CAPÍTULO 52: THE LIFE WE NEVER GET TO LIVE

—— THE LIFE WE NEVER GET TO LIVE ——

En una realidad paralela:

Beatrix caminó con sigilo por la habitación que ella y su hermana compartían, desde que habían sido admitidas en Alfea, sus padres se habían empeñado en que ambas compartieran habitación, no es algo que las importará, pero sus progenitores querían que estuvieran listas, sobretodo por lo impulsivas que ambas solían llegar a ser a veces.

—Si quieres escaparte, haz menos ruido. Levantarás a los muertos.— Murmuró Fallon mientras se acomodaba sobre su almohada al mismo tiempo que Beatrix se daba la vuelta soltando un suspiro, jamás conseguiría hacer algo sin que su melliza se llegara a enterar.

—Solo quería divertime antes de ir a Alfea.— Murmuró mientras cerraba la ventana y se sentaba en el diván que había debajo de él. —Mamá está como loca desde que nos aceptaron, y conociendo a papá estaremos tan vigiladas como Stella y Stefan.— Añadió mientras Fallon se acercaba a ella y se sentaba a su lado, bajo la luz de la luna llena.

—Ambos quieren que vivamos esa experiencia que ellos dos tuvieron, no tiene nada de malo, Trix.— La recordó intentando ponerse del lado de sus padres, por supuesto en Alfea debería de ocultar su naturaleza como un fénix y guardar de esa manera el secreto familiar, pero tampoco quería ser la hija de sus padres.

—¿De verdad?— Inquirió mientras la miraba con una expresión de pocos amigos al mismo tiempo que se acercaba a la cama de su hermana. —Te recuerdo que no podremos salir a divertirnos, que no podremos tener vidas normales.— Se quejó sabiendo que las vidas de ambas siempre estaban bajo el ojo de mira, sobretodo por la relación que su familia compartía con la familia real de Solaria.

—Nunca hemos tenido vidas normales, solo las tenemos cuando nos vamos a las zonas bajas para ir a pubs a beber.— Puntualizó la hada de fuego en señal de que jamás podrían saber lo que era ser adolescentes normales en un mundo mágico. —Además, en Alfea, las únicas personas que nos observarán serán los profesores y algunos alumnos cotillas. En cuanto pase la moda de quienes somos dejarán de prestarnos atención, solo tenemos que hacerles creer que somos dos hadas aburridas y poderosas.— Insistió sabiendo que en cuanto dejarán de ser el centro de atención podrían hacer todo cuando siempre habían querido sin temer hacer enfadar a sus padres.

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El primer día en Alfea podría ser algo idílico para cualquiera, pero para las hermanas Daniels era algo que en definitiva las aterraba, ninguna de las dos había estado en un internado antes, siempre habían estudiado en casa con los mejores profesores y aprendiendo gracias a sus padres, pero aquello era nuevo, aquella sería la primera vez que dejarían de ser las hijas de Bastian y Dominique, aquel día serían solamente Fallon y Beatrix dos hermanas tan opuestas como el día y la noche.

—Mamá no bromeaba cuando dijo que esto sería impresionante.— Murmuró Fallon maravillada mientras entraban por el gran pórtico, atrayendo la atención de varios estudiantes.

—Tengo la información sobre nuestra habitación, es la suite Winx. La compartimos con Stella, y tres hadas más.— Se limitó a decir mientras ambas caminaban por el campus como si fueran ajenas a todas las miradas.

—Al menos estamos juntas en una habitación, y con Stella, algo es algo.— Suspiró la menor de los hermanas mientras se ponía un mechón de su cabello por detrás de la oreja.

—Venga vámonos, no quiero estar aquí más tiempo del necesario.— Se quejó la hada de aire mientras las dos cogían las pequeñas maletas que habían decidido llevar con ellas para dirigirse a la habitación.

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Una vez en la suite Winx, las dos hadas observaron que compartirían habitación ellas solas, dejando a Aisha, Terra y Musa juntas, aunque a Fallon y a Beatrix no las hubiera importado convivir con alguien más, ambas preferían no hacerlo, tenían secretos que eran mejor ocultar de todo aquel que quisiera conocerlos, en especial el secreto familiar que tenían gracias a su línea materna.

—¿Qué te preocupa?— Preguntó Beatrix mientras se sentaba en la cama de su hermana, la cual estaba pintado en su cuaderno de dibujo.

—Que lo descubran.— Murmuró bajando la voz lo suficiente para que solo su hermana lo supiera.

—Nadie va a enterarse, te lo prometo. Mamá y papá se han encargado de que aprendas a controlarlo, de que no haya señales.— La intento tranquilizar mientras ambas de abrazaban.

