☪One☪
Capítulos largos...
"Su regreso a Beacon Hills"
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Un año atrás...
La rubia se encontraba persiguiendo a sus víctimas quienes con mucha dificultad trataba de huir lo más rápido posible, incluso la chica tenía esa sonrisa cínica en su rostro, los dejaba creer, ella sabía que si usaba su velocidad vampírica, rápidamente podría llegar a ellos hasta drenar cada gota de sangre que tienen en sus cuerpos. Pero ella misma se decía que tenía de divertido drenarlo cuando podía hacerles creer que no podía alcanzarlos y llegar a ellos en segundos. Estaba cegada por la sangre y por lo divertido de la situación. Qué no se ha dado cuenta del error que estaba por cometer y del cuál se arrepentiría.
Aquel día estaba siendo malo en todo el sentido, casi le habían descubierto y la ansiedad que sentía la estaba haciendo actuar, sabía que esto no la calmaría y que incluso podría descontrolarla. Pero aquel día de fiesta de cumpleaños era el peor día de su eterna vida y tenía demasiadas emociones encontradas.
Suspiró aburrida, cansada de la situación, uso su velocidad vampírica y llegó hasta estar enfrente del chico al cuál sedujo en la fiesta que su amiga Lydia hizo para ambas.
Lo miro fijamente con sus pupilas dilatadas mientras susurraba—. No tengas miedo, no grites y quédate quieto —terminó por decir y repitió la misma acción con la chica para después morder su cuello y empezar a beber primero de ella.
Hasta que no quedó nada de sangre dentro de la chica, con un sonido de satisfacción había dejado caer el cuerpo sin vida al pavimento.
—¿Ada? —la voz temblorosa de sus amigos se escuchó a sus espaldas. Entonces ahí se dio cuenta del terrible error que cometió... Sólo por no poder controlarse un segundo.
Alrededor de su boca se encontraba llena de sangre de sus víctimas, tanto que incluso su vestido blanco quedó manchado por lo sucedido, no dándole la mejor apariencia. Volteó lentamente para darse cuenta que estaba enfrente de la casa de su mejor amiga pelirroja, la cual lloraba y temblaba de lo aterrorizada que se encontraba balbuceando palabras que no llego a entender. Ni siquiera pudo disfrutar del otro chico, así que hizo que olvidará y se llevará el cuerpo de amiga.
Ella entro a sus vidas y se ganó el cariño, la confianza y el amor de ambos y se hizo mejor amiga de ambos sin notarlo, pero ahora el miedo recorría cada parte de sus cuerpos.
Estaban aterrorizados de ella, le temían.
Dió un paso al frente diciendo lo más estúpido que pudo decir en ese momento.
—No es lo que parece —murmuró con voz temblorosa mientras tragaba saliva.
Se atrevió a avanzar unos pasos más, pero ellos reaccionaron más rápido que ella, entraron a la casa de la pelirroja separándose en el camino apenas quedaron dentro, aunque bueno no los iba a asesinar, pero ellos jamás iban a entender lo que era y el monstruo que se ha convertido al no vivirlo en carne propia.
Tomó el pomo de la puerta y la empujó hacia dentro para entrar, cerró con seguro la puerta en caso de que alcanzarán a salir, dió el primer paso y luego el segundo hasta que comenzó caminar al piso de arriba donde Lydia se encontraba encerrada en su armario tratando de controlar su respiración agitada y su corazón acelerado mientras lágrimas mojaban sus mejillas.
Jackson en cambió se encontraba debajo de la cama de su novia, lágrimas rodaban por sus mejillas y trataba de guardar silencio para no ser descubierto. Pues lo que presenció allá afuera y la apariencia de loca desquiciada de la chica que creyó haber conocido bien, y la cual llamó mejor amiga, no era lo que jamás llegó a imaginar.
Jamás terminas de conocer bien a la personas.
Adelina por su parte ya se encontraba entrando a la habitación. Escuchó sus latidos, lo que uno indicaba que está en el armario y otro debajo de la cama. Su mirada fue hasta el último, camino hasta quedar enfrente de ella. Se notaba que no pensaban con claridad, se escondieron en los lugares más fáciles y comunes.
— ¿Jackie? Se que estás debajo de la cama, puedo ver tus zapatos —se escucho decir a la rubia, sus corazones se aceleraron más ante eso dicho—. ¿Puedes salir? No voy a lastimarte, lo prometo.
