𝐢𝐢𝐢. 𝚎𝚕 𝚐𝚛𝚊𝚗 𝚏𝚎́𝚗𝚒𝚡

Gestándose una tormenta.

。゚゚・。・゚゚。
゚。 3 。゚ Todavía era otoño. El bosque
 ゚・。・゚ estaba ambientado en rojo y naranja, lucía estar vivo y había algo agradable en el sonido del viento, parecía susurrarle a los árboles. Era una síntesis perfecta de paz. Empujadas por los vientos, las hojas levantaban el vuelo, estas eran lo suficientemente valientes como para soportar la caída. Inestablemente, vagando, moviéndose de un lado a otro. No importaba a dónde fueran, lo hacían con valor guiándose por la libertad.

Hoy, era el último día de Minato siendo un jōnin, pues mañana, sería su ascensión a Hokage. Había sido su sueño durante mucho tiempo, y en menos de un día, se convertiría en realidad.

Por supuesto, Saory estaba emocionada por ello, pero también sabía la desfavorable ventaja que eso traería: su tiempo para la familia sería innegablemente limitado.

Su padre no le había enseñado lo suficiente. Tenía la esperanza de que él pudiera enseñarle al menos una o dos técnicas, antes de eso.

Mañana sería un día especial, por lo que la familia decidió hacer una celebración anticipada.

Un pequeño picnic fue suficiente para celebrarlo mientras disfrutaban de los vivos colores del otoño.

El equipo de Minato también fue invitado: Kakashi y Rin. Aunque el ambiente era bastante diferente, pues otro alumno suyo -Obito- no triunfó en la reciente guerra.

El sol de la mañana todavía era joven cuando llegaron a la zona que deseaban. Hubo un alegre desayuno lleno de risas.

Después de unas horas, el grupo se había dividido. Minato estaba con Kakashi, discutiendo algunos asuntos sobre la inauguración de mañana. Kushina estaba con Rin, le enseñaba a la muchacha a tejer una bufanda.

Mientras tanto, Saory se había aislado. Se alejó bastante de ellos, sólo para poder maravillarse sola por la naturaleza libre e indómita.

Pintando la vista panorámica en su mente, una nueva revelación entró en sus pensamientos.

Mientras las estaciones cambiaban, el tiempo permanecía inmutable. El tiempo era constante e intangible, a través del cambio de las estaciones podía demostrar su existencia.

Aunque era abrumador para la niña pensar que cada segundo que pasaba, toda vida se acercaba un poco más a la muerte, no podía evitarlo.

Suspiró fuertemente, sintiendo como si toda su energía vital se hubiera escapado de la punta de sus dedos.

La damisela pelirroja se dejó caer sobre el lecho de hierba verde donde reposaban algunas frágiles hojas otoñales. La hierba se sentía muy cálida en su piel, era algo que le hacía cosquillas. Cerró los ojos, sintiendo la luz del sol en su rostro.

Saory tenía que estar sola a menudo, porque así era como se reponía de sus propios pensamientos. Necesitaba una gran cantidad de tiempo para reflexionar y soñar despierta. La soledad era su manera de entrar en comunión con las hojas que caen, los pájaros que cantan, los vientos caprichosos y el constante tiempo.

Mientras idealizaba la soledad, la mente de Saory saltó a aquellos tiempos en los que empezó a entrenar su lanzamiento de kunai y shuriken con Itachi. Era algo precioso. Itachi era lo suficientemente amable y paciente como para dedicarle su tiempo.

Lo primero que le enseñó Itachi fue la coordinación de ojos y cuerpo.

─Escucha, Saory─ Le dijo. ─El secreto de un lanzamiento perfecto de kunai o shuriken es una perfecta observación. Mientras entrenas tus ojos, también debes considerar los cambios en la naturaleza. Aprovecha eso y combina tu chakra con los elementos de la naturaleza. Siente el chakra que fluye en tu interior y ponlo todo en tus movimientos. Cada toque, cada sonido, el curso del viento, el cambio en el espacio... Acompáñalo─

Saory sacó un shuriken y lo fijó entre dos dedos. Con los ojos abiertos, seleccionó su objetivo. Frente a ella estaban los arces. En un árbol, en cierto tallo, había una hoja de color rojo brillante que apenas colgaba. Estaba a por lo menos seis metros de ella, y con una altura de cinco metros. Saory calculó en su cabeza el movimiento del proyectil y la fuerza que debía ejercer.

