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Chapter 10:-
Los jóvenes al verte en tan vergonzosa escena se distanciaron lo suficiente como para que la madre de Rosé fuese por ella y se la llevara a rastras, mientras Jimin le pedía que la soltara y pudiera escuchar lo que realmente sucedía entre ellos.
Pero como supuso, la adulta se giro solo para abofetearlo fuertemente frente a las muchas mujeres del vecindario quienes apoyaban el golpe, gritando que era solo un aprovechado, un pervertido que quería una sola cosa de Rosé y lo que más odio escuchar fue que hace semanas ambos llevaban manteniendo aquella relación clandestina a escondidas de su propia familia.
-Nos vamos en este mismo instante Chaeyoung, tú y yo tenemos mucho de que discutir. Y usted.-se dirigió al castaño quien la miraba con lastima.-si se atreve a acercar a mi hija nuevamente, lo denunciare por acoso sexual a menores, escucho bien.
-¡Mamá! .-exclamo la rubia con pánico.
-¡Cierra la boca mocosa, harás lo que yo diga, entendido! .-grito duramente.-ya esta advertido señor Park, no quiero que vuelva a venir por aquí, o ya sabe lo que le sucederá.-declaro amenazante.-camina Chaeyoung.-pronuncio tironeando a la fémina mientras esta solo miraba en dirección al hombre quien se quedo ahí sin poder decir ni hacer algo para defenderse.
Simplemente se marcho al sentir la miradas de desaprobación de las mujeres del vecindario, por lo que opto regresar a su auto y marcharse sin mirar atrás.
Una vez llegaron a la residencia, la mujer la soltó sin suavidad al mismo tiempo en que Rosé se quejaba y la miraba molesta.
-¡Ahora me vas a explicar qué es esto Roseanne! .-exclamó reteniendo su furia.-¡dímelo niña, o te obligaré a golpes! .-grito alzando su diestra.
-Sí mamá.-acepto sus sospechas.-Jimin-ssi y yo estamos saliendo.-dijo, para después sentir dolor en su mejilla izquierda. Su madre la había abofeteado por primera vez en su vida.
-Vas a terminar este ridículo romance ahora mismo, me escuchaste bien.-señalo duramente.
-No, no pienso romper con él porque a ti no te gusta.-se negó frunciendo el ceño.
-¿Estás loca? ¿perdiste la cabeza? .-decía altanera.-¡¿cómo se te ocurre tener una relación con el jefe de tu propio padre?! .-dijo tomándola de ambos brazos zamarreándola.-no voy a permitir que esto siga.-gruño, a lo que la menor abrió sus marrones con miedo.-tú y él no pueden estar juntos, son muy diferentes uno del otro.
-Ni siquiera lo conoces.-defendió alejándose haciendo un mohín.
-¿Conocerlo?, me basto verlo una sola vez para darme cuenta del chico que es. Rosé, no seas tonta, Jimin solo quiere una cosa de ti y yo no lo permitiré, si tengo que encerrarte lo haré, entendido.
-No, no puedes hacerme esto.-negaba con los ojos cristalinos.-mamá, por favor, pídeme lo que quieras, pero no me obligues a ...
-Entonces qué mierda quieres Roseanne. Él se aprovechara de ti, y luego te botara a la basura como un trapo sucio e inservible porque ya consiguió lo que quería, acostarse con una niña ingenua como tú.
-¡Jimin no es ese tipo de chicos!
-¡Por qué lo defiendes tanto, Rosé! ¿todavía no comprendes lo que intento decirte?
-¡Es que, yo lo amo!, estoy enamorada de él.-confeso alertándola.
-¿Q-qué? no, estás completamente loca. ¡Has perdido la cabeza niña! .-exclamo anonadada.-él tiene buena condición social, tú no cabes en ese mundo Roseanne.
-Me da igual. Yo seguiré queriéndolo, aunque ustedes se interpongan en nuestra relación.-dicho lo ultimo, fue rumbo a las escaleras subiéndolas como si de su vida dependiera y se encerró con llave en su cuarto.
Pese a que su madre golpeaba, gritaba e intentaba echar la puerta abajo. Ella se negaba rotundamente a dejarla pasar.
No iba a permitir que controlaran su vida, ya no más.
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Durante la hora de la cena, el ambiente se sentía tenso y muy silencioso. Pues, después de que Rosé y su madre discutieran esa misma tarde al verla con el jefe de su padre, todo se volvió un caos.
