𝟎𝟏
❛Some things change, some things don't❜
———————————————————
El rugido de Skycleles y Syrax razonó por el aire, tanto Rhaenyra como Tyanna se encontraban volando en sus dragones, lado a lado. Las brizas de aire aumentaban por la velocidad, causando que el cabello de ambas se moviera al mismo ritmo. Al notar la pequeña distancia que las separaban del Desembarco del Rey, ambas voltearon a verse como si de sincronía se tratara y sin más se sonrieron, aumentando la velocidad, iniciando una carrera. Las risas de las chicas resonaban por el aire disfrutando de aquella pequeña estadía fuera del alcance de los demás. Cosa que termino más rápido de lo que les hubiera gustado cuando los dragones descendieron en el pozo de dragón donde esperaban por ellas.
Ambas chicas bajaron de los dragones animadamente. Sin embargo, a Skycleles no le gusto la manera que estaba siendo amenazado con lanzas, rugió enfadado llamando rápidamente la atención de Tyanna que cuando aterrizo tierra firme se acercó a acariciarlo, inmediatamente esté se tranquilizó bajo su toque, Tyanna sonrió divertida a causa de su comportamiento para después posarse junto a Rhaenyra.
-Bienvenidas de nuevo, princesas. Espero que su viaje haya sido agradable -El comandante de la guardia real dice.
-Intente no parecer tan aliviado, Sir -Rhaenyra comenta con gracia.
-Estoy aliviado. Cada vez que esas cosas doradas y negras las traen de vuelta intactas me salva la cabeza de una pica.
-Le aseguro que su cabeza estará intacta por mucho más tiempo -Tyanna le guiña el ojo obteniendo un negamiento de cabeza por el comandante por su comportamiento. Sin duda la presencia de Tyanna proveía dicha para muchos. Antes de acercarse junto a Rhaenyra con Alicent quien salió del carruaje a recibirlas.
-Sirax está creciendo rápidamente. Pronto será tan grande como Caraxes -Alicent comenta había estado esperando fuera del carruaje por ambas chicas.
-Es casi tan grande como para llevar a dos -Rhaenyra da una indirecta.
Alicent sonríe rechazando la idea -Creo que estoy bastante contenta solo como espectadora, gracias-Finaliza para después entrar al carruaje.
Tyanna simplemente niega, -Te pierdes de algo extraordinario.
Poder estar entre los cielos era un sentimiento inigualable para Tyanna. Tal vez era la manera en la que sentía una inmensa seguridad y fuera de todo daño o la euforia que le brindaba hacer algo peligroso. Lo mejor para ella era Skycleles, su dragón, poder liberarlo era algo significativo para ella. Ambos atrapados en jaulas, dos almas buscando libertad sabiendo que no importaba la gran distancia que volaran, siempre tendrían que volver directo a su jaula de oro. Aun así, disfrutaban desde lo más profundo su fantasiosa libertad.
Rhaenyra miraba expectante a Tyanna esperando que entrara al carruaje, pero al ver por el rabillo de su ojo vio a su escudero esperando por ella lo supo de inmediato. Tyanna le dedico una mirada de disculpa, pues no las acompañaría de regreso.
-Lo siento, prometo recompensarte -Tyanna aprieta levemente su hombro después de recibir un asentimiento de cabeza, procediendo a encaminarse a su escudero, quien la esperaba junto a su caballo. No fue capaz de ver como Rhaenyra la miro marcharse con un poco de tristeza, pensaba en compartir más tiempo con ella.
-Le tengo que advertir, princesa, viajar en caballo no es la misma satisfacción que en un dragón -Comunica con diversión su escudero jurado una vez que se acercó a él. Ambos tenían años conviviendo, lo cual genero un largo historial de travesías. Su relación era incluso más excesivamente estrecha cuando Laenor Velaryon se veía incluido. Los tres eran mucho más que caóticos, Rhaenys aseguraba que serían la causa de su locura.
Tyanna rueda los ojos apretando sus labios en una fina línea, evitando sonreír -Le agradezco la observación caballero pero...
Su respuesta quedó en el aire, siendo interrumpida antes de que pudiera decir otra palabra -No hay necesidad de decir más sé de la gran ayuda que soy.
Algo más que teníamos que mencionar de Haeran era que tenía un insoportablemente ego. Muchos se cuestionaban como podía seguir siendo el guardián de la princesa, pues parecía que jamás podía controlar los comentarios. Para Tyanna eso no le era relevante, ella apreciaba su personalidad a todo momento e incluso le divertía ver la reacción de los demás ante algún comentario fuera de lugar dicho por este. Su caballero le hacía más fácil sobrellevar sus días.
