Ekko




You are a good leader


Advertencias: Smut. Fluff. Inseguridades

Pedido de Mademoiselle_Videl Disfrútalo<3



Ser lideres no era sencillo, Ekko y Mara lo sabían, las responsabilidades y el sentimiento del pesar por los caídos durante las redadas caían en su conciencia. Maduraron siendo unos niños, se convirtieron en lideres juntos siendo niños y aun así lo siguen siendo. Pero el peso empezaba a caer sobre ellos cuando las perdidas eran mas en su equipo, su familia. Mara pensaba en que estrategias podría hacer para evitar mayor cantidad, no cuestionaba su posición y daba todo de si.

Ekko hacia lo mismo pero en esos tiempos el solo se preguntaba ¿es un buen líder?.

En la ultima misión, aun viendo la bomba a unos metros de seis de los suyos, no la quito o destruyo, no hizo nada. Solo dejo que detonara y quitara la vida de sus compañeros. El peso de la culpa caía en sus hombros sin cesar, no podía ver a los ojos a los familiares de los fallecidos después de aquella misión ni siquiera a Mara, quien entendía el porque.

Entendías ese sentimiento, lo viviste por años cuando tu hermano murió para salvarte. Ni siquiera aun podías superarlo.

Le dabas su tiempo, a veces hablabas un poco con el para que liberara sus pensamientos. Ekko lo agradecía, claro que lo hacia. Todo aunque fuera mínimo lo agradecía al cien por cien, y debes en cuando te lo recompensaba muy bien.

Lo mirabas mientras el seguía trazando lineas en un mapa, creando estrategias para según el para quitar el "estrés".

Mentira.

Lo conocías como la palma de tu mano. Y en definitivo, era para mantenerse mas encerrado y en cierta forma, desviado de ese asunto en especifico. Dejaste de lado el libro que anteriormente estabas leyendo, levantándote pesadamente y dirigiéndote a el con lentitud, admirando la imagen; estaba de espaldas, con apenas un movimiento de su mano las venas se hacían notar y sus músculos se flexionaban haciéndote alucinar.

Tus brazos pasaron por su abdomen haciéndolo sobre saltar y sacando una risa de el. Acariciaste tu pecho recostando tu cabeza en su espalda.

Porque el desgraciado era alto, muy alto, al lado tuyo.

Después de unos segundos te sentaste en la mesa, el se posiciono entre tus piernas rodeando tu cintura con sus brazos y recostando su cabeza en tus pechos, acariciaste tu trenzado cabello al igual que su nuca y hombros, buscando relajarlo antes de hablar.

──────¿Como sigues?──────Preguntaste dejando besos en su cabello, escuchando sus pesado suspiro y acomodarse mejor.

──────Mejor.

──────... Ve a otro perro con ese hueso, yo no te creo ni que estas haciendo todo esto para según tu, "quitar tu estrés".

──────Mara──────Se quejo haciendo que resoplaras y lo separaras de ti, dirigiendo tu mano a su mejilla para hacerlo verte.

──────Algo mas te atormenta, Ekko. Por favor, dímelo y encontrare la forma de ayudarte──────Pediste acercando mas a ti su rostro.

──────... Creo que recibiré muchas cosas de tu linda boca──────Suspiro pasando sus manos de tu cintura a tus piernas, acariciando la piel expuesta──────¿Crees que soy un buen líder?.

La pregunta te dejo congelada por unos segundos, al instantes en el que te recuperaste golpeaste su hombro murmurando incoherencias.

──────¿Porque preguntas eso?, ¿escuchaste algo?, ¿que paso?──────Lo bombardeaste de miles de preguntas, Ekko negó acercándote mas a el──────Ekko, eres un buen líder.

──────Buen líder──────Repitió con burla separándose por completa y llevando una mano a su rostro, frustrado──────¡No hice nada por ellos!, ¡nada Mara!. No, no puedo verlos a los ojos sin recordar lo que paso──────Se lamento terminando por sentarse donde tu estabas, suspiraste bajando de la mesa, caminando hasta quedar frente a el,

Te sentaste a horcajadas, tus piernas a cada lado de su cadera mientras lo abrazabas por el cuello, juntando tu frente con la de el mientras Ekko llevaba sus manos a tu espalda.

──────... No eres un mal líder. Eres el mejor que he conocido y que todos pueden tener, pregúntales y veras que no miento. Nunca miento.

──────Si claro, nunca mientes──────Respondió con ironía sonriendo un poco, imitaste eso dejando un pellizco en su nuca.

──────Que eso haya pasado no significa que dejaras de ser bueno. Una vez leí que las mejores causas llevan muertes por delante. Nuestra causa es muy buena, y sus muertes serán honradas, eso te lo aseguro. Al igual que mal líder no eres. Solo uno muy imbécil para captar indirectas──────Dejaste besos en su quijada volviendo a mirarlo──────Y te juro que si no te quedo claro dormirás en el sillón, idiota.