Sin embargo, el viento seguía aumentando y el sonido de las hojas se fortalecía. La velocidad del viento era de al menos tres kilómetros por hora, en dirección suroeste.

Saory tenía dos segundos completos para dar en el blanco.

Inhaló profundamente. Y cuando sintió el momento adecuado para lanzar el shuriken, una repentina presencia surgió desde atrás.

─¿Qué estás haciendo?─ Dijo un adolescente con el cabello color ceniza y una máscara negra que le cubría la mitad inferior de la cara.

─Kakashi-san...─ Saory suspiró, sintiéndose un poco decepcionada. ─Estoy ocupada como puedes ver─

─¿Ocupada? ¿en qué?─ El joven Hatake ladeó la cabeza. ¿Cómo podía estar ocupada, si desde su perspectiva, no estaba haciendo nada?

Saory lo miró fijamente durante un tiempo siendo que el tipo de cabeza plateada se sentía inquieto.

─Respirando─ Pronunció finalmente.

─¿Respirando?─ Aunque confundido, se había interesado por su personalidad. Era como si mirara a su yo más joven. ─Qué productivo, ¿eh?─

El silencio se prolongó, sólo se oía el sonido de la brisa otoñal que chocaba con los árboles y las hierbas. Sin palabras, Kakashi se acomodó a su lado. Entonces, fue lo suficientemente rápido como para discernir lo que asombraba a la joven.

Mientras el viento hacía su movimiento una vez más, llevó por todo el lugar la fragancia de la tierra. Y mientras coreografiaba con las copas de los árboles flameantes, ese escena encendió sus ojos y su alma. Kakashi sonrió finamente bajo su máscara.

Mientras que Saory dejaba descansar sus ojos por un momento, sintió la corriente de aire acercarse, escuchando los sonidos, tomando el aroma, relajando su cuerpo y su mente.

Su objetivo estaba presente. Esta vez, sin duda, daría en el blanco. Sus ojos se posaron en un punto, respiró nuevamente con el corazón palpitándole con velocidad.

Y en un taco rápido, Saory soltó el shuriken. Tuvo una buena salida, pero nunca previó que una corriente de viento más fuerte cambiaría la dirección del shuriken hacia el objetivo.

Inconscientemente, su mano derecha se movió por sí sola, sacó un nuevo shuriken y lo lanzó hacia la dirección del primer shuriken. Cuando el segundo shuriken golpeó al primero, cambió su trayectoria.

Saory tenía los ojos puestos en el primer shuriken, con la esperanza de acertar en su objetivo deseado.

Y parecía que lo hizo. Todos sus esfuerzos se vieron recompensados una vez que hizo contacto con un peciolo, hizo que el tallo de la hoja se fuera con el viento.

─¡Muy bien!─ Exclamó Saory, levantándose del suelo, para luego dar un puñetazo al aire.

─Cool─ Murmuró Kakashi, asombrado.

Así que ese es el secreto de su profunda concentración, ¿eh?. Pensó.

Ese fue un lanzamiento de shuriken impecable, teniendo en cuenta que ella estaba tirada en el suelo.

─Eso fue increíble, Saory─ Reconoció él ─Teniendo en cuenta tu edad─ Luego se levantó y se puso a su lado.

─¿De verdad?─ Preguntó Saory, radiante.

Kakashi sólo asintió con aprobación. Pensar que uno de los jōnins más jóvenes de toda la historia reconocía su habilidad le hacía feliz. Pero aún no estaba ni un poco cerca de ser como Itachi.

─¿Volvemos?─ Preguntó Kakashi.

Saory se alejó un poco mirando la distancia.

─Ni hablar, no quiero─ Tan tímida como pudo, volvió a tumbarse en el suelo.

El adolescente enmascarado suspiró con fuerza. ─Pero tus padres te están llamando─

Saory no hizo caso a su petición y sólo cerró los ojos. Quería echarse una siesta; pensar mucho le estaba dando sueño.

Maldita mocosa.

