Katarina




The wind and the dagger


Advertencias: Fluff. Sad.




Katarina caminaba por el bastión observando cada rincón con sus afilados ojos esmeralda, a su lado iba Cassiopeia, irritada arrastrándose con su cola creando el único sonido en altas horas de la noche.

Ninguna hablaba, o se miraba. Simplemente permanecían al lado de la otra, conocidas y desconocidas a la vez.

Porque Noxus no cría a débiles, cría a fuertes soldados para la gran expansión de Noxus por todo Valoran.

Lo tenía presente todo el tiempo. No se le olvidaba.

Seguido vivía escondiendo ciertas... Actitudes y momentos. Todo lo que mostrara en algún momento debilidad, lo ocultaba, porque si notaban un gramo de debilidad, el castigo era severo.

No sabia que ocultaba Swain, últimamente no hablaba mucho en su presencia, parecía tener cierta discreción con ella, sembrando sospecha e incluso, cierto temor.

Cassiopeia volteo a verla, notando lo ajena que estaba al lugar, absorta en sus pensamientos. Su ceño se frunció y sus ojos anormales miraron a todos lados antes de tocar el hombro de la mayor dos veces, llamando su atención a la realidad.

 ──────¿Algo que me quieras decir?──────Pregunto de una vez ella, viendo a la pelirroja fruncir el ceño mas──────Estas demasiado distraída, si sucede algo...

──────No pasa nada importante, Cassiopeia──────La cortó antes de volver a mirar al frente──────Simplemente estoy pensando en como acabar con unos demacianos──────Culminó caminando sin ella.

Cassipeia la observo irse, no parecía apurada, pero si parecía molesta. Algo que era demasiado común en ella, se encogió de hombros antes de dar media vuelta y retirarse.

Observo tras suyo, desviándose del camino, apurada y aprovechando para ocultarse entre las sombras de las columnas oscuras donde la luz de la antorcha no llegaban a iluminar como debería se desplazo hasta llegar a una ventana, se aseguró de no ser seguida, antes de caer y saltar por todas las partes de piedra e hierro como un camino.

Cuando llego al suelo firme, camino con paso silencioso, poniendo la capucha de su chaqueta sin parar de caminar hasta llegar a un establecimiento hecho de piedra, ralentiza sus pasos ya quedando con pasos pausados antes de parar por completo.

En medio de ese salón estaba ella, su cabello castaño ondeaba en baile junto al viento que se reunía a su alrededor y sus manos haciendo movimientos en el aire donde dos espadas pequeñas levitaban con fiereza, rodeando su cuerpo en protección.

Katarina se acerco un poco mas, viendo como en solo un minuto todo paraba, lentamente las espadas bajaron, el viento se disperso y su cuerpo se giro un poco, mirando con una ligera sonrisa a la pelirroja.

──────Creí que volverías en unos días mas──────Hablo tomando las espadas para guardarlas en cada lado de su cadera.

──────Puedo irme ahora mismo si así quieres──────Se burlo mirando a sus ojos directamente, ella movió su cabeza con una ligera sonrisa, moviendo su mano haciendo que el viento corriera hacia la noxiana, quitando sus espadas y dejándolas a unos metros──────No hacía falta quitármelas.

──────Hm, pero si es agradable──────Contesto caminando hacía ella, dejando ver mejor sus facciones pronunciadas.

Ojos azules y marcas en su rostro, tatuajes de la orden a la que antes pertenecía y finalmente la cicatriz en su cuello, Katarina sonrió con malicia sin sorprenderse de la calma que la contraria traía.

Simplemente le encantaba.

Cuando estuvo relativamente cerca de su espacio, paso un brazo por su espalda acercándola más a ella. Era más alta que ella, más o menos diez o doce centímetros, la castaña elevó su cabeza guiñando un ojo antes de mirar su cabello rojo, tomando un mechón y ocultándolo tras su oreja, revelando la cicatriz en el ojo izquierdo.

──────¿Cómo haz estado estos días?──────Hablo ella cuando Katarina se apoyo al toque de su mano en su mejilla.

──────Pronto debo irme a Demacia. Después a Shurima. Todo seguido.

──────Suena a qué estarás con el peor de los humores que siempre tienes.

──────Será divertido ──────Katarina se encogió de hombros acercando un poco su rostro al de ella.

