𝟓. 𝐀𝐜𝐜𝐢𝐝𝐞𝐧𝐭 𝐨𝐫 𝐚𝐭𝐭𝐫𝐚𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧?

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P𝘰𝘳 𝘶𝘯 𝘣𝘦𝘴𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘳𝘰𝘣é

𝘗𝘰𝘳 𝘶𝘯 𝘪𝘮𝘱𝘶𝘭𝘴𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘱𝘦𝘯𝘴é
𝘋𝘦 𝘦𝘴𝘢 𝘮𝘢𝘯𝘦𝘳𝘢 𝘮𝘦 𝘦𝘯𝘢𝘮𝘰𝘳é
𝘛𝘳á𝘦𝘮𝘦𝘭𝘰 𝘢𝘭 𝘤𝘪𝘦𝘭𝘰, 𝘢𝘺, 𝘜𝘯𝘥𝘦𝘣𝘦𝘭

-Judeline> bodhitale

La fiesta de confirmación de la boda de Arabella había comenzado con un aire elegante y, a la vez, cargado de tensiones ocultas. Ella brillaba en su vestido exclusivo, uno de esos de archivo, diseñado en colecciones pasadas y reservado para ocasiones especiales. La mirada de los invitados seguía cada uno de sus movimientos, admirando no solo su atuendo, sino también el poder que proyectaba al ser la futura esposa de Noah Greenberg.

—Arabella, querida, ¡qué radiante te ves!—comentó una mujer, dándole dos besos y lanzando una mirada a Noah—Y, por supuesto, felicidades por la fusión. Parece que Kaplan Corporation y Beresford Capital están imparables.

Arabella sonrió con cortesía, mientras Noah, a su lado, contenía una expresión forzada.

—Gracias, fue una decisión importante para ambas familias—respondió Arabella, con voz firme, sin dejar que se notara lo incómodo que podía estar Noah en ese momento.

—Sí, claro—añadió Noah, tensando la mandíbula—Es un paso estratégico. Los negocios son así, siempre se busca lo mejor.

El comentario fue recibido con miradas cómplices y alguna risa discreta. Los invitados parecían disfrutar un poco demasiado el hecho de que Arabella y su socio Clay habían superado a Noah en los rankings empresariales.

Noah respiró hondo, manteniendo la compostura mientras otro invitado lanzaba otro comentario sobre los logros de Arabella.  Momentos después, decidió marcharse a hablar con un pequeño grupo de amigas, mientras Karly, una de las más apreciables amigas de Ara, se encontraba hablando de la última bolsa Hermes que compro. Anne se acercó con una sonrisa traviesa en el rostro y se inclinó hacia su hermana.

—Ara, Clay acaba de llegar—le susurró en el oído, con una mezcla de picardía y complicidad.

Arabella dejó de escuchar lo que las cuatro amigas que la acompañaban estaban diciendo. Su mente de repente se nubló. Volteó ligeramente hacia la entrada, y ahí estaba Clay, ingresando con su madre, imponiendo presencia con su elegante traje negro. Su postura segura, el sutil aire de desafío en su mirada, todo eso la envolvió de inmediato.

—Oh, Dios—murmuró Arabella, intentando recuperar la compostura.

Clay saludaba a los presentes, con una sonrisa serena, avanzando lentamente por la sala. Su madre, la señora Beresford, lo acompañaba, irradiando la misma clase y elegancia que su hijo. Cuando llegaron cerca de Arabella, la madre de Clay fue la primera en hablar.

—Arabella, querida, qué gusto verte. Te ves absolutamente divina esta noche, como siempre—dijo con una sonrisa afectuosa.

Arabella apenas pudo responder, distraída por la presencia de Clay.

—Muchas gracias, señora Beresford—contestó, intentando ocultar el leve temblor en su voz.

La señora Beresford asintió con gracia.

—Voy a saludar a algunos amigos. Nos veremos luego.

Cuando ella se retiró, Anne y las amigas de Arabella intercambiaron miradas cómplices antes de dejar a Arabella y Clay solos. La tensión entre ellos era palpable, aunque disfrazada por sonrisas cordiales.

—No esperaba verte tan pronto después de nuestra... hazaña empresarial—comentó Arabella, con una mezcla de sarcasmo y burla.