-¿Por qué están tan calladas? ¿pasó algo de que no estoy enterado? .-cuestiono el cabecilla de la familia mirando a cada fémina frente a él.
-No cariño, ¿por qué sucedería algo malo? .-respondió con otra pregunta ignorando completamente el cuestionario anterior.
El hombre solo se encogió de hombros y volvió a comer, cosa que detuvo a medio camino en cuanto la menor del hogar se incorporo en total silencio retirándose de la mesa.
-Roseanne, siéntate y termina de cenar.-dijo la mujer con el ceño fruncido señalándole la silla que antes ocupaba.
-Lo siento, pero tengo tarea que hacer, permiso.-sin más que decir, se marcho dejando la atmosfera sumamente incomoda junto a una muy molesta Min Ah.
-Bueno, yo también me retiro.-murmuro Taehyung imitando a la chica anterior.-mañana tengo una presentación a primera hora y quiero repasar un poco. Buenas noches.-se despidió yendo hacia las escaleras del segundo piso, pero antes de entrar a su propia habitación cambio de dirección hasta escabullirse en el cuarto rosa de su menor.
-¿Q-qué haces aquí? .-quiso saber desviando la mirada cristalina.
Taehyung sin decir nada se acerco a ella y la abrazo consolándola, permitiéndole que soltara todo lo que sentía y mantenía escondido dentro de si.
-Dime, ¿qué pasó esta tarde? .-pregunto acunando el pequeño rostro de la rubia frente a él.-puedes confiar en mi Rosie.
-M-mamá, ... mamá me vio con Jimin.-confeso al mismo tiempo en que su labio inferior comenzaba a temblar y volvían a deslizarse aquellas lagrimas que dañaban sus abultadas mejillas.-quiere que termine con él.-terminó de decir antes de quebrarse ahí mismo.
Taehyung no dijo nada, solo se dedicó a mirarla e hizo una mueca de desagrado. Luego suspiro cansado al mismo tiempo que negaba.
-Mamá tiene razón.-aceptó sorprendiéndola.
-¿Q-qué? .-musitó mirándole con pánico.-¿por qué dices eso? .-dijo casi sin aliento ante sus lágrimas.
-Porque ustedes no pueden estar juntos. Rosé, es él jefe de nuestro padre, ¿sabes lo descabellado que suena eso? .-le hizo saber tajantemente.-además, es mayor que tú y ... Dios.-jadeo cerrando sus ojos un instante.-hermana, yo te quiero, pero no me gustaría verte llorando por las esquinas, por un tipo que ni siquiera va de frente con sus cosas. Sí él realmente te quisiera y fuese sincero, nada de esto estaría pasando.
-¿P-por qué yo... Y-yo no puedo ser feliz? .-soltó junto a un nudo infernal en su garganta.
El chico no supo como responder, por lo que la rubia solo bajo la mirada evitando verla llorar.
-Vete, quiero estar sola.-indico dándole la espalda en cuanto se recostó sobre la cama.-¡lárgate Taehyung! .-gruño mostrando su rostro bañado en lagrimas.
El mayor acato la petición y salió del cuarto encontrándose con sus padres preocupados. Woobin quiso entrar y consolar a su hija, pero Taehyung se lo negó diciéndole que la dejaran dormir tranquila por esta noche.
Los adultos se miraron uno al otro y asintieron dejando que el chico se perdiera en su propia habitación al igual que ellos, no sin antes decirse mutuamente las buenas noches.
Al rededor de las dos de la madrugada Rosé entreabrió la puerta mirando sigilosamente el corredor, percatando que sus familiares dormían y en solo un segundo tomo un bolso bajando en silencio las escaleras hasta marcharse por completo de la casa.
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A esa misma hora Jimin estaba en su estudio revisando los gráficos de las inversiones durante el mes, cuando de un segundo a otro el timbre sonó llamándole la atención y obligándolo a dejar los papeles a un lado.
Perezosamente fue hasta el recibidor donde sin siquiera preguntar quien era abrió la puerta encontrándose con Rosé, la cual se lanzo a sus brazos entre sollozos y lagrimas abundantes en sus mejillas.
-¿Estás así por lo que pasó hoy con tu madre? .-pregunto en cuanto logro tranquilizarla dándole una taza de té caliente. Ella asintió mirándole culpable.
-Ella no tenia ningún derecho de tratarse de esa manera.-negó resentida.-no me haz hecho nada malo para que te amenazara con la policía.
