𝐱𝐯𝐢𝐢. 𝚍𝚒𝚟𝚎𝚛𝚐𝚎𝚗𝚌𝚒𝚊

La pequeña florecilla se ha fortalecido.


。゚゚・。・゚゚。
゚。17 。゚ Saory siempre había sido
゚・。・゚ susceptible de perderse.

Konoha tenía un lugar que era desconocido para la mayoría de la gente, pero aun así, tenía un nombre: el Abismo de Araya. No se había construido ningún puente sobre él, la única solución que tenía era lanzar su kunai marcado al otro lado. La precipitada división de este abismo era aterradoramente grande. Era como si también separara Konoha en norte y sur. Nadie o casi nadie lo visita debido a las amenazantes descripciones del lugar. Este lugar es como un diamante en bruto, una joya sin pulir. Había muchísimas plantas medicinales y animales raros. Si alguno de los líderes de la Hoja lo considerara, este lugar sería como una ruta estratégica para el comercio o la defensa. Esos peligrosos acantilados serían un recurso secreto del país. Una fortaleza inexpugnable y trascendente.

Sin embargo, Saory no quería que la gente llegara a ese lugar, no quería que eso ocurriera nunca. No hacía falta decirlo: la naturaleza de la humanidad era traer caos y destrucción.

Estaba entrenando desde temprano en la mañana, y ya estaba a punto de culminar la tarde, ya no sabía que más entrenar: nadie estaba allí para hacer sparring con ella o enseñarle más jutsus. Los libros sobre su clan -Namikaze- la ayudarían, pero esos libros estaban guardados en su anterior casa, que tampoco visitaba desde hacía años. Saory sólo pudo encogerse de hombros.

Lo único que podía hacer ahora era mejorar las técnicas de Rainton que le habían enseñado a su padre: Flecha láser y Gran Fénix. Ella sabía que había más en este poder que poseía... Pero no sabía por dónde empezar para poder dominar nuevas técnicas. Saory suspiró, observando ahora las grandes nubes que se amontonaban en alineaciones aleatorias en el azul cielo, navegando con tranquilidad en los mares celestiales. Algunas de las nubes filtraban la luz del sol, esos suaves rayos llenan el momento de calma.

La joven cerró los ojos y las yemas de sus dedos palparon el suelo de hierba sobre el que estaba tumbada. Como si intetara absorber la energía de la naturaleza, analizando cómo estaba hecho este mundo. Pensamientos como ese le fascinaban.

Para su limitada comprensión y personalidad filosófica, todo era increíble, desde las colosales galaxias hasta las pequeñas rocas a su alcance. Siempre todo estaba cambiando constantemente, cosas nuevas aparecían y luego ya no estaban, un ser nacía y otro moriría... Y lo más triste es que siempre a sido así. Una cosa está aquí y mañana sólo Dios sabe donde.

Nuevas estrellas y planetas nacían, mientras que galaxias enteras explotaban, dispersándose en formas incalculables.

Una y otra vez. Repitiendo lo mismo incesantemente.

Era un ciclo... Una espiral... como un uzu.

Las espirales aparecían en todas partes. Ya sea en galaxias, huracanes, torbellinos, e incluso en las biomoléculas. La espiral era el patrón innato de la vida.

Espera-

¿He dicho torbellinos?

El patrón de estos es una espiral.

Ahora sus pensamientos se cortaron.

En los eventos anteriores que experimentó, el elemento Tormenta de Saory le permitía crear nubes con sentellantes truenos, usados para atacar y defenderse. El único inconveniente que tenía era que su chakra se drenaba fácilmente después de usar esa técnica, aunque fuera inconscientemente.

Hmmm...

Emitió un largo zumbido, pensando.

Así que... lo que necesito es encontrar formas de controlar mis reservas de chakra... O al menos encontrar fuentes para obtener más.

Saory no tardó ni un minuto en formar una conclusión: tomar prestado el chakra de la naturaleza, y luego devolverlo, como algo mutuo.

Parecía fácil, pero no lo es.

