~ 𝑫𝒊𝒆𝒄𝒊𝒔𝒆́𝒊𝒔 ~
~ 14 de noviembre de 2011, 10:00 a.m. ~
Aquella noche la pasé llorando hasta quedar dormida. Comprendí el motivo de Baji para hacer lo que hizo, y no me quedó más remedio que aceptarlo. Aún así, y aunque todos me dijeron que yo no tuve la culpa de lo que pasó, en mi interior, sabía que todos los planes que habíamos ideado Mikey y yo para la ToMan podían haber sido el detonante de este desenlace.
El día que Mikey me habló sobre Valhalla en el hospital...ese día...debí detener las ansias de pelea que tenía...había que vengar a Draken, sí...pero...¿a qué costo?
Esa noche, Mikey me habló de Kisaki, quien pretendía unirse a nosotros para que así la banda tuviese más miembros para enfrentar a Valhalla. Decidí aceptar, además, le dije que le diera mi puesto.
Mi puesto como Capitana provisional del Tercer Escuadrón de la ToMan. El puesto de Pah.
~ Flashback ~
8 de julio de 2011 - Reunión de la ToMan - Santuario
—A partir de ahora y por el momento —habló Mikey—, los de la Tercera División estáis bajo el mando de Ryoko. Ya sabéis, hacedle caso si no queréis sentir los puños de Pah a través de ella —dijo riendo de manera amenazante.
—Mikey, idiota —le dije en voz baja—. No hacía falta exagerar. Además, no voy a pegar a nadie... míralos... —hice un gesto para que mirara a los miembros—, parecen encantados de que me hayas nombrado su capitana. ¿Verdad chicos?
—¡Sí, capitana! ¡Cuidaremos de usted! ¡Si no es usted o Pah, no seguiríamos a nadie más!
Les sonreí agradecida ante el gesto y acompañé aquello con una reverencia hacia todos ellos. Iba a esforzarme por él, por Pah-chin, aunque sabía de sobras que aquello era algo que a mí me venía demasiado grande.
Yo jamás podría ser capaz de liderar un escuadrón como él. Ni mucho menos una pandilla entera como lo hace Mikey.
~ Fin flashback ~
No duré mucho como capitana, además de que era algo interno de la ToMan, de puertas para afuera, el Tercer Escuadrón seguía con la vacante de Capitán. Esta era la manera típica en la que ellos me protegían.
Cuando fundamos la ToMan no pudieron dejarme de lado, sabía pelear, pero más allá de eso, tenía mucho más cerebro que todos ellos juntos, y, de esta manera, los siete fundamos la pandilla.
Sin embargo, cuando la banda fue creciendo y nos metimos en algunos problemas con otras más pequeñas, decidieron que me intentarían ocultar por todos los medios, aunque siguiera formando parte de la pandilla, como miembro del tercer escuadrón al mando de Pah. Pero que pasaría desapercibida para todo aquél que llegase nuevo.
¿El motivo de aquello? No tenía ni idea, ni tampoco me interesaba mucho averiguarlo. Si eso me permitía estar más tiempo con ellos me bastaba.
Y estaba bien con eso, no me importaba que me escondieran o no poder ir a veces a las reuniones, pues tampoco quería tener ningún protagonismo ni nada parecido dentro de la ToMan.
El día de mi nombramiento como Capitana aún éramos pocos miembros en la pandilla, y todos sabían de mí y quién era, por lo que no había problema entre los demás y ellos aceptaron encantados. Pero nadie de fuera debía saberlo, sería como la "capitana en las sombras".
Por eso, cuando pasó lo de Draken, pensé que la oportunidad se presentaba en bandeja; la ToMan conseguiría más miembros, muchos más, a ese tal Kisaki había que darle algún incentivo a cambio, y además, los nuevos integrantes que provenían de Moebius eran demasiados y no los conocíamos. Mikey se machacó la cabeza en cuanto a mí se refería, pues no quería que casi cien personas supieran de mí, era uno de los pilares de la pandilla y no quería ponerme en peligro con esos movimientos.
Esa fue la primera vez que dijo algo con respecto al porqué de mi situación, así que quería estar a la altura y darle una solución lo más acertada posible.
Para mí fue fácil idear la jugada. Yo le cedía mi puesto a Kisaki y, de momento, me quedaría al margen de la ToMan. Asistiría a las reuniones, aunque intentaría evitar ser vista, y Mikey me iría informando después si algo no me había quedado claro, para así darle mi opinión en secreto.
No era complicado.
Así sucedió, se nombró a Kisaki Capitán del Tercer Escuadrón de la ToMan y hubo algunas quejas entre los miembros más antiguos, pero recuerdo que, al dirigirles la mirada desde la lejanía, todos callaron. Lo entendieron al instante: no debían mencionar nada de que ya había un capitán —capitana, en este caso— antes de que Kisaki asumiera el mando.