Clay la miró con una sonrisa tranquila, pero había algo en sus ojos, un brillo de satisfacción.

—¿Y perderme la confirmación de la boda del año? Por favor. Además, tenía que venir a ver cómo Noah lleva su... ¿cómo decirlo?... reciente derrota—respondió Clay, mirando de reojo en dirección a donde Noah se encontraba.

Arabella se rió suavemente, pero había un toque de verdad en lo que Clay decía.

—Está demasiado molesto como para disfrutar la fiesta, pero ya sabes cómo es, siempre tan profesional—dijo, con una sonrisa cómplice.

Clay la miró, inclinándose un poco hacia ella.

—Me alegra saber que tú sí sabes disfrutar una victoria. Pero dime, ¿Cuánto tardará en ponerse todo esto... aburrido?

Arabella no pudo evitar sonreír, sabiendo a qué se refería Clay. La fiesta, aunque lujosa, ya empezaba a sentirse un poco mundana. Pero antes de que pudiera responder, Noah apareció de repente a su lado.

—Clay—dijo Noah, con un tono ligeramente sarcástico, mientras posa una mano en la cintura de su prometida— Vaya noche, ¿no? Todo el mundo emocionado por la boda y por el éxito de Kaplan Corporation. Aunque, claro, algunos aquí están más interesados en hablar de negocios que en celebrarnos a nosotros, ¿verdad, Clay?"

—Bueno, Noah, parece que para algunos los negocios son más interesantes que una boda de... conveniencia.— contesta el rubio sonriendo con un toque de sarcasmo, manteniendo la calma.

—Vamos, chicos, no es el momento para este tipo de... rivalidades. Estamos aquí para celebrar. Aunque debo decir, Noah, que quizás deberías dejar que otros tengan su momento también.— trata de suavizar la tensión la empresaria, pero claramente inclinada hacia Clay.

—¿Su momento? ¿Te refieres a él? No olvides, Ara, que todo esto—tu éxito, tus empresas—serán parte de Greenberg Industries cuando nos casemos. Es solo cuestión de tiempo.— le comenta para cruzar los brazos, con la mandíbula apretada.

—¿De verdad, Noah? Porque si no me equivoco, Arabella ha demostrado que puede manejar sus negocios mejor que nadie. Tal vez deberías preocuparte más por lo que podrías perder que por lo que puedes ganar.— mientras responde arquea una ceja, su sonrisa ampliándose.

—¿Así que ahora estás de su lado? Después de todo lo que hemos planeado, ¿vas a dejar que él se interponga entre nosotros y todo lo que estamos construyendo— con cada palabra demuestra su frustración, mirando a Arabella, casi ignorando a Clay.

—Noah, no es cuestión de estar del lado de alguien. Se trata de reconocer quién está jugando mejor este juego. Y últimamente, parece que tú estás perdiendo el control, y eso no es algo que me inspire confianza.— admite con una sonrisa gélida.

—Te estás equivocando de bando, Ara. Este tipo no es de fiar, y lo sabes. Pero claro, ahora que te ha destronado, parece que estás demasiado ocupada admirándolo para darte cuenta.— mientras le responde a su prometida, da un paso hacia ella, casi susurrando pero con tono cargado de ira.

—¿Admirar? No sé, Noah. Pero te aseguro que respeto no se gana con amenazas, sino con resultados.— interviene, no perdiendo la calma como lleva haciendo hace unos minutos.

—Basta los dos. Esta no es la forma de resolver las cosas, y mucho menos en nuestra fiesta de compromiso.— intenta alivianar la charla, mirando a ambos, sintiendo la tensión aumentar.

Justo en ese momento, el padre de Arabella se acerca para interrumpir la conversación.

—¡Ara, Noah! Es hora de comenzar con la fiesta oficial. Todos los invitados están esperando a la pareja de la noche.— les indica a la pareja con una gran sonrisa, sin percatarse del ambiente tenso.

—Por supuesto, papá. Vamos, Noah. Hora de fingir que todo está bien.—respirando hondo y poniendo una máscara de profesionalismo mientras toma a Noah del brazo

—Que lo disfruten, pareja.— les dice con sarcasmo el socio de Arabella, estaba con una sonrisa mientras los veía alejarse, sabía que había dejado una marca en la discusión.