Montados a caballo, tanto Tyanna como Haeran lideraron el camino hacia la Fortaleza Roja, el carruaje, siguiéndolos de cerca. La princesa le gustaba ver sus alrededores, apreciar lo que estaba más allá de su alcance. En su reciente vuelo, aun al cerrar los ojos, podía ver las aisladas islas por las que había sobrevolado y la imagen de ella creando su propio hogar se miraba tan alcanzable.
Por mucho tiempo se ha sentido sin un paraje fijo, siempre viviendo en Marcaderiva y la Fortaleza Roja, no obstante ella ansiaba un hogar propio. Tyanna estaría eternamente agradecida por Rhaenys, Corlys y su familia, por aceptarla e instituir como si fuera su hija. Una parte de ella siempre sería Velaryon. Sin embargo, algún día tendría que ver por sí misma y generar ese hogar para su descendencia.
Al llegar a la Fortaleza Roja a Tyanna se le indicó que la reina Aemma la solicitaba en sus aposentos. Haeran la acompaño a los aposentos de la reina Aemma quien se encontraba a pocos días de dar a luz. Había demasiadas especulaciones del género del futuro miembro de familia. Algunos aseguraban que sería un varón, el futuro heredero. El rey Viserys apoyaba esa idea, mientras que su hija, Rhaenyra aclamaba que sería una hermosa niña. Tyanna por su parte se restringía de aquellos pensamientos, ella se vería por bien servida con que tanto la madre como el bebe se encontraran bien.
Al entrar fue recibida por el maestre y ayudantes, quienes paseaban por el lugar con total libertad. Mientras tanto, Aemma estaba recostada -Fui informada sobre el "paseo."
-Soy culpable -Admite besando su mejilla. Aemma le disgustaba que Rhaenyra volara cuando ella no podía percatarse que su hija llegara sana y salvo. Su primera condición fue que Tyanna la acompañara siempre, siendo ella a la única que le confiaba la vida de su hija en los cielos. -¿Cómo está?
-Tengo a todas estas personas atendiéndome, ¿crees que estoy mal? -Su mirada de cansancio y su afligida voz la delataban. Tyanna odiaba verla en aquellos estados, sus anteriores embarazos no dejaron un buen sabor de boca. Aemma le había admitido una noche sobre su deseo de no tener más hijos, las experiencias de perder a un hijo la estaban acabando. A pesar de esto, aquí estaba dispuesta a darle un heredero a su esposo, el rey, o como ella acostumbraba a decir "cumplir con su deber al reino."
-Considero que se enfocan en la persona equivocada.
-Estoy bien cariño. Me alegra que hayas venido -Sonríe tocándose su barriga donde el gran bulto era notable. -Cuando este pequeño nazca quiero que estés a mi lado.
La cara de Tyanna se transformó a una de horror haciendo reír a la reina. -No, no considero que sea una buena idea, no podré soportarlo.
La reina seguía riendo -Muy pronto tomarás mi lugar en esta cama, no podrás escapar de ello.
-No escapo de ello, -Niega recibiendo una mirada expectante de la reina esperando que continúe -Solo que aún tengo planes qué deseo cumplir.
Tyanna odiaba la idea de que las mujeres solo tenían valor por la capacidad de dar vida. Ella quería representar que las mujeres podían ser más que eso. Aemma la miro con tristeza y tuvo que retener las lágrimas, tenía que tenerse mucha fe para suponer que en un mundo como en el que habitaban aún existía salvación. Tyanna creía que algunas personas valían la pena ser salvadas.
-Estaré aquí, lo prometo -Aemma sonríe tomando la mano de Tyanna, ahora podría estar tranquila, ahora al saber que no estaría sola tendría a alguien al cual aferrarse.
·˚ ༘₊· ͟͟͞͞꒰➳
Tyanna decidió tomar un baño para deshacerse de cualquier aroma indeseado que era producido al volar a Skycleles. Sus damas la ayudaron con su vestimenta cuando estuvo lista y se retiraron bajo su petición. Fue como si estuviera consciente de lo que pasaría, pues, la puerta secreta se abrió. Inevitablemente, Tyanna sonrió y cuando este se acercó fue bienvenido con un cálido abrazo.
-Tenemos poco tiempo -Confiesa resultantemente alejándose.
-¿Qué sucedió? -Podía sentir su cambio de humor a diferencia de como se encontraba al amanecer.