*Kisaki es el enemigo* esas últimas palabras de Baji resonaban en mi cabeza de nuevo.
Durante días estuve dando vueltas a la frase, intentando atar los hilos, pero siempre, en algún punto, los perdía. No llegaba a relacionar nada, estaba completamente bloqueada y no podía pensar con claridad. Todo lo del día con Valhalla me había afectado sobremanera...y ese Hanma, para colmo, resultó ser aquel chico amable, aunque dudaba si en verdad era amable conmigo sólo porque no sabía quién era yo.
En fin...ya nada es un secreto, de todas maneras...el rumor del "Ángel de la ToMan" siempre corrió por todos lados, que había alguien que siempre les salvaba el culo a los demás, que tenía a la banda en sus manos y cosas así... Esto es algo exagerado, los rumores se distorsionan a tal punto que asusta a veces...
Pocos sabían que era yo, pero ni de lejos era para tanto, Mikey era el comandante y la máxima autoridad en la ToMan, aunque siempre pedía mi opinión, la cual le influenciaba bastante antes de tomar una decisión.
Pero ya no, me expuse completamente el otro día. Quizá ya no merecía estar en la ToMan.
Y, por si fuera poco, me tuvo que sacar de allí uno de Valhalla y nada menos que uno de sus comandantes, el que nos había declarado la guerra...irónico ¿no?
Pero, lo peor de todo es, que aunque intentara sentir algún tipo de odio por aquel chico, me era imposible. Estaba claro que ya no nos íbamos a cruzar más. Dijo que su banda iba a desaparecer, así que las posibilidades de que la ToMan vuelva a meterse en algo tan problemático habían disminuido bastante.
Todos estos días había estado en casa encerrada, no había hablado con nadie, salvo con Emma de vez en cuando. Llamé al trabajo para decir que no me encontraba bien y que no podría ir en unas cuantas semanas. Menos mal que tenía algunos ahorros para los gastos, eso sí, esos días los pasé comiendo sopas instantáneas que tenía en casa, no quería gastar dinero en comida ni en nada, lo necesitaba para pagar la casa.
Pensé mucho, y empecé a aceptar lo que hizo Baji, incluso un día me reí sin ganas, acordándome de que se me había declarado con sus últimas palabras.
Teníamos sexo, sí, y éramos muy buenos amigos, pero yo no notaba esas mariposas que se deben de sentir cuando uno está enamorado. Y estoy segura de que él tampoco, no solo por ciertos comportamientos, si no porque no se comportaba conmigo como alguien enamorado.
Todos esos pensamientos me habían atormentado por medio mes.
Hasta hoy. Ya no más. Si sigo así, me voy a quedar aquí atrapada. Tengo que seguir con mi vida, con mis bromas y mis locuras, si no, voy a hundirme y no tengo a nadie para que me cuide si eso pasa, o, más bien, no quiero hacer que nadie tenga que cuidarme.
Además, hoy era el cumpleaños de Emma. Hacía tiempo que le había comprado un regalo y lo tenía envuelto ahí para dárselo. No era muy buena eligiendo regalos, pero regalarle a Emma era algo tremendamente sencillo, era feliz con cualquier cosa, así que el día de festival, aprovechando que ella no estaba cerca, le compré un colgante en el puesto de abalorios en el que estuve.
Llamé a Draken, ya que sabía que él también tenía que darle un regalo y quería saber qué es lo que iba a hacer esa tarde.
—¡Por fin das señales de vida! — me dijo desde el otro lado del teléfono—¿Cómo estás?
—Bien —no quería sacar el tema—, oye, ¿habéis organizado algo para el cumpleaños de Emma?
—No, ella tampoco tiene muchas ganas, luego va a ir a una cafetería con su hermano, yo me pasaré por allí ¿quieres venir conmigo?
—Vale, me visto y te doy el encuentro en un rato.
—De acuerdo, pero antes me acompañarás a un sitio con Takemichi.
—¿A dónde?
—Vamos a ir a ver a Kazutora.
Dudé por unos momentos, pero ya nada iba a hundirme más, así que accedí.
~ 14 de noviembre de 2011, 16:30p.m. ~
Acabábamos de salir de aquel frío lugar donde tenían a Kazutora retenido y ahora acompañábamos a Draken a recoger el regalo de Emma a su casa, si es que aquel burdel se podía llamar casa, pero era donde él vivía. A Takemichi lo confundieron con un cliente del burdel y eso fue motivo de burla para Draken y para mí durante el resto de la tarde. La verdad que me había animado bastante pasar el rato con ellos.
