4. 𝐟𝐮𝐬𝐢𝐨𝐧 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐩𝐫𝐞𝐦𝐚𝐫𝐢𝐭𝐚𝐥 𝐩𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦𝐬
La negociación había comenzado con una tensión palpable en el aire. Arabella se mantenía firme, su expresión impenetrable mientras escuchaba a su padre exponer los términos iniciales. Los Kaplan estaban siendo inflexibles, presentando exigencias que dejaban poco margen para negociación. Clay observaba desde el otro extremo de la mesa, con una mirada calculadora, cruzado de brazos, pero atento a cada detalle. A pesar de la frialdad de su expresión, había una chispa en sus ojos que Arabella no podía ignorar.
Lilith tomó la palabra, respondiendo con una calma meticulosa.
—Sabemos que es una decisión demasiado complicada, pero también sabemos que sería una buena opción aceptar esta negociación— dice con una voz calmada la Señora Beresford sabía que en estos momentos, más que nunca, era crucial mantener la compostura, pero el juego de poder era evidente. Ninguna de las dos familias estaba dispuesta a ceder sin obtener algo a cambio. Cuando Lilith terminó, el señor Kaplan asintió y le dio un leve toque a su hija en el brazo, cediéndole el control.
—Arabella, la decisión es tuya —dijo con una voz firme, pero dejando claro que confiaba en su juicio.
Arabella asintió, se levantó con calma y caminó hacia el frente de la sala con la tablet en mano, proyectando su presentación digital. Los ojos de todos estaban puestos en ella, pero solo uno la miraba con una intensidad casi abrasadora. Clay no apartaba la mirada, pero la tensión que antes era solo profesional, ahora se mezclaba con algo más.
—Esta fusión no es solo un acuerdo —comenzó Arabella con voz decidida—. Es una oportunidad para ambas empresas de consolidar nuestro poder en el mercado. Pero no podemos ignorar los riesgos, y mucho menos las diferencias. Sin embargo, si nos guiamos por estrategias bien definidas, ambas partes saldrán beneficiadas.
A medida que avanzaba su presentación, Arabella explicaba los pros y contras con una elocuencia que capturaba la atención de todos en la sala. Al terminar, miró a su padre y luego sus ojos volvieron a Clay. La rivalidad que siempre había sentido por él seguía allí, pero esta vez había algo más profundo detrás de su mirada, una mezcla de desafío eh... ¿interés?
Clay esbozó una sonrisa ligera, casi arrogante, mientras la observaba.
—Interesante enfoque, Kaplan —dijo él, inclinándose ligeramente hacia adelante—, aunque debo admitir que no esperaba que fueras tan... directa.
Arabella alzó una ceja, manteniendo su compostura.
—Siempre me han gustado los caminos directos, Beresford. Pensé que lo sabías.
—Claro que lo sé —respondió Clay, con un tono que desbordaba complicidad—. Solo quería ver hasta dónde estabas dispuesta a llegar.
—¿Hasta dónde estás dispuesto tú? —replicó Arabella, con una sonrisa que no llegó a sus ojos pero que destilaba el mismo fuego que Clay sentía.
El intercambio entre ellos no pasó desapercibido. Lilith y el señor Kaplan intercambiaron miradas, conscientes de la tensión entre los jóvenes, aunque sin intervenir.
Arabella dio un paso más hacia el centro de la sala y concluyó su presentación.
—He decidido aceptar la fusión —declaró finalmente—. Pero bajo nuestras condiciones.
Hubo un silencio breve pero pesado, antes de que Lilith asintiera y se inclinara hacia adelante, reconociendo la fortaleza del movimiento de Arabella.
Clay se levantó y caminó hacia ella, extendiendo la mano con una expresión inescrutable. Por dentro, sin embargo, no podía negar que la decisión de Arabella lo había impactado.
—Parece que nos espera un futuro interesante —dijo Clay, con voz grave, apretando su mano mientras una corriente eléctrica recorría ambos cuerpos al contacto.
—No tan interesante como el pasado —susurró Arabella, apenas lo suficiente para que él la oyera, sus labios torciendo en una sonrisa traviesa.