El chico hizo caso, salió lentamente mientras pensó que podría rogarle a su mejor amiga para que no les hiciera daño y les perdone la vida. Aunque no habría que ser necesario, pues a ella jamás se le vino a la mente hacerles daño, ni ponerles una mano encima. ¡Jamás! Ni siquiera lo llegó a pensar.
—¿Nos matarás cómo a ellos? —ni siquiera respondió a su pregunta simplemente camino hasta abrir el armario, la pelirroja estaba por gritar al verla pero la rubia ya le había tapado la boca con su mano antes de que sucediera.
—¿Qué eres? —el murmullo inaudible de Lydia se escuchó en la habitación.
¿Cómo le explicaba a ellos que es un vampiro? Aunque esa palabra era mínimamente corta.
—No recordarán haberme visto hoy.
—¿Qué... —Jackson no pudo terminar de hablar pues Katherine ya se encontraba enfrente de él, dispuesta a borrar de su mente ese horrible momento y plantar uno nuevo.
Sí, tal vez era egoísta, borrarles simplemente ese recuerdo, tomó el rostro de Jackson con un poco de fuerza, pues este se quería safar de su agarre. Cerró sus ojos un segundo, para después abrirlos y murmurar viéndolo a los ojos con las pupilas más dilatadas que hace unos segundos.
—Olvidarás haberme visto asesinar y el hecho de que estuve aquí en el cumpleaños de Lydia y no recordarás nada de lo sucedido. Sólo sabrás que me iré de viaje y que vendré a despedirme —con eso dicho repitió lo mismo con Lydia.
—No recordaremos nada...
No les dió la oportunidad de decidir o articular alguna palabra. Tomó ropa del armario de Lydia para cambiarse.
Con eso dicho salió de ahí para tirar la ropa ensangrentada. Regresó a la casa para despedirse de ambos, no volvería a abstenerse a que sucediera de nuevo, ella era la palabra "peligro" en pocas palabras.
Con sus manos temblando tocó dos veces la puerta, a los pocos segundos su amiga Lydia con sonrisa le abrió la puerta, como si nada hubiese pasado hace unos minutos. Como si hace momentos no hubiesen llorado del miedo.
—¿Ya te irás? —Lydia borró su sonrisa a una mueca triste.
—Sí, solo vine a despedirme —dijo la rubia con una pequeña sonrisa.
Apareció Jackson detrás su novia. Lydia se acercó a abrazarla acariciando su espalda de arriba abajo, dejando un beso en su cabeza.
—¡Oye! estamos seguros que nos volveremos haber pronto, ¿Verdad? — dijo con una sonrisa para después mirarla seriamente.
—Sí, claro. Volveré.
—Bueno, en ese caso no nos pongamos tristes, que odio las despedidas pero ven a abrazarme — hablo Jackson para caminar a ella, la rubia se separó de Lydia para ir con su amigo.
Ambos se fundieron en un abrazo, ella puso los brazos en la cintura del chico abrazando le fuerte, este dejo unas cuantas caricias en el cabello rubio de su amiga para después separarse, tomar el rostro de ella y dejar un beso en su frente. Ella repitió su acción, también dejando un beso en su frente del chico y uno en la nariz aunque Jackson no quisiera.
Se separó para dejar un beso en la pequeña nariz de su amiga y después uno en su frente, la pelirroja hizo lo mismo para después darse un breve abrazo entre los tres.
—Los quiero por y para siempre.
Hablo Katherine para dar pequeños pasos hacia atrás. Ellos se vieron con una pequeña sonrisa para después decir:
—Te queremos por y para siempre.
Su cazador favorito Dayn se encontraba al volante y ella en el asiento de copiloto, Ruel se encontraba dormido en los asientos traseros como si no lo hubiese hecho durante unos años. Estaban por llegar a la escuela secundaria de Beacon Hills. Era el único pueblo en el que no han logrado dar con su paradero y era un buen escondite poniendo de pretexto que venía de visita.
¿Había asesinado a alguien apenas llegando? Sí. ¿Dayn se había molestado? Definitivamente, sí. ¿Le importaba? En lo absoluto.
Dayn estacionó el coche a lado de un Jeep azul. Salieron sólo ellos dos para entrar a la secundaria dejando al otro dormir y varias miradas se posaron en Katherine. Caminó con esa elegancia que la caracterizaba y la seriedad en su rostro a la oficina del director para hacer el papeleo.
