𝑰𝑰𝑰

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La fresca brisa de la noche se volvía espesa mientras los dos adolescentes se miraban fijamente.

Las miradas que ambos compartían podrían avergonzar a cualquiera. Bakugo se sentó en el suelo junto a su tabla, mientras que Lily estaba de pie junto a la suya.

Lily no daría marcha atrás.

No hace ni diez minutos desde que el rubio empezó a ponerse gallito una vez más, lo que provocó que Lily volviera a llamarle la atención.

Sus palabras exactas fueron: ─Si vas a actuar como un niño pequeño, entonces voy a tratarte como uno─ A continuación, utilizó su quirk en él para plantar su culo en el suelo.

Su peculiaridad se llamaba imán. El nombre debería explicarse por sí mismo; Lily puede darle a cualquier objeto tangible un polo magnético, los conocidos polo norte y polo sur. Si los dos son del mismo tipo se repelen y los de distinto se atraen; pudiendo atraer o repeler cualquier cosa a su antojo.

Bakugo no le había dirigido ni una palabra, lo único que era audible era el sonido de los grillos y las cigarras; y el de los patines y patinetas de las otras personas en el parque.

Con una de sus manos Lily jugaba con sus cortos mechones y la otra se posaba en su cadera mientras pensaba en una solucion a su tonto problema.

─Quédate aquí... Ya vuelvo─ Ella saltó sobre su tabla para irse y lo dejó allí pegado al frío hormigón.

Sus ojos se abrieron de par en par justo antes de gritar. ─¡VUELVE AQUÍ, MALDITA SKATER!─ Mientras temblaba de rabia el chico vio como todo el mundo en el parque volvió los ojos hacia él.

Digamos que Bakugo Katsuki no tenía un tipo de chica. Era de los que pensaban que amas a quien amas y punto.

Nunca en su vida pensaría que esta chica que le va a la contraria, sería de quien se enamoraría. Y Bakugo admitía que eso le parecía excitante.

Nunca antes había conocido a alguien que pudiera aguantar su ira, exceptuando a pelo de mierda -Kirishima-.

Eso era lo que le intrigaba, y por eso pequeños momentos como estos le enfurecían, pero le ponían nervioso al mismo tiempo.

Era fácil decir que había otros cientos de chicos que tenían sus ojos puestos en Lily. Pero por supuesto, Bakugo sería el que terminaría ganando su corazón.

Mientras estaba sentado allí, la gente le miraba como si estuviera loco.

Inspiró aire fresco mientras miraba a la luna. Se pasó una mano por sus cenizos cabellos rubios, lo que le tranquilizó ligeramente. '¿De verdad vale tanto la pena esta chica como para estar sentado como un loco pasando vergüenza?'

Oyó a lo lejos el ruido de unas ruedas acercándose sobre el pavimento, levantó la vista y se encontró a Lily con bolsas de supermercado en las manos.

Respondiendo a su pregunta de antes... 'Sí, ella vale totalmente la pena'.

Acercandose al adolescente, Lily detuvo su skate y saltó delante de él. ─Hoy pareces más cabreado de lo normal por lo que he traído comida─ Apartó la mirada de él con las mejillas acaloradas.

Los ojos de Bakugo se abrieron de par en par al ver a la chica mientras le daba la bolsa. Miró dentro para encontrarse con múltiples bebidas energéticas y bolsas de patatas fritas. ─Bueno tu tampoco eres un sol. Hoy estás de muy mal humor─

Lily lo miró inexpresiva antes de sentarse frente a él. ─Lo siento, soy una chica─

─Chica ni madres─

Se rió entre dientes ante la respuesta de Bakugo. La chica de cabellos oscuros cogió patatas fritas y una bebida de la bolsa de plástico. ─¿Qué te tiene de mal humor hoy? ¿No tienes el festival deportivo a la vuelta de la esquina?─

─Es que... Deku es una mierda─ Se bebió de un trago la bebida con sabor a cereza. Lily se encogió ante sus modales.

─Haces que Deku parezca una mierda. Pero no estoy segura de que en verdad lo sea─ Ella entrecerró sus ojos azules hacia él.

Una ráfaga de viento se acercó a los adolescentes azotándoles el pelo en la cara. Lily se rió de la cara que puso Bakugo en ese momento.

Pequeños estallidos de humo aparecieron de sus manos. Antes de que su peculiaridad pudiera llegar más lejos Lily tomó su mano.

Bakugo miró hacia abajo para ver las manos suaves que sentía. Sus uñas estaban todas despintadas, algunas más largas y otras más cortas.

El rubio apartó su mano de la de ella y luego giró su rostro. Intentó girar su cuerpo también pero recordó que seguía pegado al piso.

─Hey chica. ¡Despegame de aquí!─ Le gritó en la cara.

Lily extendió una mano frente a su rostro mientras se daba unos tragos de su bebida. Ella levantó un dedo en señal de que esperara.

─Tienes que aprender modales. Pero no te preocupes, puedo enseñarte... aunque puede que sea más difícil que aprender a patinar para tu cerebro de guisante─ Susurró la última frase.

Aunque a pesar de eso, Bakugo la escucho y eso le hizo enojar. ─¡SOY LA MEJOR DE MI CLASE, IDIOTA! ¡MI IQ ES MAS DE 9000!─

Sus ojos se abrieron de par en par y rió. ─¡En serio! Vaya, no me lo esperaba─ Le señaló el trasero y usó su quirk para liberarlo. ─En fin... se está haciendo tarde y hemos progresado bastante. Deberías irte a casa─ Se levantó de su sitio y le tendió una mano al chico. Él no acepto su ayuda y se quedó sentado. Lily levanto una ceja antes de agarrar su tabla y la bolsa. ─¿Nos vemos mañana a la misma hora entonces?─ Ella preguntó. Lily no lo escuchó responder así que se dio la vuelta para encontrarlo mirándola fijamente. Su mirada le produjo un escalofrío. ─¿Estás bien?─

Bakugo se burló. ─Sí, estoy bien. Nos vemos mañana chica skater─

Lily rió antes de golpear ligeramente su hombro y alejarse. Una vez que estuvo suficientemente lejos, el rubio gritó silenciosamente con todas sus fuerzas al cielo nocturno.

Caminó hacia su casa mientras pensaba en lo que estaba haciendo mal. Katsuki Bakugo era el mejor sin duda alguna.

De repente, mientras estaba en medio de la calle se dio cuenta de algo que nunca pensó que necesitaría.

Apretando los dientes y se golpeó la cabeza con el puño.

Estaba dando un paso adelante y dos hacia atrás.

No sabía cómo ligar.


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