Diana




the moon in your eyes


Advertencias: intento de asesinato, un poco de angustia, mencion de sangre, sarcasmo, un deje de rabia, tristeza.

Pedido de: grengreat no supe si lo querias con una trama mas o menos especifica, que lo disfrutes!

En un inicio iba a ser un poco de angustia, pero se me escapo de las manos, so... ¡Tiene final feliz!

Quevivaelamorhomosexual.

¡Comenta para saber si te gusto!




           El monte Targon se elevaba frente a tus ojos con las auroras boreales tan resplandecientes como recordabas, la arena de Shurima acaba e iniciaba la tierra con vida natural bajo tus pies indicandote que estabas en tu hogar, un hogar que no sentias tu hogar.

Habias vagado por Runaterra desde hace casi una decada, desde que Leona ascendio y la caceria de solaris por lunaris y herejes se vio brutalmente iniciada, con eso, la busqueda por tu cabeza.

No tenias un dios en particular, solo vagabas, no creias en nadie, solo en ti misma.

Y por eso te nombraron hereje; por no seguir al mismo dios de los solari.

En el pasado, antes de que traicionaras a los solari, habias sido de las mejores en la guardia, un ejemplo a seguir.

Pero te enamoraste. El amor es la muerte del deber.

Cerraste los ojos al recordarla, negando con la cabeza y poniendote la capucha shurimana en tu cabello y rostro antes de avanzar.

Te extrañaba lo callado de las aldeas, incluso te adentraste a unas cuantas para notar que, su poblacion habia bajado para preocuparse, tambien que al estar cayendo la noche todos estaban metiendose a sus casas desesperados.

¿Por que?

Decidiste no perder mas tiempo, debias seguir subiendo y en todo caso prepararte para huir de lo cual estabas segura que sucederia.

Pero tenias un deber que cumplir antes de que la noche de luna llena llegara.

Apenas viste los arboles volverse mas oscuros optaste por escalar uno de los arboles cercanos a las cuevas, tomando el dije entre tus dedos y abriendolo con sumo cuidado para ver la diminuta piedra de luna que habias conseguido.

Debias encontrar a Diana, darle esa piedra, e irte a Jonia, nada mas, debias ser rapida, debias confiar en tus instintos.

Te levantaste de la rama cruzando tus brazos con un suspiro, caminando en la misma pensando en si buscar en las cuevas o en el monte, no sabias cuanto habia cambiado Diana desde que la liberaste a costa de tu honor, pero fue por amor.

Pudiste ver a unos metros las antorchas moverse por los bosques, te ocultaste detras del tronco asomandote ligeramente para notar a dos niños correr desesperados.

Tu cabeza se inclino a un lado frunciendo el ceño, ¿cazaban niños?, ¿tanto empeoraron?

Pasaste de rama en rama con sigilo, observando atentamente por donde los niños iban entre los arbustos y raices que los hacian tropezar, iban a unas cuevas, Lunaris.

Te enderezaste cuando en una de sus caidas, ambos fueron de bruces al suelo y los solaris los rodearon, esperaste pacientemente, querias ver que tanto cambiaron, que tan lejos podian llegar.

Y te quedo claro, que habian llegado a pasar los limites cuando una de las espadas amenazo su cabeza en un movimiento a matar.

No tardaste en lanzar unas de las sogas encajandola en el filo y jalandola hacia el arbol para tener una arma con la que luchar. Observaste sus posiciones de alerta y los niños abrazarse al no ver un escape exitoso.

Otra vez la soga esta vez ahorcando a uno de ellos, atrayendolo a tu arbol del cual te lanzaste aun sosteniendo la soga, cayendo encima de uno y cortando su cuello, elevaste la mirada para verlos con una sonrisa.

───¿Me extrañaron..?

───Sucia hereje───Gruño uno de ellos, te escabulliste bajo sus brazos y golpeaste su pierna.

Tomaste a los niños y los alentaste a irse mientras tu te quedabas contra los cuatro restantes, preparando la espada que le habias robado con burla, apuntando a sus cabezas individualmente con una sonrisa.

───¿Tan mal estan para cazar niños?, son pequeños niños, que apenas viven───Recalcaste con burla───Por eso mataron a los viejos, y por eso todos se van a morir tarde o temprano───Elevaste un poco la voz retrocediendo los mismos pasos que daban.

Tenias ventaja, no tenias armadura como la de ellos pesadas, tenias agilidad, eras pequeña. Podias derribarlos y huir.

Pero siempre es malo confiarse, asi que guardaste la calma esperando a que dieran el primer golpe del cual no tardaste en recibir, parecian querer atacar con sus cuerpos primero para desestabilizar tu posicion, obteniendo un par de tropiezos y cortes llenando tus ropas de gotas de sangre.

