𝑬𝑳𝑬𝑽𝑬𝑵
Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo existían dos corazones que contenían un amor tan puro y hermoso.... No siempre aquellas historias de amor tienen un final feliz, por más hermoso que sea el sentimiento de los protagonistas.
- De acuerdo con lo que se discutió con el jurado, es imposible la tolerancia a la estancia de dos homosexuales en nuestro pueblo - dictó el hombre con capucha oscura y una peluca blanca.
No siempre la vida de los protagonistas era fácil, lleno de flores y felicidad como se contaba en los cuentos.
- No obstante la iglesia dicta que, se comete un pecado contra Dios cuando el hombre no cumple el mandato de reproducirse y continuar la tarea que nuestro padre divino le encomendó - continuó diciendo.
El público que se encontraba en el juicio asentía totalmente de acuerdo con lo que el juez decía, se negaban a aceptar a dos "enfermos" -cómo ellos les llamaban- viviendo en las mismas tierras que ellos. Eran unos monstruos.
- El padre aseguró que las almas de estos jóvenes han sido poseídas por el mismísimo Satanás - comentó, muchos de los presentes murmuraron entre ellos.
- Patrañas... - dijo Jongseong entre dientes.
- Finalmente, luego de una charla entre la iglesia y el jurado, hemos llegado al siguiente benedicto... - anuncio para luego continuar leyendo aquel papel - De acuerdo al artículo 233 del capítulo 2, la sodomía será castigada con la pena de muerte en la hoguera para la parte receptiva, hoy a las seis de la tarde -.
El mundo de Jongseong se detuvo en ese instante, esto no estaba sucediendo... Miró hacia un lado visualizando a su amor, su corazón le dolía como nunca al presenciar cómo Jungwon comenzaba a derrumbarse poco a poco, ahora él se sentía tan culpable.
No había podido protegerlo...
- ¡No quiero morir, porfavor! ¡NO, POR FAVOR! ¡NO!- imploró Yang con lágrimas en los ojos.
Pero el hombre frente a él no se inmutó, al contrario, una gran sonrisa comenzó a brillar en su maldito rostro.
- Para la parte activa, será castigada con ciento cincuenta latigazos en la plaza pública el día de mañana al medio día - continuó dictando haciendo caso omiso a las súplicas de Jungwon - Se levanta la sesión, esto es un caso cerrado -.
Dicho esto, el hombre golpeó la mesa con su martillo haciendo que un eco resonara en toda la habitación, el llanto lamentable de Jungwon era lo único que podía escucharse, en verdad estaba muy aterrado.
Jongseong también se estaba lamentando, debió proteger más a su bebé, Jungwon no merecía esto él no merecía morir; su pequeño lloraba tan asustado, triste, desesperado, que si no fuera por la soga que le impedía moverse ya estuviera abrazando el tembloroso cuerpo de su novio. Sin poder evitarlo, también comenzó a llorar.
- Porfavor, él no - habló Park lo suficientemente alto como para que el juez le escuchara - Ejecutenme a mi, a Jungwon no le hagan nada... ¡Porfavor! - rogó, poniéndose de pie para caminar hacia el hombre, pero rápidamente fué detenido por los guardias.
El juez Taehyung era conocido por su frío y duro carácter, por lo que ver a un jóven llorar por la vida de otro no le provocó ningún sentimiento, al contrario, la petición que le hacía el pelinegro se le hacía inútil.
- ¿Con qué derecho crees que puedes cambiar mi desicion? - preguntó con ironía, no recibió respuesta - Exacto, si antes tenías palabra déjame decirte que ahora ya no y lo hecho, hecho está -.
Inmediatamente Jongseong se dejó caer al suelo, estaba igual de destruido que Jungwon, no quería que le quitarán a lo único que amaba en su vida, porque si le quitaban la vida a Jungwon significaba que se llevaban la vida de Jongseong junto a él.
Él es lo más preciado que tenía, no sabía que iba a hacer sin él.
- Sólo por curiosidad - la voz del juez Kim hizo que alzara su vista nuevamente - ¿Porque? ¿Porque desea salvarlo de la muerte? - preguntó.
Jungwon quitó las manos de su rostro y miró hacia donde Jongseong y el juez se encontraban, había logrado escuchar todo y la pregunta que le habían hecho a su novio había llamado su atención. Aunque en el fondo sabía que no iba a cambiar nada de lo que el destino les traía.
Por su parte, Jongseong no lo pensó dos veces, la respuesta era simple.
- Porque lo amo - respondió sincero y firme.
Con esta respuesta, el juez sólo les dió una última mirada a ambos muchachos antes de irse.
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Sodomía: Penetración del pene en el ano
Muerte en la hoguera: Causada por la fusión de plomo que posteriormente era vertida en el cuerpo de la persona condenada, causando la muerte inmediata.
› Las leyes y artículos gubernamentales que se mencionan en el capítulo son totalmente falsos, se inventaron para la historia.
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