-Daemon está aquí, aparentemente está buscándome -. Al terminar de hablar, él la miro con cejas alzadas mirándola sugestivamente. -No me mires de esa manera, no tengo idea el porqué.
Alza sus manos en señal de paz encogiéndose de hombros -Él te quiere a ti.
Tyanna lo miro como si estuviera loco -No vuelvas a repetir eso.
-Es la verdad, reconozco la mirada.
Ahora fue el turno de Tyanna de verlo con curiosidad -¿Cuál mirada?
-La misma que te dedico al estar a tu lado. Sus ojos resplandecen al verte. Todo está en la mirada.
Tyanna niega intentando descartar los pensamientos que empezaron a formularse en su mente. -Lástima que yo solo tengo ojos para ti.
Él le sonrió tristemente tomando sus manos y jugando con ellas -¿Alguna vez has pensado en buscar a Asger?
La pregunta la tomo por sorpresa, era la primera vez que hablaban sobre él después de años. -No y no hablemos de eso.
-Alguna vez tendremos que hacerlo.
-No esta vez -Susurra -Hoy solo se trata de nosotros.
Él sabía la cruda realidad de que sin importar las fantasías en las que querían creer, esas no se harían realidad por mucho que lo quisieran. Tyanna se casaría algún día y no sería con él. La idea lo volvía totalmente loco, pero entraba en razón al instante Tyanna estaría con alguien que realmente la mereciera y le pudiera otorgar todo lo que él no podía.
Ella era una princesa.
Él un simple cocinero.
Eso era algo que nadie podría cambiar. Ella era merecedora de lo mejor y al estar a su lado no obtendría nada y no dejaría que acabara desprestigiada por su culpa. Estaba dispuesto a dejarla ir, sacrificaría lo poco que tuviera para que la princesa de profundos ojos índigos fuera feliz.
-Hoy sobrevolé varias islas, creo que alguna de ellas podría ser la ideal.
-Estoy seguro de ello -Afirma convencido.
Tyanna cruza los brazos sobre su pecho -Ni siquiera me dejaste terminar, Dimitri.
-No había necesidad.
Tyanna sonríe besando sus labios. La acción solo aseguró los pensamientos de Dimitri, no existía tal cosa que no haría por verla feliz.
·˚ ༘₊· ͟͟͞͞꒰➳
No podía ser invadida por inmensa curiosidad. ¿Qué necesitaba esta vez el príncipe canalla? Fue informada de donde se encontraba y con espalda recta mirada al frente y pasos decididos marcho camino a la sala del trono. El encontrarlo sentado en el trono placidamente no fue sorpresa, fue una imagen familiar, algo que después de múltiples veces de hacerse se volvió una costumbre.
-Así qué era cierto que estabas aquí -Pronuncia secamente Tyanna.
-Parece que mi presencia no es de tu agrado, sobrina -Responde levantándose de su previo asiento, el trono. Camino hacia ella buscando tal vez ¿intimidarla? Tyanna no se inmutó.
-Jamás dije eso... sin embargo, tengo curiosidad, ¿qué haces aquí? Odias venir, siempre lo has dicho -Confronta ganándose una sonrisa socarrona de su parte.
-Escuche sobre el torneo en mi honor-Tyanna rueda los ojos. En sus sueños, pensó. Daemon se atrevió a acercarse aún más invadiendo su espacio personal. Delicadamente, tomo en sus manos el collar que llevaba Tyanna en su cuello, analizándolo.
Tyanna por su parte estudio su rostro, su mirada recorriendo hasta el más mínimo detalle hasta llegar al cuello del príncipe frente a ella y se percató de las nuevas cicatrices que adquirió en batalla. Cuando comenzaría a indagar sobre ellas, Daemon, de un movimiento rápido, jalo el collar causando que este se desprendiera de su cuello, Tyanna jadeo ante la acción levantando su brazo para recuperarlo.
Daemon simplemente lo alejó con su brazo sin borrar su sonrisa divertida. Tyanna quien no estaba lista para rendirse tan fácil, volvió a intentar recuperarlo, pero una vez más Daemon lo alejó; Tyanna suspiro cansada de sus tácticas y Daemon solo sonrió conforme. Como le gustaría borrarle esa maldita sonrisa de su rostro.
Tyanna se aproximó más a él, tratando nuevamente de obtener su reliquia. No se percató que este solo era el plan de Daemon quien acercó su rostro hacia ella, Tyanna abruptamente se alejó, pero al reintentar, recuperarlo, Daemon volvió a acercar su rostro, esta vez más tan cerca que estaban respirando el mismo aire. -Detente -Demando colocando una mano en su pecho evitando que continuara.
