𝐱𝐱𝐢. 𝚕𝚊 𝚗𝚞𝚎𝚟𝚊 𝚕𝚞𝚣 𝚗𝚘𝚜 𝚎𝚜𝚙𝚎𝚛𝚊
La vida es como un mecanismo de relojería.
。゚゚・。・゚゚。
゚。21 。゚ Una nueva mañana, y la hora
゚・。・゚ de despedirse.
Hoy, se le había dado un día libre especial; a él, Kakashi Hatake.
Y como informe del tiempo: hubo una tormenta eléctrica temprano en la mañana, acompañada de granizo y fuertes vientos. Mientras, el petricor permanecía en los alrededores, luego, llegaron pájaros volando alto hacia el cielo. La luz se abrió paso lentamente entre las nubes, se dispersó a su propio ritmo y el cielo acabó despejándose.
Hm, es una señal, se dijo internamente, puede que esa mocosa haya vuelto a llorar...
Suspiró profundamente.
Bueno, nadie podía decir con seguridad si era sólo una lluvia otoñal o era cosa de ella, por lo tanto, él iba a ir allí para comprobarlo.
Tardó un poco en llegar a su apartamento. Oyó que lo alquilaba, no con la ayuda de alguien, sino por su cuenta. Kakashi no podía expresar cuánto la elogiaba. La verdad le recordaba a sí mismo; ambos quedaron huérfanos a una muy temprana edad.
De pie frente a la puerta principal de su hogar, dio tres toques.
─Disculpe─ Dijo, pero nadie respondió.
Miró la perilla de la puerta y esta estaba ligeramente abierta. Frunció un poco el ceño, preocupado. Era una irresponsabilidad por su parte dejar la puerta sin cerrar.
─¿Saory?─ Llamó mientras abría la puerta, asomando la cabeza por el umbral con sus ojos caídos. ─Ehem, quiero decir, ¿Mei?─
Empezó a pensar que no había nadie, hasta que escuchó una respuesta.
─¡Kakashi!─ Saory respondió en voz alta. ─¡Estoy aquí! Ayúdame!─
Kakashi mantuvo la calma, porque no había urgencia en su voz.
Desde el punto de vista de Kakashi, su grito no era relativamente fuerte, ella debía estar a bastante distancia. ¿Cómo lo reconoció? Gracias al Kagura Shingan, este le permite seguir a personas específicas a través del chakra, detectandolos desde largas distancias.
─De acuerdo entonces─ Respondió. ─voy a entrar─
Potenció sus sentidos para rastrear dónde estaba la chica, y así, la encontró en el patio.
En cuanto Saory sintió su presencia, se dio la vuelta con una mirada suplicante. ─Kakashi... ¡ayúdame!─
El de cabeza plateada entrecerró los ojos. Ella llevaba una bata de peluquería, su mano derecha sostenía unas tijeras, un peine en la otra mano, y un espejo detrás de ella. Por lo que parecía, se estaba cortando el pelo.
Casi le hizo reír cuando se dio cuenta de lo desigual que era su corte.
─¿Qué haces?─ Dijo conteniendo la risa.
─¿No es obvio?─ Ella hizo un puchero.
─Bueno, tu pelo ya es lo suficientemente corto, ¿por qué hacerlo aún más corto?─
─¡Para disimular!─ Bromeó ella, poniéndose las manos en las caderas.
Lo que más llamaba la atención, según Kakashi, eran las secuelas en su rostro, ojos hinchados, nariz rojiza y voz ligeramente ronca.
La pequeña niña había llorado bastante.
Dejó de burlarse más de la niña y esbozó una sonrisa familiar. ─Deja que te ayude─
Saory le dio las tijeras y el peine al mayor y se dio la vuelta para mirarse al espejo.
Kakashi podía recortar su propio cabello, pero nunca había cortado el de otra persona y menos a una chica, aunque de todos modos, era un corte un poco masculino, así que le saldría bien.