Sin tener otra opción, Kakashi se agachó, de espaldas a ella. ─Oye, Saory─ Llamó y la niña de cabello carmesí abrió los ojos. ─Levántate, te llevaré─

Inmediatamente, Saory se sintió encantada de partir. Impulsándose, se aferró a su cuello con los brazos. En cuanto se acomodó, Kakashi se levantó con cuidado y cargó a la niña.

Ella lo admiraba, él era como un hermano mayor. Al igual que Itachi, Kakashi tenía mucho talento. Era nueve años mayor, y ya era jōnin.

─Sí que has estado entrenando mucho, ¿eh, Saory?─ Habló Kakashi mientras caminaba. ─¿Planeas convertirte en ninja?─

Al escucharlo, ella se puso a pensar, nunca antes se lo había planteado. Ella solo estaba entrenando porque si, no porque tuviera el plan de convertirse en ninja.

─Yo... no sé─ Respondió, sintiéndose insegura. ─Kakashi-san ¿cuál fue tu motivación? ¿por qué te convertiste en ninja?─

Él también se quedó pensando. No era que no quisiera ser ninja, pero más bien lo hizo porque sus habilidades eran necesarias en ese entonces...

─Por la guerra─

Saory comprendió de inmediato. Kakashi era un niño viviente en la guerra, al igual que ella. Esa era la razón por la que Saory también contemplaba ser un shinobi. Ser uno era como poner un pie en la tumba.

─Pero debes haber encontrado una razón para seguir siendo un shinobi, Kakashi-san─ Saory sólo apoyó su barbilla en el hombro de él, mientras observaba cómo la hierba realizaba una danza hipnótica.

─¿Cómo lo sabes?─

─Es porque nunca te has rendido─ Musitó inocentemente.

Kakashi se rió suavemente. Su agudo ingenio le divertía. Era un poco extraño, porque sentía como si estuviera hablando con una anciana.

─Tienes razón. Mi razón es proteger a los que son importantes para mí─ Sonriendo, respondió. ─Lo mismo ocurre contigo, Saory. Puedes parecer un poco dudosa, pero también tienes una razón para ser shinobi─

Saory se rió. ─Me has pillado─

─Entonces, ¿cuál es tu razón?─

Antes de responder, los dos estaban a punto de llegar a donde estaban Minato, Kushina y Rin.

Esa vista pacífica era lo que Saory necesitaba. El pesado aroma de la estación otoñal, los montones de hojas que vagaban con el aire y la suave ventisca que agitaba su cabello.

─Mi razón es simple, Kakashi─ El mayor permaneció en silencio para que ella se adueñara del momento. ─Es para traer la paz─ Esas palabras salieron de la boca de una pequeña chica de puro corazón, era ciertamente iluminador.

Algo floreciente se elevó en su pecho.

Era una razón simple, pero tener una era la base de todo y a menudo muchos la pasan por alto.

─Serás una gran shinobi, Saory-san─ Dijo Kakashi Hatake de forma sincera. ─Yo prometo apoyarte en tus decisiones─

Ella sólo sonrió ─De acuerdo Kakashi-san, muchas gracias─

Pronto, los dos llegaron a donde estaban los demás. Suavemente, Kakashi dejó a Saory en el suelo, a lo que Kushina rápidamente la levantó y acunó a la hija en su regazo.

─¿A dónde vas a parar 'ttebane?─

─Estaba entrenando mamá─ Saory mostró un tono de cansancio en su voz mientras abrazaba a su madre, apoyando la cabeza en su hombro.

─¿Entrenando de nuevo? Podrías haberlo hecho aquí, dattebane─ Regañó Kushina. ─¡Además, últimamente entrenas demasiado y estás perdiendo peso!─

La niña refunfuñó. ¿Por qué mi mamá es siempre tan quejumbrosa?

Soltando los brazos de su madre, se dirigió a la persona que estaba al lado. Era Rin. Saory estaba especialmente apegada a Rin así que la abrazó. ─Rin-san, sálvame...─ Le suplicó.