──────Que dulzura──────Rio juntando sus labios con los tuyos.

El beso era relajado, lleno de cariño y amor, sus manos bajaban y subían de tu espalda, las tuyas se enredaron en sus trenzas mientras cada segundo la intensidad subía y subía.

El chasquido de sus bocas resonaban por todo el lugar, tus caderas se movían encima de el sintiendo casi al instante el abultado en su pantalón. Te separaste viendo su rostro confundido y sus ojos encapuchados por la lujuria, sonreíste llevando tus manos al borde de su camisa, quitandosela y casi de inmediato, empezando a dar besos en su rostro, bajando por su quijada, cuello, clavículas, pecho y abdomen, todo pausadamente, con relajo mientras bajabas mas y mas hasta llegar a su pantalón.

Estaba ansioso, adoraba la vista que tenia. El como estabas de rodillas frente a el, mirándolo mientras tocabas el doloroso bulto entre sus piernas, hasta que finalmente decidiste dejar de jugar y ayudar con el problemita que tenia. Bajaste la cremallera sus pantalones liberándolo y tomando en tu mano su longitud y moviendo la de arriba abajo en un ritmo constante, yendo en aumento mientras seguía mirando con añoro la escena frente a ella.

Ekko dejo salir un muy ronco gemido mientras llevaba su mano a tu cabello, tomando de el cuando sintió su lengua lamer todo su glande, hasta que finalmente tomo todo lo que podía en su boca. Arriba, abajo, se repetía con una rapidez increíble y Ekko solo podía gruñir a la vez que jalaba tu cabello cada que chupabas con fuerza y después lo sacabas todo para volver a introducirlo en tu boca.

Por toda la habitación se escuchaban los ruidos obscenos junto a sus gemidos, y gracias a los dioses no había nadie relativamente cerca para que escucharan. Mara sabia que estaba cerca, sus músculos se flexionaban, su glande palpitaba y sobre todo, Ekko dejaba salir tantos gemidos que solo hacían aumentar sus caricias en su vientre y en la base de su glande. Ella no paro sus movimientos, ayudándolo a bajar del subidón hasta que el mismo la miro, ordenando con su mirada levantarse.

Al apenas levantarse un poco fue jalada por el mismo haciendo que se sentara en sus piernas, Ekko sonrió un poco, con tremenda picardia en su mirada, sabiendo lo que venia se sujeto de los hombros del moreno mientras su mano iba a su zona intima, tocando y recorriendo sus pliegues mientras Mara era un desastre lleno de espasmos, hasta que los dedos del moreno tocaron su bulto de nervios haciéndola saltar y dejar salir un potente gemido para después sentir los dedos del moreno hundirse en su interior, y como siempre pensabas, el desgraciado en serio que sabia usar sus dedos.

Con cada estocada, tus gemidos aumentaban en volumen mientras movías tus caderas al mismo ritmo, queriendo en verdad llegar a tu esperado orgasmo, la otra mano del moreno acariciaba tu espalda mientras su boca iba directo a tu cuello mordiendo a su gusto sin parar ni un poco sus movimientos. Estabas en el cielo, en el paraíso te atrevías a pensar. Fueron otras cuatro estocadas cuando llegaste, aun estando en la cima Ekko siguió masturbándote mientras repartía besos por tus mejillas.

Te ayudo a quitarte la camisa junto al pantalón y ropa interior una vez que te recuperaste, ahora el recostado por completo en el sillón, tu encima de el mientras repartías besos y chupetones por todo su cuello y clavículas hasta que el mismo te ayuda levantarte un poco y acomodarte justo encima de su miembro, con tus manos en sus hombros bajaste un poco, rozando sus zonas sensibles y arrancando un gemido de ambos, Ekko sujeto tu cadera con mas firmeza moviéndote hasta hundirse por completo en tu interior. El vaivén que el mismo dictaba era lento y dulce, mirando siempre tu rostro consumido por el placer mientras aumentaba sus embestidas hasta ser completamente desesperado.

Clavabas tus uñas en sus fornidos hombros, rasguñando sus brazos mientras saltabas encima de el, besaba tu cuello y lo mordía hasta dejar rojo. La presión en sus vientres se expandía cada vez mas, mostrando lo cerca que estaban de llegar, Ekko te sostuvo con una sola mano llevando la otra a tu clítoris, dejando golpecitos y caricias, eso basto para llegar a tu limite y llenar su glande con tus fluidos, juntaste tu frente con la de el mientras te movías un poco encima suyo y rasguñabas su espalda, haciéndolo llegar después de pocos minutos.

Con sumo cuidado, salio de tu interior viendo sus fluidos combinados mientras una pequeña sonrisa tironeaba su rostro cuando escondiste tu rostro en su cuello, el acaricio tu espalda dejando besos en tu cuello y hombro, te recostó encima suyo completamente dándote donde descansar mientras el seguía dejando cariños en todo tu cuerpo. Ambos satisfechos y felices.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top