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John estaba en el trabajo a la mañana
siguiente, los recuerdos de la noche anterior aún flotaban en su cabeza.
Recuerdos de Paul y su voz, su tacto y sus ojos. Hablando de su tacto... Su mano... Sus dedos acariciando su piel era sumamente candente.
El de nariz aguileña se encontró teniendo que reacomodarse en su asiento varias veces cuando recordó los recuerdos de Paul masturbándolo en el cine ¡El maldito cine!.
Decírselo a George fue la cereza del pastel, poder contar siempre con él para su comentario exagerado "¿¡Te masturbó!? ¿¡Estás bromeando!? ¿Me lo prestas por una noche? Prometo devolverlo".
El exceso de información a George lo hizo reír tontamente cuando lo recordó y nunca dejaba de hacerlo sonreir.
Después de la película, Paul y John se fueron y se separaron después de despedirse. Toda la noche lo dejó aturdido, incluso ahora en el trabajo estaba aturdido.
John no estaba seguro de qué eran él y Paul, eso era algo que tenía que preguntarle la próxima vez que lo viera, podrían haber estado jugando, nada serio, podrían haber sido amigos con derecho, sin embargo, eso no tendría sentido.
──¿En qué estás pensando, bebé?.──
John miró hacia arriba y vió a Paul, en dónde automáticamente pareció chillar de felicidad en dónde corrió alrededor del mostrador e impulsivamente abrazó a Paul, echándole los brazos al cuello satisfecho de tocarlo y olerlo tan de cerca, dejó escapar un murmullo de satisfacción ganándose una risita de su profesor.
──¿Me extrañaste?.── Bromeó el hombre con barba envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de John jalándolo más fuerte contra su cuerpo, apreciando la sensación de sus cuerpos entrelazados. ──Porque yo sí te extrañé, amor.──
──Te extrañé mucho, Paul.── Susurró contra su oído sintiendo la barba de Paul contra su rostro cosa que le hacía cosquillas pero le gustaba. ──He estado pensando en ti todo el día y noche.──
Las cejas de Paul se levantaron claramente complacido con esas palabras.
──Déjame ver tu cara bonita, John.──
Se separaron de su abrazo y la cara de John estaba roja por la vergüenza de ser así de sincero con su profesor y las circunstancias en dónde todo se dió demasiado rápido pero se sentía atraído por su mayor sintiendo que no podía dejarlo pero no quería sentirse observado atentamente por él, pero cuando los ojos de Paul recorrieron cada rasgo de su rostro, comenzó a agachar la cabeza.
──¿Ya has terminado?.── Le preguntó sintiéndose como un conejillo de indias.
Paul se rió entre dientes sacudiendo la cabeza en dónde sus suaves y lisos mechones de cabello oscuro como la noche se movieron con gracia.
──¿Sabes? Tengo algo para ti.──
John no se dió cuenta de que Paul tenía un ramo de cosmos en la mano todo el tiempo.
──Solo para ti, Johnny.──
John jadeó mientras aceptaba las flores las cuales olió y sonrió.
──¿Cómo supiste que estas son mis favoritas?.──
Paul se encogió de hombros dispuesto a lanzar su mentira, claramente sabía cuáles eran sus flores favoritas, su color favorito, comida favorita, sabía absolutamente todo de su joven alumno.
──Suerte supongo, solamente las ví y me acordé de ti.──
Las cejas de John se levantaron encontrando eso interesante.
──Eres un buen adivinador.──
──¿Quieres hacer algo esta noche?.── Preguntó el hombre de barba para desviar un poco aquel tema.
──¡Si!.── Espetó John sin tener que pensar dos veces sobre esa propuesta. ──Después de clase... Ésta tarde puedo.──
──Bien.── Paul sonrió. ──¿Te gustaría venir a mi casa esta noche?.──
¿La casa de Paul? John se mordió el labio inferior dudando sobre la oferta, le encantaría ir a la casa de su profesor, estaría mintiendo si dijera que no, tenía curiosidad por saber dónde vivía pero era demasiado pronto para que él pusiera un pie en su casa, no sabía cómo decirle que no al de ojos hazel. La última vez que le dijo que no a algo, inmediatamente se puso muy triste, incluso decepcionado, no quería volver a ver a Paul de esa manera.
──¿Paul?.──
Paul y John se dieron la vuelta para ver a Mal parado afuera de su oficina.
John leyó instantáneamente la incomodidad de Mal en todo su rostro mientras analizaba a Paul de arriba abajo varias veces, eso hizo que se preguntara qué estaba pensando Mal ¿Por qué parecía tan atónito?.
──¿Estás bien, Mal?.──
──Paul McCartney.── Continuó Mal mientras su voz era lenta y cautelosa por alguna razón. ──No te he visto desde la secundaria, teníamos matemáticas juntos ¿Recuerdas? Con la Señora Webber.──
John miró a Paul en dónde su rostro era neutral, no había forma de asumir lo que estaba pensando.
──Oh...── Dijo Paul sin sorpresa en su voz. ──Sí, lo recuerdo.── Se rió secamente rascándose la barba. ──Ha pasado un largo tiempo.──
──Casi no te reconocí con la barba.── Agregó Mal señalando aquella barba. ──¿Qué estás haciendo aquí?.──
Paul se paró al lado de John y tomó su cintura para acercarlo a él.
──Estaba viendo si John quería salir esta noche.── Comentó con simpleza antes de mirar a John . ──Pero... ¿Qué tal si te encuentras conmigo en mi oficina después de tu clase? Para discutir nuestros planes?.──
John asintió de forma automática a las palabras de su profesor ¿Qué le ocurría?
──Puedo hacer eso.──
Paul asintió en respuesta sonriendo solo un poco, luego, antes de despedirse agarró la mandíbula de John con delicadeza acercando su rostro al suyo hasta que sus labios se encontraron. Fue su primer beso, pero en una tienda de música y frente a Mal Evans.
Mientras Paul movía sus labios juntos con urgencia, John no podía mentir y decir que no se sentía avergonzado, porque lo estaba. Estaba besando a su profesor frente a su jefe, eso estaba jodido y no estaba seguro de por qué Paul decidió besarlo justo ahí de todos los lugares que tenía lo hizo ahí.
Una vez que Paul permitió que el beso se detuviera John abrió los ojos y se encontró con la mirada de Paul, parecía que sus ojos ni siquiera habían estado cerrados durante el beso.
──Te veré luego, amor.──Dijo en un tono de voz suave para luego mirar al jefe del muchacho. ──Mal.── Dijo asintiendo con la cabeza.
Cuando Paul salió de la tienda, John miró a Mal y vió que todavía estaba pensando mientras tenía las manos en las caderas.
──¿Estás saliendo con Paul McCartney?.── Interrogó aquel hombre alto mirándolo fijamente a través de sus lentes.
John se rió nerviosamente.
──No sé... Estamos saliendo... Pero nos estamos viendo, supongo.──
Mal asintió con su cabeza no muy conforme con la respuesta y lo que era la presencia de Paul en realidad.
──Solo... Ten cuidado, John.──
Las cejas de John se fruncieron preguntándose qué quería decir con eso. pero antes de que pudiera preguntarle a Mal, ya había regresado a su oficina.
¿Qué fue eso?
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