Kageyama Tobio|01|
PAREJA: Kageyama Tobio x T/A T/N
PEDIDO POR: karmaOMG
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Era un día raro para Kageyama. De alguna manera había invitado a su pareja a una cita, y para su sorpresa, ésta aceptó encantada.
Le había comentado a su equipo. Nunca imaginó que Asahi podía reírse de que pensara que no le iba a aceptar la cita; en realidad nadie lo creía posible y los sorprendió a todos.
—Y Kageyama-kun, al final ¿a dónde llevarás a T/N-chan? —Fue la pregunta que lo trajo a la realidad. Miró a su compañero, Hinata—. Kageyama-kun, ¿me estás escuchando?
—No —respondió y luego empezó a susurrar cosas sobre dónde llevaría a su novia.
—¡Tobio! ¡Shoyō! —Escucharon y al instante se dieron vuelta, era ella. Estaba corriendo para llegar a ellos, cuando se les acercó los saludó con la mano—. Hasta que los encuentro, ¿cómo han estado? No los ví en el almuerzo.
—Estudiábamos para los exámenes —dijo Tobio, lo cual en cierta parte era verdad y en otra mentira; la mitad del tiempo la pasaron hablando de su relación y los crush de sus compañeros.
—Oh, eso es genial, así no reprobaran otra vez. Y podrán ir al campamento sin hacer antes el examen y llegar tarde, otra vez. —Sus palabras eran con buena intención, aunque justo no eran las mejores personas a las que decírselas.
—¡Ey! ¡Obviamente aprobaremos! —gritó Hinata, parecía que iba a seguir gritando pero justo recordó algo—. Oh, oh, ¡había arreglado para estudiar con Yachi!
No pasaron dos segundos que salió corriendo. La chica se giró y vió a su pareja, estaba viendo a dónde se fué su amigo.
—Bueno, te veo más tarde —dijo mientras saludaba con la mano.
16:20 aún faltaban 10 minutos para ir a su cita. Luego de la charla con sus amigos, planeó lo "típico, simple y seguro"; como decía Tanaka. Irían al parque y luego al negocio de helados que estaba a la vuelta.
Algo que también le dijieron fue que vaya casual, pero no tanto. Total, solo era una cita normal. Decidió ir saliendo, aunque el parque esté a 3 minutos.
Cuando llegó, vió que no fué el único con esa idea. Ella estaba ahí y lo había visto.
—¡Tobio! —lo llamó y corrió hacia él—. Veo que también quisiste venir unos minutos antes.
—Sí —respondió y se abrazaron, a modo de saludo.
—Y dime, ¿a dónde vamos a ir hoy? —preguntó animada, era la primera cita que tenían.
—Oh, se me ocurrió venir a pasear por aquí y luego ir a la heladería de allá —respondió.
—Me parece genial.
Y ahí, fue cuando la conversación murió y nació el silencio incómodo.
Ninguno de los dos seguía hablando. No sabían si decir lo que pensaban haría peor la situación, o la mejoraría; recurriendo a la opción de mantener silencio.
Sin embargo, empezaron a caminar por un sendero al azar en el parque.
—Y... —empezó a hablar, pero pareció olvidarse lo que iba a decir, le tocaba improvisar—, ¿cómo te va en el volley? El otro día Yachi dijo que estaban practicando mucho por el partido contra el Nekoma.
De alguna manera, se había respondido sola. Pero él no lo notó, así que se puso un tanto nervioso al no saber qué responder. Se demoró unos segundos en formular una oración con sentido en su mente y luego decirla.
—Sí, esta vez les vamos a ganar.
—Seguro —dijo casi al instante—. Oye, por cierto, ¿con qué materias vas mal? Puedo ayudarte.
—¿Te va bien en inglés e historia?
—No soy la mejor de la clase, pero sí, me va bien. Puedo darte una mano —él asintió mientras ella hablaba—, si quieres claro.
—Me parece bien.