─¿Por qué tan corto?─ Preguntó otra vez entre los tijeretazos.
─Para disimular─ Repitió ella rotundamente.
Kakashi sólo tarareó descontento. ─Ya vas bien camuflada, ¿para qué molestarse?─
Refunfuñó exasperada, pero con cuidado de no hacer movimientos innecesarios que pudieran estropearle aún más el pelo. ─Porque, cada vez que intentan secuestrarme, siempre dicen: "la hija del Cuarto Hokage", "¿es la primogénita de Minato y Kushina?", bla bla bla, y ya sabes, cosas así─
El joven jonin comprendía sus quejas, estas rellenaban fácilmente el significado tras sus frases. ─¿Así que intentas parecer un chico?─
─Sep─
─Eh...─ Se limitó a pronunciar, interiorizando aquel plan maestro de ella. ─Eres una chica rara─
─Gracias─ Se encogió cuidadosamente de hombros. ─Me lo dicen mucho─
─No es un cumplido─ La regañó mientras le golpeaba ligeramente la cabeza con los nudillos.
─Auch─ Saory no tenía energía para contraatacar pues se había pasado el tiempo lamentándose y llorando.
─Oh, las raíces de tu pelo rojo están llegando a su punto máximo─
─¿En serio? ¿Ya se nota?─
─La verdad es que solo un poco. Con una gorra bastará para ocultarlo─
─Yosh, copiado─
Lo siguiente que hubo fue silencio.
Eran casi las seis de la mañana y toda Konoha comenzaba a despertarse. La temperatura para hoy era mucho más fría que las anteriores debido a la imprevista tormenta eléctrica. Pero pensándolo bien, estos últimos días, el clima estaba como si el invierno hubiera estado susurrando su ascensión, así que no era sólo culpa de Saory.
─¿A qué hora es tu partida?─ Preguntó.
─A las ocho─
─Vale, así que aún tienes mucho tiempo─
Ella rió sin ton ni son. ─¿De verdad?─
─Cierto, no─ Al darse cuenta, Kakashi se retractó rápidamente de sus palabras. ─¿Ya has preparado tus cosas?─
─Si, si─
─¿Te has despedido-─ Consideró sus palabras antes de continuar. ─-del chico Uchiha?─
─Yo...─ Se puso terriblemente melancólica. ─sí...─
Kakashi observó aquella expresión suya a través del espejo, y no pudo evitar compadecerse de la muchacha. Realmente se arrepintió de haber tocado ese tema.
─He oído que lo está haciendo muy bien en los exámenes chunin. Una gran hazaña ser tan joven─
Saory sólo respondió con un pequeño zumbido.
El adolescente de pelo blanco se sintió como si hubiera pisado una mina. Itachi debía ser realmente valioso para ella; separarse de él seguro le hacia.
─T-tú-─ No dejó que se notara que tartamudeaba. ─tú también lo estás haciendo muy bien, ¿sabes? Ya eres genin oficial incluso sin hacer exámenes─
Ella gimoteó en tono bajo: ─Es porque tú y Shisui-san lo recomendasteis, ¿cierto?─
─Sí─ Se rió con un poco de remordimiento.
─¿Por qué?─
─Bueno, creo que necesitas volar─ Contestó simplemente. ─¿Me entiendes?─
Ella entendió muy bien esas palabras metafóricas.
─¿De verdad estoy tan enjaulada?─ Cuestionó.
─En realidad no puedo decir que lo estés. Es que... vagas mucho, casi siempre atrayendo el peligro, puedes aprovechar esta oportunidad─
─Ahhh─ ella pronunció con asombro. ─Ya veo lo que quieres decir─
─Ajá, ahora al menos, estarás bajo la supervisión de Jiraiya-sama; puedes vagar todo lo que quieras sin que la gente se preocupe por ti─
Era el punto más justo. Y ya que se había decidido, aunque fue Itachi quien la animó, no podía dar marcha atrás en el último momento.