Clay ladeó la cabeza, devolviendo la sonrisa mientras sus dedos rozaban los de ella un poco más de lo necesario antes de soltarse.
—Siempre me ha gustado jugar con fuego —dijo en un tono más bajo, pero claramente provocador.
—Solo recuerda que a veces, quien juega con fuego termina quemado —respondió ella, con una mirada que prometía tanto desafío como complicidad.
Ambos tomaron asiento, pero la atmósfera en la sala ya había cambiado. Lo que comenzó como una tensa negociación ahora se sentía como el inicio de algo mucho más personal.
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Arabella se encontraba en su habitación, rodeada de los colores suaves y elegantes de su decoración. En la pantalla de su laptop aún brillaban los detalles de la fiesta de confirmación de fecha de su boda con Noah Greenberg. Entre listas de invitados, flores y menús, algo capta su atención en la televisión. Sus ojos se estrechan mientras el logo imponente de Greenberg Industries aparece en la pantalla. Un aire tenso se apodera de la habitación cuando escucha las palabras del presentador:
"Greenberg Industries acaba de arrebatar el primer lugar en el mercado, después de cerrar un acuerdo multimillonario con un grupo de empresarios israelíes."
Arabella se queda en silencio, casi inmóvil, mientras la noticia continúa. Su respiración se vuelve lenta y profunda, sintiendo cómo la rabia se acumula en su pecho. Greenberg Industries—la empresa de Noah—no solo había superado a su amada Kaplan Corporation, sino también a Beresford Capital. Su empresa y la de Clay habían sido desbancadas por completo.
—¿Cómo diablos lo hizo?— murmura para sí misma, apretando la mandíbula.
En la misma noticia, escucha al analista decir algo que le llama la atención.
—Con Greenberg Industries tomando la delantera, la única manera en que Kaplan Corporation y Beresford Capital podrían competir sería mediante una fusión. Aunque, claro, eso es prácticamente imposible, dados los años de rivalidad entre ambas empresas.
Arabella suelta una risa seca y sarcástica.
—¿Imposible, eh?— expresó para si misma.
Justo en ese momento, su teléfono vibra. Mira la pantalla y ve el nombre de Clay. Resopla y contesta.
—¿Viste las noticias?—pregunta él con un tono casi frío, pero con ese toque de urgencia en su voz que ella conocía tan bien.
—Sí, lo vi. Greenberg acaba de adelantarnos, el muy... —Arabella hace una pausa, sintiendo la furia hervir bajo su piel—Sabía que estaba negociando algo grande, pero no pensé que llegaría tan lejos tan rápido.
—Es una locura. Y ese analista sugiriendo que tú y yo no podríamos fusionarnos porque... ¿cómo era? Ah, sí, 'es imposible'.—Clay se burla, dejando salir una risa irónica—Si supieran...
—Deberían vernos a nosotros en esa conferencia de prensa mañana por la mañana cuando anunciemos que nos fusionamos.—Arabella sonríe, su voz cargada de satisfacción.
—Exactamente lo que quería decir. A primera hora, rueda de prensa. Vamos a dejar a Greenberg atrás tan rápido que ni siquiera va a saber qué lo golpeó.—Clay hace una pausa, su tono se vuelve más juguetón—Además, no me encanta la idea de tu prometido en el primer lugar. No soy de los que disfrutan quedándose en segundo plano.
—Oh, ¿estás celoso?—Arabella arquea una ceja, divertida por el tono de Clay.
—Celoso, ¿yo? No exactamente. Solo me molesta que alguien llamado Noah me gane en algo. Es ridículo.—Clay responde con sarcasmo, aunque Arabella puede sentir una pizca de verdad detrás de sus palabras.
—Bueno, mañana por la mañana tendremos nuestra revancha.—Arabella afirma, más para sí misma que para Clay—Nos aseguraremos de que Greenberg Industries vuelva a su lugar... detrás de nosotros.
—Y que quede claro: detrás de nosotros siempre fue su lugar.—Clay añade con un tono victorioso.