-Es tu madre y se preocupa por ti princesa, debes comprenderla. Fue demasiado chocante vernos juntos, y eso que no estuvo Taehyung en ese momento, él me hubiera mandado derechito al hospital con todas las costillas rotas.-trato de hacerla reír, pero solo logro una leve mueca junto a un silencio muerto de su parte.-¿y esa mochila? .-pregunto observando el gran bolso en la entrada del hogar.
-Escape de casa.-confeso desviando la mirada al saber que seria regañada por el mayor.
-Rosé ...
-No te preocupes por mi, estaré bien.-declaro incorporándose del sofá.-me quedare en un hotel por esta noche, después ya veré que hacer.-afirmo sonriente.
-¿Tienes el dinero suficiente para una buena habitación? .-se atrevió a preguntar incomodándola.
-Alcanza para algo sencillo, pero de verdad, no quiero molestar a nadie, mucho menos a ti.-musitó manteniéndose segura de sí.-ya me tengo que ir, tú también debería descansar. Bueno, adiós.
-Rosé, no te puedes ir. Quédate a dormir, no tengo ningún problema en que ocupes mi cama.-declaró, para después callar ante sus palabras erróneas.-digo, no quise decirlo de esa manera yo...
La rubia se acercó a él y besó castamente los labios dándole un sí como repuesta.
-Gracias, prometo no molestar.-dijo sonriente.
-Tú nunca me molestas, bonita.-aclaró acariciándole dulcemente la mejilla.
Después de haber compartido una deliciosa y caliente sopa instantánea entre ambos, Jimin la invito a su habitación para que durmiera en ella y él se quedaría en el sofá de la sala para no molestar, a lo que Rosé sintiéndose mal acepto pese a que se oponía rotundamente a eso.
Al pasar una hora y estando en completa oscuridad, Rosé se movía inquieta en el mullido colchón ante el presente insomnio que la molestaba.
Sin hacer ruido alguno salió del cuarto para ir hasta la cocina y beber un vaso de agua o cualquier liquido que hubiese en la nevera. Pasando por el living, se detuvo en cuanto vio a Jimin descansar profundamente con un brazo detrás de su nuca y el contrario sobre su estomago respirando constantemente relajado.
Sigilosamente se acerco a él y acaricio el rostro masculino tiernamente sintiéndose enamorada y dichosa de haber conocido a una persona como él. Rememorando las situaciones junto al hombre frente a ella, no se percato que este mismo había abierto un ojo asustándola y él reír ante su salto repentino.
-Creí que dormías profundamente.-pronuncio tímida, pues la habían pillado con las manos en la masa.
-Cómo podría dormir, si tengo a una hermosa personita frente a mi.-comento alargando su diestra hasta llegar a los dorados cabellos de la menor.-¿no puedes dormir? .-ella asintió haciendo una débil mueca.
-Iba por un vaso de agua, pero me detuve para verte.-confeso, para después arrepentirse sintiendo sus mejillas arder de la vergüenza.-perdón, eso sonó mal.
-No, todo lo contrario.-negó acomodándose quedando sentado y atraerla a su lado.-yo también tenía pensado ir a verte.
Rosé apoyo su cabeza contra el hombro del chico mirándole sonriente. Jimin la imitó conectando miradas donde se decían todo lo que sentían el uno por el otro.
La rubia lo abrazó con fuerza ocultando su rostro en el pecho del castaño, provocando confusión en el empresario.
-¿Qué es lo que invade tu cabeza que no te deja dormir? .-cuestiono, a lo que la fémina alzó su mirada cristalina preocupándolo aún más.
-No quiero perderte Jimin. Y-yo, yo realmente te quiero, nunca había conocido a alguien como tú, por eso me duele que mi madre te halla tratado de esa manera.-sollozó por lo bajo.
-No me vas a perder Ro.-acepto tomándole el rostro entre sus manos.-primero muerto antes de que nos separen.-ella solo lo miraba esperanzada y sonrió leve ante su penetrante mirar.-déjame cuidarte, ¿si?
Le besó la frente y ambos se incorporaron del sofá para ir a la habitación del mayor.
Una vez ahí, se acostaron uno al lado del otro donde Jimin se dedicaba a darle cortos y dulces besos en el hombro y cuello relajándola. En un segundo, la rubia le dio la cara volviéndose a él y con solo mirarse, acortaron la distancia tomando la boca contraria del otro románticamente.