—¡Y yo que pensaba que ambas ibais a ir a verme estas vacaciones!— Exclamó Stella irrumpiendo en la habitación de las hermanas haciendo que las dos rieran al escuchar el comentario dramático que la hada de luz había hecho.

—Lo mismo podemos decirte, rubia.— Comentó Beatrix mientras la dejaba un hueco para que se sentará a su lado.

—Estoy reventada, entre alumnos cotillas y compañeras cotillas...— Empezó a decir haciendo una alusión a Terra.

—Oh, vamos, Stella, Terra no es tan cotilla. Sólo es una persona muy curiosa que se emociona por las pequeñas cosas. No seas tan melodramática.— La pidió la morena mientras volvía a centrar toda su atención en el cuaderno.

—Y Fallon siempre saliendo en defensa de los demás.— Anuncio la rubia diciendo algo tan evidente.

—Que le voy a hacer, mi madre es abogada.— La recordó dando a entender que ella compartia esa cualidad de querer ayudar y proteger a los demás, pero lo que solamente Beatrix y su padre sabían era que aquella cualidad la compartían porque ambas eran fénix, no hadas de fuego como les habían hecho creer a todos desde siempre. —¿Te preocupa lo que pasó el año pasado con Rikki?— Preguntó viendo que el nerviosismo de la hada de la luz se debía a algo más.

—Un poco, a decir verdad, ya sabéis como son todos aquí, y con la versión "oficial" que dio mi madre...— Empezó a decir decepcionada de que hubieran creido la versión de la reina y no la suya.

—No te preocupes, las personas que te queremos sabemos cual es la verdad y es lo que debe de importar.— La recordó Beatrix haciendo que Stella sonriera al ver que seguía teniendo el apoyo de ambas.

—Me alegro de que ambas estéis aquí, con vosotras todo esto va a ser mucho más llevadero, sobretodo porque Stefan tiene esos ridículos entrenamientos de especialista.— Comentó Stella mientras se tumbaba boca arriba en la cama. —Aunque me sorprende que vuestros padres no hayan pedido que os compaginen alguna hora, sobretodo teniendo en cuenta que habéis sido entrenadas por Silva.— Puntualizó haciendo que las dos hermanas intercambiarán una mirada cómplice sabiendo que aunque las dos hubieran sido entrenadas por un amigo de su madre, no podían destacar de la manera que lo harían con los especialistas, sobretodo Fallon.

—Nuestra madre quiere que nos centremos en nuestra magia, además de que cualquiera aguanta a Andreas, es demasiado exigente e idiota.— Alegó Beatrix mientras se levantaba de la cama y se acercaba a su escritorio para colocar algunas cosas.

—Y eso que es el padre de Amber.— Murmuró Fallon haciendo que Beatrix la lanzara una almohada haciendo reír a Stella. —Ey, solo he dicho una verdad, que sea el padre de tu novia es un plus.— Se defendió la morena.

—Sí, para que nos exija más. Prefiero que siga sin enterase de lo nuestro.— Se limitó a decir haciendo que Fallon y Stella se mirasen de manera cómplice.

—No me puedo creer que ella no le haya dicho nada todavía, aunque se acabará enterando, los secretos en Alfea no duran para siempre, sobretodo los que involucran al amor o a personas de nuestra posición.— Admitió la hada de luz haciendo que la expresión de Fallon cambiará de golpe al escucharla, ya que eso podía suponer que el secreto familiar estuviera más cerca de ver la luz del día de lo que imaginaban.

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Fallon miro el techo de su habitación, la noche había caído por completo en la escuela, permitiendo que el silencio reinará. Beatrix dormía plácidamente en la cama que estaba frente a ella, aferrada a una almohada mientras la oscuridad y la luz de algunas farolas llenaban de luces y sombras su rostro. La morena sonrió con envidia, ojalá ella pudiera dormir con la misma tranquilidad que su hermana lo hacía, pero la incertidumbre, el miedo y las pesadillas impedían que pudiera tener un sueño que la ayudase a descansar.

Desde que Stella las había advertido de que allí los secretos no perduraban por mucho tiempo, el miedo se había instaurado en su pecho, el saber que sus secretos corrían el peligro de ser revelados la daba demasiado miedo. Sobretodo por su futuro y el de su familia, su madre y ella eran las únicas fénix que quedaban con vida, las únicas que eran madre e hija, y aunque suponían una esperanza para el Otro Mundo, también suponía el fin de su libertad si llegaba a descubrirse.

Sin hacer el mismo ruido que Beatrix la noche anterior, Fallon se levantó de la cama, sustituyó su pantalón de pijama por unas mayas, y se puso unas playeras, para a continuación salir de la habitación y de los dormitorios pertenecientes al ala de las hadas.