──────Todo lo que involucra violencia y sangre te divierte y encanta.

──────Eso no es lo único que me encanta──────Respondió sonriendo un poco más──────¿tú?.

──────Debo volver a Ixtal. Al parecer el combate que hicieron salió mal y necesitan que alguien se manche las manos.

──────Alguien que haya traicionado a la... ¿Tribu?.

──────Exactamente. Debo volver o definitivamente las consecuencias no serán bonitas.

Severo. Ixtal a veces era así según ella le había compartido cuando estaban juntas. Casi todo el tiempo en el que iban a batallas para la expansión de Noxus. En ciertas cosas Noxus se parecía a Ixtal. En ciertas tribus practicaban combates a muerte y cuando uno de los participantes no moría era condenado a muerte el más débil, el que iba perdiendo.

Casi siempre enviaban a los animales entrenados para eso, pero cuando no querían involucrar animales, involucraban a los impuros.

Y la mujer que tenía frente a ella era considerada impura y traidora en su tribu. De impura no tenía nada, bueno... En una cosa si. Pero nada más.

El aire invadió con fuerza su rostro, despeinado su cabello y las prendas que llevaba.

──────... Deja de hacer eso.

──────Lo seguiré haciendo si me pides que no siga.

──────Sigue con esto.

La sonrisa que invadió el rostro de la ixtaliana simplemente hizo que el viento parará por unos segundos antes de volver a otra dirección.

──────... Graciosa──────Termino por decir ella, Katarina la soltó viéndola caminar hasta un bolso, el cual recogió después de meter unas cosas y con un movimiento de manos hizo que sus cuchillas volvieran a las manos de la mujer.

La castaña estiro su brazo, entregándoselas antes de caminar hacia atrás.

──────¿Porque...?. Dámela.

──────No, es mi favorita──────Respondió mostrando una cuchilla.

──────Amelie──────Llamo cuando la vio alejarse, rodeo los ojos asegurando mejor sus cuchillas antes de avanzar tras ella.

Ese lugar estaba lleno de vegetación. Plantas en todos lados que no dificultaban el paso ni un poco. Katarina paró dejando sus cuchillas a un lado viéndola invocar de nuevo el viento, con la única diferencia de que tenía una carta entre sus dedos, dejando que levitara mientras murmuraba unas cosas al elemento que manejaba.

Cuando volteo a verla le sonrió, Katarina no cambio su expresión hasta que la tuvo cerca, las manos ligeramente callosas llegaron a sus mejillas, acunándolas con sutileza mientras se movía un poco en su lugar, las manos enguantadas de la pelirroja fueron a su cintura, decidiendo entregarse al cómodo sentimiento de paz. Algo que nunca tenía seguido.

La castaña fue acercando su rostro al de ella, juntando sus labios con los de ella, separándose al instante queriendo ver la reacción de la mayor, sabiendo mejor que nadie lo carente que era de afecto y que a veces, la incomodidad llegaba a su ser. Volvió a acercarse, esta vez durando unos segundos mas a la vez que acariciaba una mejilla antes de volver a separarse, solo pocos centímetros cuando la noxiana termino por acercarse y capturar sus labios con los suyos.

Sus manos fueron a la piel de su cuello mientras Katarina la atraía mas a ella empezando a avanzar tratando de profundizar mejor el beso, la hizo chocar con una pared de piedra, aprovechando del suspiro para escabullir su lengua. La intensidad subió, el chasquido del beso de igual forma, las manos de la pelirroja se aferraban al ropaje de la castaña mientras ella jalaba ahora el cabello de ella.

Les hubiera encantado seguir, pero el viento voló los cabellos de ambas dando a entender que la había entregado y ahora debía esperar respuesta.

Katarina se quejo separándose, viendo el ligero sonrojo que la contraria traía en todo su rostro, sonriendo al final con aire de victoria, la castaña entrecerró sus ojos con una ligera sonrisa antes de ir al bolso y volver a ella tomando su mano, entrelazando sus dedos con los de la pelirroja mientras ella ahora era arrastrada por la mas baja.



Regresar al bastión no fue su favorito del día siguiente, y definitivamente le hubiera encantado quedarse mas tiempo afuera de la estructura antigua. Ya habría tiempo, pasaría por territorio ixtal, ambas lo habían acordado.