Saory se sentó bruscamente, cruzando las piernas, mientras hacía la seña de mano más fundamental de todas.

Debe intentarlo, no perdía nada con hacerlo.

Para que se forme una tormenta, el aire caliente de la capa más baja de la atmósfera se elevaba. Una corriente de aire ascendente hacía que el agua de la superficie de la tierra se evaporara y llevara la humedad hacia arriba para formar nubes.

La joven Namikaze resopló con orgullo, dándole satisfacción el hecho de tener chakra de viento y agua, tener esta naturaleza le daba mucha ventaja en la elaboración de sus proezas.

Siguió concentrada, meditando. El chakra azulado fluía sin parar de su cuerpo mientras las nubes empezaban a crecer. Se volvían más oscuras a medida que pasaba el tiempo; era una buena señal, ya que las nubes se estaban llenando de agua. Saory empezó a oír los silbidos del viento circulando por el lugar, y se sintió mucho más segura de poder completar su teoría.

A continuación, el aire frío y seco de las capas superiores de la atmósfera arrastró la humedad hacia abajo, haciendo que esta cayera en forma de lluvia. Demostrando el éxito de Saory en su primera prueba. Sin dejarse llevar por las emociones, podía crear lluvias y tormentas eléctricas. E inclusive si ella lo desea podría crear un huracán infernal. Sonrió mentalmente.

La lluvia caía suavemente sobre su cuerpo y sus alrededores.

Ahora... ¿Qué tal si lanza rayos y truenos?

Hmm... Volvió a pensar sin perder la concentración.

Para producir relámpagos, las partículas de la parte superior de las nubes deberían cargarse positivamente, mientras que las partículas de la parte inferior se cargarían negativamente. Y cuando las cargas positivas y negativas crecieran lo suficiente, debería liberarse un rayo.

Saory intentaba dividir su chakra en dos. Una parte era de partículas cargadas con energía positiva, mientras que la otra estaba cargada con energía negativa.

Y así sucedió, en el horizonte, se escuchó un bajo estruendo. Las nubes se desplazaban insistentemente, oscureciendo aún más los cielos.

Ya debería estar satisfecha, porque sabía que era capaz de hacer más... Pero no, no hasta que hubiera un enorme relámpago, que produciera un rugido que vibraba por toda la amplia zona.

Sin embargo, en lugar de eso...

─Saory~─

La voz interrumpió cada hebra de su concentración. En el primer momento, la irritación corrió por su venas ya que la tormenta eléctrica que intentaba hacer se estaba dispersando, pero una vez reconocida la voz en una fracción de segundo, una llamarada de alegría se dibujó en su rostro al ver a Shisui.

Saory se dio la vuelta, se levantó de un salto y, sin disimular su felicidad, corrió hacia él sin darse cuenta de que estaba empapada de lluvia.

─¡Shisui-san!─ No se explicaba el por qué de ser increíblemente cariñosa con uno de los miembros más talentosos de el afamado Clan Uchiha. Resistiendo el impulso de darle un abrazo de bienvenida, Saory se limitó a agarrarle las manos mientras saltaba pequeña y repetidamente. ─¡Shisui-san, Shisui-san! ¿por qué estás aquí?─

Shisui llegó a preocuparse mucho por la chica; era como un hermano mayor para ella.

─Bueno, no eres tan difícil de encontrar─ Se rió.

Saory ya lo había pillado. Hasta ahora, de entre toda la población de la Hoja, sólo ella podía hacer la técnica que hace unos segundos practicaba.

─¿Haz venido de muy muy lejos?─ Preguntó.

─Tengo tiempo libre, así que...─ Le acarició el pelo con una suave sonrisa en el rostro.

─Vale─ Musitó ella y luego se dirigió a la tienda de campaña que había montado cerca.

Saory planeaba acampar aquí durante uno o dos días; no quería sentirse estancada y no hacer nada mientras esperaba que Itachi y Shisui regresaran de sus misiones. Además, lo hacía en gran parte porque se enamoró del lugar desde la primera vez sus pies lo pisaron.