Rin, que estaba en un trance por su entrañable acción, trató de consolar a la mujer mayor. ─Tranquila Kushina-san, Saory-chan sólo quiera impresionaros a vosotros dos─

─¡Rin!─ La llamada Habanera Sangrienta dijo incrédula ─¡No te ablandes con esa niña!─

Minato se encontraba riendo. Secretamente esperaba que hubieran más tiempos como ese. Estaban en un lugar donde todo se sentía bien. Su corazón estaba en calma, su alma brillaba y sus pensamientos eran positivos. Pero mañana las cosas cambiarían ligeramente.

─¡Minato!─ Su pensamiento se dividió cuando su esposa lo llamó. ─¡Dile a tu hija que no se esfuerce demasiado 'ttebane! Además, ¡siempre que sale a entrenar, la acompaña un chico no sabemos que puede hacerle que nuestra niña!─

─Cálmate, Kushina─ Le dio un toquecito en el hombro a su mujer y sonrió. Luego llamó la atención de Saory. ─He oído que llegas tarde a casa a menudo, ¿por qué?─

Saory se separó de Rin y se sentó correctamente. Estaba haciendo un mohín, sintiéndose desinflada por los regaños de su madre, ahora con los de su padre. ─Estoy practicando lanzamiento de kunai y shuriken con Itachi─

─¿Itachi?─ No quiso creer en sus oídos por un momento. ─¿Del clan Uchiha?─ El sentía un profundo respeto por ese clan.

Saory respondió con un simple movimiento de cabeza. ─¿Conoces a Itachi?─

El aura de su hija le estaba cegando, y no tuvo el valor de regañarla. ─Sí, es el hijo del jefe la Policía Militar─

─Sí, ¡Itachi es increíble! Cuando vi sus técnicas de kunai en el examen de la Academia me asombré muchísimo, acertó perfectamente todos los objetivos y completó la tarea en treinta segundos. También ¡me enseñó el recinto de los Uchiha y su sueño también es convertirse en Hokage!─

Saory se puso repentinamente habladora. Debe ser infantil, pero se sentía orgullosa de hablar de su recién descubierto amigo con su familia.

─¿De verdad? Parece que te llevas bien con el Uchiha─ Comentó su padre.

Debe ser una buena señal. El Clan Uchiha se sentía amargado por la decisión de convertir a Minato en el Cuarto Hokage. Fugaku Uchiha, el líder del clan, era susceptible de serlo, pues también consiguió un prometedor logro durante la Tercera Gran Guerra Shinobi. Esa decisión arruinó los lazos entre la aldea y dicho clan. Pero con su hija quizás podría reparar el vínculo.

Minato no tenía reparos en la conexión de su hija con los Uchiha, pero debía ser perspicaz.

─Saory, escucha─ Dijo con calma.

─¡Sí!─ Respondió Saory con atención. Había una seriedad en su tono que la asustó un poco.

─En primer lugar, está bien hacer amigos y entrenar para perfeccionar tu habilidad, pero eres lo suficientemente inteligente como para saber la hora, por lo tanto, vuelve a casa a tiempo─ Era su primer sermón. Cuando él hablaba en ese tono, sabía que no podía desobedecer. ─Y por último, deja de hacer que tu madre se preocupe tanto. Cuida tu salud, come y descansa bien, y además, no te esfuerces demasiado─

Por mucho que quisiera negarlo, su padre tenía toda la razón.

─Sí, papá, lo entiendo─ Luego se enfrentó a su madre e inclinó la cabeza hacia abajo. ─Lo siento, mamá, no volveré a llegar tarde a casa y me cuidaré siempre─

─Muchas Gracias 'ttebane─

─Una cosa más, Saory─ Dijo Minato una vez más y la niña le prestó atención. ─Te daré esto─ Entonces sacó un kunai de su bolsa. Era un kunai personalizado.

Saory lo cogió y preguntó ─¿Eh?─

─Tienes la costumbre de vagar bastante lejos sin preocupación de perderte─ Se rió él. ─Así que, si alguna vez tu madre vuelve a irrumpir en la Oficina del Hokage en busca de ti, podré encontrarte rápido─

¿Así que mi madre ha irrumpido en la oficina del Hokage?

Era la primera vez que lo oía.

Entonces ella observó el kunai que tenía en su mano. Tenía tres hojas y era un poco más pesado que un kunai normal.