Tediosas reuniones pasaron hasta que llego la hora de partir a la ciudad que anhelaban destruir y apoderarse del territorio, y para mala suerte suya, LeBlanc acompañaría hasta las afueras de Demacia y luego a Shurima, después vería como se la quitaría de encima para desviarse del camino.

La última reunión fue con Darius y Swain, recalcando una y otra vez el objetivo de las dos misiones encomendadas. LeBlanc no paraba de sonreír a su persona, disgustandola y creando el mal presentimiento.

Algo ocultaba más allá de lo que siempre oculta. Algo quiere hacer.

Katarina se cuidaba la espalda cuando estaba cerca, e incluso estuvo a punto de comentarle a Swain que cambiará a LeBlanc por Samira, pero sería mostrar algo negativo a Noxus, además de torcer su brazo.

El viaje duro más de tres días, odiaba Demacia, de verdad lo hacía. La misión era simple. Llegar, infiltrarse, robar el artefacto que requerían para la expansión, dejar un indicio de Noxus y después irse.

No era la primera vez que hacía ese tipo de misiones, menos cuando en algún momento se daban cuenta de que estaban allí.

Justo como en ese momento. El halcón emitía sonidos alertando a su compañera, esquivaba las flechas que se le avecinaban y lanzaba cuchillos a ella, la espada de un soldado que detestaba se puso en su camino, saltando hacia atrás mientras lanzaba más cuchillos, Quinn y Garen la seguían de cerca y eso solo la divertía más y más.

Esquivo otra flecha junto a un espadazo, el halcón se lanzo encima de ella y como consecuencia recibió una cuchilla en su ala, haciendo caer al ave, la cazadora grito al ave preocupada acelerando la corrida, dirigida por el coraje y razonamiento. Definitivamente, se estaba divirtiendo.

Miro a un costado, sonriendo a soldado que estaba esperando ansioso tras una columna, apareciendo atrás de ella y delante de ellos antes de golpear con su arma al castaño, haciéndolo rodar con Quinn, librándose de ellos. Cuando se alejo lo suficiente volvió a observar la ciudad de blanco, rodeando los ojos antes de saltar fuera del muro.

Fueron poco mas de dos semanas en Shurima, el lugar le desagradaba, todo en si lo odiaba. Ahora entendía el porque de las quejas en susurro que Cassiopeia lanzaba al desierto, y acompañaba cada una de ellas.

Había visto a LeBlanc recibiendo cartas de Noxus, pero cuando se acercaba, la pálida simplemente hacía un lado la carta para preguntar que quería. Nunca logró ver que sucedía en esas cartas.

A veces, sentía el viento golpear con brusquedad su cabello, como si tratará de decirle algo, por un momento pensó que era por el clima, como si con solo eso pudiera apaciguar el constante calor de aquel lugar, pero cuando fue la última vez,  el viento fue demasiado brusco, obligandola a ver hacia la dirección en la que se dirigía el elemento, donde una daga levitaba, daga que antes le pertenecía. ¿Porque ella le enviaría la daga y provocaba al viento para golpearla?.

Trato de tomarla pero solo logrando recibir un ligero corte en un dedo, antes de que la daga fuera en dirección a Noxus. No volvió a ver la daga, pero el viento seguía igual de brusco.

Obtuvieron el artefacto, pero un grupo de mercenarios llegaron liderados por una joven azabache con un arma shurimana que la obligo a ella enfrentarla para sacar el segundo artefacto. Le había dado una muy buena pelea pero no suficiente como para poder derribar a una noxiana.

Al final no intento desviarse del camino para ir a Ixtal, siguió al viento, y el viento la llevaba de vuelta a Noxus, suponiendo que ella ya había vuelto del "deber" que tenía antes de su partida. LeBlanc tenía una gigante sonrisa, todo en ella le daba una muy mala impresión, confirmando cuando un soldado llego dictando con tono tosco la exigencia de su presencia donde Swain y al final ver a LeBlanc sonreír a su persona.

Al llegar a Swain pregunto que sucedía, el hombre solo le ordeno seguirlo, frunciendo el ceño lo siguió atenta a cualquier movimiento de su parte hasta llegar a una habitación donde el familiar olor a sangre llamo su atención, la puerta se abrió, Swain la obligo a entrar cerrando la puerta tras suyo.