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La velada inicia con los padres de Arabella y Noah tomando el micrófono, los anfitriones de la fiesta. Los padres de Arabella inician, con su madre diciendo con una sonrisa.

—Esta noche celebramos no solo una unión entre dos familias, sino la promesa de que Arabella y Noah continúen construyendo juntos lo que todos sabemos que será un futuro exitoso y lleno de logros. ¡Que su amor siga creciendo y enfrentando todos los retos!— expresa con una emoción sin poder contener, mientras el Señor Kaplan asciende con una sonrisa cálida a su lado.

—Tanto nosotros como padres y los padres de mi yerno, siempre hemos deseado ver a Noah y Arabella felices y con alguien que los complemente. Y aunque sabemos que a veces hay choques entre ellos—hace una pausa y todos ríen suavemente—creemos en la fuerza de su relación y estamos orgullosos de que estén dando este paso. ¡A brindar por los novios!

Los invitados aplauden y levantan sus copas. Luego, es el turno de Anne y Samuel, el hermano menor de Noah, quienes se acercan al frente para dar sus palabras preparadas.

—Bueno, como todos saben, soy la hermana de Arabella, así que me toca hablar como representante de los Kaplan. Solo quiero decirles a ustedes dos que, si esta boda es como sus discusiones de negocios, entonces será todo un éxito... y una aventura para ambos. Pero sin bromas, les deseo lo mejor y espero que sigan siendo el ejemplo de pareja que todos necesitamos ver.

Noah rueda los ojos discretamente, pero Anne le lanza una mirada divertida y continúa, mientras Samuel interviene.

—Desde el lado de la familia de Noah, solo puedo decir que estamos encantados de recibir oficialmente a Arabella. Que este matrimonio sea el inicio de algo increíble para los dos, y que esta noche sea solo el principio de las celebraciones. ¡A disfrutar!— expresa con formalidad el menor de los Greenberg — Tras los aplausos y brindis, Samuel levanta su copa— ¡Ahora sí, a celebrar como se debe!— proclama el rubio.

A medida que la música comienza a sonar y los invitados se dispersan hacia la pista de baile y la barra, Arabella se vuelve hacia Noah.

—Voy a buscar a mis amigas y pasar un rato con ellas. ¿Estás bien?— dice demasiado amable para el estado en el que se sentía la empresaria.

—Sí, claro. Yo aprovecharé para hablar de negocios... como siempre.— le responde su prometido con una expresión algo tensa y su respuesta de forma cortante.

Sin más palabras, ambos se dan la vuelta y se alejan en direcciones opuestas. Arabella encuentra a sus amigas, Karly, Sara, Sasha, y Abi, cerca de la barra. Se une a ellas, y mientras brindan, empiezan a charlar de todo un poco.

—¿Puedes creer lo intensa que es esta fiesta? Nunca imaginé que habría tanto de negocios en una celebración de compromiso.— expresa Karly algo aburrida por la temática que se armó en el salón.

 —Sí, pero ya sabes cómo son estos eventos... entre tanta formalidad, también hay que intentar divertirse un poco.— intenta explicar Ara, que es interrumpida por Sasha.

—Mira, hablando de entretenimiento, ¿te has dado cuenta de que Clay está aquí? Justo allá, hablando con tu papá.— le hace ver la castaña.

Arabella levanta la vista y se queda un segundo observándolo. Ahí está Clay, riendo de algo que dice uno de los amigos de su padre, su porte impecable en ese traje que parece hecho a medida. Los ojos de Arabella se detienen en él, fascinados, y sus amigas lo notan de inmediato.

—¿Qué pasa, Ara? Estás babeando.— le indica Abi mientras le da un ligero codazo. Antes de su respuesta, la rubia sorprendida, parpadea rápidamente.

—¡No es cierto! Simplemente... Clay se viste bien, nada más.— intenta ocultar sus sentimientos que florecen poco a poco.

—Ah, claro. Porque es solo su ropa lo que te atrae. Admitelo, Ara: hay algo entre ustedes dos.— intenta saber más Karly.

—Por favor, no empiecen. Clay y yo solo trabajamos juntos. Esa rivalidad es profesional, ¿entienden?— intenta calmar las aguas la rubia, aunque hasta ella sabía que era mentira.

—Sí, claro. ¿Y cuando se miran como si fueran a devorarse mutuamente también es profesional?— replica Sasha con una sonrisa traviesa.

