía cosas sucias con su voz grave, de solo imaginarlo un gemido escapó de sus labios y fue imposible quedarse en su cama un segundo más, ya no había nada que pensar, necesitaba de él y no solo para poder dormir.

Se colocó las pantunflas y desenredó el cabello que había comenzado a anudarse luego de retorcerse en su cama, se miró en el espejo asegurándose de verse deseable y sin pensar en lo que pasaría después apagó la música y salió de su habitación. Solo requirió de cuatro pasos para colocarse frente a la puerta cerrada de la habitación de Felix, sabía que tenía apagado el foco de su habitación, pues no había rastro de la luz blanca que ella también poseía en la suya, pero una luz azul sí que sobresalía por las rendijas, la habitación estaba en total silencio y temió por un segundo que el pecoso ya estuviera dormido, pero aún así tocó la puerta tres veces.

Esperó allí diez o quince segundos esperando escuchar algún ruido que le indicara que el chico la había escuchado, pero nada. Decepcionada por el resultado dió el primer paso para regresar a su habitación cuando finalmente la puerta abrió dejando ver una versión de Felix que Minju jamás creyó conocer alguna vez; llevaba el cabello alborotado, probablemente por haber estado recostado en cama y las prendas que usaba como pijama eran únicamente una playera blanca sin tirantes y sus boxers grises aguantados a su cintura, Kwon Minju tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para no quedarse mirando a su entrepierna que se marcaba debajo de la tela inferior y regresó al rostro del australiano, ni siquiera se molestó en fingir que no le sorprendía la presencia de la más baja frente a él cuando eran poco más de las diez de la noche, porque realmente sí que le sorprendía.

—¿Qué pasa? —Preguntó.

Y Minju le rezó a todos los ancestros del pecoso por haberle dado aquella voz tan privilegiada, sintió sus piernas temblar de lo sexy que había sonado ese tonó somnoliento. La castaña se aclaró la garganta antes de pensar en sus siguientes palabras.

—E-escuché la playlist —Informó.

Felix asintió mientras habría por completo la puerta de su habitación y apoyánse de costado al marco de la puerta, como si se preparara para una larga conversación.

—¿Qué pasa con eso?

—N-no… —Hizo una pausa buscando la mirada café del más alto para clavarse en ella antes de seguir. —No me ayudó a dormir.

—Mhh, entiendo —Volvió a posicionarse correctamente de pie antes de dar un paso al frente para tener a Minju lo más cerca posible, la tomó de la barbilla y la obligó a mirarlo a los ojos con solo unos milímetros de distancia, tanto así que sus respiraciones se entremezclaban y quemaban al hacer contacto con la piel contraria, o al menos así lo sentía Minju. —Dime porque has venido a mi puerta Minju, y hablo de la verdad.

Kwon tragó grueso ante la nueva orden, tenía la respuesta preparada desde que puso el primer pie fuera de su habitación, pero no creyó que tendría que decírselo a solo centímetros de su rostro. Cuando Felix se dió cuenta del debate mental que la chica estaba teniendo hizo más presión en el agarre de su barbilla trayendola de regreso al presente.

—Minju —Gruñó sabiendo el efecto que su voz tenía en todo el sistema nervioso de la castaña. —Te di una orden.

La actitud dominante que el chico había adoptado sólo la excitaba más y la vez la armó de valor suficiente para responder.

—¿Tu oferta de esta tarde sigue en pie? —Habló en un todo más agudo y sensual de lo que usualmente es su voz.

—Claro que sí, por Dios —Y sin aviso Felix se apoderó de sus labios en un beso necesitado que Minju no tardó en corresponder, el piso de deshizo debajo de ella porque comenzó a temblar y tuvo que aferrarse a los anchos hombros de Felix con sus pequeñas manos para mantener el equilibrio, las manos del chico viajaron a sus caderas y no tuvieron que interrumpir el beso para entender lo que le pedía, con ayuda de las manos ajenas dio un brinco hasta enredar sus piernas en la delgada cintura del australiano dejando que sus intimidades se froten entre sí por encima de las finas telas que usanban por pijama. Finalmente ambos se separaron para soltar jadeos y gruñidos de placer. —¿Tu habitación o la mía?

—La tuya —Respondió sin pensar, solo quería que Felix la hiciera sentir bien con las luces azules bañando sus cuerpos. Felix no respondió, solo se encaminó de regreso a su habitación cerrando la puerta detrás de él aún con la más baja aferrada a sus caderas y ahora a su cuello. La dejó caer lentamente sobre su cama y la admiró de pies a cabeza como si estuviera viendo una pila de oro puro, Minju no se movió ni un centímetro a la espera del próximo movimiento del pecoso quien no dudó en sacarse la camisa que comenzaba a quemar su piel de lo innecesaria que era.

