~ 𝑰𝒏𝒕𝒆𝒓𝒍𝒖𝒅𝒊𝒐 ~ 𝑪𝒖𝒂𝒓𝒕𝒂

3 de marzo de 2015


Ha pasado más de un año que no escribo, no tenía fuerzas. Estuve ingresada en el hospital una temporada...Shuji...¿aún la tienes?

Yo hace poco perdí mi teléfono y con él muchos de los recuerdos que tenía contigo, perdí todas las fotos, todos los mensajes, esos que releía una y otra vez, imaginando que me los acababas de mandar, aunque me dio más pena el hecho de perder las fotos. Era la única manera que tenía de poder recordar tu cara. No eran muchas, pero me gustaban todas. Sobre todo aquella primera a la que le eché una foto rápida antes de darte...

Me gustaría verla solo una vez más.

Estoy pensando en vender la casa de mi abuela... me hace falta el dinero... me da pena, no sabes cuanta, pero la casa se me hace de nuevo demasiado grande para mí sola. 

Draken...bueno, desde hace unos meses dice que no quiere que le llamemos así. Supongo que él también quiere dejar el pasado atrás de cierto modo, así que ahora le decimos Ken

Se me hace raro, pues solo Mikey solía llamarle así. 

En fin, Ken me ha dicho que no sería mala idea irnos a vivir juntos, así podemos hacernos compañía y afrontar los gastos de manera compartida. Aún lo estoy pensando, pero quizá me venga bien ese cambio de aires.

¿Sabes? Mikey se ha puesto a trabajar repartiendo comida, se ha cortado el pelo. Dice que quiere ahorrar para irse a explorar el mundo del que Shinichiro le habló de pequeño. Parece ilusionado con la idea así que le estamos animando a que lo haga y nos traiga recuerdos de sus viajes, o aunque sea que nos mande una postal de vez en cuando.

Tengo la sensación de que el día que se vaya no volveremos a verle, no en mucho tiempo al menos. 

Quizá algún día yo también me vaya de viaje para no volver en un tiempo, para alejarme de todo. Pero no tengo dinero, no el suficiente. 

Ese es otro de los motivos para vender la casa.

Los demás han empezado a encaminar su vida fuera de todo; Mitsu y Yuzuha quieren abrir una sastrería, Chifuyu una tienda para animales...

También he estado hablando con Pah y con Kazutora por cartas...aún siguen ahí dentro, pero no creo que les queden muchos años más, al fin y al cabo les van a reducir las condenas por buen comportamiento. Me alegraría mucho poder juntarme con ellos de nuevo.

Sobre todo con Pah... cada día lo echo más de menos.

Yo sigo en la tienda, aunque las cosas han empezado a ir mal hace cosa de un par de meses... cada vez la jefa está más mayor y se está planteando cerrar la tienda. Me ha comentado que, si quiero, yo puedo quedármela, pero no sé si es lo mejor...los clientes cada vez son menos, por lo que creo que en algún momento cerraremos para siempre. 

He empezado a mirar si necesitan personal en algún otro sitio, solo por si acaso.

Takemichi y Hina ¿te acuerdas de ellos? Se han comprometido...una boda...¿es gracioso no? Parece que al menos algunos de nosotros sí van a poder tener el final feliz que merecen.

 Takemichi ha venido varias veces a mi casa y siempre parece que intenta decirme algo, pero nunca llega a hacerlo. No sé, Hina me dijo una vez que a veces era raro, supongo que a esto se refería...

¿Qué es de tu vida, Shuji? ¿Sigues en la ciudad? ¿Estás bien?

Espero que sí... que al menos tú lo estés...

El hombre sacó su cartera con las manos temblorosas. Aquella noche estaba reviviendo toda una época de su pasado a través de las palabras de una de las personas que más le habían marcado.

Sacó de ella un pequeño trozo de papel doblado en dos, lo abrió y se quedó unos instantes mirándolo. Pasó su dedo por uno de los rostros que aparecían en aquella fotografía. El papel había envejecido, pero las sonrisas que mostraban aquellas dos personas juntas nunca lo hizo.

Notó un nudo en la garganta.

Le dio la vuelta y lo puso junto a la carta que acababa de leer. Comparando el modo de escritura de cierta letra. Siempre le había gustado como escribía su inicial.

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