El castaño fue el primero en comenzar con las caricias bajo las mantas, las cuales para su sorpresa, Rosé aceptó sin miedo alguno.
Se colocó sobre ella sin aplastarla y volvió a devorar los labios de la menor, quien le respondía de la misma manera rodeándole el cuello y desordenándole los marrones cabellos de la nuca acercándola más a si misma.
-Ro, no sé si pueda controlarme más.-dijo jadeante sintiendo una presión dolorosa en su zona íntima.
La chica no dijo nada, simplemente lo empujo suave y se coloco a horcajadas sobre él volviéndolo a besar. Jimin quedo sentado con ella encima mientras Rosé se dedicaba a meter sus manos bajo las ropas masculinas con intensiones de quitarlas, él acariciaba el menudo cuerpo de la rubia.
En un segundo, el empresario llevo sus manos hasta la espalda de ella desabrochando el brasier y deslizarlo poco a poco por los hombros y brazos de la fémina, dejando a su merced los montes ocasionando que las mejillas de la chica se volvieran rojas de vergüenza.
-Ro, ¿estás segura de esto? .-pregunto mirándola directamente a los ojos.
-... Sí, estoy completamente segura. Quiero que tú seas el primero en mi vida, sé que nunca me lastimarías.-dijo con una dulce sonrisa.
Jimin la beso cariñosamente al igual que las caricias que le proporcionaba hasta terminar ambos completamente desnudos bajo las sabanas. Rosé por su lado correspondía a sus caricias y besos sintiéndose protegida por el mayor y enamorada.
El castaño llevo sus labios hasta el cuello femenino dándole besos profundos dejándole marcas rojas y notorias en el, sacándole suspiros y gemidos débiles los cuales lo volvían loco de amor.
-Rosie, después de esto ... no pienso soltarte tan fácilmente.-le dijo al oído para después besarle la misma zona dejándola sin aliento por su acción.
-Quiero ser tuya, solo tuya y de nadie más.-aseguro besándolo con pasión.
Luego de unos cuantos besos más y caricias mutuas, Jimin se acomodó entre las largas y firmes piernas femeninas, y lentamente fue introduciendo su miembro en ella. Los ojos de la menor se cerraron con fuerza al sentir aquel dolor que le indicaba al intruso pedazo de carne llevarse su pureza.
Park sintió como el pequeño cuerpo de Rosé se tensaba por completo bajo suyo. La vio sollozar, obligándolo a controlarse un poco.
Apoyo su frente sobre la de ella, manteniéndose quieto en el cálido interior femenino por varios minutos.
Sin apartar la mirada de los cristalinos y marrones de ella, comenzó a moverse con delicadeza, lenta y tortuosamente provocando en ella suaves y leves gemidos al igual que se aferrara a su cuerpo incrustándole las uñas en sus hombros y espalda.
Jimin la sintió tan caliente, húmeda y estrecha que creyó que tocaría el cielo en ese mismo momento.
Entre besos hambrientos y gemidos los cuales pronunciaban sus nombres, se entregaron al placer producido por el vaivén cada vez más intenso e intimo de sus caderas.
Rosé enrolló sus largas piernas alrededor del cuerpo masculino, provocando que él fuese aun más profundo sacándole un alto gemido de satisfacción a ambos.
-T-te amo. Te amo Jimin.-confesó agitada entre cada penetración ofrecida.
El nombrado sintió como la intimidad femenina abrazaba con sumo gozo su miembro, por lo que buscó con desespero los lsbios rojos e inchsdos de la rubia al mismo tiempo en que la embestía rápidamente y finalmente se dejaba vencer por su propio orgasmo, llegando juntos entre gritos satisfactorios.
Al controlar su respiración, besó castamente a la mujer bajo su cuerpo quien lo recibió gustosa y sumamente cansada al igual que él.
-Yo también te amo Ro.-dijo colocando una de sus manos en la mejilla de la chica acariciándola sutilmente.-te amo, como no tienes idea.-nuevamente la beso haciéndola sonreír enamorada.-¿estás muy cansada? .-pregunto con otras intensiones.
-No vamos a dormir esta noche, ¿verdad? .-cuestionó ella esta vez tímidamente.
Jimin sonrió juguetón y cubrió a ambos con las mantas de la cama, comenzando así una nueva ronda de juegos previos, sacándole uno que otro gemido a Rosé, los cuales quedaron olvidados en las paredes color gris de aquella habitación.
Soy tuya
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Momo
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