La joven se dirigió a su tienda mientras cogía su toalla, limpiándose la cara y el pelo, y luego envolviendo la tela alrededor de sus hombros. En ese momento, también sintió un gruñido bajo, proveniente de su estómago. Se había olvidado hasta de comer y ya casi era de noche. Sin embargo, no se preocupó; en el lugar abundaban las frutas, las verduras y el agua potable.

─¡Shisui-san!─ Llamó alegremente mientras hacía un giro mientras sostenía la comida que había reunido. "¿Quieres comer- ᵃˡᵍᵒ?

Su voz bajó de tono cuando el muchacho Uchiha desapareció de repente. Había una débil presencia, tan débil que Saory dudaba si en verdad había visto a Shisui hace un rato o sólo era una ilusión.

─Shisui...san?─ Murmuró mientras ladeaba la cabeza totalmente confundida.

En medio de la confusión, un mal presentimiento surgió, algo más allá de lo que su mente podía procesar.

No se dio cuenta de lo que la rodeaba. No veía nada ni nadie, pero, la preocupación ardía en cada centímetro de su piel.

En ese momento, una intención insidiosa y asesina se deslizó desde las plantas de sus pies hasta las mismas puntas de sus cabellos.

Una presencia surgió detrás de ella...

Y una exhalación suya se hizo pesada.

En cuestión de segundos, Saory supo... supo que estaba atrapada.

Ella no quería mirar hacia atrás, porque era consciente de que...

Va a ser asesinada.

Entonces alguien la miró desde el otro lado de un árbol. Shisui se movía sigilosamente detrás de ella -no se oían sus pasos, ni siquiera el sonido de su respiración- mientras la observaba con su Sharingan. Merodeaba entre los árboles sin que ella lo notara, era como un cazador buscando a su presa.

Silenciosa y rápidamente, empuñó su espada de tantō de un solo filo fuera de su correa, estaba todo preparado para liberar su asalto.

Mientras Saory se quedaba congelada en su sitio, las hojas de un determinado árbol se balancearon. Una sombra se movió sin demora mientras sus precisos movimientos -que parecían salidos directamente de una película de terror- hicieron que la chica diera un salto hacia atrás asustada.

Volvió a mirar hacia atrás con los ojos muy abiertos, pero no encontró nada.

Desde su perspectiva, -aunque no podía sentir a Shisui-, sus instintos le decían que una espada la estaba apuntando. Fue como si la sangre se le drenara de la cara. Se había puesto pálida, pero intentaba mantener la cordura, calculando y entrelazando todas las pequeñas pistas.

La punta de la espada de Shisui estaba a punto de alcanzar su cuello, enviando pequeñas corrientes de miedo a través de su torrente sanguíneo.

Debe ser un reflejo innato, pero antes de que Saory imaginara que su cabeza rodaba por el suelo, sacó un kunai para desviar el desconcertante ataque.

Dando un gran salto hacia atrás, adoptando una postura defensiva y manteniéndose alerta, se confundió al ver que, otra vez, no había nadie.

Su miedo se intensificó.

Debía ser la infame Técnica del Cuerpo Parpadeante, desvaneciéndose de su vista, sin dejar rastro alguno de su presencia o indicación de su destino. Aunque tenía la sangre Uzumaki, sus sentidos -aunque aún no estaban refinados- no podían dejar de detectar su gran velocidad.

Y las posibilidades de quedar enjaulada en un genjutsu eran probablemente altas.

Las posibilidades de su muerte eran extremadamente altas.

Muerte...

Apretó los dientes con fuerza.

Sus rasgos exteriores eran fríos y rígidos, pero en el fondo, estaba conteniendo las lágrimas.

¿Por qué Shisui-san la atacaría así? ¿Era parte de su entrenamiento o algo así?

No... No puede ser.

Al iniciar un sparring, Shisui era estricto y podía ser implacable, pero definitivamente era un alma gentil. Y el Shisui de ahora no era como el de siempre.