Ambos cuelgan, cada uno con el mismo objetivo en mente. Arabella se levanta de su cama, cerrando la laptop y apagando la televisión. Mañana sería un nuevo día, uno en el que la fusión con Beresford Capital cambiaría el rumbo de todo. Y Greenberg Industries aprendería que nadie juega con Arabella Kaplan sin sufrir las consecuencias.
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Lunes por la mañana, Arabella estaba a punto de salir hacia Beresford Capital cuando su teléfono vibró. En la pantalla, el nombre de Noah Greenberg apareció, haciendo que un leve malestar se formara en su estómago. Sabía que esta conversación no sería sencilla.
—¿Qué pasa, Noah?—respondió, tratando de sonar neutra, aunque una nota de molestia se filtraba en su tono.
—Nada malo, Ara. Solo quería hablar sobre los preparativos de la boda.—respondió Noah con voz suave, pero con un tinte de indiferencia que a ella le resultaba irritante.
Arabella frunció el ceño, sintiendo cómo la frustración comenzaba a arder en su pecho.
—¿La boda?—repitió ella, incrédula—¿De verdad? Después de enterarme por las noticias que firmaste un contrato con los israelíes, ahora quieres hablar de flores y banquetes?.
Hubo un silencio al otro lado de la línea, seguido por la inconfundible risa arrogante de Noah.
—Así son los negocios, querida.—dijo finalmente, su voz baja y calmada, pero con una evidente superioridad—Tienes que ser rápida, siempre un paso adelante. Y tú, mejor que nadie, deberías saberlo. Es verdad, te amo, pero hay que ser realistas: mi empresa siempre será mejor que Kaplan Corporation o Beresford Capital.
Arabella apretó los dientes, furiosa por la frialdad con la que su prometido le hablaba, pero mantuvo la compostura. Era un juego, uno en el que ambos sabían que las emociones solo podían jugar en contra.
—No estés tan seguro, Noah.—replicó, su tono filoso, sin querer revelar mucho—No creo que Kaplan Corporation se una jamás a Greenberg Industries por mucho que tú lo desees.
—Ya veremos, Arabella. Cuando nos casemos, seremos uno, y mis negocios serán los tuyos... o al menos, así debería ser.—le recordó Noah con un tono algo sarcástico, como si la idea de compartir poder fuera una simple formalidad, Arabella lanzó una carcajada amarga sin decir nada. —Disfruta de tu día, en el segundo lugar, Ara, te quiero.—añadió, despidiéndose con un falso cariño que hizo que la piel de Arabella se erizara.
Cuando la llamada terminó, Arabella soltó un suspiro frustrado, tirando el móvil sobre la cama. Se cruzó de brazos y miró a su asistente, quien esperaba pacientemente.
—Es un idiota.—dijo, con un tono lleno de resentimiento—Casarme con él sería como firmar mi sentencia. Solo quiere destronarme y quedarse con todo. Tendría que competir incluso dentro de mi propio matrimonio.
Su asistente, siempre afilado y perspicaz, asintió lentamente.
—¿Y si añadimos una cláusula en la fusión?—sugirió—Una que establezca que ni las familias, ni las parejas, puedan quedarse con las empresas de forma individual. La otra parte solo podrá distribuir los activos según los términos internos entre ustedes dos, en caso de que algo le pase al joven Beresford... o cuando usted se case.
Arabella lo miró, sorprendida por la brillantez de la idea. Una sonrisa maliciosa se formó en sus labios.
—Me gusta como piensas.—dijo finalmente, sonriendo con satisfacción—Vamos a agregar esa cláusula. Si Noah quiere jugar sucio, entonces yo me aseguraré de que nunca me supere.
Mientras se encaminaban a la puerta, Arabella supo que esta jugada les daría el control absoluto, dejando a Noah fuera del tablero.
Kaplan unos veinte minutos después caminaba con paso firme hacia la entrada de Beresford Capital. Los flashes de las cámaras estallaban a su alrededor, y el murmullo de los periodistas no tardó en elevarse cuando la reconocieron. Había una mezcla de sorpresa y curiosidad en el aire. Sabían que algo grande estaba a punto de suceder, pero nadie se lo esperaba.