──────Los rostros se disuelven con el ritmo del viento, el cual ayuda a prevenir las peores situaciones o al menos apaciguarles. ¿No, Du Couteau?──────Pregunto volteando a verla──────Porque según mi persona, usted esta relacionada al viento.

Su cabeza hizo tic interno, ya sabiendo lo que pasaba. Swain lo sabía, sabía de ella. Miro a otro lado frunciendo mas el entre cejo antes de mirarlo.

──────No se de que hablas, Swain.

──────Lo sabrás.

La puerta se abrió, tirando algo y volviendo a cerrarla, Swain señalo con su cabeza tras suyo, Katarina volteo lentamente hasta que quedo frente y su mirada quedo fija.

Las cadenas en sus brazos eran unidos a la de su cuello, sus tobillos tenían cadenas, y mostraba rastros de maltrato. Katarina respiro pausadamente cuando sus ojos azules cayeron en los suyos verdes.

Amelie miro a Swain retrocediendo dos pasos, haciendo el ruido de cadenas mas fuerte al ser un lugar con eco.

──────LeBlanc me había comentado hace meses de esto, tus encuentros con esta, Ixtaliana. Pero quería esperar para confirmar lo que decía. Y vi que no mentía al respecto, Du Couteau.

Swain caminaba detrás de ella, sintiendo la garra de la mano demoníaca del general en su nuca, trasmitiendo esa mala aura que permanecía en esa extremidad, vio a la castaña quedar quieta, viendo fijamente la garra que la amenazaba, haciendo un movimiento con una mano disimulada para que no intentará algo.

──────¿Como la atraparon?──────Pregunto tosco, cerrando los ojos al sentir la garra hundirse un poco en su piel.

──────No fue fácil──────Fue lo que respondió pasando de ella y caminando a la castaña, tomando su rostro con la mano maldita y apretando con brusquedad──────Y se podría decir que esto lo demuestra.

Katarina vio de lleno la gran herida en el pecho de la mujer, honda y fina. Reconociendo la causante como una de las tantas dagas de Talon.

"Noxus no es para débiles"

Su vista solo se aparto de ella cuando Swain la soltó, poniéndose entre ambas.

──────Ambas entraron. Una sale.

Amelie bajo la mirada, cerrando los ojos mientras el viento afuera aumentaba su intensidad, recibiendo una corriente en su cuello, apenas logrando permanecer en pie.

Por otro lado, Katarina apretó una mano llevando la otra a una daga en su muslo, tomando el mango con fuerza, sin apartar la mirada de ella.

──────No tengo el tiempo para esto──────Dijo viendo a Swain──────Debo reunirme con Cassiopeia y...

──────LeBlanc se encargo de eso, Katarina──────Riñó mirándola con poder, Katarina retiro su mirada de el, ya empezando a redimirse de la idea de atacarlo y hacerla huir.

Su respiración se trabo por poco tiempo, Swain decidió ir a la puerta y salir, dando la clara orden de no permitir que ella salga. Empezó a ver por toda la habitación, tratando de ingeniar algún plan, pero todos acababan con ambas muertas.

La escucho llamarla, pero simplemente ignoraba eso y seguía viendo a todos lados menos a ella.

──────Katarina, deja de ignorarme.

──────¿Cuando?.

──────¿Que?.

──────¿Cuando te atraparon?.

──────... Alrededor de dos semanas.

Katarina restregó su mano en sus ojos, ya no encontrando una solución.

──────Sabes lo que debes hacer.

──────No──────Respondió de inmediato al saber a lo que se refería──────No lo haré.

──────... No veo otra solución, si yo no la veo. Tu tampoco.

──────No voy a clavarte una daga. En tus pesadillas va a suceder.

──────Ahora mismo es mas un sueño que una pesadilla.

──────¿Por?.

──────No llegue a Ixtal, de seguro ya enviaron a cazadores a buscarme para llevar mi cabeza a los superiores.

Claro... No hizo el trabajo, y al no hacerlo toman que esta revelándose nuevamente. Como si ella siguiera siendo de ese lugar.

──────Me matan noxianos o me matan Ixtalianos. Tres opciones y prefiero la última.

──────Que yo te mate──────Termino volviendo a verla.

