𝟬𝟱. Witches For The Bitches
Los cuatro fueron juntos casa por casa, buscando a alguna bruja o hechicero que los ayudara, pero parecía no dar resultado, era más complicado de lo que parecía, teniendo que buscar a alguien que no se asustara, o tratara de matarlos al ver que se encontraban acompañados por un humano.
Stiles se sentía rechazado, más de lo común, y eso lo hacía sentir mal, nunca lograba encajar, en ambos lugares, tanto en su hogar como en el pueblo era tratado como un fenómeno. Se preguntaba si alguna vez algo sería diferente, si llegaría a ser alguien diferente, alguien que nunca se sintiera así.
Siguieron tocando, casi por dos horas. Pero no funcionaba.
Hasta que por fin llegaron. Era la casa más lejana al pueblo, y en ella vivía una bruja a quien todos tenían por lo aislada que era. Nunca iba a juntas, votaciones, reuniones, nadie sabía si si quiera seguía viva, si había muerto. Vaya, ni siquiera sabían cómo se veía.
Annabelle tomó la mano de Lilith.
—¿Estás segura de que esto es una buena idea? Esa mujer no me da confianza.
—Es la única opción Anna, no importa que tanto nos inquiete la mujer.
—¡Ni siquiera sabemos si está viva!
—Necesito contexto.–Pidió Stiles cuando salió de su espiral de ansiedad.
—Es una bruja solitaria que nunca sale de casa... es extraña, nadie la conoce de verdad.–Annabelle explicó y se estremeció sin querer.
—¿Entonces le preguntaremos a la loca del pueblo?–Preguntó y Scott le dio un codazo.
—Algo así.–Lilith entró por la puerta del jardín, una valla de estacas color blanco que se estaba despintando, dejando ver el color café original.
Lilith pasó primero, los demás detrás de ella con cuidado, pero algo pasó. Verán, las brujas son sumamente inteligentes, pueden estar al menos tres pasos delante tuyo si así lo desean, y esto era Justo lo que había pasado.
Scott dio un mal paso y los tres miraron al piso, tratando de entender que pasaría. Los tres quedaron atrapados en una clase de jaula invisible, solo sabiendo que estaban en ella por no poderse mover lo suficiente.
Scott sentía como la sirena estaba sobre sus piernas, ambos estaban sonrojados, tratando de ignorar que a ambos les agradaba la cercanía del otro. Por otro lado, Stiles y Lilith estaban atascados, tratando de salir por la incomodidad de sentirse tan pequeños y sin escapatoria.
La puerta de la casa se abrió rápidamente y de ahí salió una mujer, de pelo castaño y nariz puntiaguda. Llevaba un vestido negro de satin, era la imagen perfecta para una bruja.
Los cuatro quedaron anonadados al verla, no se veía como la esperaban, esperaban a una mujer mucho mayor, y que diera miedo, se veía bastante normal. Al menos lo normal para una mujer-bruja que los había atrapado en una jaula invisible.
—¿Qué hacen en mi casa? ¿Por qué trajeron a un humano?–Preguntó al aire, ni si quiera mirando a Stiles.
—Necesitamos su ayuda, no podemos hacer nada. Nadie quiere ayudarnos y necesitamos sacarlos de aquí antes de que el día termine.–Annabelle explicó. La mujer se puso pálida.
—¿Qué quieren que?
—Por favor, nadie más quiere ayudarnos, y sabemos que las brujas son las únicas que realmente pueden hacer algo para que este problema se solucione.
—¿Y por qué creen que yo lo haría? Primero se meten a mi casa, sin mi permiso, y después esperan que los apoye, piden demasiado y ofrecen muy poco.–La bruja se cruzó de brazos.
—Le daremos lo que quiera.–Annabelle se adelantó.
—¿Qué podrían ofrecerme un par de adolescentes?
—Pues, mi padre...
—Se quien es tu padre, pero quiero saber que me darán a cambio de sacar al humano de aquí.
