Suspiraste mientras pausabas el video, no querías dejar de verlo pero tus ojos pedían a gritos un descanso visual; dejaste el celular en la mesa de noche a lado izquierdo de la cama y diste vueltas en ella, soltaste otro suspiro y miraste el techo pensativa.

¬A ver, kimetsu no yaiba tiene 26 capítulos, cada capitulo tienen 24 minutos de duración y cada hora tiene 60 minutos, si multiplicamos 26 x 24 nos da 624, después a 624 lo dividimos entre 60 que sería 10, 4, por lo que duraría 10 horas con 4 minutos, pero y si saltamos el opening y endening? Naa, si es bueno el opening y endening me lo lanzó todo...

Dejaste de mirar el techo para visualizar la espalda de tu novio quien estaba estudiando en su escritorio, el cual se situaba a los pies de la cama de él. Si, estabas en la casa de tu novio después del entrenamiento empezó a llover muy fuerte por lo tanto llamaste a tu mamá y ella dijo que sería bueno que solo por hoy te quedaras en la casa de el. Cosa que acepto yamaguchi de inmediato.

Levantaste mitad de tu torso de la cama haciendo un puchero, diste unos saltitos para salir de la cama y dirigirte hasta el chico a paso lento.

- yamaguchi - llamaste cuando llegas detrás de él, este levantó levemente la cabeza aún con la mirada fijada en sus apuntes.

-hmm? - soltó yamaguchi dándote a entender que te escuchaba aunque en realidad estaba más concentrado en la lectura. Frunciste el entrecejo y caminaste a la par del lado derecho del chico, sin decir nada agarraste los brazos de yamaguchi y los elevaste, este dejó de mirar sus apuntes para fijar su mirada en ti confundido ante tus acciones, además con un sonrojo adornando sus mejillas bañadas en pecas. Teniendo espacio, pasaste una de tus piernas al otro lado de la cadera del pecoso, sentandote en su regazo.

-____-chan--tartamudeo tu nombre por la posición en la que estaban, tu solo agarraste sus mejillas con tus manos y lo besaste en los labios cosa que el chico correspondió algo apenado.

- Descansa un poco, necesitas que tu mente se refresque un poco- dijiste una vez que terminaron el cálido y tierno beso, este te miró sonrojado y asintió mientras hundía su cabeza en la curvatura de tu cuello, sonreiste llevando una mano a los cabellos de tu novio para acariciarlos suevemente. Volteaste la cabeza levemente mirando las cosas del escritorio que tu campo visual te permitía ver, recorriste la mirada hasta terminar en el labial que habías comprado en un tienda ya que pensabas que sería perfecto para tu mamá, pero la mayor no le gustó el color por lo que terminaste usándolo tu aunque no te gustaba mucho la sensación de este sobre tus labios, pero ya te ibas acostumbrando poco a poco, ademas de que si no lo usabas sería gasto de dinero.

Una idea paso por tu cabeza, la mejor idea que habías tenido hasta el momento; estiraste un brazo agarrando el labial, aun con yamaguchi recostado en tu cuello abriste el envase redondo de labial de color rojo y lo huntaste en tus labios, cerraste el envase mientra frotabas tus labios experciendo el labial.

-amor- llamaste mientra dejabas el envase nuevamente en el escritorio, yamaguchi respondió a tu llamado con un leve gruñido, tomaste entre tus manos las mejillas de Tadashi haciendo que este deje de estar recostado en tu hombro. Sonresite ante la hermosa imagen ante sus ojos - Besitos locos! - dicho esto besaste el lado derecho de la parte de la mejilla casi al lado de su nariz, después al lado de ese beso hasta llegar al mentón; rápidamente besaste la otra mejilla de él casi tocando sus labios y luego el centro de la mejilla hasta llegar a la mandíbula. Yamaguchi había cerrado sus ojos ante tus acciones, sonrojandose por tus besos, tu toda inspirada en los besos que le dabas a tu novio bajaste hasta el cuello de este besando esa zona; el pobre yamaguchi se estaba muriendo en se momento, si le habías hecho muchas beses los "Besitos locos" pero nunca hasta el momento le besaste le cuello.

Dejaste un último beso en los labios de este para alejar tu cara de la de él recuperando el espacio entre ustedes, yamaguchi paso su mano en su cuello y lamio levemente son su lengua por sus labios mirándote directo a los ojos. Casi te desmayas ante esa imagen ya sensual que te dio tu tierno novio, aunque fue sin intenciones por parte de yamaguchi.

- Tienes la cara llena de labial!! - reíste ya recuperandote de tu pequeño infarto, yamaguchi sonrió apenado.

- puedes darme un abrazo, amor? --pregunto con nerviosismo.

- Claro, te abrazaría una y mil veces mi querido oso de peluche--dijiste abrazándolo por el cuello, yamaguchi posó su mentón en tu hombro y te rodeo con sus brazos la cintura.

- te amo- dijo el pecoso mientras cerraba los ojos aspirando tu aroma.

- yo igual, yamaguchi--