Había, sin duda, una dudosa intención -una voluntad malévola- que pretendía causarle un gran daño equivalente a la muerte.

Saory no pudo evitar pensar en el lado optimista. Shisui nunca le haría daño. Nunca traicionaría su confianza. Nunca le fallaría.

Ella sabía que él nunca...


Él no... ¿No lo haría?. Dudó.

La inquietud se instaló en el fondo de su estómago mientras recorría todo el lugar con su mirada. La joven noche se preparaba para velar el cielo, y el brillo del crepúsculo resaltaba una figura que se posaba en cierta rama de un árbol. Shisui la miraba con un par de ojos fríos, la joven apenas lo reconoció. Saory tragó un grito ahogado; no creía que Shisui fuera capaz de producir tal expresión, y menos hacia ella.

Saory apenas tuvo tiempo de preguntarse qué estaba planeando Shisui, sólo para darse cuenta de que el renombrado shinobi Uchiha era perfectamente capaz de acabar con ella en poco tiempo.

Shisui lanzó un ataque, detrás de él habían múltiples imágenes tangibles que podían golpearla con fuerza real.

El genjutsu de Shisui y el de los otros shinobis eran diferentes. Todos sus clones eran capaces de hacer el mismo daño que su cuerpo original.

Con mucha irritación, Saory murmuró una orden, creando múltiples clones.

El reto era encontrar al Shisui principal entre sus copias.

Con ojos depredadores, Shisui lanzó su forma real hacia adelante.

Una patada diagonal de Shisui se abalanzó sobre Saory, ella la evadió doblando su cuerpo y dando un paso hacia atrás. El siguiente ataque fue más rápido lo logró esquivar por poco, y aprovechando el hueco entre los golpes, le dio un golpe con el brazo. Los mechones de su corto cabello negro danzaron en el aire de un lado a otro como hojas agitadas por un viento despiadado.

Los ojos de Saory se entrecerraron con bestial ferocidad, mientras que los ojos rojos como la sangre de Shisui se volvieron más fríos, algo que la joven no estaba acostumbrada a ver.

Sea como sea, Saory no debía tomarse esto a la ligera.

A continuación, utilizó una patada alta, demasiado rápida. Atrapada en una ligera distracción, Saory fue incapaz de esquivar el golpe, sólo pudo bloquearlo con la parte superior de su brazo derecho. El impacto fue demasiado fuerte, causando un roce en una parte de su mejilla. Unas gotas de sangre cayeron, salpicando las crujientes hojas otoñales.

─Shisui-─

A pesar de sus llamadas, lo único que Shisui hacía era atacar y atacar, una y otra vez. Lo único que le quedaba hacer era defenderse, intercambiando golpes para preservar su vida.

Shisui tenía el Jutsu del Cuerpo Parpadeante. Y Saory tenía el Hiraishin.

Por lo tanto, esta lucha va a demostrar quién de los dos es más rápido e inteligente.

Ella aún no podía comprender por qué Shisui estaba haciendo esto... ¿Era una mera actuación o era que le estaba dando la espalda?

Ahora que su vida estaba en juego, Saory no podía seguir siempre deferida a él.

Ella creía que había dominado un poco mejor su naturaleza de chakra. Necesitaba discernir sus ansios ataques por quitarle la vida.

Numerosas energías acechaban de nuevo en las sombras de los árboles.

En cualquier caso, tenía que concentrarse en percibir su chakra. Todo este tiempo, ella confiaba en lo que sólo sus ojos podían ver, por lo que a menudo era fácilmente engañada por un genjutsu. Pero a medida que seguía entrenando con los dos Uchiha, podía percibir más de lo que sus ojos podían ver.

Todo era muy difícil, pues, Shisui no le daba ninguna apertura para contraatacar.

Saory quiso escupir maldiciones cuando Shisui consiguió dar una patada directa a la mitad de su columna vertebral.

La rabia inundó sus venas, mirando fijamente al mayor en cuanto se tropezó con el suelo. Si no hubiera tenido su chakra activado para proteger su espalda, lo más probable es que se hubiera roto varios huesos.