Samantha, la asistente de la Señora Beresford, la recibió con un saludo formal y una sonrisa nerviosa antes de guiarla por los pasillos hacia la sala de reuniones. Arabella, luciendo un traje impecable que exudaba poder, no pudo evitar notar cómo los empleados intercambiaban miradas mientras ella pasaba.
Al entrar en la habitación, Clay estaba inclinado sobre la mesa, revisando unas hojas, claramente concentrado. Sin levantar la mirada, soltó un suspiro.
—Pensé que llegarías antes.—dijo, con ese tono calmado y controlado que tanto lo caracterizaba.
Arabella dejó escapar una carcajada suave, con su usual toque sarcástico.
—Ya sabes, me estaba preparando mentalmente para sobrepasar a Greenberg Industries. Algo que me da mucha satisfacción.
Clay levantó la vista, una sonrisa divertida curvándose en sus labios.
—Lo que me gusta de ti, Arabella, es que no te detienes. Vamos a disfrutar esto.—dijo mientras ambos se estrechaban la mano. El tacto, como siempre, dejaba un rastro de tensión palpable entre ellos, pero ambos mantenían la calma exterior.
—Será una buena mañana.—respondió ella con una sonrisa cómplice.
Después de repasar algunos detalles finales y acordar la mejor manera de manejar la situación, ambos salieron de la sala y caminaron juntos hacia el salón donde se llevaría a cabo la conferencia de prensa. Los pasos resonaban en el silencioso edificio, pero el estruendo del exterior pronto los rodeó al acercarse a las puertas de cristal que daban paso a la multitud.
En la tarima ya estaban presentes sus padres, la señora Beresford, el señor Kaplan y la señora Kaplan, quienes empezaron con el anuncio oficial. Lilith Beresford habló con firmeza y elegancia, destacando la historia y el legado de ambas familias y cómo, a pesar de las aparentes rivalidades, la visión compartida los había llevado a este momento.
—Hoy también recordamos a mi esposo, Clay Beresford Sr., cuya visión de un mundo empresarial más unificado nos ha llevado hasta aquí.—dijo Lilith, su voz llena de emoción mientras miraba a su hijo, que esperaba su turno.
El señor Kaplan intervino después, destacando las fortalezas de Kaplan Corporation y cómo esta fusión representaba no solo un acuerdo de negocios, sino la creación de un nuevo imperio. Cuando ambos terminaron, la expectación en el salón era palpable.
Finalmente, Arabella y Clay ingresaron. Las cámaras se enfocaron en ellos mientras caminaban hacia el estrado con una seguridad incuestionable. Clay tomó la palabra primero:
—Como bien lo han dicho nuestros padres, esta fusión no solo es estratégica. Es histórica. Juntos, Beresford Capital y Kaplan Corporation se convertirán en un imperio que no tiene comparación en el mercado. Ninguna empresa se igualará a la nuestra.—sus ojos brillaron al lanzar esa afirmación, clara y directa.
Arabella tomó el micrófono, mirando a la multitud con su característica mezcla de confianza y astucia.
—Esta fusión no solo asegura nuestro futuro, sino que lo redefine. Mientras otros negocian en la oscuridad, nosotros trabajamos en la luz, construyendo lo que ninguna otra empresa ha logrado.—hizo una pausa, su mirada pasando deliberadamente sobre la prensa, esperando que tomaran el subtexto—Así que, sí, es mejor que la empresa que ahora esta en el primer lugar del Ranking disfrute de su momento. Porque, como bien saben, el poder verdadero no es temporal... es permanente.
Clay no pudo evitar una sonrisa ladina ante el comentario venenoso de Arabella. La sala se llenó de murmullos mientras los periodistas comenzaban a disparar preguntas.
—¿Están diciendo que van a superar a Greenberg Industries?—preguntó uno de los reporteros.
—No lo estamos diciendo.—respondió Clay, con un tono tranquilo pero lleno de confianza—Lo estamos haciendo.
Arabella asintió, sus ojos brillando con determinación. Ambos sabían que la batalla apenas comenzaba, pero también sabían que, juntos, tenían lo necesario para ganar.