Aun asi, no pudiste encestar un golpe a muerte por que cuidaban muy bien de sus puntos vitales, tenian un buen entrenamiento.

Una patada en tu pecho, un largo corte en el rostro del contrario por tu espada los hizo a ambos retroceder y caer de bruces al suelo, respiraste un par de veces con fuerza, sosteniendo tu pecho para recuperar el aliento.

Aun de rodilla, levantando tu espada a ellos en señal de que seguirias la lucha, no te rendias, nunca lo has hecho.

Un rayo de luz plateado aparecio a tu costado directo a los solari, haciendote abrir los ojos y tragar saliva recomponiendote, giraste sutilmente la cabeza para ver la cabellera plateada pasar por tu costado con velocidad arremetiendo contra ellos con mucha velocidad.

Tu respiracion se acelero al verla, por lo que alejaste tu mirada viendo hacia donde los niños habian huido antes de empuñar con mas fuerza el mango de la espada caminando hasta los solaris entretenidos por la lunari.

No la miraste, tampoco te acercaste, solo tomaste a uno de ellos empujandolo para arremeter con fuerza para una buena lucha.

La espada que tenias se enterro en el tronco, aprovechando al no poder sacarla te impulsaste de ella cayendo sobre el y usando la soga para ahorcarlo con fuerza, solo lo soltaste cuando su cuello se rompio.

Tomando la soga al desatar el cuerpo colgado, enrrolandola en tu mano miraste a la mujer pararse, no tenia manchas de sangre mas que en su mejilla, sus ojos violetas se clavaron en ti de inmediato, le sostuviste la mirada, tomando una daga y ajustandola al extremo de la soga, girando tu cuerpo hacia ella con una pose firme.

───¿Por que volviste?───Te pregunto y tu no respondiste, retirando tu mirada de ella para observar a tus antiguos compañeros───Te hice una pregunta.

───No tengo la obligacion de responderla───Murmuraste hastiada por su insistencia, empezando a caminar hacia ella───Vine a hacerte una hermosa entrega.

Tomaste su mano viendola forzar su brazo para que no la tomaras, no hiciste caso y dejaste en su mano enguantada el dije.

───¿Que es?

───Tienes manos para averiguarlo───Respondiste osada, Diana te miro, burlandose en silencio antes de abrirlo.

Fue una sorpresa ver un fragmento de piedra lunar dentro, obligandose a si misma a volver a mirarte.

───¿Viniste solo a... Entregarme esto?───Pregunto incredula.

───Quieres respuestas, esto podria ayudarte. Ahora que hice mi entrega me voy.

Te diste la vuelta para su disgusto, fue una conversacion demasiado seca, fria, osada. No parecia que fueron amigas, no parecia que fueron amantes.

Pero ella sabia, que se lo habia buscado por ser tan dura.

───Estas herida───Decidio decir en busca de retrasar un poco tu retirada.

───No me digas───Te giraste a mirarla sorprendida───¡No lo sabia!, ¡Pense que el ardor en mi abdomen y mi pierna es solo por la emocion!───Chillaste antes de reirse secamente, Diana miro la piedra entre sus manos.

Miraste a Diana por unos segundos mas, era hermosa, podias incluso decir que el tiempo separadas habia incrementado su belleza.

Pero tal como era grande su belleza, grande era su odio.

───Que encuentres las respuestas que quieres, Diana. Buena suerte.

Empezaste a caminar con el ligero dolor de tu pierna, sin mirarla nuevamente, pero sintiendo su mirada en tu nuca todo el tiempo.

Bajaste una roca con cuidado, sintiendo tu pierna protestar mas decidiendo no prestarle atencion hasta asegurarte de estar bastante lejos de Diana y su pequeño territorio.

Miraste la luna en el cielo, era hermoso, como su representante en la tierra.

Quitaste tu mirada con una mueca, habian pasado años, deberias dejar ese enamoramiento que Diana habia dejado de sentir hace bastante tiempo.

¿Estas tan segura de eso?

Miraste las luces de la aldea a unos metros, pensando en refugiarte, curar tu herida e irte antes de que algun chismoso aldeano mandara un mensaje de tu estadia.

───Saben que estas aqui.

Giraste con la cuchilla en alto, Diana te miraba detras de una roca con sus brazos en su espalda cruzados.

───No es seguro que estes alli.

───¿Desde cuando sabes que lugar es seguro?, ¿desde que me dijiste que era seguro que los dos lunaris que te encontraste me aceptarian?───Le preguntaste tosca, Diana boqueo───Te recuerdo que no fue asi.