—Perfecto, más tarde arreglemos un día y hora para estudiar —dijo y le dedicó una sonrisa—. Oh, mira, ahí está la heladería. Wow, hay menos gente de la que pensaba.
—El descuento fue hace tres días, por eso hoy no hay tantas personas —explicó Kageyama.
Ella asintió y cruzaron a la cuadra de dicho lugar. Ni bien entraron sonó la campana que avisaba cuando alguien abría la puerta. Una de las chicas que atendía los miró.
—Buen día, ¿en qué puedo ayudarles?
Las risas de la jóven era lo que más destacaba del lugar. Kageyama agradecía que el lugar tenga un patio y sean los únicos en el lugar, no quería llamar mucho la atención.
—Pero. —Y volvió a darle un ataque de risa.
Pasaron aproximadamente cinco minutos hasta que logró estar tranquila.
—¿Ya? ¿Estás bien? —preguntó, ella solo asintió.
—Es que, no sabía que había helado sabor leche. Veo que es verdad que te gusta mucho —admitió junto una leve risa—. ¿Puedo probar?
—Claro —respondió y pareció casi un susurro.
Ella se estiró y con su cuchara le quitó un poco de helado. Luego, obviamente, se lo comió.
—Wow, está bastante bien, me gusta —mientras hablaba asentía con la cabeza, como si así mostrara que le gustaba—. ¿Quieres probar el mío?
—¿Qué habías pedido? —ahora fue él quién habló casi al instante.
—Dulce de leche granizado. Ten, agarra un poco —le ofreció un poco de su helado—. Sin miedo, el helado no muerde, tú lo muerdes a él.
—Obviamente el helado no muerde —respondió y se comió lo que había agarrado. Ella solo soltó otra risa.
Estaban volviendo a sus casas, él la iba a acompañar y luego iría a la suya.
Estuvieron una hora hablando en el local, para que los dejen quedarse tuvieron que pedir un segundo helado. Para no gastar mucho compraron uno para ambos; ahí sí que Tobio se había puesto nervioso y la chica había reído aún más.
—¿Sabes? Me gustó la cita, habría que repetirlo algún día —dijo de la nada ella.
—Pienso lo mismo —respondió unos segundos después; cuesta reaccionar que te pidieron otra cita por segunda vez.
Después de eso volvieron al silencio, pero no era una incómodo.
Siguieron caminando hasta llegar a la casa. Donde ella se dió vuelta y lo miró a los ojos.
—Bueno... —empezó, pero pareció volver a olvidar qué iba a decir.
Así que solo se acercó aún más y le dió un rápido beso en los labios; no era la única que se ponía nerviosa en éstas situaciones.
—Gracias por lo de hoy, nos vemos mañana. Adiós, Tobio, cuídate.
Terminó de hablar y fué él quién la besó. Un beso breve pero cariñoso, demostraron una parte de su amor.
—Cuídate también.
Para cuándo terminó de hablar, ella ya estaba en la puerta de su casa, a punto de entrar. Lo saludó con la mano, Tobio solo llegó a asentir.
—Ahí lo tienes. —Tanaka señaló el lugar donde anteriormente estaba la pareja—. Ahora dame mi dinero, Hinata.
—¡No se vale! Seguro hiciste trampa —soltó con enojo mientras le daba el dinero de mala gana—. Noya tenía razón, nunca debí hacer una apuesta contigo.
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Cuando estaba terminando el OS's, fui a ver tu comentario porque no recordaba bien los personajes de la apuesta.
Vi que habías pedido otra cosa, no muy diferente, a la que escribí¿ Onda, vos pediste que le pasen desgracias por los nervios y solo me quedé con la parte de los nervios. Así que, perdón por eso xd.
Además de que Wattpad me cambió los guiones no una, no dos, tres veces. Las pocas ganas que tenía de modificarlo se me fueron.
Por cierto, voy a hacer unos cambios a las reglas y el apartado de los pedidos.
Edit: Tuve que volver a cambiar los guiones, wattpad te odio.
Sin más, espero que les haya gustado.
Recuerden votar que me ayuda a seguir escribiendo<3
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