𝐯𝐢𝐢𝐢. 𝚕𝚞𝚖𝚒𝚗𝚘𝚜𝚒𝚝𝚢

Aquel bello carmesí ya no está.

。゚゚・。・゚゚。
゚。 8 。゚ Itachi aceptó todo sin
    ゚・。・゚ refunfuñar. Su amiga más preciada había muerto, pero su existencia aún permanecía en su mente.

Lo más probable es que Itachi pronto entre en la Academia Ninja. Y no deja de pensar si se encontrará con alguien como Saory en ese lugar.

Pero por supuesto, no habría ninguna. La probabilidad de encontrar a alguien como Saory es de 0%.

Suspiró.

Como si, anhelar su presencia la hiciera revivir.

Lo único que podía hacer era recordar y seguir avanzando.

Hace poco el clan fue reubicado en las afueras de la aldea, bastante alejado del centro del distrito comercial.

Itachi vio una oportunidad en ello. Una vez que se construyera el nuevo complejo para el clan, en lugar de estar dispersos por toda la aldea, los miembros del clan estarían todos juntos.

Había mucho verde a su alrededor. No le costaría encontrar un lugar para su entrenamiento. Justo al otro lado de la frontera de la aldea, más allá de las escarpadas colinas, se extendía el paisaje. Además era un lugar lindo y tranquilo para que su hermanito creciera.

Sin embargo, los adultos no pensaban así. Ninjas jóvenes y mayores acudían a la casa de su padre. Lo más probable es que se quejaran de la decisión de los superiores.

Discriminación.

Persecución.

Acusaciones falsas.

Itachi llegó a sentir que su clan era tratado como monstruos. Para Konoha la palabra Uchiha, significaba traidores. Cosa que se convirtió en algo normal, tristemente.

Esperaba poder encontrar a alguien que le ayudara a sentirse libre para caminar por las calles de su aldea sin ser reprendido.

Esperaba que todo volviera a estar bien.

[ᴛɪᴍᴇ sᴋɪᴘ]

























El joven Uchiha también era consciente del principal problema de su clan: los abusos de la aldea y el trato injusto de los funcionarios. En el temor y el odio hacia su clan de parte de aquellas gentes crecían un poco más cada día.

Tras el ataque del Zorro de Nueve Colas, la culpa recayó sobre su clan. A partir de ahí, Itachi nunca pudo comprender los pensamientos de los adultos, ni contuvo su desesperación ante su implacable descontento.

La mirada de su padre hacia él, había cambiado. Ahora era fría y oscura.

A la edad de seis años, comenzó a asistir a la Academia. Itachi conocía sus derechos y deberes, tanto como niño como miembro de los Uchiha.

Quería mostrar la importancia de la libertad a todos, así como los medios para conseguirla.

Itachi también sabía que era imposible alcanzar sus objetivos si no cumplía con sus deberes lo mejor posible. Y sus capacidades sólo podían desarrollarse mediante la educación.

No es que estuviera especialmente contento con la escuela en sí, sino que era una sensación concreta de logro. El logro de que se estaba acercando a su ansiada meta de ser un ninja.

La escuela sería completamente diferente a la forma en que había entrenado solo, o con Shisui, o con Saory.

Los días en la escuela eran solamente el camino hacia ser un ninja. Y eso le hacía indescriptiblemente feliz.

Todos sus nuevos compañeros estaban reunidos en su salón asignado. Al frente de este estaba un profesor, saludando amablemente a sus alumnos.

─Ahora, por favor, preséntense y cuenten su sueño para el futuro─ Dijo el profesor.

Mi sueño para el futuro.

Algunos alumnos se presentaron. Uno de ellos dijo que su sueño era ser un gran shinobi como su padre.

Entonces pensó en su padre. Fugaku era un gran shinobi, pero Itachi no se imaginaba siendo el jefe de la Policía Militar en el futuro. Eso no significaba que rechazara a su padre, de hecho, quería sobresalir al igual que él. Era sólo que Itachi tenía un plan más grande.

