💠[2.2] everything revealed








































—Mami, qué es lo que nos tienes que decir? —pregunta Rhaegar llegando a sentarse en la sala.

—Acaso esto tiene que ver con papá? —desea Myrcella saber.

Mar organiza sus ideas en su mente— recuerdan que les dije que no habría más secretos entre nosotros? Pues le soy fiel a mi promesa y es por ello que ustedes merecen saber lo que está pasando con su padre —se toma las manos con nerviosismo— su padre me ha sido infiel con otra mujer y he tomado la decisión de alejarme de él por el bien de ustedes pues yo sé que esto no es sano para su vida.

Los mellizos intercambian miradas llenas de decepción y sorpresa. No podían creer que su padre fuera a engañar a su mamá con otra chica. Pese a ser aún unos niños, gracias a las caricaturas entendían la situación.

—Y ya hablaste con papá? —pide Myrcella saber.

—Sí, quería oírlo de él para confirmar y decirles la verdad.

—Pero... por qué papá haría algo así?! Él no es así!! —niega chillando Rhaegar.

—No lo sé, mi vida. Lo que hay que tener en consideración que el hombre del que me enamoré y tuve hijos ya no existe —asegura Mar con dolor.

Al notar que su madre iba a sacar lágrimas, se acercaron a abrazarla para demostrar que la apoyaban y estarían siempre a su lado en los buenos y momentos malos. Ellos tres contra el mundo como ha sido todo este tiempo.

El momento es interrumpido por unos toques en la puerta indicando que eran las amigas de Mar, Lizbeth y Vianey en busca de la misma mexicana. Primero se saludan y después consolan a la morena por estos últimos días. Finalmente dicen que afirman tener pruebas de que algo les está dando mala espina.

—Mar, Tina me dijo que ayer vio a Lisandro llorando porque se sentía culpable por ser un cobarde. La argentina dice que jamás lo había visto así de destrozado.

—Qué más da?

—Eso mismo pensamos, hasta que empezamos a juntar todas las pistas con respecto a esta situación. No queríamos decirte hasta que nuestras sospechas fueran correctas —enfatiza Liz.

—Resulta que la noche que cuidábamos de los chiquitos, tu padre llegó a corrernos de tu casa y noté que su saco era el mismo del que vi en mi cita con Scott la otra noche pues resulta que ese día, Agathe estaba reunida con tu padre y se les veía bastante juntos!! —revela Vian.

—Si! Y justo cuando le quería decir a Rashi de esas sospechas de que probablemente tu padre tenía un amorío con Agathe, tu padre nos interrumpió "por accidente" y una vez que se fue, le dije a Marcus nuestras sospechas y me imagino que se enteró pues a los próximos días la zorra esa regresa con Lisandro desmintiendo los rumores de un posible romance —suma Liz.

—Por lo que creemos que Agathe y tu padre han estado trabajando juntos para alejarte de Lisandro. La pregunta es por qué? O cómo conoció tan siquiera a esa neerlandesa —pregunta la escocesa.

Las tres amigas se quedan pensando en opciones viables pero es el inesperado Rhaegar quien se une a la conversación—. Escuché el otro día que tía Tina le reclamaba algo a papá de que nunca le dijo qué pasó la vez que papá se encontró a nuestro abuelo en el aeropuerto. O algo así porque no entendí de lo que hablaban pero se veía a papá muy nervioso —confiesa.

El trío se lanza un par de miradas —Mar, tienes que hablar con tu papá ahora! —apresura Vianey.

—Nosotras cuidamos de los niños. VE! —apoya Lizbeth y con ello, Mar se apura para alcanzar a su padre en su oficina.

Llega en menos de lo anticipado y se dirige al área de trabajo de su padre y cuando abre la puerta sin permiso, se queda pasmada al notar que Lisandro estaba ahí también. Al principio duda de sus acciones pero toma valor para confrontar a ambos hombres.