Arabella intenta defenderse, pero una sonrisa traviesa se escapa de sus labios. Finalmente, se rinde un poco .

 —Bueno, digamos que... nuestra relación tiene... algo de chispa.— murmura con algo de diversión.

Todas sus amigas gritan emocionadas y le lanzan miradas cómplices. Noah, desde el otro lado de la sala, capta el revuelo del grupo y, con el ceño fruncido, observa a Arabella sin poder escuchar, pero con una evidente intriga.

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Arabella, luego de un buen tiempo, con el corazón latiendo acelerado por el peso de la noche, salió en silencio hacia uno de los balcones más apartados del salón. La frescura del aire le proporcionó un alivio inmediato mientras dejaba escapar un suspiro profundo, mirando hacia las luces de la ciudad. Sabía que su vida estaba planificada hasta el último detalle, y aunque había logrado muchas de sus metas, sentía la asfixia de todo lo que la rodeaba.

—Todo es un show, siempre tan perfecto, tan controlado... ¿Es esta realmente la vida que quiero?— se preguntaba a si misma en susurro mientras piensa en lo que le deparan los próximos meses.

Justo en ese momento, sintió una mano firme posarse en su cintura. Sin girarse, su boca esbozó una ligera sonrisa; sabía perfectamente quién era.

—Clay... —susurró antes de girarse y encontrarse con su rostro. Los ojos de Clay parecían oscurecerse bajo la luz suave, mirándola de una forma que hizo que un escalofrío le recorriera la espalda.

—¿Qué hace la futura novia aquí, en soledad, mientras todos celebran adentro?— inquiere con interés el rubio.

Ella suspiró, volviendo su vista hacia el paisaje nocturno.

—Celebrando, claro... pero ya sabes cómo es todo esto, Clay. Un show, un entretenimiento más para todos. Y, sinceramente, estoy un poco cansada de fingir. Necesitaba un respiro de tanto... guion.— le explica mientras en sus palabras realiza una mueca, una sonrisa resignada que era casi una confesión al final.

Él asintió, acercándose un poco más. La intensidad de su mirada era tan fuerte que casi le cortaba el aliento.

—Si hay alguien que te entiende, soy yo. Aunque en otra línea temporal, hablando hipotéticamente, si no tuviéramos esa rivalidad profesional, me atrevería a decir que contigo jamás me aburriría. Y lo mejor... nada de esta atracción sería solo un show.— le indica con una mirada cómplice, una mirada que hablaba más que él.

Sus palabras parecían un susurro hipnótico. Arabella sintió que una chispa encendía algo profundo dentro de ella. Decidió arriesgarse y se inclinó hacia él, quedando apenas a centímetros de sus labios.

—No te equivoques, Clay. A tu lado, ya nada es aburrido.— se atreve a decirle sin dejar de verlo a los ojos.

Él esbozó una sonrisa, un juego entre el desafío y la ternura, mientras sus ojos no dejaban los de ella. La tensión entre ambos se tornó insostenible. Poco a poco, como si el momento mismo los empujara, sus labios se encontraron en un beso profundo, lleno de una pasión que ambos parecían haber contenido demasiado tiempo. Las manos de Clay recorrieron su cintura, atrayéndola hacia él mientras sus dedos se entrelazaban con el contorno de su vestido

—Tú y yo, Arabella... seríamos una pareja imposible de ignorar.— le susurre contra sus labios, causando un escalofrio a la israelí.

Mientras lo escuchaba, la mente de Arabella vacilaba, sus pensamientos volvían a Noah, al compromiso, al futuro que le habían pintado. Pero el contacto de los labios de Clay borraba todo, su mundo reducido a ese instante.

—Ese vestido... una pieza de archivo, ¿verdad? Colección limitada de Alexander McQueen, si no me equivoco. Primavera del 2017.— le comenta en susurro su socio.

El aliento de Arabella se entrecortó y sus labios se separaron apenas, sorprendida y cautivada por su conocimiento. Se dio cuenta de que, sin importar la situación, Clay siempre lograba dejarla sin palabras. Su tono fue un susurro divertido, entrelazado con una risa suave:

—Eres un tonto, Clay. Pero me encanta que lo sepas.— admite levemente sonrojada.