Pronto, habló una vez más, diciendo: ─Siguiente, Itachi Uchiha─

Su apellido captó todo el interés de los demás alumnos. Se puso un poco inquieto, sintiendo un leve picor en la frente.

Inhalando, levantó la barbilla, sacando ligeramente el pecho. ─Me llamo Itachi Uchiha y mi sueño es...─

No pudo continuar.

No era porque no tuviera un sueño, él ya tenía uno. Pero no podía mover su boca. No se sentía nervioso o algo así. El problema es que no estaba seguro de poder hablar de su sueño en este tipo de lugar.

Interiormente suspiró.

Su sueño era muy diferente al de los otros niños. La mayoría de sus sueños sólo se basaban en sus deseos egoístas. Nadie quería que esta tierra fuera mejor y que viviera en paz.

Entonces se dio cuenta de que no importaba lo que pensaran. Así que lo dijo: ─Mi sueño─ Declaró, ahora con confianza en su tono. ─Mi sueño es ser el mejor ninja de todos los tiempos, tan fuerte que pueda acabar con toda guerra que surja de ahora en adelante─

Toda la clase tuvo una reacción mixta. Itachi escuchó una risa burlona proveniente de algún rincón, y algunos estaban asombrados.

En breve, se produjo una armonía preestablecida de aplausos.

Después volvió a su asiento.

Al parecer, sus compañeros pensaron que su sueño era demasiado absurdo. Casi nadie le creyó. Pensaron que era un sueño imposible, que nunca podría hacerse realidad. Un sueño ilusorio, presuntuoso, proveniente de la ignorancia del mundo de un niño pequeño.

Pero...

Aunque no lo supieran...

Itachi hablaba en serio.

[ᴛɪᴍᴇ sᴋɪᴘ]
























Itachi aún albergaba sus recuerdos de ella. Aunque era muy doloroso recordarla, todavía los atesoraba.

Caminó por el cementerio con la cabeza baja, mirando cada lápida conmemorativa como si estuviera en un profundo recuerdo.

El cielo estaba sombrío y lúgubre, pero eso no le impedía visitar su tumba. Todos los días le ofrecía un lirio de araña rojo. Sin falta.

Extrañamente, sentía una emoción impulsiva hacia la flor. Envidiaba la forma en que sus suaves pétalos florecían bajo la suave luz del sol. Y le recordaba los cabellos escarlata de su amiga, Saory. 

Ella murió demasiado rápido.

El Uchiha se prometió a sí mismo que nunca la dejaría sola. Por eso la visitaba todos los días.

Sonrió para sí mismo, esperando que estos pequeños gestos la hicieran feliz en la otra vida.

Y aunque la tragedia lo abrazaba como las noches de invierno, cuando hacia esto las cosas no se sentían tan mal.

Entonces, algo se agitó detrás de él. Un suave crujido de la hierba. Miró hacia atrás. Y apareció un adolescente con el pelo corto y revuelto de color oscuro, ojos negros y una camisa de cuello alto.

─Shisui─ Saludó.

El mencionado se acercó hacia donde estaba sentado. ─Nunca te has perdido ni un día de visita, ¿verdad?─

Itachi sólo respondió tímidamente. ─Tienes razón─

Nunca lo hizo, durante todo un año consecutivo, nunca faltó.

Inesperadamente, Shisui tenía un día libre por primera vez en mucho tiempo. Normalmente, cuando eso pasaba entrenaban juntos.

─Yo también la echo de menos─ Shisui se rió, acomodándose al lado de Itachi; tenía las piernas cruzadas, los brazos inclinados hacia atrás y las manos apoyadas en el suelo alfombrado de hierba. ─No somos parientes de sangre, pero siento que he perdido a una hermana pequeña─

Itachi lo entendía demasiado bien. Saory siempre tuvo un lugar especial en su corazón.