Sí, bueno. Todo lo hizo Dayn en realidad en cuestión de segundos, él junto el castaño rojizo tenía cosas importantes que hacer ese momento. Después de unas palabras que sonaron a una amenaza por parte del azabache a Katherine, se había ido mientras refuñaba ya que no quería dejarla sola.
Esperó que Ruel eligiera una buena casa... Se dijo mentalmente con una mueca en su rostro, porque sabía lo idiota que era el brujo.
Ella se quedó en el pasillo viendo a su alrededor y su mirada choco con los de un chico rapado de ojos mieles que se encontraba pasando a su lado junto con otro chico. Retiró la mirada conmocionada, cerró sus ojos y volvió a mirarlo, estaba de lado, podía ver su perfil izquierdo con una nariz perfecta, negó con un nudo en su garganta al sentir esa opresión en su pecho.
No tenía duda de la vida la estaba tratando como la mierda desde aquel día.
—¿Quién? ¿Derek? —el rapado dijo exaltado mientras le dió un golpe con su mano en la cabeza a su amigo—. ¿Olvidas la parte en la que lo enviamos a prisión?
¿Derek Hale en la cárcel?
La mención de ese nombre la hizo olvidar por unos momentos lo que su mente quería hacerle recordar, cuando menos pensó alguien había chocado con ella lo que la hizo hacer una mueca de molestia.
—¡Oye! ¡Maldito idiota! —la rubia le gritó al moreno.
Pero este ni una disculpa. Scott ya se había marchado, Stiles por su parte se había quedado para intentar disculparse por su amigo.
—¿Estás bien? ¿Eres nueva? —el chico pálido de lunares preguntó nervioso—. Una disculpa, mi amigo está algo alterado por las clases —lo justificó, bueno en parte era cierto.
Giró su rostro al escuchar la voz y sus ojos azules conectaron con los ojos miel de aquel joven, se quedó en silencio unos segundos hasta que se obligó a reaccionar.
—Estoy bien y si... soy nueva estudiante —mintió en lo último y después fingió una sonrisa porque quería irse de esa situación lo antes posible.
No podía verlo por demasiado tiempo porque lo único que podía ver era a su amado sin vida.
No dijo nada, simplemente se había dado media vuelta y se fue sin decir nada más, dejando al chico de pie, embobado y con la palabra en la boca en medio del pasillo, este apenas se dió cuenta se movió de ahí con rapidez.
Caminó a paso seguro hasta entrar al lugar atrayendo miradas que ella ignoró. Dió unos pasos, paseó su mirada por el gran comedor, hasta que sus ojos captaron a sus amigos quienes llegaron y se sentaron con las dos personas que ya vió anteriormente en los pasillos.
Sus amigos estaban entretenidos que ni siquiera se dieron cuenta de su presencia. Caminó hasta que quedó a unos cuentos pasos de distancia, estaba casi enfrente de la pelirroja y ella no se ha dado cuenta de que se encontraba ahí.
—¿Saben que suena divertido? — Jackson tomó el tenedor—. Enterrarme este tenedor en la cara.
Rápidamente Lydia se lo quitó de las manos.
—No creo que quieran presenciar una muerte tan menos creativa y arruinarles el desayuno —habló lo suficientemente alto para que la escucharán.
Ocasionando que algunos se sobresaltarán y voltearan a verla de inmediato.
—¿Me extrañaron? —sonrió divertida elevando las cejas.
El grito agudo de Lydia Martin quien sonrió emocionada asusto algunos, se levantó literalmente corriendo para ir hasta ella.
Abrió sus brazos y la pelirroja saltó a sus brazos dando pequeños saltitos de alegría. Diciendo en murmullos cuánto la había extrañado, cuenta falta le hacía. De hecho todos en la mesa y en el comedor estaban sorprendidos, pues Lydia Martin jamás había mostrado cariño en público a alguien que no fuera su novio.
Dejando un beso en la frente de su amiga, caminaron abrazadas hasta que la dejó en donde está estaba sentada antes.
—¡Oh, vamos, Jackson! Es que acaso no me abrazarás —habló con indignación falsa y una mano en su pecho para poner dramatismo.
Jackson sonrió divertido mientras negaba, se puso de pie y envolvió sus brazos alrededor de ella, incluso esa faceta también les sorprendió a todos que alternaban su mirada en ellos tres..