Esta persona ya no era Shisui. Esas miradas tortuosas y diabólicas; y su fachada exterior, carecían de su personalidad y carácter distintivos.

A pesar del dolor que estaba experimentando, la joven dio un paso adelante para cerrar la brecha entre ellos, pero Shisui fue lo suficientemente hábil como para bloquear su ataque.

Se movía de un lado a otro, esquivando la mayoría de los golpes. Pero, algunos no.

En medio de los tozudos movimientos el shinobi Uchiha había conseguido agarrar su tobillo, tomándolo con firmeza, usó toda su fuerza para levantarla y lanzarla, aplastando su pequeño cuerpo contra la áspera madera de un árbol.

Su chakra era su escudo, pero la fuerza que usaba Shisui era demasiada.

Ella gimió, realmente adolorida, unos escupitajos de sangre escaparon de su boca.

Sin mostrar piedad, Shisui la lanzó hacia arriba.

Esto sorprendió a Saory.

─¡whoa..!─ soltó un chillido por lo aterrador que era, sabiendo que estaría indefensa a tal altura.

Estuvo elevándose en el aire durante un largo momento, pareciendo eterno, pero antes de que pudiera darse cuenta, Shisui y sus clones ya habían saltado simultáneamente a la misma altura, saludándola con su espada tantō.

Parecía que el tiempo se había detenido y el mundo iba a cámara lenta.

Con los ojos muy abiertos, observó a Shisui acercarse rápidamente a ella.

En verdad, ahora no podía reconocerlo; tenía en sus ojos una especie de monstruosidad que la paralizó aún más.

En el momento en que la joven se dio cuenta de lo que ocurría, era demasiado tarde. Las cuchillas que blandía junto con sus clones no dejaron de golpearla. Y ella no intentó esforzarse para cambiar de lado y evitarlas.

A pesar de sus reflejos casi sobrehumanos y su resistencia física, no pudo evitarlo debido a una repentina perturbación emocional.

Cuando la espada la apuñalaba sentía dolores inexplicables, por lo que instintivamente agarró una hoja con su mano en un intento de salvarse, pero Shisui encontró una ventaja en ello. Maniobrando en las alturas, la lanzó con un fuerte y rápido movimiento hacia abajo.

Sin embargo, ella era más resistente de lo que creía.

Lo siguiente que conoció fue el ruido de su cuerpo estrellándose contra el suelo, el olor acre de su sangre y un dolor insoportable del que no sabía si podría recuperarse. Su lamentable caída provocó una nube de polvo demostrando la fuerza del impacto.

Gimió de dolor y tosió a causa del polvo; su cuerpo se estremeció por el fuerte traumatismo que Shisui le causó.

Entre el humo polvoriento, una sombra cambiante se acercó a ella.

Con la cabeza mirando al suelo, se dio cuenta de que podría aprovechar el tiempo ganado gracias ese polvo asfixiante para formular un plan de escape.

Sin importarle el dolor, Saory disparó un par de kunais en todas las direcciones.

Shisui estaba luchando contra ella con intención de matarla. Él producía un claro sonido de respiración cuando atacaba. Eso se convirtió en la señal para distinguir al cuerpo original de entre los clones.

Había llegado el momento adecuado para poner en práctica todo lo que había entrenando.

Antes de que el polvo pudiera desaparecer, fue como si Saory le hubiera ordenado a los cielos realizar un fenómeno natural. Las nubes se acumularon y se oscurecieron, volviéndose sombrías. Entonces, electrificantes pilares de luz habían bajado para hacer contacto con la superficie cercana.

Las hojas verdes de esta estación se habían marchitado y secado, volviéndose lo suficientemente crujientes como para prenderse en fuego tras la caída del rayo que encendió resplandecientemente el cielo del anochecer.

Las hojas y las hierbas secas volaron por todos lados, las nubes de humo se arremolinaron hacia el cielo y una lluvia de truenos retumbaron y relámpagos sentellaron en el aire con una fuerza aterradora, lo que le hizo aún más difícil detectar a Shisui.