Más aún, después de salir desanimada tras ver al del cascabel en la oreja. Me dolía verlo de nuevo encerrado... pero parecía que a él nuestra visita también le había servido para animarlo en cierta medida.
Más tarde nos reunimos con Mikey y Emma en la cafetería, charlamos de cosas sin sentido ninguno. Draken le dio un peluche de un oso rosa a Emma y ella casi llora de la emoción.
—¿Has visto cómo te quiere, tonta? —le dije por lo bajo. Ella solo podía sonreír y yo al verla tan feliz, la imitaba — Jo, ¿Cómo va a superar mi regalo esa felicidad que tienes ahora mismo? ¡qué envidia, Draken! ¡Yo también quiero que Emma ponga esa cara cuando le regale algo! Mírala que guapa, mira, mira...
Agarré la cabeza de Draken para que mirase a Emma casi por la fuerza y Mikey reía.
—Toma, anda, ábrelo —le di el paquetito a Emma y ella lo abrió al segundo.
—¡Me encanta! Pónmelo, pónmelo —el colgante quedaba precioso en su cuello—. ¡Muchas gracias! No me lo pienso quitar nunca —saltó hacia mí y me dio un abrazo de esos que daba ella que hacía que me dolieran todos los huesos de la espalda.
—Ah...Emma...me aplastas...—reí entre quejidos— oye, tienes fuerza, ¿seguro que no quieres ser parte de la ToMan?
—¿Qué dices? Deja, deja, eso es solo para vosotros, yo soy la acoplada bonita —hizo un gesto de victoria algo risueña.
—Bueno, eso, y la novia del subcomandante, tan acoplada no eres —todos rompimos a reír mientras que Draken se sonrojaba y apartaba la mirada.
—Por cierto, hablando de la ToMan —Mikey me miró—. Mañana hay reunión ¿vendrás? bueno, no te lo pregunto, lo que vamos a decir mañana te incumbe, así que ven.
—Claro —alcé mi brazo tocando mi bíceps y levantando el puño— ya vuelvo a estar en plena forma.
~ 15 de noviembre de 2011, 19:30 p.m. ~
Llegué al santuario como si nada hubiese pasado. En realidad, lo único que me preocupaba en esos momentos era encontrarme con Mitsuya. Tenía por seguro que iba a reñirme por haber estropeado el haori que me había regalado.
Pero no lo hizo. En su lugar, me trajo a la reunión otro aún más bonito, le había añadido un bordado de flores en las mangas, doradas, del mismo material que el bordado con el lema de la ToMan.
—Cada vez te superas más.
—Eres la única chica en la ToMan, y yo hago todos los uniformes para los chicos...al menos contigo puedo hacer algo más —me dijo guiñando un ojo— pero... como te cargues este, te mato.
Fingió seriedad.
—Oído. —me reí. No podía evitarlo, definitivamente este chico me calmaba siempre.
No faltaba casi nadie por llegar; Takemichi había aparecido con el uniforme de la ToMan y Draken y yo le felicitamos por su entrada oficial a la pandilla.
Mientras hablaba con Takemichi, tres figuras pasaron por mi lado y sentí un escalofrío recorrer mi espalda.
Mikey, Chifuyu y...¿Hanma? ¿Qué hacía él con Mikey?
Se dirigieron a lo alto de las escaleras y Mikey habló.
—Como sabéis, la pelea del "Halloween sangriento" concluyó con la victoria de la ToMan, pero...—hizo una pausa—. ¡No podemos permitir que lo que allí pasó vuelva a suceder! Por eso he traído conmigo a una persona que tiene unas palabras para vosotros.
Vi cómo Hanma se adelantaba.
—Soy Hanma Shuji, ex-subcomandante de Valhalla, aunque este grupo nunca tuvo un líder como tal —su voz resonaba por todo el espacio—, y perdimos. Por lo que, a partir de ahora...¡Los trescientos miembros de Valhalla se unirán a la Tokio Manji!
Se escucharon algunos vítores entre el público, la ToMan contaría con trescientos integrantes más.
Son demasiados
Pensé hasta que la voz de Hanma volvió a captar mi atención.
—Hubo alguien que hizo de puente entre ambos grupos, ¡Kisaki Tetta!¡Un paso al frente! —la gente empezó a vitorearle y comprobé que Takemichi se ponía nervioso...
"Kisaki es el enemigo" ¿quizá fue por las palabras de Baji? Seguramente fuera por eso. Yo solamente podía observar. No sabía nada de esto, seguramente por esto me habían estado llamando tanto en estos días que he estado desconectada del mundo exterior.
Para sorpresa de todos, cuando Hanma terminó de hablar, Mikey delegó en Chifuyu una elección importante. Se decidió que Takemichi sería quien sustituiría a Baji como capitán del primer escuadrón. Yo me alegré por él, sabía que había estado intentando traerlo de vuelta y había congeniado muy bien con Chifuyu, el subcapitán. Era lógico que aquel rubio fuera el escogido.