Allí tumbada en la cama con sábanas también azules, Minju se sintió la chica más afortunada de mundo por poder observar desde ese ángulo la casi desnuda figura de Lee Felix, deseó con todas su fuerzas deshacerse de los boxers que cubrían el miembro ya erecto del chico y solo estorbaban en esos momentos a la exquisita vista que tenía la mayor.

—¿Ya terminaste de follarme con la mirada, cielo? —Murmuró burlón y egocéntrico el australiano a lo que ella asintió. —Es tu turno, arriba las manos, cariño.

Minju obedeció sin chistar y gimió cuando los dedos fríos del pecoso rozaron su piel caliente mientras se deshacía de su camisa por él mismo, los ojos de Felix brillaron cuando se dió cuenta de que ella no llevaba sujetador debajo de la prenda y de que sus pezones ya se encontraban erectos ante el manoseo previo.

—Recuestate y alza las caderas —Nuevamente obedeció apoyándose de sus piernas para facilitarle a Felix el trabajo de desnudarla. Ahora ambos se encontraban en igual nivel de desnudes y Lee no perdió tiempo para acomodarse entre las piernas de la fémina, subió a la altura de su rostro e inició otro beso caliente y húmedo, sus lenguas danzaron entre sí antes de que él decidiera atrapar el labio inferior de la contraria entre sus dientes y morder suavemente robándole un chillido a la chica debajo de él.

—¡Felix! —Pero no la dejo hablar, la acalló con otro beso esta vez fugaz y luego comenzó a repartir besos por su cuello y clavículas.

—Esta noche es solo para ti, disfrútalo y dejate consentir —Ordenó Felix antes de chupar la piel debajo de sus clavículas, Minju asintió mientras paseaba sus manos por toda la espalda del peliazul disfrutando de los besos. —Palabras, cariño.

—S-sí ¡Ah! —Un chillido escapó de sus labios cuando los labios de Felix envolvieron uno de sus pezones ya erectos haciendo círculos alrededor de él con la lengua, chupó de él como si fuera un bebé esperando por su leche y mordió suavemente antes de pasar al otro y hacer exactamente lo mismo mientras con sus dedos le daba atención al que acabas de soltar. —Felix… ¡Dios!

Minju se retorcía debajo de él sin poder evitarlo, sentía su entrepierna humedecerse aún más conforme Félix descendía sus besos y apretaba su trasero con ambas manos, usaba tanga fuerza que estaba segura de que al día siguiente tendría la silueta de sus dedos marcados en él. Finalmente los besos llegaron a su pelvis, Minju dejó de respirar cuando Felix la tomó por fuera de los muslos internos para abrirla más de piernas y tener su mojado y necesitado coño a su dispocisión con su rostro a solo centímetros de su centro.

Se sintió ansiosa cuando se dió cuenta de que Felix se había detenido a mirar su sexo embelesado, el calor subió a sus mejillas aún más de lo que ya las tenía y se removió a como pudo tomando en cuenta que el peliazul la tenía inmovilizada de las caderas para abajo. Finalmente sintió algo suave, húmedo y caliente pasar duramente por su raja aún vestida y un grito agudo acompañado de un respingo fue la señal que Felix necesitaba para actuar, con sus dientes hizo a un lado la tela blanca de sus bragas que ahora estaba en un tono más oscuro debido a todos los jugos que había absorbido de Minju.

—Estás tan mojada que tu coño brilla —Felix uso su dedo medio y anular para recoger los jugos que chorreaban de ella y luego llevárselos a la boca para lamerlos como si de un dulce se tratara, se los llevó al fondo antes de sacarlos con un ligero 'pop' de su boca.

—Joder, Felix no hagas eso —Gimió la chica intentando frotar sus muslos para satisfacer la lujuria que la abrumaba, pero el pecoso volvió a abrir sus piernas con fuerza.

—Te dije que iba a consentirte —Riñó. —Así que quédate quieta, preciosa —Y volvió a dejar otra lamida de abajo hacía arriba de su coño hasta llegar al centro de nervios donde enrolló sus labios y chupó suavemente provocando escalofríos por todo el cuerpo de la castaña.

—¡Lix! ¡Mierda! —Las mano derecha de Minju tomó a Félix por los cabellos y lo hizo hundirse aún más en su sexo en busca de su liberación que ya sentía anudarse en la boca de su estómago. —Voy a… ¡Felix, por Dios!

Le importaba un bledo si sus vecinos la escuchaban, Félix la había penetrado con dos de sus dedos sin aviso mientras el movimiento de su lengua sobre su clítoris hinchado y sensible se hacía más rápido y placentero.