-Date vuelta.
Algo en su interior acato la orden haciendo justamente lo pedido. Tyanna dio media vuelta dándole la espalda a Daemon quien coloco su cabello a un lado, por un momento sus dedos rozaron su cuello causando que su piel se erizara automáticamente. Tyanna cerro sus ojos fuertemente por como las reacciones de su cuerpo.
Daemon prosiguió colocándole el nuevo collar y cuando lo hizo se alejó. Tyanna al tomarlo y detallarlo supo de inmediato que era de su espada la hermana oscura. Cuando volteo en busca de Daemon él ya no se encontraba.
·˚ ༘₊· ͟͟͞͞꒰➳
Caminaba encubierta por las calles del Desembarco del Rey, era custodiada por Haeran quien la acompañaba a toda hora. Momentos antes, Haeran le había comunicado del atentado que la Guardia de la Ciudad cometería esa misma noche. Conseguir ese tipo de información no era algo sencillo, Haeran, por otro lado, tenía conexiones y averiguaba lo más que pudiera para jamás ser tomado por sorpresa.
Tyanna le había respondido con un "Eficaz como siempre, Haeran." No tenían una explícita razón, por lo cual se habían metido a la boca del lobo. La noche aseguraba que correría sangre, aun así ambos continuaban caminando al peligro. Tontos. Pareció que llegaron justo a tiempo al notar como la guardia de la ciudad se esparcían por cada rincón. Haeran se aseguró de quedarse a una distancia prudente. Presenciaron mutilaciones de todo tipo, asesinatos, violaciones. La guardia actuaba como unos animales salvajes. A Tyanna se le revolvió el estómago, personas eran falsamente acusadas de crímenes que Tyanna aseguraba que mitad de ellos no cometieron.
Daemon supervisaba todo con completa tranquilidad y una furia se desató en Tyanna. Haeran no tuvo tiempo de retenerla cuando Tyanna salió corriendo Haeran justo detrás de ella. Antes de poder llegar a Daemon un guardia fuertemente la sujeto del brazo, sus manos estaban manchadas de sangre y este río como un maniaco. -Tengo a una piruja -Había exclamado este a la gente a sus alrededores. Algunos de sus compañeros rieron como si fuera algo divertido. ¿Qué había de divertido en todo esto?
Tyanna observo no muy atrás a Haeran quien venía listo a arrasar con el sujeto. Sin embargo, en un rápido movimiento, Tyanna con ayuda de su rodilla golpe fuertemente la parte baja del guardia, quien soltó un grito ahogado al mismo instante que la liberaba. -Perra.
Los guardias a sus alrededores habían detenido sus crímenes para prestar atención a Tyanna quien aún no era reconocida por nadie, excepto por el príncipe, quien con cautela se comenzó acercar. El guardia intentó recuperar su postura, pero Tyanna no lo dejo tomándolo del cabello para golpear la cara del hombre contra su rodilla. A la hora de soltarlo el hombre cayó al suelo despistado y sus sentidos alterados por el fuerte el golpe. Tyanna no espero momento para patearlo en el estómago repetitivamente.
Un guardia de los espectadores se encaminó a ella dispuesto a someterla, pero fue detenido por Daemon quien se interpuso en su camino -Nadie toca a la princesa. ¿Les quedo claro?
Algunos tragaron ante el tono del príncipe, otros se encontraban sorprendidos que fuera la princesa. Pero al final todos asintieron sin oposiciones. -Continúen.
-¡¿Continúen?!-Pregunto Tyanna incrédula y alterada. -Esto es una masacre.
-Estoy dando el ejemplo -Replica el príncipe como si las vidas no tuvieran valor alguno.
-¿Ejemplo? ¿Te estás escuchando? - Cuestiona -¿Evitas que me hagan algo a mí, pero dejas que castiguen a gente inocente?
-No sabes si son inocentes, Tyanna -Eleva la voz. -No deberías de estar aquí.
-¿Por qué? ¿Temes que arruine tu demostración de quien está al mando?
-Vete de aquí ahora o Haeran será el siguiente.
Tyanna lo miro con impotencia y enojo, pero conocía a Daemon sabía que él no jugaba cuando amenazaba, así que cumplió con la orden y se fue ignorando los gritos desgarradores. Estaba consiente que la ciudad necesitaba un orden, pero también era consciente que no toda la gente era culpable y aun así pagaban con sus vidas por desgracias de otros.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top