𝙎 𝙄 𝙓

Hyunjin decide levantarse temprano esa mañana para aprovechar el día y estudiar como es debido. Arrastra sus pies descalzos hasta el porche y abre la puerta para poder tomar algo de aire fresco. Pero solo le golpea una humedad bochornosa porque había estado lloviendo toda la noche y ahora caían gotas.

Resignado volvió a dentro. Se cambió de ropa y se puso en su escritorio a estudiar por donde lo dejó el día anterior.

No pasa más de media hora cuando escucha unos golpes en la planta baja de la casa rural, donde todo se escucha mejor gracias al suelo de madera. Y es capaz de escuchar perfectamente unos pasos que no son molestados en ocultar. Hyunjin se asusta y se levanta alterado de la silla procurando no hacer ruido.

Quizá es un gato o algún animal salvaje, piensa en un principio, pero rechaza la idea cuando escucha los pasos definidos de una persona. Puede que sea un mendigo o alguien buscando cobijo de la llovizna. Quiere pensar eso, pero tiene una mala sensación y se queda estático en su lugar, sus uñas enterrandose en la madera de su escritorio, su mirada fija en la puerta cerrada de la habitación.

Los pasos subiendo por las escaleras retumban en sus oídos y su cerebro grita porque vaya a cerrar la puerta con su seguro, sin embargo se queda estático hasta que tocan a la puerta con los nudillos. Hyunjin se tapa la boca para no gritar y corre desesperado a cerrar la puerta con pestillo. Sea quien sea el que estuviera tras la puerta, él sabía que no venía con buenas intenciones.

Buscó su teléfono mientras el sujeto tocaba otra vez la puerta con la misma parsimonia de antes e intentó llamar a sus padres, más los repetidos tonos le indicaron que no había cobertura. ¿Qué esperaba? Había ido ahí para desconectar y poder estudiar mejor.

- Hyunjin - habló el individuo -, abre la puerta o todo irá peor.

Hwang no debe pensar mucho para saber que esa voz es la de Minho y en su cabeza comienza a atar cabos sueltos. La repentina muerte de Seungmin y la desaparición abrupta de Felix y Changbin. Todo cobraba sentido al recordar que Minho andaba suelto por ahí y no era difícil intuir que seguramente querría venganza por el daño causado.

- Lo digo en serio.

Echó un vistazo a la habitación, no había nada más que una ventana por la que escapar. Estaba en el segundo piso, si salta, seguramente se haga un esguince en una de las piernas. Podría correr hasta llegar a la carretera y pedir ayuda, pero malherido tendría una desventaja. También podría ir hasta su coche, pero de nada serviría porque ni siquiera podría ponerlo en marcha. Gracias a la lluvia, el camino de tierra se habría convertido en barro y el automóvil se quedaría atascado a la mitad.

Comienza a rezar en su mente mientras busca alguna que otra solución. Se maldice a sí mismo porque ahora sus padres no estaban ahí para sacarle del aprieto. Tal vez podría hablar con Minho, ofrecerle otra cantidad inmensa de dinero para que lo dejara vivir. Aunque una parte de él sabe que el dinero ofrecido no fue suficiente en su momento y ahora tampoco serviría de nada.

Así que cuando ve el pomo ser girado con fuerza, abre la ventana desesperado y se sienta en el umbral de la misma, sus piernas colgando hacia afuera y mojándose con la lluvia. Gira el cuello para ver por última vez la puerta, ahora siendo azotada y agitada bruscamente desde el otro lado. Y cuando la puerta es abierta, Hyunjin se tira sin pensarlo dos veces.

Uno de sus tobillos cruje al impactar contra el suelo y grita desgarrandose la garganta. Sin embargo, no pierde tiempo en retorcerse de dolor para intentar huir del lugar atravesando el bosque. Va cojeando y sujetándose a los árboles, pero tiene la esperanza de que haya tomado ventaja.

Se apoyó en uno de los árboles para tomar un descanso, mira a sus espaldas y no ve a nadie, aunque gracias a la lluvia no puede ver demasiado ya que se ha formado una densa niebla. Se levanta un poco el pantalón y ve parte de su tobillo morado y rojizo, probablemente roto.

Procede a seguir su camino, más cuando sale del árbol en el que estaba oculto, la figura de Minho aparece delante de él y no le da tiempo a reaccionar cuando ya ha golpeado su rostro con fuerza. Acto seguido, puede ver cómo una de las botas negras de Lee está a punto de estamparse contra su rostro y lo hace, dejándolo aturdido y semi inconsciente. Por lo que no puede resistirse a que sus manos y pies sean atados con fuerza usando algún tallo de una planta y se queja cuando Minho agarra una gran cantidad de cabello en su mano y tironea de él, arrastrándolo por el bosque en dirección a la cabaña. Su espalda se dañaba con la tierra, rocas y ramas del suelo y suplicaba porque lo soltase. Ni siquiera era capaz de ponerse en pie para oponerse.

- Su-suéltame, por favor - solloza removiendose un poco, solo consiguiendo más escozor en la zona de la cadera y que Minho afianzara su agarre en el sedoso pelo, ahora mojado y sucio -. Te daré lo que quieras, pu-puedo darte más dinero. ¡Suéltame, maldita sea! - su cabeza duele como si le estuvieran arrancando el cuero cabelludo.

