— Rhaegar!! No te me vayas así!!! —regaña Vianey— tu mamá me mata si algo te pasa!

— Perdón, tía Vian. Quería buscar de Scott y Rashi para...

Liz interrumpe al niño avisando que las cosas se iban a poner aún más complicadas pues Lisandro ya se encaminaba a ellos. Tina se da cuenta e irrumpe a su hermano. Agathe iba detrás de ella.

— Hey, amor. Lo siento por la derrota... —intenta consolar.

— Quién es ese niño? —Licha ignora a su novia con la mirada clavada en su hermana.

La piel le comenzaba a erizarse a Martina— es el sobrino de una de mis compañeras de trabajo. —se inventa una excusa— se había perdido y gracias a dios lo encontramos.

— Sobrino? Licha, esta te quiere ver la cara de tonto. Ese niño es igualito a ti! —insiste Alejandro.

Tina no se toma bien el comentario del argentino— esto no te incumbe, chismoso —defiende.

— Chismoso yo? Mira quien habla —replica burlón.

— Tú quien eres para hablarme así...!!

Los jóvenes ya estaban dispuestos a iniciar una pelea sino fuera por Licha quien los interrumpe—. No hay tiempo para esto! Tina, Alejandro dice que vio a un niño igual que yo, acaso es ese niño? —pide calmado.

La castaña aún levemente ardida, intenta nivelar su respiración pero las miradas de Lisandro, Alejandro y Agathe sólo la ponían más nerviosa y bajo presión— Licha, él es...

—  Ay! como la piensas! Licha, que si es tu hijo. Acaso no me crees?  — confirma Alejandro desesperado.

—  Hijo?!?!  —Agathe se exalta.

—  Alejandro, te puedes callar por cinco minutos?!!  —se desespera el defensa central—.  Martina, es verdad?

Tina traga saliva. Ya no podía ocultar más la verdad. Discúlpame, Mar. Se dice su subconsciente—. Si, Licha. Tienes un hijo.  —Alza la mirada asustada por la reacción de su hermano.

El mundo se detuvo para Lisandro Martínez. Cómo que tenía un hijo y al parecer es el último que se entera?! La cabeza le daba vueltas, le comenzaba a faltar aire. Ahora él se cuestionaba si no era quien alucinaba ahora o estuviera en un sueño.

—  Pero... cómo? No puede ser verdad!  —niega Agathe—.  Amor, estás bien?  —pregunta cuando distingue que el rostro de su amado ha palidecido por completo.

—  Y tú sabías desde cuando?  —Licha recupera la conciencia.

La menor de los Martínez traga saliva—  no es sólo eso...  —da una pausa— el niño tiene una hermana melliza.

—  Son dos?!!  —dice Alejandro asombrado.

Lisandro abre aún más los ojos como platos, al mismo tiempo que su corazón quería dejar de palpitar. En eso, la mente del argentino lo lleva directo a la fiesta de graduación donde sería la última vez que vería a ella. A la mujer de su vida. A la chica que amó por primera vez. A esa mexicana de la cual se sigue lamentándose por dejarla ir sin antes luchar por ella. Algo que lo sigue atormentando.

—  Está Mar por aquí?!  —cuestiona apresurado ya buscándola con la mirada.

—  Mar?  —pregunta Garna.

—  Quién es esa?  —cuestiona Agathe.

Tina intenta relajarlo— hermano, cálmate un poco...

Este toma a su hermana por los brazos para llevársela y así tener un poco más de privacidad—  dónde se encuentra Mar?!

—  No estás pensando con claridad. Estoy consiente de que en estos momentos estás procesando todo de golpe y me disculpo por ello. Por ello te pido...

—  Que me relaje?!  —alza la voz a punto de perder la cabeza—.  Como no eres la que descubrió la existencia de dos hijos perdidos!!

Tina se sentía la peor hermana del mundo al ocultarle a Lisandro la verdad y también el no hallar qué hacer—.  Es comprensible que estés frustrado y quieras buscar respuestas. Pero no irás a ningún lado sino logras controlarte.

Decide tomar un respiro profundo para recuperar su nivel de respiración—  Sólo dime cómo te enteraste?  —pide ya más calmado y Tina le cuenta desde el principio que se reencontró con Mar en el trabajo—.  Tengo que ir a hablar con ella...

—  No quieras poner a Mar en una situación apretada...

—  Ah! Y yo qué?! Yo no importo.

— Con este temperamento sólo vas a ocasionar más problemas —razona Martina— hablaré con Mar de que te has enterado de sus hijos por accidente y tendrás que esperar a que ella elija qué hacer después, entendido?

Lisandro no le quedaba de otro que aceptar las condiciones de su hermana. Aún así, su personalidad impulsiva lo estaba comiendo vivo al querer hacer algo que quizá se fuera a arrepentir. Desvía su atención al grupo de personas que cargaban a los mellizos. Entre ellos sólo logró distinguir a Scott Mctominay y Marcus Rashford, mientras que supuso que las chicas serían sus respectivas parejas.

El resto del día fue bastante incómodo para los Martínez y Agathe. Nadie dijo nada en el camino, ni mucho menos cuando llegaron a casa. La neerlandesa quería respuestas de lo acontecido pero respetó el espacio que Licha le pidió que le diera pues él aún se quedaba asimilando la tremenda noticia.

Sumando que también se sentía un poco traicionado por su hermana al ocultarle el secreto de los mellizos. Al final simpatizó con el hecho de que Martina estaba en una posición complicada al tener que guardarse tal cosa ante la petición de Mar, por lo cual también algo más de lo que le iba a reclamar.

El seleccionado argentino no pudo dormir por andar pensando en varios futuros escenarios de cómo sería su reencuentro con su viejo amor, o también cómo sería su primera impresión con sus hijos. Cada que Licha pensaba en ellos tres, se le formaba una amplia sonrisa en el rostro recordando su tan entrañable adolescencia con Marlene Barrueco.