15
John miró fijamente a la pared perdido en sus pensamientos, sus ojos hundidos en su papel tapiz anticuado.
El escozor en su mejilla saldría de la nada causando que las lágrimas se hincharan en sus ojos llenándose hasta donde su visión se nublara pero se las limpiaría rápidamente no queriendo hacer un desastre.
Además... Stuart todavía vendría a su casa en un par de horas y no quería que sus ojos estuvieran hinchados al igual que su mejilla.
Mientras se ponía de pie y se dirigía a la cocina recordó cuando Paul lo golpeó aún incapaz de creer que el hombre que prometió nunca tratarlo mal hizo exactamente lo contrario.
Le dolía tanto que se llevó la mano al corazón frotándolo en círculos para
calmar el dolor que sentía. Antes de ir a la nevera vió una nota adhesiva en el comedor, John la recogió y la leyó atentamente.
¡Estaré fuera toda la noche!
- Hazza
John releyó la nota un par de veces a pesar de que solo eran unas pocas palabras que no deberían haber sido tan difíciles de entender pero no quería aceptar que su George estaría
fuera por la noche.
Ya había planeado acostarse en la cama con Hazza, abrazándose
estrechamente mientras le hablaba de Paul.
George siempre fue bueno escuchándolo cuando cargaba peso sobre sus hombros, ahora ese peso tendría que permanecer allí un poco más.
John agarró el paquete de guisantes
congelados del congelador en dónde la sustancia fría se hundió en la palma de su mano, luego caminó hacia la sala de estar acomodándose
en el sofá, nunca antes lo habían golpeado en la cara, no sabía qué hacer con una mejilla magullada pero supuso que una compresa fría serviría.
Lentamente aplicó la bolsa de hielo improvisada en su mejilla haciendo una mueca con los ojos cerrados cuando el frío se hundió en su piel magullada.
Mientras yacía allí en paz y tranquilidad, cerró los ojos, era imposible no pensar en Paul pero su mente como era de esperar vagaba hacia él.
John se preguntó qué estaba haciendo en este momento si sentía pena por lo que había hecho, si estaba llorando
al pensar que podría perderlo por esto o si posiblemente estaba tratando de encontrarlo para disculparse.
Para disculparse, John no estaba seguro de si perdonaría a Paul si se disculpaba, la violencia y los golpes
eran cosas que siempre se decía a sí mismo que no aceptaría en una relación, pero, sinceramente no pensó que eso sucedería.
Pero hoy, lo hizo.
Decidió dejar que su siesta lo ayudara a pensar en esta situación pero un golpe en la puerta despertó a John.
Miró el reloj de la pared y al instante se sentó asustado porque se había quedado dormido probablemente por el llanto en dónde aquel paquete de
guisantes estaba descongelado, húmedo y tibio sobre su pecho.
Rápidamente se levantó y los tiró de nuevo al congelador y se enderezó antes de abrirle la puerta a lo que pensaba que era George.
──¡Stuart! Hola ── Le dió la bienvenida al pecoso abriendo más la puerta para él. ──Puedes sentarte en el sofá, solo voy a buscar algunas notas en mi habitación.──
Stuart asintió agradeciéndole y se dirigió a la sala de estar.
Al rato John volvió a su habitación y se cambió la camisa queriendo verse presentable frente a un chico que se veía hermoso. Una vez que se lavó la cara y se peinó hacia atrás se dirigió a
la sala de estar.
──Bien ¿Deberíamos empezar entonces?.── Preguntó John.
──Pienso que sí.── Stuart se rió entre dientes hundiendo apenas sus mejillas.
John se sentó en el lado donde su mejilla izquierda estaba expuesta a la vista de Stuart. En ese momento pudo sentir sus ojos demorándose en su moretón. El de nariz aguileña sabía
que estaba contemplando si preguntarle al respecto o si estaba bien, se acababan de conocer en clase antes por lo que presionar sobre un tema privado probablemente no era
lo mejor, pensó John.
──He estado leyendo nuestra primera pregunta hipotética.── Dijo Stuart. ──Solo tenemos que determinar si se ha formulado un contrato.──
──Debería ser bastante simple, entonces.── John tomó sus papeles y los miró asintiendo con la cabeza para sí mismo frunciendo los labios mientras pensaba. ──Se formuló un contrato entre el Señor Lee y la Señora Hemingway... Hubo oferta aceptación y consideración ¿Estás de acuerdo?.──
──Sí.── Asintió el pecoso fijando sus ojos en el castaño.
El silencio en la habitación creció mientras John escribía la respuesta en un papel, podía sentir los ojos de Stuart en él pero no en el papel o en las manos que escribían, sino en
su rostro, esperaba que Stuart no estuviera inspeccionando el evidente moretón en su mejilla, no tenía ganas de hablar de eso esta noche.
──Listo.── Murmuró John. ──¿Hacemos el siguiente?.──
Stuart suspiró y su pecho cayó pesadarmente mientras exhalaba pareciendo como si algo estuviera devorando sus pensamientos.
──¿Puedo preguntarte algo?.── Finalmente preguntó el pecoso.
──Eeh...── John no estaba seguro si quería decir que si. ──Creo que sí... ──
──No quiero entrometerme pero ¿El moretón en tu cara?.── Las cejas de Stuart se juntaron mientras sus ojos se ahondaban más para inspeccionar el moretón. ──¿Has ido a que te revisen eso? No se ve bien, John.──
La preocupación era agradable, especialmente viniendo de Stuart a quien apenas conocía también parecía genuino pero no quería explicar que su novio que también era su profesor lo golpeó en la cara
debido al hombre que estaba sentado a su lado.