Hasta ahora, Minato ostentaba el título de ser el mejor usuario del Jutsu Espacio-Tiempo.

─Dime papá─ Habló, preguntándose. ─¿Crees que yo también puedo ser una usuaria del Jutsu del Dios del Trueno Volador?─

─¿Hmm? ¿Por qué lo preguntas?─

─Por nada─ Sonrió tímidamente. ─Solo es una idea basada en un capricho─

Minato sabía que no se basaba sólo en un capricho. Puede que Saory tuviera cuatro años, pero esa sensación visceral era, sin duda, el florecimiento temprano de su habilidad, así que no podía descartarla necesariamente como una fantasía.

─¿Por qué no lo intentamos?─ Sugirió el rubio.

─¡Espera, Minato!─ Kushina trató de objetar. ─¿No es demasiado pronto para ella?─

─Es nuestra hija, Kushina─ La consoló. ─Estará bien─

A partir de ese momento, padre e hija se levantaron y comenzaron tomar distancia de los tres. Minato quería poner a prueba su habilidad para confirmar si era una heredera de las proezas del Clan Namikaze.

─Te voy a enseñar el Jutsu de Liberación de la Tormenta, Saory. Así que observa con mucha atención─

El Jutsu de Liberación de Tormenta era una transformación de la naturaleza, una habilidad innata del Clan Namikaze. Y si Saory logra manifestarlo, ganará el estatus de poseedora de dicho kekkei genkai.

Después de hacer los sellos de mano, Minato declaró. ─Liberación de Tormenta: ¡Flecha láser!─

Entonces se creó una enorme energía dentro de sus manos, y luego la liberó como si estuviera sosteniendo un arco y una flecha. Al aterrizar en un punto determinado, creó un impacto destructivo.

─Bien, ahora, aquí están los sellos de las manos─

Cuando Minato estaba a punto de enseñarle, Saory le interrumpió.

─Está bien─ Dijo ella. ─Ya lo tengo─

Aunque la formación de los sellos no fue tan rápida como la de Minato, Saory consiguió imitarla. Entonces, el chakra se concentró en su mano, formándose algo parecido a un trueno. Después de liberarlo, una gran ráfaga viajó a una velocidad extrema. La explosión no era tan grande, pero aun así rasgó el suelo mientras avanzaba.

─Hecho─ Afirmó Saory con un tono consumado y miró a su padre que en ese momento estaba boquiabierto. No era sólo él, sino también los tres que los observaban.

─E-Estupendo...─ Él no esperaba que ella pudiera dominarlo después de verlo una sola vez.

Y si...

Minato se puso en cuclillas para mirarla de frente. En lo más profundo de su ser, se emocionó. Estaba seguro de que Saory también podría ser usuaria del jutsu.

─Saory─ Le dio una palmadita en la cabeza. ─Aunque estaré muy ocupado, prometo sacar tiempo para entrenarte─

[ᴛɪᴍᴇ sᴋɪᴘ]






















Un nuevo día había llegado y Saory estaba pasando el tiempo en el cementerio del Clan Namikaze. Esta vez no estaba sola; Itachi estaba con ella.

Mientras que Itachi estudiaba sobre los restos antiguos del clan, Saory estaba leyendo un libro sobre cómo hacer un jutsu-shiki para activar el Hiraishin. Una vez hecho el sello especial, el usuario sería capaz de entrar en un vacío dimensional para ser transportado a donde estuviera la ubicación del sello.

No era un justu-shiki simple, porque Saory todavía no tenía la maestría de estabilizar su chakra. El jutsu-shiki era un sello especial que reflejaba el alma del usuario. Eso era lo que tenía que averiguar.

Después de largas y agotadoras horas de pensar, Saory se tomó un descanso y se tumbó en el suelo. La luz del sol se filtraba a través de las hojas y las ramas del árbol y pintaba un mosaico rejuvenecedor en su piel.

Itachi hizo lo mismo, tumbándose a su lado. ─Estás mejorando mucho, Saory─ Le felicitó, observando cómo caían las hojas rojas. ─Eso es bueno─

Era la única amiga que Itachi reconocía. Los chicos de su edad seguían soñando en el País de las Fantasías, por eso nunca hacía interacción con ellos. Pero Saory era diferente, poseía los mismos objetivos que él: ser un shinobi que pudiera traer la paz.