Y así, habían llegado nuevamente al punto en que los dos guardan silencio.
El patio ajardinado de su apartamento era pequeño, muy compacto, pero con un gran equilibrio y estabilidad en el diseño: en el centro había una pila de hormigón en forma de dodecágono, en el lado izquierdo, un alto farol de hormigón en forma de pagoda, y un arce de jardín, este árbol era bastante tranquilizador, además, tachonaba el jardín con un denso follaje rojo.
Los amaneceres siempre eran más fríos, ya que el sol estaba más lejos de lo habitual.
Con unos cuantos recortes más, por fin Kakashi había terminado de arreglarle el pelo.
─Muy bien, quedó genial─ Luego le quitó la bata de peluquería.
Saory se sintió extrañamente extasiada por su nuevo aspecto, por lo que dio varias vueltas en el lugar mientras despeinaba la corta longitud de su nuevo corte de pelo.
─Siento la cabeza mucho más ligera─ Comentó, y luego miró a su amigo. ─¿Qué te parece, Kakashi? ¿Ahora parezco un chico?─
Él inclinó ligeramente la cabeza hacia la derecha mientras estudiaba su aspecto actual. Una expresión de 'meh' fue visible a través de sus ojos. Y aunque ella llevaba ropa de chico, él le dijo: ─Eres demasiado guapa para ser un chico─
─Oh─ Ella se sorprendió. ─¿Crees que soy guapa?─
Kakashi también se sorprendió. Si no fuera por su máscara, ella vería cómo se le subía la sangre a las mejillas. ─¿Nadie te dice que lo seas?─ Replicó.
─Bueno, suena inesperado viniendo de ti─
Se encogió de hombros con frialdad. ─Sería más sorprendente si alguien te dijera que eres fea─
─Supongo─ Saory rió entre dientes. ─Entonces, ¿mi disfraz no funcionará?─
─Funcionará si llevas un sombrero o algo así─
─Vale, vale. Quizá también debería practicar cómo tener voz de chico─
─Creo que tu voz ya está bien─ Respondió Kakashi. ─los chicos tienen la voz poco desarrollada a esta edad─
─Ohhh, ya veo─
Kakashi sólo podía expresar su emoción a través de sus ojos, pues sonrió tan sutilmente que Saory no fue capaz de detectarla. El muchacho estaba contento de tener esta oportunidad de hablar con ella antes de que se valla.
─¿Ya te vas?─ Preguntó al verla con intenciones de irse.
Saory negó con la cabeza. ─Todavía no; aún queda una persona a la que tengo que ver antes de irme─
─¿A quién?─
Aunque esas palabras le amargaran la boca aún así logró pronunciarlas. ─ᵐⁱ ʰᵉʳᵐᵃⁿⁱᵗᵒ─ Saory quiso arrancarse la lengua una vez dicho aquello, mientras Kakashi se quedaba boquiabierto.
La pequeña ya lo había profesado, lo único que podía hacer ahora era sacudirse toda escalofriada. ─Entonces... trataré de encontrar a ese enano─ Luego se apresuró a salir, dejando a su amigo mayor en el patio. ─Por favor, cierra la puerta después de salir~─ Dijo antes de salir de la escena.
─Si, lo haré─ Dijo con cara relajada, se sentía curativo saber que esas nubes de melancolía que la enjaularon durante años se habían despejado parcialmente; no del todo, pero lo estaba consiguiendo. No pudo evitar mirar al cielo. ─Sensei─ Le habló a su mentor en el más allá. ─Tranquilo; verás que todo le va a salir bien─
La chica de espíritu libre se echó a correr hacia el mercado. Recordando lo alborotador y bromista que era ese mocoso, le sería pan comido encontrarlo.
Saory lloró un poco antes... No podía creer que se separaría de Itachi. Era una fase de emociones multitudinarias que la atormentaban esos abrumadores grados de separación a los que no estaba acostumbrada...
Bueno, en realidad no, se encogió de hombros al darse cuenta, hacía al menos tres años que no se comunicaban, aunque podía verle de vez en cuando.