Aunque ya había reconocido que todo el mundo muere algún día, no estaba preparado para el fallecimiento de su querida amiga.

─Por cierto, ¿cómo te va en la Academia?─ Preguntó Shisui.

Itachi sólo suspiró y musitó ─No es la gran cosa, para mí es mucho mejor entrenar contigo─

Habían pasado seis meses desde que empezó a estudiar. Y aquel lugar era demasiado pequeño comparado con su talento. El límite para las calificaciones era de cien; era imposible conseguir algo más que eso. Él sentía que era improductivo.

Itachi pensó que no aprendería realmente la verdadera naturaleza del ninja en un lugar como la Academia. Necesitaba un lugar donde pudiera mejorar y perfeccionar sus habilidades, pues las calificaciones de la escuela y las habilidades reales eran cosas diferentes.

─Así que deduzco que casi siempre estás solo─

Itachi asintió.

No iba a la escuela para hacer amigos, y estar solo no está nada mal.

─Je, no debe haber nadie en tu clase que pueda enfrentarse a ti─ Rió Shisui.

El Uchiha más joven guardó silencio.

Eso significaba que Shisui tenía razón.

─No sé qué tipo de calificaciones obtienen mis compañeros, y siempre que he observado su capacidad en una prueba real, nadie se considera digno─

Shisui sabía que él era bastante solitario. Tenía un talento tan grande que ningún chico normal podría igualar sus habilidades. También era consciente de cómo le afectó la muerte de Saory. Itachi se volvió brusco, y eso llevó a Shisui a la conclusión de que había desarrollado esa actitud en la escuela. La mayoría de la gente probablemente se desmoronaría en una conversación con Itachi, que nadie intentaría volver a pisar su espacio.

Para Itachi, la Academia no era el lugar para divertirse y hacer amigos, era el trampolín hacia su objetivo: convertirse en el mejor ninja.

Siempre se le pasaba por la cabeza que sería mejor que Saory siguiera viva. Ella era la única que creía que Itachi podía llegar a ser Hokage; pero no sólo eso, sino también el mejor ninja de toda la historia.

Sus compañeros de clase lo menospreciaban a él y a su sueño; ese fue el detonante para que no se relacionara con ellos.

Shisui sólo sonrió y se despeinó. ─No hay nadie más increíble que tú en esa escuela. Con eso, estoy seguro de decir que mientras te tengamos a ti, el futuro del Clan Uchiha estará asegurado─

─Por favor...─ Respondió Itachi con reserva.

─Pero sería mejor que tuvieras al menos un amigo─

El chico más joven levantó una ceja. ─Pero, tú eres mi amigo─

─Quiero decir, un amigo de tu edad─ Rió Shisui.

Shisui y su padre decían exactamente lo mismo. Fugaku vio cómo Itachi estaba apresurando las cosas para convertirse en ninja. Su padre le dijo que estaba bien tener un amigo mayor, pero tener amigos de su edad no le haría daño, y que debería aprender al menos un poco lo que es la diversión.

Sin embargo, sólo se le ocurrió alguien.

─Hay alguien de mi grupo, también es del Clan Uchiha─

─¿De verdad?─ Shisui parecía estar exultante. ─¿Y es una "ella"?─

─Mm-hm, Izumi es su nombre─

Shisui ya podía decir que Itachi era popular entre las chicas a pesar de su actitud. ─Otra chica, ¿eh?─ Bromeó, guiñando un ojo. ─Debe ser una valiente─

Itachi se quedó pensando. Debe de serlo, porque si no lo fuera, le habría salvado cuando los alumnos mayores intentaron intimidarle.

─Sí, y ya ha activado su Sharingan─

─¿De verdad?─ Dijo Shisui con incredulidad. ─¿Cómo lo hizo?─

─Izumi dijo que fue testigo de cómo su padre se sacrificó para salvarla a ella y a su madre durante el ataque del Kyūbi─

Shisui conocía las condiciones, y parecía que Itachi no era del todo consciente de ello. Según la palabra del mayor de los Uchiha, se llamaba la 'Maldición del Odio' esta emoción era negativa, provocada por el estrés o la pérdida.

