𝓘. 008
✙ Dracarys ✙
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—¡Ser Criston Cole ahora se enfrentará a Ser Daemon Targaryen, Príncipe de la Ciudad!—declararon y la multitud estalló en aplausos mientras los competidores se preparaban. Vaera se sentó en el asiento de su padre. Harwin mantuvo una mano tranquilizadora sobre su hombro mientras ella se desplomaba nerviosamente en su silla. Se suponía que hoy sería feliz y ahora estaba preocupada, muy preocupada por su madre.
—Oye—dijo Harwin agarrando la mano de Vaera—. No te hagas daño—Comentó que ella se estaba hurgando nerviosamente las uñas, su cutícula sangraba un poco. La besó en la mejilla apretando fuerte su mano.
—Ella va a estar bien, ¿verdad?—Vaera cuestionó.
—Viserys—Aemma cuestionó en un estado confuso.
—¿Sí?—ella lo miró confundida cuando comenzaron a sujetarla—. Ahora van a sacar al bebé.
—Mm—ella no entendía
—Te amo.
—Oh—Sus gemidos y gritos se amplificaron—. ¿Qué está sucediendo?
—No, está bien—Viserys aseguró
—No... ¿qué está pasando? Viserys, qué...—Aemma luchó bajo su fuerte agarre.
—No, está bien—Viserys aseguró.
—¿Q-qué estás haciendo?
—Van a sacar al bebé—Viserys le dijo de nuevo.
—Cómo van...
—Todo está bien—Seguía repitiendo tratando de convencerse a sí mismo.
—Viserys, por favor.
—Todo está bien.
—No estoy asustada. No en...
—No tengas miedo—Viserys le dijo.
—¿Qué está sucediendo?
—No tengas miedo. Van a sacar al bebé—Repetía una y otra vez
—Oh, no—comenzó a gritar cuando comenzaron a cortarla.
—Todo está bien. Van a sacar al bebé.
—¡No! ¡No! ¡No!—Aemma gritó gritando y agarrando a Viserys suplicándole pero él no quiso escuchar.
—Estoy haciendo la primera incisión.
—¡No no no! ¡Viserys, no! ¡Por favor! ¡No no no!—ella gritaba y gritaba retorciéndose en su agarre.
—No tengas miedo.
•••
—¡Espada!—exigió Daemon.
—Oh chico, aquí vamos—Vaera dijo inclinando su cabeza hacia Harwin.
—¡El príncipe Daemon Targaryen desea continuar en un concurso de armas!—Maestro de juergas declaró a la multitud cuando comenzaron un duelo mano a mano, espada a espada. Los hombres gruñeron mientras arrastraban los pies por el suelo arenoso, la multitud vitoreando haciendo eco con el repiqueteo de sus espadas.
—Ríndete. Ríndete—Daemon dijo con calma, estaba de espaldas, la espada de Cole apuntando hacia él, pero Daemon solo se rió entre dientes.
—Dioses. Es dorniense.
—Esperaba pedir el favor de la princesa—Dijo Criston acercándose a la caja de observación, Rhaenyra le sonrió—. Princesa Vaera—Aclaró y Harwin la empujó hacia adelante.
—¿Yo?—Vaera cuestionada
—Feliz onomástica, princesa—Criston le dijo.
—Gracias, ser Cirston—Vaera dijo dejando caer su corona de flores—. Te deseo suerte, Ser Criston.
—Gracias, princesa—Respondió con una sonrisa encantadora, Vaera lo vio irse, Rhaenyra se desplomó en su asiento, Vaera siempre lo tenía todo.
•••
—Felicitaciones, Majestad. Tiene un hijo—dijo Mellos mientras el bebé nacía. El bebé comenzó a llorar.
—¿Es un niño?—Viserys dijo felizmente
—Un nuevo heredero, Majestad—Mellos confirmó—. ¿Habían elegido usted y la Reina un nombre?
—Baelón—Viserys dijo alegremente pero el bebé no sobrevivió.
+
Permanecieron en silencio mientras el viento azotaba a su alrededor y las olas rompían contra las orillas. Vaera miró a su madre y
a su hermano. Muerto. Esperando ser quemado. Miró a su padre, lágrimas en sus ojos mientras un sollozo salía de sus labios cuando hizo esto. Los mató a ambos con sus elecciones. Pero si el bebé hubiera sido violado, no había una forma segura de sacar al niño, lo más probable es que ambos hubieran muerto sin importar lo que Viserys decidiera hacer. Pero aun así se sentía muy mal, dejó a sus hijas sin madre.
Vaera lo miró con los ojos más tristes. En su onomástica de todos los días, para tener este recuerdo atado. La sostuvo contra él mientras dejaba escapar un suspiro tembloroso.
—Te están esperando—Daemon comentó mirando a Rhaenyra.
—D...—comenzó Rhaenyra y Syrax emitió un gruñido bajo desde lo alto de la colina. Rhaenyra puso un brazo sobre su padre y lo ayudó a él y a Vaera a retroceder mientras hablaba más fuerte, con la voz quebrada mientras hablaba.
—Dracarys—Syrax descendió y en un calor abrasador de fuego de dragón quemó a Baelon y Aemma. Con fuertes respiraciones los vieron arder. Vaera no podía mirar, se giró enterrando su rostro en Viserys, él sintió sus lágrimas calientes sobre él mientras ella sollozaba.
Si, he decido seguir actulizando este libro. Espero tengan las mismas ganas que yo por continuarlo.
Besos.
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