—Deja de llamar a Dios —Chistó Felix alejándose solo un poco de centro haciéndola temblar por el choque de su aliento sobre su zona humeda. —Yo soy quien te está llevando al cielo con mi lengua y mis dedos —Sacó por completo sus dígitos de la vagina ya maltratada solo para alzar sus caderas con ambas manos y colocar una de sus tantas almohadas debajo de ellas para mantenerlas arriba y poder tener un mejor acceso de ella, con sus manos abrió los labios mayores ya hinchados y rosados e ingresó su lengua donde anteriormente habían estado sus dedos.

Minju se sintió desfallecer cuando el chico ingresó y retiro su lengua repetidas veces, nuevamente volvió a ingresar dos de sus dedos esta vez a una velocidad más fuerte mientras con con el lugar de su otra mano le daba atenciones a su centro de nervios, el cuerpo de la castaña sufría espasmos debajo del peliazul quien al sentir sus dedos ser aprisionados por las paredes vaginales de la castaña sonrió satisfecho.

—Anda preciosa, córrete en mi boca —Y así lo hizo, aferrándose a las sábanas ya arrugadas y húmedas del peliazul mientras sus ojos se tornaban blancos y sus gemidos fueron más gruñidos guturales que jamás creyó podrían salir de ella. Felix bebió cada gota que su boca le permitió tomar y se limpio la restos alrededor de sus labios con el torso de su mano. —Te has corrido mucho, estoy seguro de que jamás te habías corrido así en tu vida.

Aún con el cerebro hecho papilla, Minju negó dándole la razón al australiano, quién una vez más sonrió satisfecho.

—¿Cómo se sienta tu cuerpo, Minju? —Quiso saber Felix.

—Me hormiguea el cuerpo completo —Se sinceró ella.

—¿Suficiente cansada para dormir? —Minju negó con la cabeza. —Que bueno, porque se viene mi parte favorita.

—¿Eh? —Los ojos de Minju se abrieron de golpe y buscó la mirada de Felix a la espera de que sea una broma, pero estaba claro que no lo era, se estaba deshaciendo de sus jodidos boxers liberando por fin su polla, su malditamente larga polla con la punta brillando en presemen. —Mierda Lix, vas a partirme —Chilló Minju cuando lo observó tomarla con su mano izquierda para comenzar a bombearla de arriba a abajo esparciendo el líquido preseminal por todo su tronco, Felix solo pudo soltar una risa ronca.

—¿Qué te sorprende, Min? Ya la habías visto antes ¿No? —Se apresuró a recordarle él haciéndola sonrojar.

—¡Sí, pero estaba a metros de ti! —Se defendió ella. —De cerca tiene pinta de que no podré caminar por semanas.

—Si la tocas, perderás el miedo.

Minju entendió enseguida lo que el pecoso le estaba pidiendo indirectamente y sin pensarlo dos veces enrolló sus dedos sobre el glande ya expuesto de lo dura que se encontraba, apretó suavemente a su alrededor y Felix soltó un improperio en medio de un gruñido, la acción lo había tomado totalmente desprevenido, la mano de la femenina comenzó a bombear de arriba a abajo con movimientos lentos obligando a Felix a dejar caer su cabeza hacia atrás con las manos apoyadas por detrás de la espalda aguantando su peso.

—Joder, más rápido —La castaña obedeció enseguida aumentando también la presión en ella haciendo círculos con la palma de su mano ocasionalmente cuando llegaba a la punta de esta. —Basta —Y aunque la mano de Minju picaba por continuar su trabajo, obedeció a la órden. —Buena chica, de rodillas y las manos en la cabecera de la cama.

Mientras Minju gateó sobre la cama hasta la posición indicada, Felix se puso de pie y sacó un preservativo de la mesita de noche, rompió el empaque plateado con las manos y se lo puso con cuidado, Minju seguía en la posición que le había indicado y a pesar de la impaciencia que su cuerpo desbordaba, no hizo ni una sola pregunta, Felix subió nuevamente a la cama y se posicionó detrás de ella igual de rodillas, la tomó por las caderas rosando su erección con lindo y redondo trasero de la castaña, ese que tanto amaba mirar cuando la chica le daba la espalda. Dejó besos húmedos por los hombros de la más baja y detrás de las orejas también haciéndola reír.

—Si algo de lo que te pido te hace sentir incómoda, estás en todo tu derecho de negarte ¿Entendido? —De repente el tono que había usado para darle esa nueva información era la misma que usaba todos los días para pedirle que se cuidara al salir de casa, Minju asintió fuertemente aún disfrutando de los besos que él repartía en su espalda. —Palabras, bonita.

