36| ❝arriesgarse por amor❞

╰─────➤El porvenir
no me inquieta; lo que es
duro a veces es el presente.



J.V






—¿QUÉ HACES aquí, abuelo?

Hershel escuchó a la, casi, inconsciente Calipso preguntar mientras ella estaba recostada en la cama. Él tenía un pañuelo en la boca y se arrodilló, apoyándose sobre su pierna de metal, para ver a la joven.

—Esta cada vez peor —susurró, Damon, también con un pañuelo en la boca, limpiando la sangre de la boca de ella —ayudó lo más que pudo hasta que casi cae desmayada.

—siempre tan terca —susurró el anciano, ayudándola a sentarse.

—usted es igual, debería estar en cuarentena —Le dijo la chica, mientras Damon ataba su cabello para que no le estorbe. Pero ella tosió sangre que salpicó en el rostro de Hershel, él terminó por sacarse su pañuelo y limpiarse, Damon hizo lo mismo. Era en vano —lo siento...

—bebe esto, Cali —le pidió el mayor, ayudándola a beber el té.

—sabe a mierda de caballo —se quejó, terminando de beber —rico.

—¿Cómo sabes a qué sabe el popo de caballo? —murmuró, Damon y ella se encogió de hombros.

—Merle —se limitó a contestar. Le devolvió la taza a Hershel que miraba con pesar a la joven que veía como una hija más. Pero Calipso se retorció de dolor, comenzando a sollozar y Damon acarició su espalda —Glenn... Quiero a Glenn.

—Ire a buscarlo, tranquila —Damon se levantó, yendo en busca del asiento. Hershel limpió la sangre del rostro de la chica.

—Carl te manda un fuerte abrazo, Cali —le avisó el hombre, la chica tenía sus ojos cerrados mientras se volvía a acostar —y Rick quiso venir a verte, pero le dijimos que no te podías levantar.

—aun que me encontrase bien, les hubiese pedido que le dijeran que estaba mal para no verlo. Si voy a morir, no quiero ver la cara de Grimes antes de eso —bromeó, haciendo sonreír al anciano.

—el día que dejen de pelear, será el día que habrá verdadera paz en la prisión —murmuró divertido. Calipso asintió sin darle atención, pero Damon entró con Glenn que cayó sentado a un lado de Calipso, más que preocupado.

—Cali... —Le susurró el asiático con un tono débil y asustado, ella hizo un sonido con su garganta, mostrando que seguía viva; Glenn miró el techo de la celda, soltando un suspiro tembloroso —animal —se quejó, luego de pensar que le había sucedido algo.

—por algo me atiende Hershel —murmuró sonriendo como pudo. Damon resopló bajo su pequeña sonrisa, ayudando a Glenn a recostarse a un lado de la castaña. El veterinario negó por el chiste a su oficio.

—te odio —se quejó, Glenn, abrazándola y Damon miró al hombre.

—ve, yo los cuido —murmuró, el hombre se levantó y palmeó el hombro de Damon.

—aún en los momentos más difíciles, eres bueno, muchacho —Damon sonrió por el alago.

El chico se giró a ver a sus dos mejores amigos casi dormir abrazados, se limpió una pequeña lágrima y se dispuso a limpiar sus sudores o bajar la fiebre de ellos. No podía abandonarlos.

[…]

—¿Te vas?

Calipso estaba apoyada contra el cristal de la habitación, del otro lado de la gran ventana, estaba Rick apoyando su brazo contra el vidrio, viendo a la chica que se ahora al menos podía mantener los ojos abiertos y ponerse de pie. Su apariencia demacrada encogió el corazón del hombre que la amaba pues a Rick Grimes le destrozaba ver a su mujer de esa manera.

—debo hacerlo, necesitamos comida y agua, todo se fue en el pabellón D. Más con los cerdos y... —suspiró pasando una mano por su frente —olvidalo ¿Cómo estás? ¿Cómo está Glenn? ¿Sasha y Hershel? ¿Damon?

—Siguen vivos, pero murió otro más —Murmuró con tristeza y alzó su mano para apoyarla contra el vidrio, Rick subió la suya e imitó su acción. Sus manos estaban juntas, lo único que los separaba era ese cristal.

—no sabes cuánto desearía poder abrazarte, Calipso —habló, viendo sus manos —besarte a escondidas y dormir juntos —ella sonrió al escucharlo.

—Tendras que conformarte con esto de momento —dijo, haciendo una mueca —te besé, Grimes, me asusté al creer que podrías enfermarte.

—estoy bien, Hershel, Maggie, y Damon igual. Estando más expuestos que algunos —se encogió de hombros y ella asintió suspirando —debo irme, no quiero dejarte, ni a Carl o Judith, menos con Daryl fuera...