───Ven conmigo───Extendio su mano a tu persona y tu negaste de inmediato.

───Prefiero que se me caiga la pierna───Respondiste reacia, Diana sonrio.

───Lo se, pero yo no quiero que te quedes sin pierna───Replico acercandose, tu miraste a los costados, estaban muy cerca de la aldea.

───Vuelve a ocultarte, estas arriesgandote───Regañaste viendo su diversion.

───Vamos───Tomo tu brazo obligandote a caminar con ella.

Intentaste soltarte, pero cuando pusiste tu mano sobre la de ella sentiste ese escalofrio que tanto habias tenido en el pasado con ella.

Sigue teniendo el mismo efecto en ti. Y eso te molestaba.





Las manos de Diana recorrian tu abdomen tocando la zona morada para saber la magnitud del golpe, estabas nerviosa, y con frio.

Pronto sentiste algo aun mas frio y pastoso, lo que supiste era un remedio para que curara rapido. No la miraste ni siquiera cuando se levanto y miro tu rostro con atencion.

Habia notado que evitabas mirarla y hablarle, lo que la hacia frustrar e ingeniar un par de estrategias para que rompieras esas acciones. Queria hablar, antes no quiso, no queria sobrecargarte cuando ya lidiabas con tus problemas por su culpa.

───Oye... ¿Vas a ignorarme durante el siguiente tiempo?

No tuvo respuesta.

Y tu tragaste saliva por su tono.

───Es malo ignorar a tus mayores ¿sabias?, es maleducado y tu no eres maleducada.

...

Diana estaba frustrandose mas.

───Gema, deja de ignorarme───Pidio cruzando sus brazos.

Entendia que estabas molesta, entendia que no quisieras hablar, pero queria que al menos le dijeras si te dolia algo mas de tu cuerpo te dejaria tranquila, o eso queria creerse.

───No es agradable que me ignores.

Te vio acomodarte en la cama improvisada, esta vez dandole la espalda, declarando completamente tu poco interes en hablarle.

Y Diana entendio, pero no podia aceptarlo.

───Por favor... Deja de ignorarme, quiero hablar.

───¿Ahora si quieres?, felicidades para ti.

───Gema, por favor.

───No, antes queria hablar, ahora no.

Diana dejo caer sus hombros y suspiro, tomo una de las cobijas y la puso sobre su cuerpo en silencio.

───Lamento haberte lastimado.

Fue lo unico que dijo antes de irse, necesitaba meditar, intentar contactarse con su luna.

Tu tragaste saliva acomodando la cobija en completo silencio, su disculpa resonando en tu cabeza.





Para cuando Diana volvio a la cueva, el sol empezaba a salir y con eso sabia que los solari buscarian a sus compañeros. Entro con cuidado y se asomo donde estabas dormida, ya no le dabas la espalda, estabas frente a ella y pudo ver tu rostro relajado.

Parecias inofensiva, incluso facil de atacar. Diana sabia que era una mentira, y sabia que no deberia acercarse, pero le fue inevitable.

Por lo que usando su buena agilidad y ligereza se acerco lo suficiente como para poder detallar bien tu rostro, tus pestañas, tus pomulos, tus labios.

Se sento con cuidado, sin parar de admirar tu bonito rostro con diminutas cicatrices viejas que obtuviste como emblemas de guerras ganadas. Su mano se levanto, queria sentirlas, queria tocarte, mas se abstubo con pesar y dejo caer su mano con pesadez.

"───¡No te quiero cerca de mi!, ¡crees en tu dios y en tu gente que no ha hecho mas que matar a los mios!"

Diana trago saliva, era su voz... Sus palabras cubiertas en su rabia despues de asesinar a los ancianos, y esa no era la peor cosa que dijo.

"───Diana, hablemos con calma, tenemos que irnos de aqui

───¡Largate entonces, no te quiero aqui, nunca mas!

───¡Date cuenta de lo que dices!

───¡No quiero escucharte, Gema!, ¡no te quiero ver mas!"

Su mandibula temblo y sus ojos volvieron a reposarse en tu rostro, desde ese dia solo te vio cuatro veces, tres de ellas fue de lejos mientras ella viajaba y en el paso te buscaba.

───En verdad lamento todo lo que dije───Murmuro tomando la cobija para abrigarte mas───Nunca quise decirlo, no te queria lejos, te queria conmigo, tenia miedo. No queria que te fueras.

Se levanto dandose la vuelta para conseguir de comer, tomando su espada en forma de media luna giro para mirar tu rostro contraido ahora, mas decidio salir antes de que despertaras.