Shisui se rió y puso una mano sobre la cabeza de Itachi. ─Eres inteligente, observas y piensas cuidadosamente, pero tal vez deberías alocarte un poco, como un chico normal─

─No soy bueno en ese tipo de cosas─

─Estoy seguro de lo serás si no te comportas tan rígido. Y deberías sonreír a menudo─

Itachi lo fulminó con la mirada. A Shisui seguramente le gustaba burlarse de él.

[ᴛɪᴍᴇ sᴋɪᴘ]
























La fama de Itachi se exaltó en toda la escuela. Sobresalía hasta tal punto que algunos profesores y alumnos decían que su nivel de talento nunca se había visto en toda la historia. Dado el hecho de que las clases de primer año no tenían nada que enseñarle a Itachi, sus profesores le ponían deberes especiales y pruebas avanzadas para su edad, pero Itachi lo dominaba todo con facilidad.

Estaba por encima del nivel de genin, y por eso, apenas transcurridos los primeros cuatro meses desde que empezó la escuela, sus profesores acordaron unánimemente su graduación después de culminar ese año.

Y para graduarse, tenía que hacer exámenes. Específicamente: la Técnica de Clon de Sombra.

No era algo difícil para Itachi. Ya la había aprendido de Shisui.

En seis meses, ya estaría graduado.

Otros alegaron insatisfacción, especialmente aquellos estudiantes de último año. Siguieron molestando a Itachi, tomando como excusa el tonto pensamiento de que el Clan Uchiha fue quien desató el Kyūbi en la aldea.

Siempre había sido así. Primero, acusaciones falsas; luego, una interpretación amplia. Esos factores eran precisamente el tipo de sentimientos que le daban origen a la guerra.

A Itachi no le gustaba esa idea.

Sólo eso bastaba para encender aún más su deseo.

Ser más y más fuerte, así, en el futuro, podría ayudar a la humanidad a alcanzar la paz.

El reloj marcó la hora de la salida.

Cuando Itachi salió del aula, se rodeó de niños esperando a sus amigos para ir a jugar, y de niñas charlando y chillando de risa. Llenos de una sensación de liberación tras terminar con las formalidades de las clases, se mostraban excesivamente enérgicos.

─Itachi-kun─ Llamó alguien desde atrás.

Hizo una pausa en su caminar y miró hacia atrás.

Una chica sonriente. Llevaba su largo cabello castaño atado en una coleta y un flequillo que enmarcaba su rostro.

─Izumi─ Itachi sonrió ligeramente.

Antes, Itachi tuvo un desinterés inicial por Izumi -al igual que por todas las demás chicas de la escuela- hasta que descubrió que ella ya tenía el Sharingan. A partir de entonces, se volvió más amigable con ella cada vez que sus caminos se cruzaban.

─¿Vas a ir a tu lugar de entrenamiento otra vez?─ Preguntó ella casualmente, con una sonrisa encantadora.

Itachi respondió inmediatamente ─No, hoy me tomaré un descanso─

Izumi se alegró, pues entonces podrían caminar a casa juntos.

Al poco tiempo, ambos comenzaron a caminar. Avanzaron por el camino de cemento a un ritmo tranquilo, con pasos suaves que parecían crear un silencioso repiqueteo por todo el pasillo.

─¡Esta chica es una idiota!─

En ese mismo instante, su paseo se detuvo deliberadamente.

Un alboroto que llamaba la atención estaba ocurriendo en cierta parte de los pasillos del fondo. Un grupo de chicos y chicas estaban rodeando a alguien.

Itachi torció el cuello, comprobando quién era la víctima.

Era una chica, estaba en el centro de los matones, de pie y en total silencio, parecía que ni siquiera le importaba que la molestaran.

Los matones intentaron intimidarla diciéndole cosas horribles.