—Nosotros te extrañamos—respondió su amigo con una sonrisa diminuta.
—Oh, hola —volteó a mirar a los demás con una media sonrisa—. ¿Interrumpí algo?
—No —una chica pálida le respondió con una sonrisa.
Ellos continuaron hablando cuando tomó asiento, ella paseó su mirada a los presentes de la mesa, su mirada cayó en el chico que estaba en medio de Lydia y de la chica pálida después al del rapado quien ya tenía su mirada puesta en ella de una manera no disimulada. Cuando chocaron las miradas este la apartó de inmediato, poniéndose nervioso.
Suspiró lentamente y bajo la mirada a la mesa. Esto estaba siendo tan difícil, habría deseado que Dayn no la hubiese dejado sola.
Eso no paso desapercibido por el mejor amigo del rapado, Scott Mccall.
—¿Qué tal jugar boliche? Eso te gusta — la voz de su amiga la devolvió a la realidad.
—Sí, con competencia de verdad —le respondió a su novia acariciando su mano levemente para recargarse en la silla.
—¿Cómo sabes que no somos competencia de verdad? —Allison habló mirándolo determinada—. Sabes jugar a los bolos, ¿No? —miró a Scott.
Ella solo escuchaba la conversación pero también estaba tratando de ignorar con todas sus fuerzas la presencia de ese chico.
—Más o menos.
—¿Más o menos? ¿O sí? —Jackson pregunto recargando sus codos en la mesa y viendo con esa mirada desafiante al pobre chico Scott.
—Sí. De hecho, soy muy bueno —esté le respondió pero ella se dio cuenta que mentía, sabía cuando lo hacían y no tenía necesidad de escuchar sus latidos.
Mordió la esquina de su labio inferior, podía sentir la mirada de ese rapado sobre ella y no tuvo el valor de mirarlo. Lo único que deseaba era irse.
—Vendrás con nosotros, Ada —Lydia la llamó atrayéndola a la realidad.
—¿Es aviso?
—Aviso, cariño —dijo sonriendo en el proceso.
No podía negarse, no con ella. Así que asintió en respuesta. Se puso de pie y sin despedirse se retiró a paso acelerado con la mirada de Stiles Stilinski sobre ella.
Su casa estaba justo enfrente a la de Allison. En donde se encontraba en estos momentos, la habían invitado para ayudarla a arreglarse pero tarde se había dado cuenta en que casa se encontraba, literalmente.
Se preguntarán, ¿cómo entro? Se encontró a la mamá de Allison quién la dejo pasar y pudo usar la hipnosis, Victoria Argent no tomaba verbena así que eso dice mucho para una familia de cazadores.
—Mmm... Paso —respondió ella después de ver la blusa que Allison había agarrado.
Paso un brazo por los hombros de Lydia atrayéndola a su pecho. La chica sonrió en respuesta acurrucándose a su lado para después ver de nuevo a Allison
—Pasamos —cuándo mostró otra blusa.
Lydia se puso de pie para ir a ella al armario y buscarle algo por ella misma. Pero está literalmente paso a todas porque ninguna era de su agrado.
—No la hagas sentir mal, Lydia —la rubia sonrió un poco.
Se puso de pie, caminó hasta la azabache y ahora paso un brazo por los hombros de Allison.
—¿Te incomoda? —le preguntó Katherine en voz baja mientras giraba su rostro para ver el perfil de la chica.
—No, claro que no —volteando su rostro para poder verla y notar lo cerca que se encontraban.
Nerviosa tragó saliva y aparto la mirada de la chica quién se dió cuenta pero se limitó a simplemente sonreír ladina.
Por fin Lydia le dio una blusa marrón con lentejuelas del mismo color.
La rubia se sentó de nuevo en la cama de la castaña. El sonido de la puerta abriéndose en el cuarto, hizo que ella y las demás voltearan.
¡Mierda! ¡Odio a Ruel!
Reprochó por confiar en su amigo brujo, vió a Chris Argent aparecer. Ruel no era idiota, mayormente hace las cosas adrede sabiendo las reacciones que obtendría de ella y eso que simplemente le había confesado que sin querer se había manchado un abrigo de él con un poco de sangre.
Esta había sido su forma de vengarse de Katherine.
—Papá, hola.
—Sí. Lo siento. Olvidé tocar la puerta — dijo mientras señalo detrás suyo.