—Quiero saber que carajos pasó ese día en el aeropuerto —demanda enojada.

—Cariño, te pido que...

—Si quieres que me relaje, mejor dime lo que sucedió! —alza la voz.

El sr. Barrueco toma un respiro profundo— estás segura que quieres escuchar la verdad?

Ante eso, miró de reojo a Lisandro quien la observaba con culpa y dolor—. Deseo saber —responde Mar.

—De acuerdo, te cuento todo lo que pasó...

—Yo supe que esperabas un hijo desde el principio —se adelanta Lisandro antes de que sea demasiado tarde atrayendo la atención de la mexicana—. Yo... manejé hasta el aeropuerto para alcanzarte a detener pero sólo conseguí hablar con tu padre. Él fue quien me dio la noticia y... —toma un profundo suspiro para poder continuar— me dio tu nuevo número de celular para estar en contacto pero dejé que mi miedo me consumiera y fuera un cobarde al dejarte sola sin afrontar mis problemas y negar de por vida que estuvieras embarazada.

Era peor de lo que se imaginaba, no solamente le mintió apenas, sino le estuvo mintiendo desde que se volvieron a reencontrar— qué...? —dice desconcertada aún asimilando lo que acababa de escuchar.

—Por lo que tu padre me castigó al enviar a Agathe a mi vida y convertirla en un dolor de cabeza. Y por si no fuera suficiente, es tu media hermana —revela con certeza ganando la mirada de decepción de Mar hacia su padre—. Así es, resulta que quién engañó en el matrimonio de tus padres fue tu querido padre al tener a Agathe con otra mujer. No lo culpo, el querer castigarme por romperle el corazón a su hija pero manipularme para nunca decirte esta información haciéndome engañarte no se me hace lo correcto —defiende.

—Esto es verdad?! Tanto odiabas a Lisandro que no sólo acabaste con su vida sino la mía? Dejaste que tu egoísmo afectara a tu propia hija —acusa a punto de perder el control.

—Hija, lo hice para protegerte...

—Protegerme?! Por dios! Tengo una media hermana que resulta ser Agathe?! Esto ya es el colmo! —resalta.

—Por favor hija, quiero que entiendas que...

—No quieras acercarte de nuevo a mi, o a mis hijos nunca más —advierte la mexicana.

El sr. Barrueco le regala una sonrisa burlona— no puedes alejarme de mis nietos. Los seguiré viendo y los puedo recoger de la escuela cuando tu no estés disponible.

Mar lo contradice— qué coincidencia que digas eso, porque si mal no recuerdo acabo de aceptar mi oferta de trabajo lejos de este país, por lo que me aseguraré de mantenerte lejos de mis niños —afirma con certeza. Mientras que el corazón del argentino se va haciendo añicos al escuchar la noticia que previamente conocía. Esta vez convirtiéndose realidad.

—Te vas? —cuestiona a Mar.

La morena mira al atleta— ya estaba decidido, Lisandro. Y creo que lo que necesitamos mis hijos y yo es un cambio de aires. Lejos de este drama —resalta.

—Pero no tendré oportunidad de verlos tan seguido...

—Una disculpa, Lisandro. Pero tu situación no es justificable para mí. Aún así me mentiste a mi cara con respecto a tu conocimiento de mi embarazo. Y sí, entiendo que estuviste asustado y aterrado por la situación, aun así, no duele decirme la verdad que a ocultármelo provocando que me haya creado un sinfín de escenarios ante esto —explica.

—Mar, cuando nos volvimos a ver, me hice la promesa de reiniciar todo y remendar los errores que hice cuando era un adolescente ingenuo y cobarde —da a conocer— quiero que me des otra oportunidad para demostrarte que yo puedo ser el papá que Myrcella y Rhaegar se merecen, déjame ser la pareja que una chica como tú se merece —ruega.

No obstante, Marlene Barrueco también había cambiando—. Lo siento, Lisandro. La decisión ya está hecha.

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