『ᴘʀᴏ́ʟᴏɢᴏ』

─Muy bien, todos pueden retirarse─ Dijo el jefe de Bonten, Sano Manjiro, mientras salía de la habitación.

─¿Por qué estos días el jefe parece tener prisa?─ El ejecutivo de Bonten, Haitani Ran, preguntó.

─¿Tal vez tiene negocios que hacer?─ Dijo otro de los ejecutivos, Haitani Rindou.

─No, si fuera así, normalmente, yo le acompañaría─ Habló Sanzu Haruchiyo. ─¿Quieren seguirle? Yo tengo curiosidad─

─No creo que sea una buena idea─ Enunció Kakucho Hitto.

─No es asunto nuestro─ Añadió Kokonoi Hajime.

─Ustedes son tan aburridos. ¿Alguien quiere acompañarme?─ Sanzu preguntó, y los hermanos Haitani estuvieron de acuerdo.

Mientras que el asesor de Bonten, Akashi Takeomi, y Mochizuki Kanji se limitaron a mirar al trío con decepción.

─Vamonos antes de que lo perdamos─

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Los miembros de Bonten se escondieron detrás de una pared mientras que Kakucho, Mochi, Koko y Akashi se preguntaban por qué rayos siguieron al trío.

Vieron a su jefe de pie, fuera de una tienda donde vendían mochis, como si estuviera esperando a alguien.

De repente una mujer corrió hacia su jefe.

─¡Manjiro!─ La fémina lo abrazó, haciendo que Sanzu agarrara su arma pero fue detenido por Akashi.

─¿Por qué esa mujer está abrazando al jefe?─ Ran preguntó.

Lo que los sorprendió más fue cómo su jefe le correspondió el abrazo a la mujer mientras mostraba una pequeña sonrisa.

─Perdón por hacerte esperar─ Dijo la chica rompiendo el abrazo, para mirarle a los ojos.

─No te preocupes, acabo de llegar ¿entramos a comer?, mueres por unos mochis ¿verdad?─

La mujer asintió un poco sonrojada.

Entraron en la tienda, mientras que los miembros de Bonten sentían más curiosidad por saber quién es la mujer. Tantas ganas tenía de saber que Sanzu entró en la tienda, aunque ninguno de los chicos notó su acción.

Akashi salió de sus pensamientos y lo buscó. ─¿Dónde está Sanzu?─

─No me digas que...─ Todos corrieron a la tienda, y desde afuera, a través de los cristales vieron a Sanzu caminar hacia la 'pareja'.

Ellos también entraron a la tienda, para evitar que Sanzu causara problemas pero llegaron demasiado tarde.

La 'pareja' miró a Sanzu un tanto confundidos ─¿Eh?─

Sanzu golpeó la mesa con sus manos ─¡¿Quien es esta comandante?! ¡¿Quién es?!─

Los miembros de Bonten rezaron por Sanzu y por ellos antes de caminar hacia la mesa donde estaban.

─¿Por qué estáis todos ustedes aquí?─ Mikey preguntó.

─Estábamos caminando, y de repente te vimos con esta mujer, y teníamos curiosidad por saber quién era─ Kakucho lanzó una verdad a medias.

La mujer los miro y mostró una sonrisa brillante, encandilándolos. ─Hola, soy Sano Hori, su esposa─ La mujer hizo una pequeña reverencia.

Se quedaron atónitos y en completo silencio, nadie se atrevió a hablar -aunque tampoco sabían que decir- exceptuando a Sanzu. ─¿¡Como que esposa!?─ Exclamó impactado.

─Sí, ¿algún problema?─ Mikey preguntó, con una expresión un tanto irritada por la molesta interrupción.

─N-no─ Sanzu se estremeció.

─¿Quieren unirse?─ Preguntó con cortesía la dama.

─No amapol-─ Mikey se detuvo de inmediato cuando vio a su esposa ojos de cachorro, suspiró.

─Con gusto, señorita Sano-─

─Pueden llamarme Hori─

─Bien, entonces Hori, dime... ¿cómo se conocieron tú y Mikey?─ Ran preguntó, realmente curioso.

─¡Cuéntales Solecito!─

El hombre de pelo blanco suspiro mientras asentía con la cabeza.

─Todo empezó cuando...─

El Sano narró toda la historia con un poco de pereza mientras los demás lo escuchaban con atención.

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