⁰⁰⁵, Soy culpable
Finney vino detrás de mi al baño— Anne, porfavor te lo pido. Sal del baño ahora mismo—. Dijo temiendo que hubiera algo afilado aquí. Le conté que a veces me cortaba, pero que no era a menudo.
—¿Qué quieres Finney?—Dije buscando algo.
—Que me dejes entrar—. Dijo desesperado.
—Ni en broma.
—Vamos, se lo que estás haciendo. No es bueno Ann, tú no eres así. Créeme Moose y tu madre son idiotas, ¡no les creas!
Para eso ya encontré algo afilado, era tipo una etiqueta. La intenté afilar y pude. Empezé con el brazo izquierdo, pues era con el que no escribía. Y luego fui con el derecho. Me hizo unas marcas leves, muy leves. Entonces le abrí la puerta a Finn.
—Enséñamelos.
—¿De que hablas?—Dije fingiendo.
—No es un juego Anne, enseñame tus malditos brazos, ¡ya!— Dijo gritando furioso.
—Bien—. Dije y le enseñé mis brazos, todavía había sangre pero la quité enseguida. Se los enseñé porque pensaba que no iba a haber sangre. Pero cuando la quité fue demasiado tarde, Finn ya lo había visto.
—¡Maldita sea Anne, lo volviste a hacer! ¡Y todo por unos imbéciles de mierda!—. Dijo paseándose por el baño y poniéndose las manos a la cabeza.
—Lo siento, ¿Vale? Es que no puedo evitarlo, no sé qué pasa que siempre se meten conmigo, sea Moose, o el zanahoria del otro día o mi madre. Así es imposible. Si me empiezan a llamar de un día para otro "gorda" es porque lo estoy. Y no mientas. Ayer me estuve mirando en el espejo y tienen razón, yo es que solo intento, no se...—Dije intentando que no cayeran lágrimas de mis ojos azules— lo único que intento es caerle bien a la gente y verme bien—. Cuando dije eso empezé a llorar, exploté. No pude más.
—Eh, tranquila. Todo pasa por algo, ¿Vale?—Dijo Finn intentando calmarme.
—Pero, me seguirás apoyando aunque me vea diferente, ¿no es así?— Le pregunté.
—Claro que sí, eres mi mejor amiga Ann. Nunca te dejaría, ¡nunca!—Dijo, el sí era un amigo de verdad, aunque quería que fuéramos más.— Ahora, limpiate las manos. Iré a por Robin a que me deje algunos vendajes para tus brazos Anne, ahora vuelvo.
Me quedé en el baño, sola. Lavandome la cara. No quería que nadie notará que había llorado. Eso es de débiles. Aún que igual lo soy. No, Anne, cállate. No eres débil, solo, no pienses en eso y ya está, pero cállate y no digas chorradas "Ann".
—Ya estoy aquí —. Dijo Finn, mi querido Finn.
—Bien.
—Ven.
Me empezó a vendar los brazos. Yo de vez en cuando me quejaba, raspaba y escozía mucho. No te lo voy a negar. Nunca debí hacerlo. Nunca debí de empezar a cortarme, pero lo hice, así que ahora tengo que sufrir las consecuencias.
—Y... ¡Listo!—Dijo Finn riendo, quería animarme.
—Genial, muchas gracias por todo Finn—. Dije y seguido le di un abrazo. Él me siguió el abrazo. Creo que sentía sus mejillas arder, pero no le di importancia. De un momento a otro, sonó la campana, debíamos ir a clase. Finn y yo volvimos al mundo real y nos fuimos a clase. Era clase de matemáticas, no entendía nada, si te soy sincera.
—Pss, Finn—, susurré— ¿entiendes algo?
—Si—. Dijo riéndose, creo que sabía que yo no entendía nada— en mi casa a las 3:00 p.m. Sé que no entiendes nada.
—Gracias, eres mi salvador—. Dije en broma, ¿o no?
Ya terminó la clase y me fui a casa, Vance estaba gritándome para que fuera con él.
—Ya estoy aquí, tranquilo—. Bromeé.
—Por fin—. Me siguió la broma.
—En fin, ¿Y que tal con tu chica, Romeo?— Dije, quería saber más de ella.
—Mejor me voy para delante, me pongo nervioso—. Admitió.
—Está bien, ahora te alcanzo, le digo a Finn que al final el trabajo en mi casa.
—Vale, no tardes.
—No tardo tranquilo.
Fui a pitar a la casa de Finn, me abrió su padre. Le dije que viniera Finn, que era para hablar de un trabajo. Pero escuché unos gritos, vi a mi hermano, siendo secuestrado. Empezé a correr hacia el, no se podía quedar así. Corrí lo más rápido que pude, vi que alguien me perseguía por atrás, era Finney. Cuando llegamos allí, la camioneta negra se fue. No podía creerlo, habían secuestrado a mi hermano, y todo por mi culpa. Si no le hubiera dicho lo de esa chica, el estaría conmigo, aquí.
Me eché al suelo, rota. Estaba muy mal, todo fue por mi culpa. Empezé a llorar un mar. Finn trato de consolarme, pero le dije que se fuera, le podría pasar algo. Me fui a mi casa, haría el trabajo yo sola. No quería ir hasta la casa de Finney o el hasta la mía.
Primero que todo empezé a imprimir carteles para la busca de mi hermano. Mi madre no estaba en casa, mejor. Se me gasto la tinta, pero tenía suficientes fotos, así que lo hice a mano.
Ya terminé con los carteles así que empezé con el proyecto. Cuando termine con él, me dormí, con ropa, en la cocina, sentada. No podía más, estaba muy mal.
A la mañana siguiente me desperté por la alarma de abajo. Mi mamá también se despertó. Pero no le di importancia. Me prepare y fui a clase, empezé a pegar los carteles por todos lados, desesperada. Entonces encontré a Finn.
—¿Estas bien, Ann?—Me pregunto super preocupado, tenía muchas ojeras y lo ojos hinchados, de tanto llorar.
—Sí, solo... Me quedé hasta tarde haciendo el proyecto—. Dije y bostezé. Casi me caí al suelo, estaba muy agotada.
—Súbete a mí caballito, así estarás mejor, aún hay un rato hasta la escuela, puedes intentar dormir—. Me dijo amable.
—Muchas gracias— Me subí y al toque me dormí.
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Se que a nadie le importa, ya que mi historia tampoco es que sea exitosa o eso. Pero perdón por hacer desaparecer a Vance. Y por cierto, voten y comenten, me ayudaría mucho.
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