—ve, Grimes —bajó su mano y él igual —estaré bien, ellos igual.

—de acuerdo...

Se alejó, sin despegar sus ojos de ella, alcanzando a ver cómo Calipso se inclinaba para escupir sangre. Hizo una mueca girando, no le gustaba ver a la chica así y menos irse sabiendo que podría morir, pero tampoco podría dejar que Carol siga cuando había hecho tal atrocidad sin pensar en que iba a dejar solo a un chico de veinte años recién cumplidos como Damon al quitarle a la mujer que era cómo su madre.

[…]

Damon, Calipso, Glenn y Sasha trataban de ayudar lo más que podían a Hershel, el té que les había traído les servía a los últimos tres para al menos estar de pie, pero su tos empeoraba cada vez más, Glenn tenía un gran dolor de cabeza y Calipso escupía mucha sangre, ni hablar de la apariencia de Sasha.

Calipso ahora estaba bajando las escaleras, tenía ganas de llorar por el dolor de cabeza y su garganta ya no podía seguir tosiendo u escupiendo, tenía toda su boca y mandíbula manchada en sangre. Pero frenó cuando vió a un hombre salir y caer, Hershel tomó su pulso pero ya era tarde. Los demás habían salido de sus celdas y veían la escena.

Era tan triste... Todos tenían una apariencia demacrada, sus ojos mostraban el desgano que le ganaba a la preocupación y el miedo, como si comenzarán a rendirse. Todos esos pares de ojos adoloridos estaban torturando a Hershel que les pidió que entren a sus celdas. Calipso terminó de bajar las escaleras y ayudó a Sasha a mover una camilla para subir al hombre encima.

Hershel no quería matarlos antes de su transformación, no adelante de todos los enfermos que miraban. Ella iba a acompañarlo pero Damon la detuvo.

—mirate, Cali —le susurró, el castaño, ella suspiró —ve, yo ayudo a Hershel.

—tú también ve, necesitas descansar —le pidió el anciano a Sasha.

Las dos chicas terminaron por irse a diferentes caminos, Calipso iba escaleras arriba cuando vió a Glenn en el suelo, con sangre en su boca. Sintió como su alma salía de su cuerpo en ese momento y corrió, aún sin fuerzas, cayendo a un lado de su amigo para ponerlo boca abajo.

—escupe, escupe la sangre, Glenn —le suplicó a su amigo, pero vió a Lizzie delante de ella —¡Llama a Hershel! —le gritó a la niña pero ella le señaló al hombre a su lado.

Calipso miró en la cama y notó como ese hombre tenía sangre cayendo de sus párpados cerrados, pero, pronto, abrió los ojos y se lanzó sobre Calipso que cayó al suelo con él encima.

Se escucharon disparos en el suelo de abajo.

Calipso no tenía fuerzas, mucho menos cuando su mejor amigo estaba al lado suyo, luchando por no ahogarse con su propia sangre, trató de forcejear hasta que lo empujó con sus piernas, pasándolo sobre ella y sacándolo fuera de la celda. miró asustada a Lizzie pero ella comenzó a llamar al caminante.

—¿Estás loca, niña? —le dijo asustada, pero ella se fue, llevándose al caminante. Miró a Glenn y luego suspiró —lo que una hace por amistad —susurró arrastrándose mientras tosia para ayudarlo. No sabía que hacía Lizzie, pero esperaba que estuviera bien —¡Damon, Damon!

—¡Calipso! —se asomó para ver al chico luchando con un caminante —¡Caleb se transformó! —nombró al doctor.

—¿Y Hershel? —gritó, confundida.

—¡No lo sé! —El chico mató al caminante. Miró a los lados en busca del anciano, pero apareció otro muerto y Damon tuvo que patearlo.

Calipso escuchó disparos y notó a Hershel con una escopeta. El anciano acabó con tres caminantes y salió, Damon acabó con el que estaba abajo.

—¡Necesita la maldita bolsa de plástico que tiene aquel hijo de puta! —Calipso, gritó como pudo y se llevó una mano a la garganta al hacerlo. Hershel miró dónde señalaba y avanzó hacia allí.

—¡Maggie! —Damon corrió a dónde la chica, que había entrado a cuarenta —¡No dispares!

—¡Puedes darle a la bolsa y es para Glenn! —Negó, Hershel, quien había pasado a intentar luchar con el caminante sobre la valla que había.

Pero Maggie disparó. Aún que fue un disparo preciso que le dió a la cabeza, dejando la bolsa intacta.

—¿Dónde está? —Preguntó, Maggie.

—celda cien, con Calipso —le respondió, Damon. Tomó la mano de Maggie y tiró de ella, los dos corriendo escaleras arriba.

