𝑭𝑰𝑽𝑬

Cuando Jongseong logró recuperarse del dolor que su cuerpo le proporcionaba, comenzó a caminar lejos del mercado. No veía la hora de que ya fuera de noche y pudiera estar en los brazos de Jungwon, sintiéndose amado por la única persona que le quería...

- Hola señor Hoseok - saludó Jungwon al vendedor de tomates, Jongseong ya se había retirado del mercado y ahora todo había vuelto a la "normalidad".

- ¡Oh, joven Yang! Me alegra verte por aquí, ¿Como se encuentra su madre? - preguntó tan alegre, cómo si ningún chico homosexual hubiera estado usmeando sus tomates minutos atrás.

"Ridículo" pensó el chico.

- Ella está bien, me pidió que le comprara unos tomates para un platillo - comentó.

- Ya veo, ¡Toma los que desees chico! -.

La pequeña plática terminó ahí y Jungwon comenzó a revisar la condición de cada tomate, eligió los más jugosos y los fué metiendo en el canasto que su mamá le había dado.

Entonces unas voces a sus espaldas hicieron presencia.

- Estuviste increíble Jaeyoon, ese chico debía saber quien manda - habló Wonyoung, la chica más deseada por la mayoría de los hombres del pueblo y actual novia de Jaeyoon.

- Lo sé linda, lo sé - respondió Shim para luego depositar un beso en los labios de la chica - Ya vuelvo chicos, tengo que hacer unas cosas.

Sin más que agregar, el líder del grupo se alejó y posteriormente se perdió entre el montón de gente que se encontraba en el mercado.

- Riki, Seon - llamó la chica a los muchachos - ¿No creen que esas camisetas ya están contaminadas por Jongseong? Digo, ustedes lo sujetaron - comentó la chica.

Jungwon no era tonto, sabía lo que ella quería. Así que miró por el rabillo del ojo al grupito y pudo apreciar a Seon y a Riki quitarse las prendas antes mencionadas, dejando a la vista sus delgados pero fornidos torsos.

Y ni hablar de la expresión satisfecha de la chica al haber conseguido apreciar el buen cuerpo de ambos muchachos.

- Pero que zorra - murmuró y se apresuró en seleccionar los tomates necesarios.

Al tener todos los tomates listos, fué de nuevo con Hoseok y le mostró lo que llevaba para que este le diera el precio final.

- ¡Wow! ¿Por qué llevarás tantos tomates? - preguntó asombrado el hombre.

Jungwon se quedó en blanco por un momento.

- Ehhh bueno, ya conoce a mamá, le gusta llevar de más - respondió haciendo de su sonrisa la más convincente de todas.

Al final, pagó más de lo que tenía planeado, le diría a su madre que había decidido comprar algo para almorzar y listo.

Salió del mercado y buscó por todos lados a Jongseong, sin éxito alguno. Luego una idea sobre su paradero apareció en su cabeza y sin perder más tiempo se dirigió a la cabaña del bosque.

Una vez llegó al lugar, pudo ver la silueta de alguien en la ventana y Jungwon pudo reconocer fácilmente de quien se trataba.

- Mi amor... - llamó a Jongseong apenas y entró al lugar.

- Mi bebé - Jongseong, importandole poco el dolor en su cuerpo, se levantó de la cama y corrió a los brazos de su novio, restregando su nariz en el cuello del menor para inhalar su dulce aroma.

El cuerpo de ambas personas hizo la tarea de cerrar la puerta de la cabaña y ahora Jungwon se encontraba acorralado por Jongseong mientras ambos se besaban con tanto anhelo, uno para poder aliviarse del mal rato que pasó y el otro para poder hacerlo sentir mejor y transmitirle toda esa preocupación que le había causado. Las manos de Jungwon acariciaban la ancha espalda de Park para que este se sintiera más tranquilo y valla que lo había logrado.

- Me alegra que estés aquí - dijo Jongseong cuando se separaron del beso.

- Te he traido unos tomates y también necesitaba ver como estabas - dijo el menor mientras restregaba su rostro en el pecho de su novio.

- Ahora que estás conmigo, estoy más que bien y no debiste molestarte con los tomates -.

- Pero quise, mejor bésame - pidió el menor con una sonrisa.

Y Jongseong siendo débil ante la sonrisa y los hoyuelos de Jungwon, obedeció a su pedido y uns vez más unieron sus labios en otro beso.
Park impulsó el cuerpo ajeno haciendo que Yang rodeara sus piernas en la cintura de su pareja para que pudieran besarse de una mejor manera.

Disfrutaban la boca del otro, sus lenguas bailaban al compás de una imaginaria melodía, el estar juntos lo hacía el momento más feliz de su día a día y el amor que se tenían cada vez iba creciendo con muchísima más y más intensidad. Tal vez era un amor diferente al usual, pero podían asegurar que era el más puro y hermoso que hayan vivido.

- Te amo, Jungwon -.

- También te amo, Jongseong -.

Ambos chicos pegaron sus frentes y frotaron sus narices formando así un tierno beso esquimal para que luego volvieran a besarse cariñosamente.

Estaban tan ocupados dentro de su burbuja que nisiquiera notaron la presencia de una tercera persona que los miraba desde afuera por la ventana.

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