Capítulo Diez.
10. Decisiones.
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Las manos le temblaban mientras leía el email enviado por Zander, era básicamente todo lo que ya habían discutido, pero ahora que parecía una posibilidad, estaba todavía más nerviosa y hasta cierto punto asustada.
Casarse con Nikolaev Morozov significaba entrar a un mundo totalmente diferente, un mundo que a través de los años había visto de lejos siempre recordándose que nunca llegaría a él.Las imágenes de todas las veces que lo había besado, todo lo que habían hecho y especialmente las risas, pues si bien el ruso follaba como un jodido dios nada era mejor que sus risas o al menos así lo veía River.
Había fantaseado con como sería ser su pareja en ocasiones pero, ¿casarse? Nunca había llegado tan lejos, mayormente porque no se veía casada con nadie, o no desde que se convirtió en madre. Conocer a alguien y tener su boda de ensueño dejo de ser una prioridad en su lista hace años.
Su teléfono interrumpió los pensamientos y el nombre Taylor brillo en la pantalla—¿Se puede saber que diablos te pasa?— le reclamo su mejor amiga—llevo cuatro días sin saber de ti, necesito mi dosis diaria de los mosqueteros.
Una pequeña risa escapó los labios de la rubia, extrañaba tanto a su loca amiga de pelo azul o morado dependiendo su estado de ánimo— Perdón, han pasado muchas cosas en estos días—aclaro.
—¿Todo bien? —sonó preocupada.River suspiro cansada, solo quería un poco de tranquilidad
—Atenea se rompió un brazo, William decidió que quiere ser padre y mi jefe me pidió matrimonio, todo perfecto.— se esperaba que la estadounidense gritara o le reclamara más explicaciones, pero solo escucho un silencio del otro lado de la llamada—¿Tay? ¿Estás ahí?
—Estaba procesando todo lo que acabas de decir, me voy por una semana y tu vida se vuelve una mierda — trato de bromear.La inglesa comenzó a explicarle todas las diferentes situaciones y como se habían desarrollado todas, recibiendo muchas maldiciones hacia su exnovio, la escuela de su hija y en las palabras de Taylor "la puta vida".
—¿Qué piensas hacer? Puedo adelantar mi vuelo lo más pronto posible — ofreció de una manera incluso maternal.
—Te quedan dos días, disfruta de tu viaje que yo resolveré todo como siempre hago— sola quiso decir, pero se lo guardo.Taylor la ayudaba cada vez que podía, la escuchaba y ofrecía consejos, la invitaba a pasar navidad juntas, era como una hermana para River, pero al final del día esta trabajaba como fotógrafa viajando por el mundo.
—Voy a darte mi opinión, no me la pediste y no debes escucharme, pero... quiero que la tomes en cuenta— suspiro para continuar— tú y morozov son un equipo, lo han sido desde hace años, tenéis una relación tan extraña, pero funcionáis, sin daros cuenta a veces paren una pareja de casados, le agrada a los niños y William moverá mar, tierra, quien sabe que más hasta conseguir lo que quiere.— los tres fueron a la universidad juntos, a Taylor jamás agrado el rubio— te estarías asegurando un futuro donde tus hijos estén contigo y tengan todas las ventajas que el mundo puede ofrecer con ese apellido, además te folla como nadie por dios.Sabía que Taylor tenía razón y también sabía que William tenía mucho más poder que ella, muchísimo más.
—Lo tomaré en cuenta — prometió.
—Bien, espero no te cases sin invitarme y me mantengas al tanto de todo lo que está pasando — pidió para comenzar a contarle todo sobre su viaje y la chica con quien se estaba acostando.
(...)
— ¡Mama!— grito Eros con felicidad al encontrarse a River preparando el desayuno.
—Buenos días para ti también, veo que hay alguien feliz de verme — se burló de la cara de dormida que tenía Atenea y de Hades quien caminaba leyendo un libro— ¡Pared!— grito al mayor, pero era demasiado tarde pues ya estaba chocando contra esta— cariño hemos hablado de esto, no se lee mientras se camina o vas a terminar como Atenea con algo roto.
—Y créeme es lo más aburrido que te puede pasar — se quejó la castaña recostando su cabeza en la isla de la cocina— ¿Dónde está la señora gallego?