No había ningún pensamiento relevante dentro de su cabeza, podría decir que se movía basándose en sus instintos y concentración extrema.

El sonido de la respiración. Debo seguir el sonido de su respiración.

Con un rápido desplazamiento, Saory saltó hacia una dirección específica.

Sus instintos la habían llevado al lugar correcto. Ahora le tocó al joven Uchiha ser sorprendido con la guardia baja.

Ambos tenían sus armas empuñadas, pero Shisui llegó un segundo tarde, por lo que Saory acertó un golpe.

Y antes de que Shisui pudiera tomar distancia, Saory se apresuró a lanzar otra tanda de kunais a los alrededores. Ella zigzagueó de un lugar a otro, llenando un lugar tras otro de sus kunais marcados.

Con la capacidad actual de Saory, su velocidad al usar el Hiraishin no era tan rápida como ella quería. Shisui podría haber notado sus movimientos con su Sharingan fácilmente, pero ella estaba usando fuertes golpes de rayo como distracción. Parecían eficaces; un solo golpe de estos podía producir un gran daño.

Persiguió a Shisui, rastreando hasta el más leve hilo de su aliento. Tenía el plan de tocarlo. Un ligero toque sería suficiente, suficiente para que su jutsu shiki se activara.

Antes de que Shisui pudiera descubrir su plan, Saory había logrado rozar el dobladillo de su camisa.

En ese momento, Saory fue capaz de manipular el espacio-tiempo; trasladando al aturdido Shisui hacia el cielo, donde previamente impulsó un kunai en dicha dirección, Saory lo atrapó por el cuello y lo volvió a golpear contra el suelo.

Siguiendo sus instintos, el muchacho Uchiha se cubrió la cabeza. Entonces, gracias a la fuerza de gravedad, se estrelló contra la tierra firme, un fuerte ruido de choque resonó en toda la vasta zona.

Era tan sólo una niña, por lo que la fuerza que ejerció fue totalmente inesperada.

A continuación, los brillantes relámpagos estaban preparados para golpear al acorralado Shisui.

Si esto hubiera sido una lucha contra un verdadero enemigo, ella realmente ya habría lanzado las luces estruendosas contra él. Pero a mitad de camino, Saory dudó.

Y de repente, Shisui se estremeció.

─...¡Para, para!─ Gritó, con las manos levantadas en señal de rendición. ─¡Es sólo una actuación...! ¡Una broma! No hablaba en serio─

Presa del pánico al ver el fuego creciente, se levantó rápidamente mientras lo extinguía creando paredes de barro. Al hacerlo, ayudaría a reducir la propagación del fuego y a suprimir el flujo del viento que lo aviva.

Saory se quedó en silencio.

Incluso olvidó cómo respirar.

Shisui volvió, arrodillándose frente a ella, dispuesto a pedirle perdón. Ninguna de sus acciones y palabras tenían mucho sentido.

Silencio.

Silencio.

Y más silencio.

Antes de que lo notara, gruesas y rebeldes lágrimas caían por sus mejillas.

Parecía que todo hiba a cámara lenta; todas las luchas interiores reprimidas habían estallado.

Rompió a llorar.

Todo sucedió tan rápido.

Shisui miró a la chica. Entre sus gritos, salían palabras de sus labios, las cuales el Uchiha no podía comprender.

Entonces afirmó en voz baja. ─Caíste en mi trampa─ Habló, con la intención de no irritarla. ─Todavía te falta discernimiento, ¿verdad, Saory?─ Su tono y su mirada estaban llenos de consuelo.

No era el momento de darle un sermón, por lo que hizo que su molestia aumentara.

Mientras dejaba escapar un fuerte refunfuño, se sentó con la espalda recta mientras golpeaba a Shisui con su puño. ─¡Shisui estúpido! ¡Estúpido, estúpido, estúpido, estúpido!─

Lo único que pudo hacer fue gritar sus frustraciones. Mientras que Shisui dejaba que le pegara; de alguna manera aceptando que se lo merecía por hacer una broma de tal gravedad.

