—¿Cómo estás?—sonrió un poco al oír su voz, hacía varios días que no hablaban.

—Bien—respondió, pero no era así. Estaba demasiado triste como para admitirlo—. Eh, ¿quieres ir al cine conmigo, hoy por la tarde? No quiero ir solo—y lo último que dijo, estaba de más.

Solo era para justificar de alguna manera porqué le pedía salir.

—Saldré con ella hoy.

¿Por qué le seguía mintiendo?