Una vez fuera, la fénix tomó una fuerte bocanada de aire haciendo que su rostro cambiará, mientras la brisa de la noche revolvía su pelo y acariciaba su rostro, tras echar un vistazo hacia atrás para cerciorarse de que nadie la veía, echó a correr, perdiéndose entre las sombras y la maleza del bosque que rodeaba al internado.

Tras un rato corriendo, la morena llegó hasta una cascada, la cual estaba cerca del círculo de piedra del que su madre, en mas de una ocasión, la había hablado, una vez allí, se acercó a la mesa, mientras hacía aparecer una llama en sus dedos para poder alumbrar el camino. En aquel lugar sentía como su poder era más fuerte, como su fuego interior luchaba por querer salir, pero como muchas otras veces había hecho y siguiendo las lecciones de su madre, lo reprimio, cerrando los ojos y las manos con fuerza, impidiendo que cualquiera pudiera ver como sus ojos se volvían, por completo, de color naranja.

—Estaba esperando a que vinieras, Fallon.— Una voz femenina hizo que la joven abriera los ojos, para ver tras ella a una chica de su edad con una melana roja como las llamas del fuego.

—¿Quien eres y como sabes mi nombre?— La pregunto mientras se bajaba de la mesa manteniendo una distancia prudente, pero preparándose para lo que fuera que pudiera suceder.

—No te preocupes, no soy alguien que quiera hacerte daño. Mi nombre es Bloom.— Se presento haciendo que la fénix abriera los ojos al escuchar su nombre, durante meses llevaba soñando con una chica con aquel nombre, y parecía que finalmente, tras meses de preguntas la tenía frente a ella.

—¿Qué es lo que quieres de mi?— Preguntó intentando mantener la calma, pero en realidad estaba aterrada de miedo, ya que no entendía por qué había estado soñando con ella.

—Creo que tu lo sabes bastante bien.— Aseguró mientras hacía aparecer en su mano una llama muy diferente al que otras hadas de fuego podían invocar.

—La llama del dragón.— Murmuró al reconocerla, sus padres las habían contado historias sobre ella cuando era pequeña, pero también lo supo por instinto, como si una parte de ella ya la hubiera visto, como si la conociera.

—El fuego de la creación siempre es atraído por el fuego de la destrucción, ¿no crees, Ignis?— Ante aquellas palabras la piel de Fallon palidecio, sus padres siempre se habían negado a admitir que ella fuera un Ignis, pero el hecho de invocar el fuego sagrado confirmaba aquello que era evidente.

—¿Qué es lo que buscas, Bloom?— Preguntó mientras se apoyaba en la mesa de piedra, mostrando que no la tenía miedo ni a ella ni a nadie.

—Nada importante, solamente que me ayudes a salvar al Otro Mundo, tu fuego y el mío se atraen como si fueran imanes, y ahora ha llegado el momento de que la destrucción y la creación se ayuden para impedir lo que puede ser nuestro final.— La informó mostrando que había un peligro que les afectaba a todos, un peligro que solo ellas dos, con sus poderes ancestrales, podían destruir antes de que fuera demasiado tarde.

★★★

Bueno tras unas semanitas algo desaparecida, finalmente esta aquí el nuevo capítulo de Ignis.

Se que puede descolocar un poco, pero de alguna manera quería mostrar esa vida que hubieran tenido ambas si lo que hubiera pasado no hubiera tenido lugar.

Lo primero que quiero destacar es el gif, aquí puedo decir con orgullo que es 100% mío y me siento muy feliz de haberlo hecho, porque creo que muestra a la perfección a las dos.

Ahora bien, la escena del principio. Bueno me imagino de alguna forma que Bastian y Dominique son personas influyentes, por lo que su cercanía a la familia real también está vista con ojos de halcón, de ahí que ambas busquen pasar desapercibidas.

Además, en esta realidad lamento decir que Sky y Fallon no tienen ninguna relación, mientras que Amber y Beatrix sí la tienen. Así que de alguna forma todos somos felices con esta extraña realidad.

La llegada a Alfea me la he imaginado algo parecido a lo que vivió Stella al ser la princesa, de ahí que quisiera mostrar la relación de ella con ambas hermanas. Así como el hecho de que las hermanas Daniels guardan un secreto familiar que está próximo a verse la luz.

Porque obviamente no podía cerrar este capítulo hipotético sin la aparición de Bloom atrayendo a Fallon a un centenar de problemas.

Dicho esto, se que es un capítulo que tiene entre poco y nada de relación con la historia, pero quería mostrar lo que hubiera podido pasar.

También quiero deciros otras dos cosas.

La primera es que ya el próximo capítulo vuelvo a la trama original de la historia.

Y que estamos a muy pocos capítulos de terminar Ignis, y creerme que todavía faltan algunas cositas por suceder.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ♥️

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