Pero esta vez, sería diferente. Ella no tenía idea de cuánto tiempo podría durar este viaje, a dónde irían, y, cuándo regresarían.
Por encima de todo, los dos tomaron la decisión unánime de seguir adelante. Estaba triste, pero no sentía ninguna punzada de arrepentimiento; a la larga, donde sea que estén, siempre estarían conectados.
Saory se enfrentó a la ajetreada multitud con decisión mientras se acercaba a cierto punto del mercado que estaba lleno de clamor y alboroto.
Se preguntó por qué.
─¿Es ese chico Naruto otra vez?─
─¿Es que ese huérfano no se cansa?─
─Nos está causando muchos problemas─
─Las autoridades deberían ponerlo bajo su custodia─
─Los alborotadores como él tan jóvenes serán una carga en el futuro de la sociedad─
Saory clavó sus miradas en la mujer que dijo la última frase. Sintió odio hacia ellas. No era un sentimiento de fraternidad, pero ella odiaba cómo la gente podía prejuzgar tan fácilmente. ¿Cómo podían predecir el futuro del niño? ¿quiénes se creen que son? ¿dioses? ¿videntes? ¿seres sobrenaturales?
Deberían contarle la lengua a la gente que hablaba con juicios preconcebidos.
La joven suspiró y decidió ver las cosas con más claridad.
Captando a las unidades comerciales alineadas cubiertas con diferentes colores de pintura. También habían dibujos por el lugar que Saory no podía descifrar.
Los comerciantes habían acorralado al chico, ordenándole que limpiara la pintura sin dejar una sola mancha.
─¡Será mejor que hagas bien tu trabajo!─ Dijo el hombre amenazadoramente. ─¡Si no, haré que te corten el meñique como pago!─
─¡Usese!─ Replicó el chaval, lanzando al hombre el trapo que utilizaba para limpiar.
─¡Desvergüenzado!─ A modo de reprimenda, el hombre gritó furioso mientras golpeaba al chico.
Los ojos de Saory se quedaron momentáneamente en shock. Viendo como Naruto caía de espaldas, mostrando lo fuerte que le había pegado el hombre.
─¡Se lo merece!─
─¡Ese chico necesita que le enseñen buenos modales!─
─¡Debería avergonzarse de sí mismo por causarle tantos problemas a todo el mundo!─
─¡Sí! Sólo somos ciudadanos normales que quieren ganarse la vida, ¡y esto no acabará con este chico merodeando por aquí!─
─No debería dejar que mi hijo se relacione con ese huérfano─ Susurró otra transeúnte de forma insultante.
Saory sintió repulsión por su hipocresía y su falta de objetividad. Estaba molesta, muy molesta.
Naruto, por otro lado, también compartió el mismo estupor que ella. Cuando él se levantó de entre la multitud, contraatacó más rápido que la joven. ─¡CÁLLATE!─ Dejó salir toda su frustración volteando una mesa llena de mercancía. ─¡Chismes y rumores! ¡¿Creéis que me vais a asustar con sus palabras 'ttebayo?! ¡Actuando así de arrogantes no van a detenerme!─
El dueño de la tienda parecía saber algo de artes marciales por lo que fue capaz de esquivar los ataques poco pulidos del chico y se preparó para darle un golpe.
Esta vez, fue Saory quien fue lo suficientemente rápida como para evitar el acto violento.
Mientras ella bloqueaba el puño del hombre con el antebrazo lo miró con mucha, mucha intensidad. ─Cállate ya─ Dijo fríamente. ─escoria─
─¡Tú-!─ Al dueño de la tienda casi se le salen los ojos. Quedándose estupefacto, tan estupefacto que no pudo decir otra palabra.
─¡Nee-san!─ La voz del chico fue esperanzadora al ver a la muchacha que le protegía.