Abriste los ojos una vez viste su cabello desaparecer, miraste donde estaba sentada, habia dejado el dije alli, pero la piedra no estaba dentro.

Te sentaste en la cama y miraste el sol saliendo, un sol que en el pasado adoraste, recordaste tus guardias, tus entrenamientos, todo.

Y tenias rabia, tenias dolor, tenias miedo. Pero habias soportado muchas cosas del monte y su poblacion, y no ibas a seguir callada.

───Yo tampoco queria irme───Elevaste lo suficiente la voz, sabias que aun no se habia ido.

Esperabas que se fuera, que lo tuviera claro.

Y te escucho a la perfeccion por que en cuestion de minutos habia vuelto y te miraba con atencion, una que tu le devolviste.

───¿Desde cuando...?

───Desde que te acercaste.

───Yo...

───Yo tampoco queria irme, no queria alejarme, queria hablar, tu dejaste en claro que no querias eso, tampoco querias que estuviera contigo, me querias lejos.

Diana no tardo en arrodillarse, dejando su arma a un lado y mirarte con mucha mas atencion.

───Esta cicatriz es nueva───Señalo una que tenias cerca de tu oreja, tarareaste en respuesta───Esta en tu mejilla tambien.

───Parece que recuedas bastante mi cara.

───Siempre admire tu rostro───Respondio con un suspiro───Yo... Quiero hablar, ¿tu quieres?

───Hablemos entonces───Cediste acomodandote frente a ella, Diana se enderezo pensando en sus siguientes palabras.

───Nunca te quise lejos, no quise decir todo eso. Estaba molesta, estaba... Cegada por saber que siempre estuve rodeada de quienes mataron a mi familia, yo solo te queria conmigo.

───Hm.

───Se que no es justificativo, nunca lo sera, en verdad lamento haberte gritado, lamento haberte hecho huir de aqui y ser una nomada, nunca quise esto...

Asentiste un par de veces quitando tu mirada de ella, Diana se preocupo, estaba siendo sincera, ¿no le creias?

───Que... ¿Que paso cuando me fui?

───... Leona penso que te asesine, tenia tu espada en mis manos.

───¿Por eso destruiste una de las representaciones del sol?

───Leona fue quien la destrozo───Suspiro dandose cuenta de que no le creias───Yo solo queria respuestas y pago por mis decisiones cada dia.

───Entiendo, la luna siempre te llamo───Murmuraste extendiendo tu mano al dije en el suelo, mostrandoselo───Fue raro como lo encontre, era... Estaba en mi cama, aparecio alli como si nada y fue tan raro... Supe que era de la luna, y supuse que tendria respuestas para ti, por eso volvi.

───Viajaste por meses, solo para esto...───Señalo la piedra que habia sacado de su armadura.

───Vale la pena si eso te ayuda en tu objetivo.

Diana trago saliva, apreto su mandibula y bajo su mirada para solo observar la piedra, sus ojos estaban nublados.

───Siempre pense en ti aun cuando crei que me odiabas.

───Nunca podria odiarte... Ni nada parecido al odio.

Su mirada choco con la tuya, pudo ver un astibo de burla en su rostro.

───¿Entonces me querias cerca de ti?───Pregunto con burla, Diana resoplo divertida.

Pudo ver tu sonrisa, esa sonrisa que le alegraba las noches cuando volvia de sus castigos en el pasado. Cuanto habia extrañado esa sonrisa.

───Me sigues amando───Declaro en un susurro, como si fuera prohibido, inclinandose para decirlo mas bajo.

Diana imito su posicion con una sutil sonrisa.

───Te sigo amando como el primer dia.

Vio tu sonrisa titubear y convertirse en una mas grande, tus manos sujetaron las suyas, tomando la piedra y poniendola encima de su corazon.

───Esto pertenece a ti, tu eres la luna───Murmuraste guardandola en su armadura.

Viste su mano dirigirse a tu mejilla, ahuecandola y haciendo que la miraras, su rostro estaba mucho mas cerca.

───Tu... ¿Perdonas a esta luna deshorientada por lastimarte?

───Te perdono todo, pero debes tener cuidado con lo que dices.

───Gracias...───Susurro reposando su frente en la tuya justo antes de besar tus labios con anhelo, su mano libre ahueco tu otra mejilla buscando tenerte mas cerca, tus manos sujetaron su cintura.

Una vez los pulmones exigieron aire, se separaron con la respiracion agitada y la sonreiste admirando sus ojos.

───La luna esta en tus ojos.

───¿Ah si?, yo creo que en mis ojos solo estas tu.



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