─Pero tú también estás mejorando, Itachi, cada día eres mejor, aunque aún no hayas despertado el sharingan─

Itachi se rió. ─Espero despertarlo antes de entrar a la Academia─

─La Academia, ¿eh?─ Tarareó ella. ─Ojalá no sea tan aburrida como parece─

─No digas eso, Saory─ Le regañó.

Los dos habían estado aprendiendo las habilidades ninja básicas que enseñan la academia.

Itachi quería convertirse en ninja lo antes posible, así que entrenaba siempre sin parar.

Saory sólo hizo un mohín. Itachi se estaba tomando la Academia en serio, así que ella también lo haría.

Una tanda de viento se cruzó con ellos. Pero esta vez, tenía un aroma diferente. Saory estaba familiarizada con esta fragancia e inmediatamente pronunció: ─Va a llover─

─¿Lluvia?─ Itachi observó el cielo lleno de intenciones de lloviznar, pero el sol aún seguía en lo alto, tomando el camino hacia el Oeste.

Al levantarse, Saory recogió una hoja seca y la arrugó. Cuando el viento volvió a soplar, soltó los pedazos de la hoja y el viento se la llevó. Era un truco para conocer la dirección del viento. Y era del Sur: había muchas posibilidades de que lloviera en esa dirección.

─¿Regresamos?─ Preguntó Itachi, recomponiéndose.

Saory se limitó a sonreír y le agarró la mano para ayudarle a levantarse. Recogiendo sus libros y poniéndolos dentro de sus bolsas, fueron testigos de cómo el cielo hacía rápidos cambios.

El cielo soleado se transformó en gris. Todo el lugar se comenzó a volver oscuro, hasta que la lluvia se derramó de una vez. La niebla cubrió rápidamente todo el lugar, haciéndoles más difícil visualizar lo que tenían delante. No obstante, siguieron avanzando, saltando de árbol en árbol a gran velocidad.

Saory empezó a sentir pánico en secreto. La repentina lluvia no le parecía correcta. Alguien la estaba manipulando.

─Saory, tenemos que ir más rápido─ Itachi también lo sintió.

Los dos niños eran conscientes de que estaban rodeados, ambos sabían que los estaban observando. Aproximadamente cuatro o cinco personas.

Al principio, era sólo una extraña sensación de inquietud, pero a medida que pasaba el tiempo, la presencia se sentía más fuerte. Saory no quiso vacilar, manteniéndose fuerte aunque sus piernas empezaron a temblar.

Ella e Itachi no sabían qué pasaría en el siguiente minuto, por lo que prepararon sus herramientas ninja. Un miedo inminente se cernía sobre todo el lugar, como un miasma oscuro que desprendía una alucinación de muerte.

Saory miró a todas partes, detectando el aura paralizante. Su respiración comenzó a agitarse aún más porque no era algo ordinario. El miedo inundaba todo su sistema.

Pero entonces, una cosa afilada se acercó a ella: un kunai. Saory estaba preparada para bloquearlo, pero Itachi se apresuró a detenerlo.

Por un momento, volvió a respirar. ─Gracias, Itachi─

─No te preocupes, Saory─ Dijo él ─Te cuidaré la espalda y te dejaré a cargo de la mía. No lo pienses demasiado y sigue luchando. Porque mientras tú no caigas, yo no lo haré─

Eso le dio una gran cantidad de confianza.

Y como si fuera una señal, las auras sentidas anteriormente resultaron ser un grupo de hombres, que salían de las sombras.

Saory se preguntaba a sí misma ¿por qué los atacarían a ellos?

Uno de ellos se quitó la capucha y mostró la insignia de su protector, eran de La Aldea del Agua.

Al parecer su objetivo era atacar Konoha. Itachi y Saory compartieron telepáticamente el mismo plan: debían salir de ahí para informar a los altos mandos. No podían enfrentarse a ellos, solos.

─Ya, ya, miren a estos conejillos perdidos de Konahagakure─ Declaró uno de ellos, debía ser el líder. ─¿No tenemos suerte todos? Nuestra misión ya está hecha y ni siquiera pudimos atacar─

─¿Qué piensas hacerle a nuestra aldea?─ Itachi habló sin inmutarse.