─¿Oh?─ Frunció los labios. ─¿Aún me reconoces?─
─Ese mocoso-─ Le interrumpió refiriéndose a Naruto. ─¿es tu hermano?─
Su ceño se arqueó. ─No importa si lo es o no. La gente como tú me da asco─
─¡¿Qué dices?!─ El hombre flipó, su cara enrojeció de tanto enfado. ─¡No seas engreída, niña!─ Acto seguido le dio un manotazo en el brazo, dando un paso al frente y queriendo golpearla.
─Adelante─ Replicó ella con calma. ─Hazme daño─ Su mirada fue lo suficientemente venenosa como para hacer que el hombre se parara en seco. ─Si eso satisface tu absurdo derecho y tu sed indiscriminada de violencia infantil─
Con esa acusación, el hombre se quedó completamente atónito y estupefacto.
─De verdad, los niños de esta generación...─
─Antes, los niños no podían replicar a los mayores; si lo hacían, eran castigados severamente─
─Si los niños de hoy en día valoraran la importancia de los buenos modales, nuestra comunidad sería un lugar mejor─
─¿No os da vergüenza decir tal cosa como si fuerais mejores personas?─ Saory sintió repulsión.
Todo quedó en silencio.
Ella se quedó allí, rodeada de transeúntes ofendidos. Su actitud autoritaria atraía inmediatamente las miradas de la gente. Era sólo una niña, pero nadie podía negar la madurez intelectual que poseía.
─Tú... Tú...─ Cada fibra de su ser temblaba de rabia... ─¡Tú, todos vosotros! Sois unos malditos sinvergüenzas. ¿Respetar a los adultos como vosotros? ¡Ni de broma! Este hombre no solo ha herido a un niño, incluso lo amenazó, ¡eso es violencia infantil! Y en lugar de reprenderlo, lo que hacen es glorificar sus actos ilegales... Su hipocresía apesta...─ Dijo llena de rencor, y ninguno de ellos se atrevió a replicar.
Este lugar tenía una jerarquía social muy estricta, y era muy frustrante porque se veían obligados a respetarla. Una de las razones por las que Konaha tenía problemas sociales era que la mayoría no quería cambiar el modo convencional en el que habían crecido.
─¡Hmph!─ Resopló en voz alta y puso los ojos en blanco. Luego miró a Naruto, tomándolo de la mano. ─Vamos─ Dijo mientras lo sacaba de entre la multitud.
─¿No me vas a regañar a mí también, nee-san?─ Preguntó el chico mientras era arrastrado por ella fuera de aquel lugar.
─¿Hmm?─ Tarareó interrogante y un poco sarcástica. ─¿Por qué iba a hacerlo? No es mi responsabilidad regañarte─
El chico rubio rió tímidamente. ─Tú eres diferente, nee-san─
─¿Es la razón por la que me reconoces aunque me haya cortado el pelo de esta forma y lleve ropa de chico?─
─¡Mmhn!─ Respondió él alegremente. ─¡Tienes una energía diferente a la de los demás!─
─¿Cómo es eso?─
─Es como...─ Naruto comenzó a procesar sus pensamientos con profundo respeto y admiración hacia ella. ─¡Eres mucho más genial e inteligente que ellos!─
─¿Eh?─ Ella se encogió ligeramente después de escucharlo, pero ─¿Estás diciendo que todos aquí son idiotas?─ Cuestionó un poco divertida.
─¡Sí!─ Respondió el chico sin vacilar.
─Puede que tengas razón en ese punto─ Reconoció ella. ─son idiotas. Y no unos idiotas cualquiera, son un nivel superior de idiotas como para poder infligir su propia idiotez a otras personas─
─¡Jajaja! Sí nee-san─ Se sintió extasiado al saber que había alguien que podía simpatizar con él. Definitivamente había algo mal en el funcionamiento de este pueblo. No podía señalarlo ni profesarlo con palabras, pero sabía que había un problema real.
Era como si los dos pensaran lo mismo. Estas personas eran el problema.