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Arabella caminaba por las calles de Manhattan esa noche, disfrutando de una pequeña desconexión tras el frenético día de la rueda de prensa. Llevaba los cascos puestos, inmersa en la música de Chase Atlantic, mientras sus pasos la guiaban sin rumbo fijo. El sonido envolvente de la banda calmaba sus pensamientos, mientras exhalaba lentamente el humo de su cigarrillo. Una sonrisa divertida se le escapó al recordar a Clay. "Pobre Clay," pensó, "con su corazón delicado, ni siquiera puede permitirse un cigarrillo".
Se dirigía a su refugio habitual, un pequeño puesto de hamburguesas muy conocido en la ciudad. Mientras la fiesta en la empresa rugía, celebrando la victoria de la fusión y su nuevo puesto en el número uno, Arabella había decidido no unirse al alboroto. No tenía ganas de fiestas. Necesitaba despejar su mente, y la compañía de su hermana Anne parecía la mejor opción.
Apagó su cigarrillo antes de entrar al local y, con una sonrisa fácil, saludó al dueño.
—¡Hola, Jimmy! Lo de siempre, por favor.—dijo, mientras caminaba hacia la mesa donde su hermana ya la esperaba, concentrada en su iPad.
—Siempre tan puntual para comer basura, Ara—dijo Anne sin levantar la vista de la pantalla.
Arabella se dejó caer en el asiento frente a ella y soltó una carcajada.
—¿Basura? Por favor. Esto es lo más gourmet que he tenido en días.
Anne alzó una ceja, finalmente mirando a su hermana.
—¿Y qué tal la fusión de las empresas? ¿Ya te has peleado con Noah después de todo esto?
Arabella bufó y sacudió la cabeza.
—Noah es un idiota. ¿Cómo es posible que ni siquiera me haya mencionado lo del contrato con los israelíes?; ¡Con nuestros hermanos Israelíes hizo negocios y no me dijo!. A veces siento que ni me ve como su prometida, solo como otra competidora en el tablero.
Anne dejó su iPad a un lado, más interesada en la conversación que en lo que estaba leyendo.
—¿Y realmente quieres casarte con ese tipo?, El hombre parece un robot en traje caro.
Arabella frunció el ceño, su mirada se nublaba mientras tamborileaba con los dedos en la mesa.
—A veces lo dudo. Ya me imagino cómo será la vida con él... siempre compitiendo, siempre queriendo más. No lo soporto.
Anne la observó con atención, esperando a que continuara. Arabella dio un trago a su cerveza antes de seguir.
—Y lo peor es que... Clay. Me molesta tanto. Siempre con su actitud de 'soy mejor que tú', pero ahora... no sé, es diferente. La rivalidad me irritaba antes, pero ahora, me... me emociona.—Arabella dejó escapar una risa nerviosa, casi incómoda—Es como si la competencia entre nosotros tuviera otro tono. Y no sé si eso me gusta o me asusta.
Anne se inclinó hacia ella, cruzando los brazos sobre la mesa.
—Mira, Ara, te voy a decir algo. Quizás siempre ha sido así, pero estabas demasiado ocupada odiándolo como para darte cuenta. A veces confundimos la pasión con la rivalidad. Y a veces, lo que nos enciende no es la competencia, es... otra cosa.
Arabella la miró, procesando esas palabras.
—¿Estás diciendo que lo que siento por Clay es...?—preguntó, aunque no quería terminar la frase.
—Ara, lo que te pasa con Clay... es como cuando tienes un postre que odias admitir que te gusta.—Anne levantó su cerveza, sonriendo de forma traviesa—Sabes que es demasiado, que te hace mal, pero al final, siempre vuelves por más. Es la misma mierda. Sólo que en lugar de un tiramisú, es un hombre que te pone de cabeza. Y no puedes dejar de pensar en él.
Arabella se rió, casi atragantándose con su comida.
—¿Un tiramisú? ¿En serio?
Anne arqueó una ceja, tomando un sorbo de su cerveza mientras seguía con su comparación sin pudor.