El supuesto líder sonrió: ─Ya que Konohagakure será destruida en pocos días, te lo diré. Hemos conseguido una bestia de cola en nuestra aldea y estamos buscando un anfitrión para sellarla─

Saory tragó saliva, recordando un escenario familiar.

Al igual que lo que le ocurrió a Rin-san...

─Eso es horrible...─ Murmuró, sintiendo que todo su cuerpo temblaba por la ira.

Su racionalidad la había abandonado y su corazón latía lleno de amenaza. Debería vengar a Rin-san... Si no fuera por ellos, ella seguiría viva.

Saory corrió hacia él sin pensar, pero nunca previó la presencia que surgió frente a ella. Sus ojos se fijaron automáticamente en la persona que salió de la oscuridad y que ahora estaba frente a ella.

Debería haber notado a esta persona, pero estaba demasiado ocupada pensando en cómo podría hacer justicia sobre la muerte de Rin...

Entonces la persona golpeó una parte del cuello de Saory que la hizo sentir mareada.

─¡Saory!─ Itachi se apresuró a tomar represalias al verla caer al suelo. Consiguió derribar a los dos con sus kunais -su gran bola de fuego no surtió efecto bajo la lluvia-, pero los otros jōnin aún estaban lejos de su alcance.

Saory seguía, de alguna manera, consciente. ─I-Itachi...─ Intentó alzar su voz, pero era demasiado tarde.

Cayó apenas consciente de lo que ocurría, y se quedó inmóvil en el suelo. Su corazón se ralentizó, se estancó, devastado al ver cómo Itachi era pisoteado como una florecilla.

El impacto que le causó fue fuerte. No estaba hecho de piedra, pues estaba hecho de carne y hueso. Rompible, quebradizo, destructible.

─¡Jefe!─ Uno de los intrusos llamó la atención de su líder mientras cogía a Saory por el pelo. ─¡Esta chica es pelirroja!─

La suerte no quería estar aún de su lado. Los cabellos rojizos son rasgo de los Uzumaki, se sabía que son poseedores de un alto nivel de chakra. Para ellos era realmente una misión cumplida.

─D-Déjame ir...─ Era una voz muy débil, la pequeña tenía una oleada de llanto en su corazón.

Se lamentaba en voz baja, y la lluvia la acompañaba. Su cuerpo se estremecía, delirando por la angustia que sentía en su interior. Se sentía muy débil y la amargura subía como un ácido.

En un instante Saory tejió las señales de mano que necesitaba.

Liberación de tormenta: Técnica del Gran Fénix.

Un poderoso chakra se reunió en su mano y disparó una masa de láseres azules hacia el cielo, generando una supercélula arremolinada que rápidamente acumuló energía.

Poco después, una gigantesca masa de energía blanco-azulada surgió de la nube en forma de fénix.

Aquellos shinobi se quedaron boquiabiertos, incapaces de moverse sobre sus pies.

Y en un abrir y cerrar de ojos, el fénix hecho de rayos les asaltó a velocidad terminal.

Saory estaba medio inconsciente, por todo el chakra que derramó.

Los invitados no deseados sufrieron un gran daño, quemaduras y cortes agudos. Algunos de ellos se hicieron pedazos.

Tras el ataque, el fénix se lanzó al suelo lo suficientemente lejos de los dos jóvenes, lo que provocó una explosión que astilló la tierra y dejó un cráter.

Tan pronto como los enemigos fueron borrados, la lluvia cesó. Un fuego ondulante quemaba los árboles otoñales y espesas nubes negras de humo ahogaron el aire. Implacables, ansiosas y arrasadoras, al igual que las vehementes emociones de Saory.

Ella quería ir a donde estaba Itachi, pero su cuerpo no respondía.

Lo siento. Lo siento, quédate conmigo. Es mi culpa. Lo siento, soy demasiado débil, no pude protegerte...

Eran las palabras que ella quería implorar.

Entonces dio un solo suspiro y luego todo lo que vio fué oscuridad.

Carne y hueso.

Eso es todo lo que ella es.

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