—E-entendido, Lix —Minju giró la cabeza hacia atrás para mirar al pecoso que aprovechó para besarla desde esa posición mientras deslizaba su erección entre los muslos apretados de la chica frotando sus intimidades con lentitud provocando gemidos en ambos. —Felix…

—Quedate quieta, solo apreta alrededor, yo me encargo de lo demás —Ajustó el agarré en las caderas de la castaña y repitió la acción está vez un poco más rápido, embestía lentamente los muslos de Minju disfrutando de los sonidos lascivos que escapaban de sus labios.

—Felix, por favor… —Suplicó ella sintiendo nuevamente su entrada gotear y contraerse.

—¿Por favor qué, muñeca? —Gruñó el peliazul a su oído.

—Fóllame —El más alto sintió que podía correrse dentro del preservativo solo de escuchar esas palabras viniendo de ella, noches enteras soñando con poder hacerla suya y finalmente podía hacerlo, así que no iba a perder la oportunidad.

—Alza la pierna derecha —Minju acató la orden sin problema sintiendo los dedos de Felix enrollarse en su muslo para mantener arriba su pierna, entonces entendió lo que Felix iba a hacer y por un momento titubeó. —Sí no estás segura de esto, podemos parar —Le recordó él, pero ella negó enseguida.

—Estoy segura, confío en ti —Afirmó ella, Felix sonrió y dejó un beso casto en su hombro antes de usar la otra mano para alinear su miembro contra la entrada de la castaña.

—Voy a entrar.

Ella asintió y apenas sintió la intrusión en sus paredes tuvo que aferrarse con más fuerza al barandal de la cama.

—¡Oh, Felix! —Gritó ante el abrumador sentimiento de invasión en ella.

—Joder cielo, estás tan apretada —Finalmente el peliazul había entrado por completo, las paredes de la castaña axfisiaban su polla tan exquisitamente que deseó haber hecho esto desde que ella le pidió ayuda.

—Muevete Lix, por favor.

Y el nombrado no esperó más, comenzó a embestirla con sus mano aún aferrada a sus cadera y la otra alzando su pierna para tener un mejor acceso a su interior. Daba cada estocada con la misma fuerza mientras ella soltaba balbuceos entre gemidos y arqueaba la espalda en señal de satisfacción. Aumentó la rapidez de sus embestidas conforme pasaron los segundos hasta que el sonido de sus pieles chocando entre sí fue el único que pudo competir contra los gemidos de ambos, se encargó de llegar lo más profundo mientras la mano que descansaba en la cadera de la femenina se deslizó hasta su clítoris ya inchado tras los juegos preliminares, el cuerpo de Minju tembló entre sus brazos pero no la soltó, no cuando ella misma fue quién se arqueó un poco más con el objetivo de que las embestidas golpearan su punto G en busca de su propio orgasmo.

—Felix, Felix estoy tan cerca, yo… ¡oh joder! —Balbuceó Minju cuando el nudo en su vientre bajo estalló haciéndola flaquear finalmente mientras su segundo orgasmo la inundaba aún con Felix bombeando dentro de ella en busca de su propio orgasmo. —Felix, ya no puedo…

—Solo un poco más, cielo —Suplicó con la voz entrecortada. —Estoy a punto de… ¡Oh, mierda! —Finalmente sus embestidas se volvieron arritmicas y más lentas cuando su orgasmo lo alcanzó a él también en el interior de Minju.

La más baja había apoyado su espalda en el pecho del chico, por su frente caían gotas de sudor que Félix limpió con la playera que se había quitado momentos antes y después acomodó los mechones rebeldes que caían sobre su rostro y se pegaban a su piel.

—Lo has hecho excelente, preciosa —Dejó un beso sobre su cabello recibiendo ruidos similares a ronroneos por parte de ella. —Vamos, tienes que enjuagarte.

Pero Minju negó.

—Estoy cansada, solo quiero dormir —Murmuró aún con los ojos cerrados.

Felix rió mientras recordaba el propósito inicial de aquel encuentro sexual.

—Tienes razón, recuéstate, voy a deshacerme del preservativo y a limpiar un poco antes ¿Sí?

Ella asintió y se obligó a quitarse de encima de Felix quien le ayudó a acomodarse en su cama y luego salió de ella para retirarse el condón en el basurero del baño. Se limpió rápidamente lo mejor que pudo y tomó unos paños de agua tibia que había preparado en ese momento para limpiar un poco a Minju quien dormía plácidamente en su cama, después solo sacó una sabana limpia para remplazar la que estaba sucia y después de tomar su lugar en la cama con Minju los cubrió a ambos con ella asegurándose de dejarle espacio en la cama para no incomodarla si llegaba a despertar y no tardó en quedarse dormido también.

(🪐) 3769 palabras de las cuales mas de 2000 son sobre smut, espero sea de su agrado, háganmelo saber para ver si continuo el smut de esa manera o lo escribo menos detallado ajsjs.

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