─Y si me permites añadir-─ Enunció Saory con una leve voz de complicidad. ─-deberías enfurecerlos continuamente. Darles un dolor de cabeza duradero, especialmente a ese vejestorio de Sandaime. Armar jaleo todos los días como nunca nadie lo a hecho─
─¿Si hago eso todos los días, entonces me regañarán todos los días?─
─Sí, pero recuérdales que ser niño no es pecado. Defiéndete cuando intenten hacerte daño─
─¡Sí! ¡Entendido!─ Si Naruto pudiera hacer ademanes, los haría, pero prefirió que esta misteriosa nee-san le tomara la mano.
Curioso; era ese el tipo de consejo que una hermana podría darle a su hermano pequeño, pero ella quería impartirle uno testarudo.
─Es moralmente incorrecto que te opriman sólo porque eres huérfano─ Le recordó, porque ella sabía muy bien lo que se sentía ser huérfano de pequeño. Los dioses sólo sabían cuánto luchó ella sólo para mezclarse en esta sociedad. ─Bueno, se define necesariamente como una tragedia, pero no es un pecado─ Extrañamente, había una aversión de animosidad ensombreciendo su ser.
─Nee-san, la gente... ¿los odias?─
─¿Y qué si lo hago?─ Ella pudo confirmar el odio plantado dentro de ella. ─Son una carga. Dependen de que alguien les salve, sólo esperan que les llegue la salvación y no hacen nada que sirva─ Y son la razón por la que ambos nos quedamos huérfanos.
No pudo pronunciar la última frase. Él también merecía saberlo, pero se metería en varios problemas si lo dice.
Diablos, no llevaría ese estúpido disfraz si el vástago del Cuarto Hokage estuviera vivo.
─Y... lo más importante─ Añadió mientras Naruto miraba hacia arriba, pues la chica era más alta, y ella lo miraba directamente a los ojos. Como el cielo le daba de lleno en la cara, resaltaba mucho más los orbes azules del muchacho. Se sentía melancólica, sus ojos solían tener el mismo color que los de él. ─Deberían estarte agradecidos─
El Nueve Colas lo tenía claro. Esos ingratos no estarían vivos hasta el día de hoy si no fuera por él y sus padres.
Era como si signos de interrogación flotaran animadamente sobre la cabeza del chico. ─¿Agradecido? ¿A mí? ¿Por qué?─
─Nandemonai─ Saory sólo le dio una palmadita en la cabeza.
Luego suspiró, pivotando para mirar en dirección contraria. En su punto de vista actual, estaban los rostros de los hokages.
Los odio.
Aunque también era un poco injusto para los dos primeros hokages ser odiados así. Todo lo contrario con el estúpido hokage que selló la encarnación de una terrible calamidad a un niño recién nacido, eso era imperdonable. Naruto, siendo huérfano ya era perseguido, ¿cuánto más lo harían si sabían que el Kyūbi estaba sellado en él?
─¿Nee-san?─
Dicho llamado la sacó de sus pensamientos. ─¿Eh?─
─Te quedaste callada de repente ¿Estás bien?─
─Sí, estoy bien─ Respondió con calma, encogiéndose de hombros. ─Se me acaba de ocurrir la mejor idea sobre qué podemos hacer hoy─
─¿Será divertido?─
─No diré que será divertido─ Musitó ella, ─más bien será algo que dará que hablar. ¿Serás mi cómplice?─
─¡Sí!─ Vitoreó él, saltando de alegría. Por alguna razón desconocida le encantaba interactuar con ella. Si alguna vez Saory le pidiera que robara un edificio, lo haría, aunque eso significara echar por la borda sus códigos morales.
─¿Qué tal si compramos unas pinturas?─
─¿Vamos a destrozar el mercado otra vez?─ Era una idea un poco aburrida, pero si estaría con ella, estaba de acuerdo.