─¿Ves lo lisiada que parece?─

Los atormentadores se rieron al unísono. Estaba claro que querían irritarla.

─Es tan pequeña y tan escuálida. Y ¿sabes que es lo peor? ¡nunca tendrás amigos que se jueguen el cuello por ti!─

Todos los profesores habían vuelto a la sala de profesores. Impulsados por un sentimiento de superioridad, sabiendo que nadie iba a interponerse en su camino.

─Ella es tan patética seguro que ni puede lanzar un simple shuriken, que pobre chica─

─¡Rara! ¡Estúpida! ¡Perdedora!─

La insultaron para entretenerse todo el día, viéndola desmoronarse.

Esto atrajo la atención de los demás estudiantes, pero nadie fue lo suficientemente valiente como para defender a la víctima. La chica tenía una actitud condescendiente a pesar de la presión que desprendían los matones. Entonces, tan ignorante como pudo, la chica dio un paso para alejarse de ellos.

Itachi la admiró, pues tuvo la desfachatez de no perder el tiempo prestándoles atención.

Querían hacer llorar a la chica y oirle suplicar clemencia.

─¡Tú...!─ Una de las abusonas apretó los dientes con fastidio, tratando de agarrar la mano de la víctima.

Estaban a punto de hacerle daño, por lo que Itachi podía ver. Quiso moverse para defenderla, pero antes de que pudiera hacerlo...

─¡Para!─ Un grito agudo resonó en todo el pasillo.

Itachi no se dio cuenta cuando, pero Izumi ya había acudido al lugar, colocándose al lado de la chica para protegerla.

─¿Eh? ¿Quién te convidó? ¡nadie! ¡piérdete! Esto no es asunto tuyo─ Habló para luego empujar a Izumi por los hombros.

Sin embargo, Izumi no cedió y se mantuvo firme. ─¡No me iré! ¡A menos que la dejen en paz!─

─Entonces tú también vas a...─

─¡Eh! ¡Ustedes ahí!─ En la esquina opuesta, dos profesores vinieron corriendo hacia el escenario.

Los matones no tardaron en responder y huyeron de las autoridades escolares.

─¿Estás bien?─ Incluso desde atrás, Itachi escuchó a Izumi preguntar a la chica anteriormente acosada.

Inmediatamente se dirigió hacia donde estaban. Desplazó su mirada hacia la víctima.

La chica percibió su presencia y su mirada. Pero se quedó sin decir nada, girando la cara hacia un lado.

En cuanto sus ojos se encontraron, Itachi se quedó atónito, un torrente de emociones precedentes le hinchó el pecho.

Con una palabra inaludible, la pequeña señorita se fue, dejándolo a él y a Izumi.

─¿Quién es ella...?─ Cuestionó Itachi tras un segundo de quedarse sin palabras, mientras la veía alejarse.

─Es Mei─ Respondió la joven Uchiha. ─Una nueva alumna que comenzó la semana pasada. Debe estar teniendo problemas para encajar, por eso algunos de mis compañeros de salón han tratado de ridiculizarla─

Mei...

[ᴛɪᴍᴇ sᴋɪᴘ]

























Había llegado otro día de clase, e Itachi estaba a punto ingresar a su salón. Aunque había sido elegido para graduarse en los próximos seis meses, todavía tenía que ir a la escuela.

En su camino, volvió a producirse un fuerte alboroto. Las risas burlonas de algunas chicas y chicos hacían coro en los pasillos.

Qué fastidio.

Por lo general, no le gustaba entrometerse, pero se estaban metiendo en su camino... Que molestos.

─¡Tú! ¿Cómo te atreves?─

Ya conocía a las personas que estaban causando el jaleo.

Los matones de ayer.

Cuatro chicas y tres chicos, todos ellos tenían un aura de desprecio.

─¡No sabes con quién te estás metiendo, estúpida!─

Itachi fue testigo de cómo un matón agarraba la mano de una alumna y la empujaba por al suelo. Sus ojos se abrieron de par en par al reconocer quién era la víctima esta vez.