Termino de colocar los pancakes junto a los huevos fritos y la tocineta— Se está tomando el día, hoy vais a estar conmigo— les sonrió colocando los cuatro platos sobre la isla.
Atenea levantó la cabeza con sorpresa, Hades dejo de leer su libro con la boca abierta y Eros se pellizcó para confirmar que no estaba soñando —¿Dijo lo que pienso que dijo?— susurro el último.
—Al menos que estemos teniendo un sueño compartido, vi una película donde pasaba eso, eran gemelas y soñaban una con la otra y...
—Nea eso solo pasa en las películas— interrumpió el mayor—¿Todo el día, mama?—susurro como si lo dijera demasiado alto no pasaría y River sintió su corazón estrujarse.¿Tan poco tiempo les dedicaba? Hacia todo lo que podía, pero para darles todo lo básico y algo más debía trabajar lo más posible, la escuela era cara, el apartamento y sumándole a eso los gastos de ropa, comida, etc.
—Lamento no ser tan presente — los miro triste desde el otro lado de la isla, odiaba no poder compartir mucho más con ellos.
—Estás sola, mama, entendemos que haces todo por nosotros y te amamos mucho—le sonrió Atenea para confortarla.
—¿mucho? — jugo con ellos.
—mucho — contesto Eros riendo para comenzar a devorar su desayuno, comía siempre como si no hubiera comido en años.
—mucho — confirmo Hades para volver a su libro mientras comía.
—Yo los amo todavía más y por eso ofrezco un maratón de Harry Potter, con hamburguesas y helado— los tres la miraron con brillo en los ojos que puso su corazón feliz.— Se estaba perdiendo muchos momentos de su vida, trataba de estar para los más importantes, pero habían tantas memorias por crear para las que no tenía tiempo y no quiera que sus hijos la resintieran.
La oferta de Nikolaev volvió a rondar su cabeza, le había prometido mucho más tiempo para sus hijos y aquello era un gran plus del contrato, pero no tomaría una decisión sin hablarla con los niños.—Antes debo hablar con ustedes de algo — suspiro nerviosa—Sé que les agrada Niko— dos de los tres asintieron— a mí también me agrada mucho, mucho y cuando dos personas se agradan a veces deciden estar juntos...
—¿Niko es tu novio?— chillo de felicidad su hija.
—Si — mintió ya que no podía decirle a sus hijos la verdadera razón por la que hacia todo— pero a veces cuando dos personas son novios desde hace un tiempo, se casan y Niko me pidió que me casara con él, pero no pienso aceptar si ustedes no están de acuerdo. Entiendo que esto es muy rápido y de la nada. Un silencio ocupó la cocina pues los tres niños estaban completamente en shock
— ¿Qué beneficios trae este matrimonio para nosotros?— interrumpió Hades. River cada día estaba más segura de que terminaría siendo un abogado pues siempre que habría algún cambio tenía la misma pregunta
— nos mudaríamos a una casa mucho más grande, cambiarias de escuela— eso pareció emocionar a Atenea— podre pasar más tiempo con ustedes y solo si queréis os podéis cambiar el apellido.
—¿Te vas a cambiar el apellido? — preguntó Eros— a mí me gusta el de Niko, me siento como un espía ruso con él.
—Tendremos una reunión y te dejaremos saber la respuesta — se levantó del asiento el mayor— A y E habitación, ahora— ordeno— traigan el tocino.
—Yo voy a votar si — le susurro Atenea antes de correr detrás de sus hermanos.
Creyendo que lo hablarían por un buen rato decidió enviar un mensaje a Nikolaev.
Le conté a los niños y si dicen que si estoy dispuesta a aceptar la oferta, únicamente si discutimos algunas cosas antes. No paso casi nadie de tiempo y tenía una respuesta. Avísame desde que sepas, ya tengo a Atenea ganada y está bien, respondió. Nunca se imaginó que había una posibilidad de terminar siendo River Morozov, casada con el presidente de la firma de abogados más importante de Londres y una de las mejores del reino unido, pero en su vida las cosas inesperadas siempre habían sido las que mejor terminaban, los trillizos eran claro ejemplo de eso.
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