─No, vamos a apuntar a lo más grande─ Saory se encaró entonces con las estatuas del hokage mostrando una sonrisa socarrona. ─¿Vamos?─
El chico no entendía a qué se refería, pero estaba dispuesto a seguirla. Naruto, era como si, ansiara la presencia de ese alguien a quien apenas conocía. Hasta ahora, él todavía no sabía cuál era su nombre. Sin embargo, era feliz simplemente caminando junto a ella en silencioso acatamiento. Al rato consiguieron pinturas, pinceles y gruesas cuerdas. Todo cobró sentido cuando ambos llegaron a la Roca del Hokage.
─Yosh, Naruto─ Dijo Saory.─todo lo que tus ojos puedan alcanzar, será tu lienzo─
─¿Eh? ¿Pero qué voy a pintar?─
─Cualquier cosa─ Alntó ella riendo entre dientes. ─Sólo dibuja, no te limites─
Justo en ese momento, se enjaezaron usando la cuerda, mientras, se ataban los cubos de pintura a sus caderas. Descendiendo lentamente a un cierto nivel de su agrado, hicieron lo que se suponía que hiban hacer.
Por parte de una hermana mayor, eso no era realmente motivador, era a más bien una mala influencia. Aunque no le importaba ni un comino, de cualquier manera; eran niños -huérfanos- ningún castigo se les otorgará, pues la ley fue creada a su favor.
Garabatear y dibujar cosas era el trabajo de Naruto.
En cuanto a Saory, ella estaba haciendo algo parecido a una caligrafía, sonrió con satisfacción mientras formaba el texto.
Fue sólo cuestión de segundos para que las patrullas vislumbraran sus actos rebeldes.
─¡HA HA HA!─ En el lado derecho de las rocas, Naruto reía triunfante mientras dibujaba su cara en la superficie. ─¡Este lugar está destinado para mi rostro cuando sea Hokage!─
─¿Hokage?─ Comentó ella al oírle. ─Aburrido─
─¿Eh?─ El chico frunció el ceño. ─¿Cómo puedes decirlo, nee-san? Ser Hokage es lo más cool del mundo─
─El título -para ser justos- es cool, sí-─ Se encogió de hombros sin dejar de escribir. ─pero el trabajo en general apesta. Es básicamente ofrecer tu vida, no tendrás tiempo para tu familia, y lo más terrible es que tienes que morir por estos humanos desagradecidos y egoístas. Yo diría que te busques un trabajo mejor cuando crezcas; ser hokage es una maldición─
─¡Lo que tú digas, nee-san!─ Él extrañamente sonaba malhumorado. ─¡Voy a ser hokage, y será mejor que veas cómo lo hago, ¿copish?!─
Estaba lleno de energía, y sus declaraciones estaban cansando un poco a Saory.
─Si, si, está bien mocoso─ Soltó un suspiro, con los hombros caídos. ─Eso sí, luego no me digas que no te lo advertí─
En ese momento recordó que su única meta era proteger a Itachi, para nunca más en su vida verlo sufriendo. Y no había nada más importante para ella.
Y entonces, volvieron a sus asuntos. No pasó mucho tiempo cuando los ninjas de la aldea los divisaron.
─¡¡¡OIIIIII!!!─ Dicho grito resonó, alarmando a los hermanos.
─¡¿QUÉ ESTÁN HACIENDO?!─
─¡¿CÓMO PUDIERON FALTARLE EL RESPETO A NUESTROS HOKAGES?!─
Desde la perspectiva de Saory, esos bramidos frustrados eran como música en sus oídos. De esta pequeña manera, ella podría obtener un poco de venganza.
─¡Aguantaos, perdedores!─ Exclamó, riendo. ─Vayan a llorarle al Sandaime─
─¡Bebés!─ Del otro lado, Naruto apoyó los insultos de la chica.
─Muy bien, será mejor que nos vayamos─ Saory no podía llegar tarde; todo lo contrario a su sensei que siempre lo hacía.
El chico rubio obedeció, ascendiendo a la superficie superior. Saory lo siguió, pero las patrullas ninja fueron lo suficientemente rápidas como para alcanzarlos.