──Le puse hielo antes.── John tocó su mejilla, queriendo cubrir la visibilidad de Stuart. ──Estará bien.──
──¿Cómo ha ocurrido?.──
John resopló y su sonrisa seca se desvaneció rápidamente cuando pudo reconocer las sospechas de Stuart como si supiera que alguien le había hecho esto.
──Me caí.──
Fue todo lo que John pudo pensar en
decir.
──John...──
Un golpe en la puerta hizo que ambas cabezas se apartaran la una de la otra en dónde uno de los inquilinos de la casa le sonrió a su visita antes de levantarse para abrir la puerta. En dónde sin pensarlo abrió la puerta
porque supuso que era George que regresaba de su noche de fiesta realmente pero no era George... Era
Paul.
John lo miró fijamente durante al menos treinta segundos antes de poder hablarlo.
──Paul... No... Vete por favor.──
Paul puso su mano en la puerta antes de que John pudiera cerrarla mirándolo a través de la rendija abierta parecía angustiado.
──John ¿Podemos hablar? ¿Solo por un momento? Necesito... Quiero explicar algunas cosas por favor, amor.──
──Stuart... Está aquí.── Respondió John vacilante ya que temía que si decía que Stuart estaba en su casa Paul le volvería a hacer algo, no quería que Paul lo lastimara.
──Eso es... Eso está bien, John.── Paul suspiró tratando de calmarse. ──Podemos hablar afuera.──
John no quería ver ni hablar con Paul solo quería que se fuera pero por alguna razón sintió que no se iría si no hablaban.
El menor dió la vuelta y vió a Stuart leyendo su tarea así que siguió adelante y salió. Estaba cara a cara con Paul pero cauteloso con cada
movimiento que hacía, sus ojos estaban inmersos en los movimientos de sus manos y brazos.
──¿Que tienes que decir?.── Preguntó John en dónde sus palabras frías junto con su mirada eran insistentes.
La boca de Paul se abrió pensando en cómo formular sus pensamientos y decirlos, estaba claro por sus cejas fruncidas.
──Yo... Lo siento mucho, John.── Respiró haciendo su voz suave y gentil de alguna manera causando que John bajara la guardia. ──No entiendo lo que me pasó antes, dejé que mi ira saliera de la peor manera posible, yo... Te golpeé y... Dios, tu mejilla...── Paul intentó levantar la mano hacia la mejilla de John para inspeccionar el daño.
──No... No me toques.── La guardia de John volvió alzarse al ver a Paul levantar incluso un dedo o una mano suavemente hacia él lo asustó estremeciéndose en lo más mínimo.
──Soy un bastardo por hacerte tal cosa, Johnny, soy un verdadero bastardo.──
John respiró hondo tratando de ignorar el apodo que Paul le estaba lanzando.
──Sí lo eres.──
──Estoy loco por ti, John.── Paul dió un paso lento y cuidadoso hacia John. ──Supongo que por eso me molesté tanto, verte con Stuart... Ahora sé que esa no es la forma apropiada de abordar mi enojo, lo siento mucho, amor.──
John no dijo nada, no pudo decir nada, no podía pensar en nada que decir.
──¿Cómo puedo compensarte, John?.── Paul tomó la mano de John y él no se inmutó ni protestó. ──¿Cómo puedo hacer que todo sea mejor?.──
John sintió que no podía respirar con todos los conflictos en su cabeza, una parte de él quería perdonar a Paul y olvidar que incluso le puso una mano encima para que pudieran volver al escenario donde no podían quitarse
las manos de encima pero el otro lado de él quería tomar las cosas con calma y estar lejos el uno del otro por un tiempo para que ambos pudieran recuperar la mente clara.
──Necesitamos tiempo separados el uno del otro.── Respondió John mientras retiraba lentamente su mano del agarre de Paul observando cómo su rostro caía por su respuesta.
──¿Tiempo?.── Paul repitió sin creerlo.
──Necesito sentirme cómodo y seguro cerca de ti otra vez en este momento no lo hago.──
──John, amor, no te haré daño de nuevo.──
──Y con el tiempo me sentiré seguro al respecto y tal vez te perdone.── John suspiró pesadamente. ──Es demasiado pronto en este momento... Yo... Acabo de terminar de ponermne hielo en la mejilla hace unas horas, Dios yo, yo simplemente no puedo creer que tu.──
Cuando repitió el recuerdo en su cabeza los sentimientos se tambalearon de nuevo en su corazón doliéndolo, no podía manejarlo o creerlo todavía.
──Solo necesito un tiempo lejos de ti, Paul, eso es todo ¿Puedes irte ahora? ¿Por favor?.──
Los ojos de Paul brillaron con culpa cuando vió a John casi perder la cabeza por su acción pero solo asintió vacilante.
──Lo haré... Me iré, yo... Lo siento de nuevo, John, no quise lastimarte, de verdad, amor.──
Al ver a Paul caminar por el pasillo para luego desaparecer de su punto de vista escuchando cómo bajaba los escalones, suspiró aliviado.
John trató de convencerse de que con el tiempo todo iría mejor. El perdonaría a Paul, estaría en sus brazos una vez más sintiéndose protegido y seguro en lugar de asustado, él también estaría loco por tenerlo y le dolía y todo este incidente quedaría detrás de ellos enterrado bajo la alfombra.
Pero en este momento todo era demasiado pronto para perdonar y olvidar.
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