Izumi...

Izumi trató de levantarse, pero dos chicos más la agarraron de los brazos y la hicieron permanecer en el suelo.

Ver eso fue tan molesto.

Se apresuró, pero se dio cuenta de que alguien se le había adelantado.

Y sabía quién era.

Mei.

Apenas podía admitirlo, pero esa chica, por alguna razón, le llamaba mucho la atención. Tenía el pelo corto y negro, le llegaba hasta la barbilla y caía como cintas rizadas. Era extraña. Tenía el cuerpo delgado y era de la misma altura que él. Sus ojos eran de color azul grisáceo como los primeros brotes de las plantas después del invierno. Iba vestida con sencillez, había algo en su ser que la hacía destacar.

Sin embargo, en su alma revoloteaban suaves chispas.

Itachi observó a la chica llamada Mei acercarse a la horda de matones. Tranquila, compuesta y retraída.

Se colocó detrás de un tipo más alto, y luego le tocó tranquilamente el hombro.

El chico miró hacia atrás, confundido.

Y en un movimiento muy rápido, Itachi vio cómo Mei levantaba su mano con el puño cerrado.

Aunque el matón tenia intenciones de golpearla Mei fue quien lanzó el primer golpe. Demasiado repentino, casi aturdidor. Su puño izquierdo se estrelló contra la mejilla derecha del matón.

El tipo, fue como si quedara suspendido en el aire durante un mero segundo, antes de volar unos metros hacia atrás y caer al suelo.

Después de que Mei lanzará el puñetazo, Itachi vio como los otros matones se estremecían.

El que recibió el golpe tenía el pecho subiendo y bajando rápidamente.

Eso le llevó a una conclusión: ese puñetazo, seguramente, dolía, y la peculiar joven era fuerte.

Todos los matones se quedaron helados y boquiabiertos ante la chica llamada Mei.

─¡Pequeña mocosa!─ Otro matón masculino tartamudeó, antes de acercarse a Mei. Estaba preparando un golpe.

Pero en lugar de intimidarla, Itachi fue testigo de lo relajada que estaba Mei; el Uchiha pudo comprender que era alguien fuera de lo común.

Sin embargo, en lugar de golpear al matón, Mei destrozó la pared con su mano derecha.

Creó un fuerte impacto, y enormes grietas comenzaron a arrastrarse por el hormigón. La fuerza era demasiado grande, haciendo que las paredes temblaran y apenas pudieran resistir la llamada 'gravedad'.

No sólo las paredes, sino también las ventanas. Enormes grietas atravesaron los cristales y los fragmentos se dispersaron por el aire a cámara lenta.

Todos los estudiantes cercanos a la pared exterior se dispersaron rápidamente. Los cristales rotos y las sacudidas de la pared se escucharon en toda la escuela.

Desde donde estaba Itachi vió como la fría mirada de Mei fue sustituida por una expresión furiosa. Sus orbes eran inexpresivos, y había un aura amenazante a su alrededor.

─Márchate─ Afirmó Mei sombríamente.

Una sola palabra saliendo de su boca era suficiente para asustar a cualquiera.

Y parecía que los opresores lo hacían, tratando de escapar de la presencia de la chica.

Pronto, el pasillo quedó despejado, sólo quedaban Izumi, Itachi y Mei.

Itachi comenzó a acercarse, trotando hacia Izumi que aún seguía arrodillada en el suelo.

Mei sólo observaba a la pobre Izumi en silencio, mientras Itachi la ayudaba a levantarse.

Izumi suspiró débilmente, sintiéndose un poco avergonzada por lo ocurrido.

─G-gracias─

Intentó decir Izumi, pero la extraña chica la hizo callar.

─Basta─ Dijo Mei, con el rostro inexpresivo.

Itachi e Izumi se sintieron como si estuvieran atrapados en un gélido invierno en el momento en que ella habló.