Revolcándose sobre sí mismo, consigue soltarse del agarre de Minho, pero no es capaz de ponerse en pie porque Lee es más rápido, gruñe furioso y pisa con fuerza el tobillo roto de Hyunjin, haciéndole sollozar y gritar.

- Si te resistes, te hará más daño.

Hyunjin siente esas palabras clavarse en su tórax y comienza a recordar nítidamente aquella noche que tenía olvidada. Minho quería cobrarse lo que le hicieron.

Sus hebras fueron agarradas nuevamente y lo arrastró poco más de cien metros mientras Hyunjin seguía llorando e intentando liberarse. Hasta que lo soltó bruscamente y la cabeza de Hwang chocó contra el barro.

Cuando abre los ojos, ve de forma borrosa una barca de madera antigua a unos metros de ellos y Minho esta ahí dentro, en pie, colocando unas cosas en el interior. Después se dirige a él, mirándolo indiferente, como si no le estuviera haciendo nada. Hyunjin puede sentir lo mismo que su víctima y esa era la intención de Minho.

Lo coge por los brazos y lo levanta, Hyunjin no es capaz de colocar bien los pies en el suelo muy asustado y temeroso como para que alguna parte del cuerpo le responda racionalmente, así que Minho lo arrastra hasta la barca, tirándolo en el interior.

Lee se posiciona detrás de la misma, y la empuja hasta que está completamente en el lago. Se sube en ella mientras que Hyunjin balbucea cosas inentendibles, su cuerpo entero temblando al ver las cadenas y un gran bloque de cemento mohoso rodeado de las mismas cadenas.

Cuando se da cuenta están casi a unos diez metros de la orilla y el rubio grita y llora y ruega por su vida.

- ¡Por favor! ¡Por favor! T-te lo suplico, pu-puedo darte lo que quieras - se arrastra hacia atrás, mirando a Minho, quien serio le correspondía la mirada y remaba a su vez -. Tu vida puede cambiar, pu-puedo hacer que no seas un prófugo y que lo que hayas hecho desaparezca.

- ¿Dinero? - pregunta de forma monótona, el vello de Hwang poniéndose de punta.

Frenético asiente con la cabeza.

Minho ha dejado de remar, lo que le hace pensar que está deliberando su propuesta. Sonríe de lado, negando con la cabeza.

- ¿Crees que todo se soluciona con dinero? Los ricos pensáis que tenéis todo a vuestra merced, me dais asco - se pone en pie y camina hacia él, aunque es pequeña, Hyunjin se ha posicionado en el otro extremo, haciéndose un ovillo -. Usaste tu sucio dinero para callar a mis padres y que ellos me callaran a mí - decía con tranquilidad, como si estuviera narrando una historia -. Ellos solo han sido otros peones más bajo vuestro juego de manipulación, pero ese no era el precio que yo quería cobrar, así que lo tuve que obtener por mi cuenta.

De un rápido movimiento agarra las piernas de Hyunjin y lo deja extendido en la base de la barca, lo gira hasta que su pecho toca la madera y se sienta en su espalda tras haberle levantado la camiseta. El rubio patalea y grita.

- De nada sirve que grites, aquí nadie te escuchará.

Minho saca el trozo de cristal de su bolsillo trasero y traza en la piel de la espalda su nombre en grande, llenando la bonita y cuidada piel de sangre. Hyunjin solloza pidiendo clemencia y está tan ocupado centrándose en el dolor que no repara en Minho quien le está atando las cadenas al cuerpo.

- Minho, por favor - suplica cuando este lo pone en pie (sujetándolo, porque no puede mantenerse a sí mismo) y están cara a cara -. Somos amigos.

- Me ha costado muchos años descubrir que los amigos no te hacen daño. No tenía amigos y os aprovechasteis para que fuera vuestro juego - sus labios se formaron en una línea, intentando no romper en llanto -. Creí que lo que estaba mal era yo, porque esa sensación no me gustaba, me dolía, pero vosotros decíais que lo que hicisteis era cosa de amigos y estaba bien.

- Lo siento - lloraba tontamente arrepentido -. De verdad, lo siento.

Minho negó con la cabeza, una sola lágrima escurriendose por su mejilla.

- Yo no.

Lo tiró al lago junto al peso. El peso tardó más en caer, por lo que Hyunjin tuvo unos segundos para llegar a la superficie, tomar aire y suplicarle porque lo rescate. Hasta que el peso en su cuerpo lo arrastra hacia abajo, pero no demasiado ya que se encuentran cerca de la orilla. Abre los ojos y puede ver que tiene la superficie a escasos centímetros del rostro, incluso su cabello sobrepasa la misma. Sin embargo, es incapaz de soltarse de las cadenas para sacar aunque sea la nariz fuera del agua.

Minho, desde la barca, lo veía en plena agonía y desespero por salir fuera del agua. Dejándole la posibilidad de vivir a unos centímetros y, de igual forma, la imposibilidad de conseguirla.





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