—Digamos que me fijo en los detalles, sobre todo en los que valen la pena.— le hace ver Beresford.

Él la besó nuevamente, y cada palabra, cada gesto, lograba que Arabella sintiera que algo en ella tambaleaba. Por primera vez, se preguntó si realmente quería la vida que tenía planeada con Noah, o si este impulso desbocado junto a Clay era lo que realmente deseaba.

El balcón había sido un escape breve y fugaz, un espacio donde Arabella se sintió, por unos minutos, auténtica, sin máscaras. La conexión con Clay había sido tan intensa que el sonido de alguien aclarando la garganta casi les sobresaltó. Al girarse, vieron a Anna, quien los miraba con una sonrisa de lo más divertida y cómplice.

—Bueno, chicos, odio ser aguafiestas, pero ya es hora de regresar—dijo Anna, dejando escapar una risita maliciosa—. Noah está a punto de dar su tradicional discurso, y todos los invitados están ansiosos.

Arabella, todavía un poco hipnotizada, soltó la mano de Clay, quien le acarició los dedos en señal de despedida.

—Ve, Ara—le susurró Clay en tono suave, con una mirada que parecía transmitir algo más que palabras.

Arabella asintió, sin desviar la vista de él hasta el último instante, antes de alejarse con Anna.

Mientras caminaban de regreso al salón, el silencio entre las hermanas fue breve.

—Ara, ¿por qué simplemente no mandas a Noah a la mierda y te casas con Clay? —comentó Anna, tan espontánea como siempre.

 —¡Anna! Lo de hace un momento fue un... un accidente.— exclamo la CEO con una risa nerviosa acompañada.

—Claro, seguro —replicó Anna con una sonrisa burlona mientras la mira con escepticismo—. Hoy es un 'accidente' porque tenías una pestaña en el ojo, y mañana, ¿qué? ¿Vas a decirme que terminaste encima de él 'sin querer'?

—¡Anna! Deja de exagerar.— vuelve a exclamar girando los ojos, intentando ocultar su rubor.

Al llegar al salón, el murmullo de los invitados llenaba el ambiente, pero todos guardaron silencio en cuanto Noah comenzó a hablar. Arabella respiró hondo y tomó su lugar al frente, sonriendo con la expresión de la novia enamorada que todos esperaban ver.

Noah, con un tono solemne, comenzó su discurso.

—Queridos amigos y familiares, estoy aquí para expresar lo que significa para mí tener a Arabella en mi vida—dijo Noah, su mirada posándose en ella con una sonrisa calculada—. Desde que la conocí, su presencia ha sido una constante inspiración. Arabella representa todo lo que uno busca en una compañera: es fuerte, decidida, y su lealtad es inquebrantable.

Algunos invitados asintieron emocionados, mientras Noah continuaba. 

—No solo estamos aquí para celebrar nuestro amor, sino para honrar la importancia de un compromiso que va más allá de nosotros mismos. Al igual que en nuestras tradiciones, donde la fe y el apoyo mutuo son esenciales, Arabella y yo queremos construir una vida basada en esos principios. Estoy ansioso por este futuro que compartiremos juntos.— sigue con su discurso el empresario, aunque para Ara era un poco de palabras vagas.

La CEO mantuvo la sonrisa, aunque su mente estaba en otra parte. Al echar un vistazo hacia un lado, vio a Clay entre los invitados. Él fingía prestar atención, pero en cuanto sus miradas se cruzaron, sonrió con picardía, con verse, podían entender lo que el otro quería decir. Arabella sintió un escalofrío, sonriendo casi sin poder evitarlo.

Al terminar el discurso, los aplausos resonaron en el salón. Arabella regresó su atención a Noah, y ambos intercambiaron miradas frente a los asistentes, pero la sensación que le había dejado Clay aún estaba allí, palpitante y secreta.



Continuará...............................



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¡Lamento haber desaparecido!, tuve proyectos que entregar en la universidad y no me ha dado tiempo para nada hasta ahora, y justo el miercoles fue mi cumpleaños y estuve con esos pendientes, pero ya volví para quedarme jeje.

¿Qué más les gustaría ver de esta pareja?. ¿Algún flashback?. estoy abierta a muchas opciones e ideas jeje.

¡Sin más que decir!.

¡Nos leemos prontoooooooooo!.

xx Ali <3

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