—Lo que usted quiera.
—¿Y como se que lo cumplirás, niña?
—Pacto de sangre.–Sugirió Lilith. Ambas, Annabelle y la mujer voltearon a verla con ligera sorpresa, Scott y Stiles se miraron sin entender.
—¿Ahm? ¿Sangre?–Cuestionó Scott con mucha duda.
—Es un pacto entre demonios y brujas.–Respondió la bruja sin mirarlo.
—Pero ninguno de nosotros es un demonio.–Notó Stiles.
—Los vampiros son demonios.–Respondieron Lilith y la bruja.
—Los vampiros son un tipo de demonio, son como familiares lejanos. Puedo hacer uno de esos pactos, y si no se cumple, ella tiene el derecho de matarme.–Aseguró Lilith.
—¿Estás segura que darás tu vida por un par de desconocidos?–La mujer la miró con duda.
—Creo que sabe la respuesta.–La bruja tomó su brazo y la sacó de la caja invisible, pero solo a ella.
La jalo del brazo y la adentro en su casa. Todos afuera se asustaron, no sabiendo realmente lo que pasaría ahí dentro, pero ni siquiera Lilith lo sabía, había leído sobre el pacto hacía un tiempo, pero nunca creyó que sería necesario hacerlo en algún momento de su vida.
Pondría su vida en riesgo, pero en verdad no le importaba demasiado, no estaba viva siquiera.
La bruja abrió uno de sus libros y empezó a hacer una poción, una mezcla para poder beber antes de hacer el pacto, solo para que fuera sellado adecuadamente.
Lilith se intentó pasear por la habitación, pero la bruja la hizo regresar y sentarse con sus poderes.
—No nos dijo su nombre.–Murmuró la vampiro. La mujer mayor siguió con lo suyo, y aunque parecía que no la había escuchado, lo había hecho.
—Sophie. Mi nombre es Sophie.
—Es un gusto, yo soy...
—Lilith. Lo sé.
—Parece saber muchas cosas para una persona que nunca hemos visto antes.
—Ustedes nunca me han visto, pero yo si los he visto a ustedes.–Sintió un escalofrío correr por su cuerpo.
—¿Desde hace cuanto está aquí?
—¿En el pueblo, o encerrada aquí?
—Ambas.
—Llegue con mi familia, con mis hermanos. He estado encerrada desde hace poco tiempo.
—Llevo varios años aquí y nunca la había visto.
—Tal vez si me has visto, pero nunca me has notado.–Soltó la bruja la frase como quien no quiere la cosa. Lilith alzó una ceja, no supo cómo responder ni reaccionar. Intentó recapitular todos los rostros de los monstruos que había visto en sus años aquí, y no, ella no se le hacía nada conocida.
—No, no me acuerdo.
—No importa. Yo tampoco me acordaría de mi.–Eso la hizo sentir algo culpable, pero todo el sentimiento se fue cuando escuchó la explosión salir del caldero.–Tranquila, es parte de.
De la poción salió humo rojo, color sangre. Sirvió dos vasos y le pasó uno a su invitada. Ambas tomaron del vaso, Lilith evitó hacer una mueca ante el horrible sabor.
Sophie tomó un cuchillo de cocina y se abrió ligeramente la palma de la mano, la sangre no se hizo esperar. Lilith no pudo evitar salivar, trataba de no hacerlo tan notorio, pero la olor a la sangre de bruja era algo que nunca había olido, era un increíble olor.
La bruja notó su mirada y se apresuró a cortar la palma de la mano de la vampiro también. Junto sus manos y las estrecho.
Una fuerte sensación cruzó por el cuerpo de ambas, sintieron una fuerza que nunca más sentirían, no era bueno ni malo, era poderoso.
—El trato está hecho. Ahora nada podrá romperlo.
✶⊶⊷⊶⊷❍⊶⊷⊶⊷✶
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top