—¿Solo eso escuchaste de todo lo que dije?, a la mierda, sí, cariño. Es dulce, es peligroso, y te hace sentir cosas que no quieres sentir, pero ahí estás. Y, seamos sinceras, lo prefieres a la comida dietética que es Noah. Noah es como... ¿cómo lo digo suavemente? Es como una ensalada insípida. No te va a emocionar ni aunque le pongas aderezo de mostaza con miel.
Arabella soltó una carcajada fuerte, tanto que algunas personas en el local voltearon a mirarlas. Agradeció que su teléfono estuviera en modo avión; lo último que necesitaba era lidiar con Noah o con cualquier noticia de negocios ahora.
—Es que Noah es tan... perfecto, ¿sabes? En todos los sentidos. Pero eso lo hace aburrido, lo hace predecible.
Anne asintió, sin quitarle la mirada de encima.
—Lo que quiero decir, Ara, es que con Clay siempre hubo algo más. Esa tensión, esa chispa, que seguro tú disfrazas de odio o rivalidad, pero que, querida, huele a deseo reprimido. Y ahora, que ambos están jugando en las grandes ligas... te tiene más tentada que nunca.
Arabella se quedó en silencio, masticando pensativa, pero Anne no había terminado. Se inclinó hacia adelante y la miró directamente a los ojos.
—Admitámoslo, ¿vale? Siempre quisiste dominar el tablero, pero lo que realmente te enciende es la idea de que con Clay, no puedes. Porque él no se deja, y eso te vuelve loca. Lo quieres fuera del juego, pero también te excita tenerlo cerca. Es la competencia, pero también... el fuego.
Arabella abrió los ojos y soltó una carcajada incómoda.
—Dios, Anne, podrías escribir una novela erótica con todo lo que dices.
Anne sonrió con picardía y levantó su cerveza en señal de brindis.
—Querida, si lo hiciera, Clay sería el protagonista. Y tú, la protagonista que al final se da cuenta de que no era odio lo que sentía... era pura y cruda atracción.
Arabella se llevó una mano a la frente, divertida, aunque algo avergonzada por la claridad con la que Anne había descrito sus sentimientos. Y aunque no lo admitiera en voz alta, sabía que su hermana no estaba del todo equivocada.
En ese momento, Tom, el mesero del lugar, se acercó para brindar otras dos cervezas a la mesa.
—¿Están discutiendo sobre chicos otra vez?—preguntó con una sonrisa.
Arabella sonrió y se encogió de hombros.
—Tom, déjame preguntarte algo. ¿Tú qué opinas? Si dos personas compiten y pelean todo el tiempo, pero hay... tensión, ¿eso significa que hay algo más?
Tom se rió, rascándose la cabeza.
—Mira, cuando un chico y una chica están peleando constantemente, pero ninguno de los dos se va, normalmente significa que hay algo de interés. Si no fuera así, ¿por qué molestarse?
Jimmy, el dueño del local, se acercó también, escuchando la conversación desde la barra.
—Arabella, siempre lo he dicho. Si sigues hablando de Clay Beresford tanto como hablas de Noah, claramente el problema no es solo de negocios. Estoy seguro de que ese chico te tiene más atrapada de lo que quieres admitir.
Arabella lo miró con los ojos entrecerrados, negando con la cabeza, aunque no pudo evitar sonreír.
—Están todos equivocados.—dijo, mientras daba un mordisco a su hamburguesa, fingiendo que no le importaba lo que decían. Pero, en el fondo, sabía que las palabras de su hermana, de Tom y de Jimmy resonaban más de lo que estaba dispuesta a admitir.
Continuará.....................
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¡OMG! Ando imparable con esta historia jajaja, me enganchó tanto que estoy pensando ya en los próximos capítulos.
Se que se siente que vamos muy "rápido", pero vamos, sabemos el estado de Clay y no podemos dejar nada suelto....¿verdad?.
Y ni hablar como Arabella sin darse cuenta deja todo preparado para lo que intentará hacer Sam. Arabella es iconic jaja.
¡Los próximos capítulos vienen con mas dramaaa! preparenseeeee.
Sin más que agregar.
¡Nos leemos prontooooooooo!
xx Ali <3
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