oii. princess amentia, magic union & brandon's wedding
decir que las winx estaban preocupadas por sus amigas y los especialistas eran poco. musa caminaba por alfea sin rumbo ida y vuelta, adore llevaba más de dos horas escuchando la misma canción de 5sos [una banda musical humana que adoraba], tecna estaba más impaciente de lo usual y zoe se comía las uñas descontroladamente.
timmy estaba junto a tecna dándole apoyo [aunque bueno, él iba a apoyar siempre a la chica de sus sueños], flora trataba de animar al tonto de riven y adore no se había despegado de eric quien empezaba a desesperarse pues zoe no había aparecido en su campo de visión desde que había llegado.
— adore. —
— ¿hm?. — respondió distraida mientras miraba al horizonte.
— ¿puedo levantarme?. — preguntó eric sonriendo. — es que se me durmió la espalda. — la pelirosa asintió silenciosa, quitándose de su lado y cayendo al suave césped con un brazo sobre el abdomen. el peligris le miró preocupado, él también tenía una gran angustia en su pecho pero trataba de contenerla, no quería que adore se preocupara o timmy lo hiciera también.
caminó durante algunos minutos deleitándose con lo frondoso de la naturaleza que rodeaba a alfea, el olor de los árboles, las pequeñas mariposas y abejas que revoloteaban de vez en cuando, el cielo azul salpicado de nubes y el sol que iluminaba agradable el momento. a lo lejos, el príncipe de eraklyon vio una figura familiar sentada bajo la sombra de un pino.
zoe trenzaba hilos de diferentes colores, a su lado, había una cajita de la que salían un sinfín de pequeños dijes y accesorios coloridos que llamaron su atención; le sorprendió lo concentrada que estaba la chica incluso con el fleco perturbándole la visión. se debatió durante varios minutos si acercarse a ella o dejarla tranquila pues entendía que las chicas estaban lidiando con una preocupación inmensa.
recordó las sabias palabras de brandon "es mejor ser arriesgado que un cobarde en pena" y se decidió con valentía y las mejillas enrojecidas a acercarse a la chica que le sacaba suspiros como un pequeño enamorado. sus pasos alertaron a zoe quien de inmediato levantó la mirada de su manualidad y le dedicó la sonrisa más dulce de todas.
— hey, eric. ¿qué tal te encuentras?. — preguntó moviéndose un poco y haciéndole una invitación silenciosa para que se sentara junto a ella. él no desaprovechó y casi mecánico se sentó a su lado dejando un espacio considerable para no ser un acosador.
— estoy bien, un poco inquieto como todos. — se rascó la nuca. — ¿tú te sientes bien?. —
zoe largó un suspiro. — la preocupación me matará. sé que debo confiar en mis amigas y en los especialistas, pero no puedo evitar pensar que si sucede algo será mi culpa. — eric frunció el ceño.
— ¿por qué dices eso?. —
— la tía faragonda quiso que yo fuera con ellas pero me negué. —
— no creo que sea tu culpa. — le respondió. — fue sensato de tu parte aceptar que no querías ir a la misión fuese por la razón que fuese. —
— es complejo, ¿sabes?. — zoe continuó hablando mientras tejía entre sus dedos los hilos brillantes. — todavía no comprendo cómo funciona mi magia. puedo devolverte la energía si estás agotado, pero también puedo dejarte sin ella. mi poder transmuta, cambia, se mueve y en muchas ocasiones, sin que yo lo quiera. — la pelinegra introdujo en la creación un dije de corona azul. — me aterra hacerle daño a alguien o echar a perder una misión importante. — finalizó.
ambos se quedaron en un agradable silencio durante varios minutos hasta que zoe volvió a hablar.
— ¡listo!. — exclamó viendo su brazalete con una sonrisa. — ¿qué te parece?. — se lo enseñó al chico. él sonrió con las mejillas abultadas, era un accesorio muy bonito.
— se ve genial, zoe. —
— gracias. es una buena forma de canalizar las emociones, deberías intentarlo algún día. — sugirió.
— no lo creo, no soy muy habilidoso con ello. —
— podría enseñarte. claro, sólo si tú quieres. — las orejas y mejillas de eric se pusieron rojas de nuevo y él asintió callado para no tartamudear y verse ridículo. — bien, ¿quieres el brazalete?. —
— ¿qué?. — abrió los ojos con sorpresa.
— que si quieres quedarte con el brazalete, te vendría bien. adore me ha dicho que eres el príncipe de eraklyon también así que el dije que te queda de maravilla. — intervino riendo. eric se rió con ella y le extendió el brazo a zoe cediendo.
la azabache ató el brazalete a lo largo de su muñeca y le hizo algunos nudos algo ajustados para que no lo perdiera. eric alzó la mirada, encontrándose directamente con los ojos brillantes de zoe y ella le sonrió de costado. eso le valió al más joven para que todo su rostro se pintara de color carmín, su corazón se acelerara y se sintiera el chico más complacido de la historia.
no todos los días tu amor platónico te regala un brazalete. el hada de la energía recogió todas sus pertenencias del suelo y se levantó otorgándole una mano a eric.