─¡Alto ahí!─ La orden era un poco aterradora.
─¡Mierda!─ Saory se mostró bastante imperturbable.
─¡Nee-san!─ Por el contrario, Naruto estaba entrando en pánico. ─¡Vamos!─ Entonces la agarró de la mano y la jaló, comenzando a correr. Eso era un intento de recompensarla por haberlo sacado de aquel alboroto cuando estaba en apuros.
Huyeron rápido. El chico Naruto tenía muchísima resistencia a pesar de ser tan joven.
Respecto a Saory, ella ya debía irse, no quería perder ni un minuto más.
─Oye, Naruto─ Llamó ella.
─¿Eh?─ Respondió mientras jadeaba.
─Me tengo que ir─
─¿Haaaaah?─ La confusión se apoderó de su tono de voz. ─¿Nos vamos?─
No lo entiende, ¿verdad?
En ese momento, ella lo detuvo de repente para captar su atención. ─Escucha─ Su voz era tranquila, su expresión serena y seria. ─Aquí es donde nos separamos─
Algo tiró de su corazón, una punzada que no podía explicar. Naruto no tenía ni idea de por qué sentía esa desesperación por no separarse de ella.
─Pero, pero, pero...─ Quiso protestar, pero ¿para qué? No eran parientes. Sólo estuvieron juntos unos fugaces instantes, y eso no basta para definir que ya son amigos. Su frase era clara como el agua: no volverían a verse. Y lo único que pudo hacer fue sentir como si el mundo se partiera por la mitad.
Saory observó la añoranza en sus ojos, y no pudo evitar sonreír de lado. ─Lo siento─ Le revolvió el pelo.
Y con un sello de su Hiraishin, se marchó.
─¡Sandaime! ¡Sandaime! ¡Emergencia!─
Hiruzen estaba en la comodidad de su esterilla, mientras hacía sus papeleos, cuando un genin adulto irrumpió en su despacho.
─Más vale que sea una emergencia digna para que estés gritando así─ Dijo rotundamente mientras aspiraba el humo de su pipa.
─¡Es Naruto otra vez! ¡Y esta vez tenía un cómplice. Pero no sabemos quién era!─
El Sandaime soltó el humo como un suspiro. ─¿Has venido hasta aquí sólo para denunciar sus travesuras infantiles?─
─¡Pero Sandaime-sama, deberías echar un vistazo!─
Con eso, el Tercer Hokage se vio obligado a mirar lo que habían hecho.
Y una vez que lo hizo, toda su sangre subió a su cabeza con total furia.
No eran los tontos garabatos lo que le ponían así, sino la dura declaración vandalizada bajo la Roca del Hokage.
─¡E-Esa chica...!─ Hiruzen se agarró la cabeza, porque presentía que en cualquier momento le daría un aneurisma cerebral.
Eso no era obra de Naruto, pues no era tan inteligente como para hacer afirmaciones tan atrevidas.
Kakashi estaba mirando también. El texto estaba pintado de rojo, y la forma en que estaba escrito daba la impresión de que era sangre chorreando.
Sólo le hacía gracia.
Seguramente, al leerlo sin contexto, desencadenaría una revolución, algo que daría poder a un grupo de personas para derrocar al gobierno.
Pero no podía impedir su preocupación por ella. Su audacia y ferocidad sin límites definitivamente le costarían algo.
Decidió encogerse de hombros. Aquella trifulca infantil no significaría nada para los adultos.
Kakashi levantó la vista hacia la caligrafía la leyó una vez más.
─AQUÍ YACEN LOS ROSTROS DE LOS HIPÓCRITAS QUE SIN AYUDA DE NADIE ARRUINARON LA VIDA DE VARIAS PERSONAS, QUE AFIRMARON HABER SALVADO A LA HUMANIDAD SÓLO PARA GRATIFICAR SU PROPIO NARCISISMO ALTRUISTA─
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