──────Sabes, el viento me decía que me seguían, yo lo sabía, pero no hice nada, algo me lo impedía, cuando la pálida apareció frente mío con esa sonrisa de mierda. Supe el motivo. Supe que se habían enterado, y que como dice "Noxus no cría débiles".

Volvieron al silencio, esta vez Amelie camino a ella con cierto pesar gracias a las cadenas y grilletes que evitaban manipular el viento.

Cuando estuvo frente a ella, sonrió, llevando sus encadenadas manos a sus mejillas, Katarina guardo la daga que llevaba en su mano desde hace un rato, sujetando las manos ajenas entre las suyas, sintiéndolas frías.

──────Aunque logre salir de aquí, te matan. Tu lealtad esta a este lugar.

──────No hagas eso. No trates manipularme con algo que es obvio, no voy a matarte.

──────Entonces que ellos lo hagan──────Dijo sin borrar su sonrisa──────De todas formas moriré.

Katarina afirmo el agarre cuando ella termino de hablar, tenía razón, siempre la tenía.

Noxus. Lealtad.

Amelie. Tranquilidad.

No sabia que hacer, por primera vez en mucho tiempo no tenía idea de que hacer. Empezaba a aceptar lo que mas le disgustaba y que sería cierto al fin y al cabo, ella sería quien viviría y Amelie moriría.

──────No quiero matarte──────Comento viéndola a los ojos.

──────Y yo no quiero que Noxus te asesine... Mátame.

La obligo a soltarla, tomando de su tobillo la daga que le había robado hace semanas.

──────Amelie...

──────Se acaba el tiempo, Kata──────Interrumpió tendiendo la saga, y al ver qué no la tomaría agarro su mano dejando el arma en ella y cerraba la palma aun con calma.

──────A veces en serio pienso que eres demasiado rara.

──────Lo se.

La respuesta simple fue acompañada por su sonrisa, mirando la cicatriz en el ojo contrario, llevando su mano para acariciar la hendidura con cariño.

──────Todo está bien, será rápido, si yo pude vivir cuando mate a mi familia, tu también puedes con mi muerte.

Katarina apretó la mandíbula junto a la daga, terminando por asentir.

Redimiéndose poco a poco ante la idea de salvarla.

──────Eso es──────Comento viendo a Katarina apuntar al cuello, antes de llevarla al pecho.

La vio dudar, hasta que simplemente el agarre se aflojó y ella gruño molesta al no poder apuñalarla.

──────Cálmate.

──────Cállate de una vez Amelie──────Gruño enfadada apretando la daga junto a su mandíbula.

──────Bien... Toma la daga y no lo pienses más.

Katarina asintió nuevamente, las palabras estaban atoradas en su garganta.

Hasta que lo hizo.

La daga se encajo en su pecho cerca de su corazón con un ruido en seco al que ya estaba familiarizada, pero que ahora odiaba. Amelie jadeo sujetándose del hombro de la asesina para no caer de bruces el suelo.

──────Bien──────Comento apenas, sintiendo el ardor en su pecho──────Está bien.

La pelirroja la atrapó cuando ella colapso, y se dio cuenta de que la daga estaba envenenada. Para acelerar su muerte.

Amelie susurraba cosas que no lograba entender, pero sabía que trataba de desviarla del dolor.

La abrazo sosteniéndola mejor, respirando con pausa tratando de aliviar el nudo en su garganta y pecho.

Y aunque ocultaba su rostro en el cabello castaño, no lograba disminuirlo.

Al final, había escogido la lealtad a Noxus a regañadientes.

──────Esta bien, kata──────Escucho el susurro de ella, sonriendo un poco──────Se que no perdonas ni olvidas. No hagas estupideces.

Escucho la puerta abrirse pero no se molestó en mirar, sabiendo quién era y con quién estaba acompañado.

──────Acabaste con ella. Eso me agrada.

La voz de Swain solo la hacía odiarlo mas, quería tomar una daga y clavarla en la mitad de su maldito rostro sin ningún arrepentimiento.

──────Talon viene a llevarse el cuerpo.

El agarre en su cintura incremento, buscando mantenerla con ella, mirando de reojo jurando ver aún estando de espalda la enorme sonrisa de LeBlanc, burlándose ferviente de ella.