— anda, vamos. adore debe estar preocupada por saber dónde estás. — él tomó su mano y caminaron juntos codo a codo hasta los dormitorios.
mientras stella, brandon, bloom, sky, layla y stephen luchaban por sobrevivir en esas cavernas y brandon parecía ser el prospecto perfecto para la princesa amentia, monarca de las tierras bajas, en alfea las chicas parecían estar igual de preocupadas que cuando ellos partieron. tecna se estaba duchando, musa recién llegaba a la habitación, adore dormía tranquilamente con piff entre sus brazos y zoe ahora luchaba por trenzar un choker que le daría a flora.
— ¿dónde está piff?. — le preguntó musa a tecna. no obtuvo respuestas pues el hada de la tecnología estaba centrada en su laptop. zoe le señaló con una mano vagamente a adore dormida con piff dormida en su pecho. — aquí estás, dormilona. ella y adore saben lo que hacen, no desperdician energía preocupándose. pero no puedo evitar pensar en los riesgos que corren los chicos y las chicas en esa misión sin nosotras. — zoe se quedó en silencio.
— a ver si así mejora la recepción. — tecna se situó junto a la ventana pues su laptop no parecía funcionar. — musa, la recepción de mi computadora es mala, quizá no pueda contactar a las chicas. — un estrepitoso golpe sacó a zoe de su ensimismamiento. adore pareció sentirlo pero se dio la vuelta y siguió durmiendo.
— uh, acaba de autoinstalarse un nuevo hardware. — la pelimorada tomó a una pequeña hadita que había quedado estampada en la pantalla de su dispositivo. — ah, otra pixie. — zoe se hizo junto a ellas y miró la pixie.
— ¿cuál es tu nombre?. — la hadita rubia no respondió pero se meció continuamente con molestia.
— tecna, suéltala. — ella la soltó y la pixie empezó a volar.
— ¿estás bien?. —
— nunca he estado mejor. — contestó. pero parecía no ser así. sus alitas se detuvieron haciéndola descender rápidamente y luego pareció reaccionar, volando de nuevo y golpeándose en la cabeza. — ¿lo ves?, todo está bien. — la pixie cayó suavemente hasta quedar en el suelo.
posteriormente, musa tenía a la pixie en su hombro y sentadas junto a ella estaban tecna y zoe que la escuchaban hablar.
— me perdí el festival del bosque oscuro. estaba en casa recuperándome porque me había lastimado. —
— que extraño. —
— pero mis amigas jamás regresaron del bosque oscuro. las que nos quedamos sabíamos que algo andaba mal pero temíamos dejar la aldea. finalmente, nuestra amiga layla vino y dijo que nos ayudaría y que nos escondiéramos, pero esperamos y ella nunca regresó; así que decidimos venir a alfea a buscar ayuda, es por eso que estoy aquí. soy la pixie de los mensajes. —
— estás a salvo. vamos, llorar no ayuda en nada. — zoe le extendió a la pixie un pequeño pañuelo y ella se secó las lágrimas.
— tienes razón, ¿y sabes qué?, no volveré a llorar. — piff salió del cojín que estaba junto a adore y se reencontró con la pequeña hadita recién llegada.
— ¿piff?, ¡piff!, creí que jamás volvería a verte. — y seguido de eso empezó a llorar desconsolada.
— esperemos unos minutos. —
— si sigue llorando así le dará un infarto. —
las winx y los especialistas lograron salir bien librados de las tierras bajas, brandon consiguió no casarse tan joven y todos agotados regresaron a magix para asentarse en sus escuelas. la nave de fontana roja aparcó en la escuela bastante tarde en la noche.
— ¡oigan, ahí están!. — gritó flora emocionada. las chicas corrieron tras ella para alcanzarla y recibir a sus amigas. layla, stella y bloom salieron corriendo de la nave y se abrazaron juntas. zoe atrapó en un fuerte abrazo a bloom, luego a stella y finalmente a layla y luego se unieron para subir a buscarles a las pixies algo de comer.
adore y zoe se miraron algo entristecidas pues no habían logrado enlazarse con ninguna pixie, como ya lo habían hecho flora, musa, stella, bloom y tecna.
— hey, green lantern. — la voz de brandon asustó a zoe. los ojos de la chica se llenaron de lágrimas y se abrazó al chico como si su vida dependiera de ello.
— te odio. — comentó ahogadamente sin dejar de llorar.
— ¿por qué?, creí que te alegrías más al verme, bonita. — zoe se rió golpeando juguetonamente el hombro de brandon.
— estaba tan preocupada por todos ustedes que no pude dormir bien y no dejaba de pensar. — susurró secándose las lágrimas. brandon la observó durante segundos.
estar con zoe era como estar en su casa, como estar con su hermana. él la abrazó de nuevo, tomándola por sorpresa.
— no va a pasarme nada, ¿vale?, nunca voy a dejarte sola. — el hada de la energía sonrió, creyendo fielmente en la promesa de su mejor amigo.
— hey, pequeñito, relaja la mandíbula que vas a quedarte sin dientes. — incitó stephen a eric que miraba la escena frente a él con disgusto. — además, no tienes nada de qué preocuparte; brandon ama a stella como su novia y a zoe como su hermana. —
eric suspiró como llevaba haciéndolo desde que vio a zoe.
tory's talk:
ase hambre
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