─¿Qué quieres decir?─

─Deja de compadecerte de mí─

Izumi tenía los labios abiertos, frunciendo el ceño ante sus palabras. ─Y-yo solo...─ Aunque no quisiera en el fondo de sus entrañas, sí la compadecía.

Izumi estaba preocupada por ella, y era ético defender a alguien que estaba siendo acosado.

─No porque deje que me hagan daño, significa que no pueda defenderme por mi cuenta─

Las palabras de Mei eran duras, algo ardiente que hacía que los huesos de Izumi se debilitaran.

─Por eso─ Añadió Mei con brevedad. ─te agradecería que dejaras de tratar relacionarte conmigo. No somos amigas, guárdate tu simpatía para otros, yo no la necesito─

Una vez liberadas esas palabras, Itachi vio cómo en los ojos de Izumi se acumularon lágrimas.

─Sólo intenta ayudar─ Declaró Itachi, pues tenía el sentido del deber de consolar a Izumi. ─Un simple agradecimiento es suficiente─

Eso sólo hizo que Mei se burlara. ─¿Por qué, exactamente?─ Les dirigió una mirada socarrona. ─Por intentar entrometerse, y luego quedar atrapada en una situación en la que ni siquiera podía defenderse. ¿Gracias?─ El sarcasmo era notable en en voz.

Se sintió como si el corazón de Izumi fuera atravezado por varias flechas. Sus palabras eran ciertas, y le dolía profundamente.

Se quedó sin palabras. Todas y cada una de las palabras que salían de la boca de la chica hacían que Itachi se sintiera agobiado.

Itachi notó como Mei levantó la barbilla, y su mirada se intensificó.

─No es que no esté agradecida─ Dijo ella. ─Es que las palabras sin fundamento me enferman─

Itachi tenía sus ojos enfocados en ella. De alguna manera, sus palabras captaron aún más su atención.

─En verdad─ Continuó Mei. ─Ayudar a los débiles es lo más correcto, pero ser sensible y valiente no es suficiente. La confianza sin fundamento sólo trae negligencia, y sólo te hace hipócrita─

Se giró bruscamente.

─Y si realmente quieres ayudar, deberías intentar ayudarte a ti misma primero─

Entonces empezó a marcharse.

Mientras se alejaba, su pelo brillaba como el cielo de medianoche, como si reflejara las constelaciones que se veían en los cielos la mayoría de las noches.

[ᴛɪᴍᴇ sᴋɪᴘ]


























Shisui e Itachi, como de costumbre, estaban entrenando juntos. Hicieron un descanso en el parque del centro del recinto, después de correr durante unas cuatro horas. Corrieron durante cuatro horas, manteniendo su velocidad máxima todo el tiempo.

─¿Y? ¿Alguna noticia sobre la escuela?─ Preguntó Shisui, secándose el sudor de la frente con una toalla.

Itachi sólo tenía una expresión de mueca. ─¿Por qué siempre preguntas por la escuela?─

El mayor se rascó la nuca. ─Eso es lo que suele preguntar un hermano mayor, ¿no?─

Itachi frunció los labios. ─Bueno, tienes razón ─

─Entonces, ¿hay algo nuevo?─

El Uchiha más joven se puso a pensar. Y su mente se dirigió al suceso ocurrido la semana pasada.

─Sí─ Respondió Itachi con un zumbido. ─Hay una chica...─

En los labios de Shisui se le dibujó una sonrisa divertida. ¿Una chica, otra vez?, dijo en su mente.

─Es interesante─ En el rostro de Itachi se dibujó una sonrisa seductora, de la que él mismo no se dio cuenta. ─Y su nombre es Mei─

Cuando Shisui escuchó a Itachi, ocurrió un deja vú, su mente retrocedió dos años al pasado...

Ya había escuchado a Itachi decir esas palabras antes.

Al notar de que se trataba le tomó por sorpresa.

─Ella es interesante... Y su nombre es Saory

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