—Bien —prosiguió Mikey—, por último, Hanma Shuji será el capitán de una nueva división, la Sexta División de la ToMan. Esta división contará con la mitad de los integrantes del antiguo tercer escuadrón —¿me estaba mirando?—, y la mitad de los miembros de Valhalla, la otra mitad de los miembros de Valhalla se unirán al tercer escuadrón bajo las órdenes de Kisaki.
Nadie se quejó. Pude ver a Kisaki sonriendo al lado de Hanma, quien también lo hacía.
La reunión terminó y, mientras yo hablaba con Draken, Mikey se acercó.
—Oye, angelito, vas a estar en la Sexta División con Hanma, quiero que le vigiles, le he puesto al tanto de tu situación —asentí.
Era lo que yo pensaba, parece que habían decidido hacer estos planes sin mí, pero no me parecían del todo malos. Es mejor tener a los enemigos cerca ¿no?
—Ey —Mikey me asaltó de nuevo—, ¿te parece bien así? —volví a asentir sonriéndole.
Hanma y Kisaki se acercaban a donde estábamos.
—Hanma, ella es de quien te he hablado.
Hanma me miró y yo le tendí la mano, intentando disimular. A él pareció extrañarle ese gesto, me guiñó un ojo y frotó mi cabeza con la palma de su mano.
— Hola enana, cuánto tiempo.
Las caras de los demás eran un poema.
—¿Os conocéis? —le preguntó Draken.
—Digamos que... sino me la llego a llevar aquel día, a saber dónde estaría ahora —Kisaki le fulminó con la mirada cuando dijo eso y él continuó hablando—. De todas formas, encantado.
Me sonrió, esta vez sí, tendiéndome la mano.
—Soy Hanma Shuji, vamos a llevarnos bien, ¿sí? Al fin y al cabo...vamos a estar mucho tiempo juntos —dijo eso último con un tono diferente. Este chico me estaba provocando y no iba a cortarme.
—Claro, más del que te imaginas —contesté apretándole la mano con fuerza—. Estar a mi lado no es fácil ¿verdad? —miré a Mikey y a Draken, que parecían algo confusos ante esos gestos hacía el que se suponía que era un desconocido para mí.
—Sí... — terminó por decir Mikey— ten paciencia, Hanma. Ryoko es algo intensa.
—Sin problema —él sonreía pícaramente—. De hecho, es mejor así. Vamos a pasarlo muy bien.
Definitivamente me estaba provocando.
Draken se acercó a mí y me preguntó en voz baja.
—¿Cómo que él te sacó de allí?
Le expliqué también en voz baja lo que había pasado una vez él me dejó en el desguace con Kazutora y él chasqueó la lengua.
—Qué lata...—rechistó y se dirigió hacia Hanma.
¿La he cagado mucho?
—Oye Hanma —le dijo—. Supongo que debo darte las gracias. Cuida de ella a partir de ahora. No quiero ser yo quien mate al "Dios de la muerte".
—¿Qué? —Hanma me miró—. Ah, eso... No es nada. Lo hice porque quise —me sonreía mientras le miraba extrañada. ¿Cómo le había llamado Draken?.
Tras eso, Hanma y Kisaki se fueron caminando juntos.
Mikey, Draken y yo hicimos lo mismo. Aproveché el camino a casa para pedirles perdón por haber estado incomunicada estos días atrás. Ellos no me reprocharon nada y seguimos caminando mientras hablábamos de cosas sin importancia hasta llegar a la puerta de mi casa, donde nos despedimos hasta el siguiente día que nos viésemos.
~ 15 de noviembre de 2011, 20:30 p.m. En algún otro lugar ~
—¿Cómo que la sacaste de allí? ¿No se había escapado? —dijo el chico bajito con gafas.
—Bueno...quizá esta situación te convenga más ¿no?
—Sí...puede que sí...
—Nunca sé que estás planeando, pero no me importa ni quiero que me lo cuentes —el alto reía—. Así es más entretenido.
—Hanma —continuó Kisaki—, mantenla cerca de ti, haz lo que haga falta para ganarte su confianza.
—Eso no será un problema —Hanma encendió un cigarro y se quedó mirando al cielo mientras parecía pensar en algo más que en las palabras de su amigo.
A partir de aquí hay un cambio en cuanto a la trama principal, es decir, que el siguiente arco de los Black Dragons no va a suceder inminentemente. Vamos a darle chicha a la historia de la relación Hanma & Rayis.
Si tenéis preguntas podéis dejármelas por aquí en los comentarios ^^
Todos los créditos correspondientes a las imágenes utilizadas en el capítulo.
<3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top