─Lo siento, ¿vale?─ Dijo Shisui, acercando una mano a su cabeza. ─Siento haberte asustado así...─

─¿Lo siento?─ Se burló ella llena de desprecio mientras le daba continuos puñetazos. ─¡Como si lo sintieras! ¡Hablabas en serio! ¿Intentabas matarme? ¿Te han ordenado que te deshagas de mí...?─

Tanto su padre como su madre fallecieron, y se quedó sola... Si no hubiera tenido a Itachi y a Shisui, probablemente hoy no estuviera aquí.

─Esa debe ser la razón, ¿no? Me estás dando la espalda...─ El brillo de sus ojos parecía desvanecerse. ─Conociéndote, Shisui-san, eres tan leal a tus deberes que...─

Se detuvo; no tuvo el valor de pronunciar las palabras en su mente.

Shisui sólo suspiró, sabiendo que nada podía engañar a la joven señorita.

El Uchiha acababa de llegar de una misión, y aunque la había cumplido, se había enterado de algo que podía suponer una amenaza para ella...

─Saory─ Llamó suavemente. ─No sé cómo se te ocurre tal cosa, aunque el mundo conspire contra ti, nunca te daré la espalda... Siempre estaré a tu lado─ Ahora, se estaba calmando -aunque seguía sollozando- sus mocos salían torpemente al tener la nariz congestionada.

─Bueno, verás─ Sonrió con pesar. ─El mundo de los shinobi será mucho más duro que eso, Saory... Conocerás a gente cruel, que será más fuerte que tú, así que de una forma u otra, quiero que lo sepas─

Creó una gran farsa sólo para demostrárselo de una manera penosa.

─¿Qué...?─ Resopló ella mientras su rostro se enrojecía. ─¿qué quieres decir con 'shinobi'? No voy a ser una shinobi, Shisui-san─

─¿Eh?─ Pronunció él incrédulo. ─¿No?─ Ella sólo negó con la cabeza. ─¿Por qué? Si no es tu objetivo ¿por qué sigues asistiendo a la Academia Ninja y sigues entrenando tan rigurosamente?─

─¡Sabes muy bien que no soporto la escuela! La única razón por la que entreno tanto es porque quiero volverme más fuerte para poder protegerte a ti y a Itachi. No quiero que ustedes dos vuelvan a sentir un tipo de dolor como ese─

─¿Hm? ¿Qué dolor?─ Preguntó con calidez.

Ella inclinó levemente la cabeza. ─Como cuando Itachi despertó su Sharingan... y sé que a ti te pasó lo mismo, Shisui-san preferiría infinitas veces que mi cuerpo se desgarrara y se desangrara, y que todos los huesos de mi cuerpo se quebraran, antes de que ustedes pasen por algo así de nuevo...─

Una sensación estaba floreciendo en lo más profundo de su alma. Al relacionarse continuamente con Saory llegaron a desarrollar una conexión especial, algo natural, como si fueran hermanos. Por eso es que la quiere y la cuida tanto.

─Saory─ Sonrió con mucho cariño. ─Gracias─ Entonces Shisui extendió los brazos y la acogió en un cordial abrazo. ─Tu afirmación me ha hecho muy feliz─

La joven se aferró a la persona que estaba frente a ella después de todos esos días de silencio y vagabundeo.

─Realmente te has hecho mucho más fuerte, Saory, pero aún te queda un largo camino por recorrer─ Profirió, sonriendo débilmente, y recordó la inminente amenaza que aún no podía revelarle. ─Sabiendo que eres capaz de derribarme, me tranquiliza saber que estarás bien─

Saory sólo exhaló un pequeño ruido apagado y confuso, todavía con un poco de hipo debido al llanto de hace unos minutos, no sabía cómo responder a eso. Lo miró fijamente con los ojos desorbitados y con la boca ligeramente abierta.

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