—¡Se está poniendo azul! —les gritó, llorando, Calipso, mientras lloraba.

—¡Glenn, Glenn! —Maggie se tiró, tomando la cabeza de Glenn, a su vez, Damon ayudó a Calipso a acostarse sobre la cama.

—ponlo boca arriba —le pidió, Hershel a su hija, llegando con la bolsa de plástico —manten sus brazos abajo, Maggie. Damon, sostenle la cabeza —Eso hicieron —Vamos, hijo, vamos, tú sabes cómo funciona... —Hershel le hablaba mientras introducía el tubo por la boca de Glenn que a penas y podía hablar —Relajate. Quédate con nosotros... Quédate con nosotros... Quédate con nosotros.

Notablemente, Glenn paró, comenzando a respirar con tranquilidad y Calipso comenzó a llorar más aliviada. Damon cayó rendido al suelo, escuchando a Maggie susurrarle a Glenn y Hershel apretando el aparato cada ciertos segundos.

—No te quería aquí con nosotros —Hershel le susurró a su hija.

—Lo sé... Tuve que hacerlo —Veia a Glenn que tenía rastros de su propia sangre bajando por su mandíbula —igual que tú.

Calipso seguía viendo el techo en silencio, sus lágrimas bajaban, su corazón palpitaba con fuerza, el terror la recorrió por segundos al pensar que perdería a Glenn, a su mejor amigo y hermano. Damon, al verla, estiró su mano y tomó la de la menor de los Dixon que cerró sus ojos por un momento.

—Hershel... —Damon susurró, tomando la mano de Calipso que había perdido fuerza.

—Maggie, apreta cada cinco segundos ¿Si? —le pidió a su hija que cambió su lugar, observando preocupada a Calipso.

El hombre se levantó, se sentó a un lado de Calipso y le tomó el pulso, estaba bajo.

—mucho esfuerzo, poca energía, perdió mucha sangre —Habló, preocupado —se desmayó, no es nada. Está bien... Está bien.

Damon se pasó las manos por el rostro, lleno de sudor, y comenzó a llorar consiguiendo la atención de Hershel y Maggie. Hershel puso la mano sobre el hombro del muchacho asustado.

—Damon, ve a buscar el té ¿Si? Tranquilo, los dos están bien —le dió un suave apretón y Damon sorbió su nariz, levantándose y limpiando el sudor de su frente para salir, con cuidado de no pisar a Glenn.

El chico fue escaleras abajo, yendo en busca del té, pero vió a Daryl tratando de abrir la puerta y exhaló con gran alivio al saber que ya habían vuelto.

—por ese lado, Maggie rompió la ventana para entrar —pidió el chico, señalando el otro lado.

—¿Mi hermana? —cuestionó, Daryl. Bob entraba detrás de él con las cosas.

—inconsciente pero viva —Le respondió, mostrando el temblor de sus manos —esta en la prisión cien, arriba. Dame las cosas, no entres o cuando despierte me matará...

Daryl solo afirmó con su cabeza y Damon guió a Bob con Hershel, comenzaron a preparar las jeringas y Maggie le pidió a su padre que vaya a descansar. Se lo tenía más que merecido. Bob inyectó primero a Glenn, luego a Calipso.

[…]

Calipso abrió los ojos mientras trataba de recordar que había pasado, pero solo recordó que estaba llorando por Glenn, Damon tomó su mano y luego nada. Miró a su lado, Glenn estaba en el suelo, ya sin la bolsa. Bob estaba allí también, junto a Maggie y Damon.

—Despertó la Bella durmiente —habló, Maggie. Dándole un suave golpe a Damon que cabeceó de golpe.

—¿Glenn? —preguntó despavilando, Maggie sonrió negando.

—no, la otra Bella durmiente —señaló a Calipso que se sentó con esfuerzo, Bob se apresuró a ayudarla.

—ah, esa no es bella, esa es la bestia —Se burló, Damon. Calipso sonrió, sonrió verdaderamente.

—ya no me siento tan muerta —susurró, tomando la taza que le tendió Bob —¿Daryl?

—llegamos anoche, con los remedios. Estabas desmayada cuando llegamos. Te inyecte —Calipso buscó el punto en su brazo hasta que lo encontró —ya han habido muchas mejoras.

—supongo que gracias —Calipso murmuró, estirándose pero llevando una mano a su frente.

—puede que aún tengas dolor de cabeza, dolor de huesos, incomodidad, pero se te pasará en unas horas —le explicó, el moreno —ire a ver a los demás.

Se levantó, saliendo de la celda y dejando a los cuatro chicos solos. Calipso estuvo un rato con ellos, quienes le murmuraban sobre que la reja había caído a la vez que sucedía todo lo que pasó anoche, pero que Carl y Rick se había hecho cargo.

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