──────Que lástima. Yo que quería que fuera mi conejo de experimentos──────Ella suspiro──────Que perdida...

──────Lárgate ya LeBlanc.

Ella solo sonrió aun mas, saliendo y cerrando la puerta. Fue cuando katarina se dejo caer en la pared, sentándose aún con Amelie entre sus brazos.

Cerro los ojos, abrazándola con más fuerza y cuando finalmente dejo de sentir su respiración y quedó completamente quieta entre sus brazos, la primera lágrima cayó, después la segunda hasta que no pudo seguir reteniendolas.

No supo cuanto duro en esa posición, llorando en silencio, siendo no tantas lágrimas como espero, agradeciendo ligeramente al duro entrenamiento de toda su vida.

Tomo el rostro de Amelie, admirando la belleza que poseía y besando su mejilla antes de besar sus labios, sabiendo que no volvería a sentirlos después.

La puerta se abrió nuevamente, talon camino hasta ella con cautela, evitando mirarla mucho tiempo, porque sino tendría una batalla con una dolida y furiosa Katarina.

──────No te la vas a llevar──────Advirtió ella de inmediato, sin verlo, sus ojos fijos en el rostro de la castaña.

──────Son órdenes.

──────No me importan, lárgate.

──────La enterrare Katarina──────Dijo buscando algo de calma en el ambiente tan pesado y del que no sentía ni un poco de seguridad, menos cuando vio a la pelirroja apretar sus puños.

──────Eso no remedia nada, Talon──────Gruño elevando la voz──────Yo la cargaré, la enterrare, todo lo haré yo. Porque ella era mi responsabilidad desde el primer momento.

Talon asintió, entendiendo antes de ir a los guardias, ordenando su retirada y amenazando con cortar sus gargantas si decían algo.

──────Vamos. Debes enterrarla.

Katarina asintió, viendo la daga en el pecho, tomó el mango, retirando con cuidado que pudo reunir, tomándola entre brazos, pasando de largo a Talon sin mirarlo y caminando rápido, lo dejo atrás con las palabras en la boca.


Observo el objetivo de su día desde un árbol, haciendo volar una daga entre sus manos mientras su mandíbula se apretaba y caminaba por las ramas con sigilo y peligro en su alrededor.

En su otra mano estaba esa daga, la que había usado para apuñalar a Amelie y que había usado para asesinar a unos más ixtalianos que seguían buscando a la castaña.

Sin perder mas tiempo y con la paciencia agotada, Katarina lanzo una de sus grandes cuchillas transportándose a frente del hombre y empujando su cuerpo a un tronco, lanzando dos dagas afiladas a sus manos, apresándolo y a merced suya.

──────¿Dónde están?.

──────Danos su cuerpo──────Evadía su pregunta, haciendo que la rabia burbujeara mas fuerte y sus dientes dolieran por la fuerza que empleaba para morder sus palabras.

──────Si, bueno. No la encontrarán.

Rasgo el pecho hasta el abdomen con la daga qué cargaba consigo siempre, viendo con satisfacción el dolor en las facciones de su moreno rostro y los quejidos que soltaba.

──────Eso no es ni la mitad de lo que sufrió ese día.

──────Igual que tú.

──────Igual que yo──────Cedió y repitió lo que había dicho, sabiendo que no estaría vivo y no diría nada.

El hombre se quejo cuando con la daga apuñaló su hombro. Tortura que no funcionaba de nada en realidad. Pero que a su mente la ayudaba a aliviar el dolor y la culpa que cargaba cada día, cada hora, de esos siete meses que la desgarraban y no demostraba.

──────Tu lealtad a Noxus es falsa──────El tartamudeo sintiendo la daga moverse con un cuidado letal.

──────Nunca cuestiones mi lealtad, nunca sabrás lo que debo soportar por ella──────Finalizó rajando el cuello sin quitar sus ojos verdes de el, miro el suelo finalmente, respirando un poco mas tranquila, llevo la daga a sus labios, probando la sangre, apretando la daga en su mano.

Aún faltaban mas ixtalianos. Y se encargaría de ser ella la responsable de sus muertes. Eso lo aseguraba y lo cumpliría, porque esa fue su promesa cuando la enterró en un prado alejado de Noxus, donde el viento y la daga danzaban con tristeza por su perdida.



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top