° • ° CAPITULO 006 ° • °

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Quieren saber que me dijo, ¿verdad?, pues no se hagan ilusiones.

—Eh...Lex, te quería pedir un favor, me gusta una chica y.....me preguntaba ¿si me podrías ayudar?— Esto no era posible, a Alden le gustaba otra chica, y tuvo el descaro de preguntarme si lo podía ayudar, viendo lo nerviosa que me pone.

—Alden...yo...eh....yo no....no te puedo ayudar, lo siento—Dije, dando la vuelta, corriendo hacia mi habitación. Lo escuché gritar mi nombre un par de veces pero lo ignore.

Me lancé a la cama y lloré, lloré todo lo que pude hasta que alguien tocó la puerta, me limpié las lagrimas lo mejor que pude.

Era Jesus, y al parecer no me limpié tan bien, pues noto que había llorado.

—¿Quien fue?—Dijo con una chispa de rabia en su voz.

—Nada, no pasó nada.

—A ver, nada mis pantuflas, ¿fue Alden verdad?—Asentí levemente, cuando me abrazó, no pude seguir conteniendo las lagrimas y lloré en su hombro por un rato—Esperame un segundo, ¿sí?—Dijo, saliendo de la habitación.

Al rato volvió con Tara y un paquete de galletas recién horneadas. Apenas me vio Tara me abrazó y los tres nos sentamos en la cama, les conté todo lo que había pasado.

—Que descarado, ese idiota no te merece—Exclamó Jesus, creo que el es como un hermano mayor para mi, así que, Carl...tienes competencia.

—¿Como se atreve?, el no te merece Lexa—Dijo Tara, ofreciéndome una galleta, la acepté y la mordi, estaba caliente así que comencé a sacudirme como loca, con Tara y Jesus riendo de fondo.

Al rato, más o menos una hora después, alguien tocó la puerta, no eran ni Jesus, ni Tara, pues se habían ido a dormir hace un rato. Así que me levanté y fui a abrir la puerta.

Era Alden.

—Eh...Lex, lo siento, no era mi intenc...—Lo interrumpí, cerrando la puerta en su cara, luego me recoste en la cama y me dormí.