Reprimió una risa cuando Lydia se aventó a la cama para quedar de lado y poner una mano en su cintura para saludar de manera coqueta.
—Hola señor, Argent.
Ella simplemente asintió hacia a él, Chris la reconoció al instante. Allison volteo haber a su nueva amiga mientras se puso un mechón detrás de su oreja. La mirada poco discreta de su padre la hizo confundirse.
—Oye, ¿Necesitas algo? —Allison preguntó para atraer su atención a ella y no en la rubia.
—Vine a decirte que te quedarás en casa —dijo mientras se ponía su chamarra verde y miraba a su hija.
—¿Qué? Saldré con mis amigos.
—No cuando un animal está atacando a las personas.
—Papá... Es que mirá.
—Oye, no está en mis manos, hay un toque de queda. Nadie puede salir después de las 9:00 de la noche —Chris mencionó mientras abrochaba su chamarra.
Lydia se acomodó para quedar sentada. Allison aventó la blusa a la cama con cara disgustada.
—Oye, sin discutirlo más —el padre de la azabache sonrió viéndola con mirada determinada para salir de la habitación, no si antes darle una mirada de reojo a la rubia quién ya lo miraba con diversión mientras movía sus dedos en saludo.
Allison se cruzó de brazos, y ambas chicas se pusieron de pie.
—Mmm... Y papi tiene una niñita.
—Aveces, pero no está noche —a lo que la rubia sonrió. Allison se colocó su gorro para después abrir la ventana de su habitación.
Ambas la miraron, una tratando de descifrar que tramaba y otra sonriendo cuando captó su plan.
Katherine la siguió para salir con ella por la ventana y caminar por el techo y detenerse en la orilla sin miedo.
—¿Qué están haciendo? —Lydia se asomó por la ventana con uan expresión de que estaban locas.
Allison no respondió simplemente hizo una voltereta para luego caer de pie en el césped y Katherine había copiado su acción, dejando sorprendida a Lydia.
—Ocho años de gimnasia, ¿no vienes? —susurro una Allison sonriente viendo hacia la ventana.
—Yo simplemente soy buena —se encogió de hombros la ojiazul sin dar detalles.
—Ham, yo por las escaleras —dijo asistiendo con rapidez la pelirroja.
Esperaron a que su amiga bajarán caminaron un poco para alejarse de ka casa de la chica.
—Me agradas —murmuró Allison a la rubia de manera nerviosa mirándola de reojo.
—A mí también Allison, nos llevaremos bien.
—Oigan, no se den esos arrimones delante de uno. ¿Quieren? Que uno no tiene con quien —dijo Katherine frunciendo el ceño al ver a Jackson llegándole por atrás a su amiga.
Pero no recibió respuesta.
—¡Sí, claro! Ignoren a la rubia, par de idiotas —los fulminó con su mirada azulada para después rodar los ojos.
El moreno se sentó a su lado cuando le tocó a Allison dar su tiro.
—Entonces, ¿eres su mejor amiga? — Preguntó después de estar en silencio, Stiles quería saber sobre ella y de manera obligada lo estaba haciendo.
Katherine lo había cautivado, había llamado su atención a primera vista.
—Sí, ¿Por qué?
—Curiosidad. No eres de aquí, ¿cierto?
—No realmente —suspiró para responder y voltear a verlo—. Soy de otro pueblo, de Mystic Falls.
—Oh, por cierto soy Scott —se presentó estirando la mano hacia ella.
—Bien Scott, yo soy Katherine —ella la tomó sacudiendo la mano de Scott, sonriendo levemente—. Además se quién eres, bueno no sabía tu nombre, pero chocaste conmigo en el pasillo.
—Oh, eso. Perdón tenía prisa —dijo un avergonzado Scott.
—No hay problema.
Allison se sentó al lado de Scott después hacer un buen tiro.
—Parece que alguien sabe jugar —dijo una Lydia sonriente.
—¿No jugaras? —le preguntó Jackson a la rubia.
—No, gracias. Sólo soy espectadora.
Lo que hizo que Lydia rodará los ojos ante el poco estusiasmo de la chica.
—¡Bien hecho! —Allison y Scott chocaron las manos sonrientes.
Bajo la mirada para notar como Scott movía y subía frenéticamente su pierna.
—Quién lo diría Jackie, eres muy bueno —comentó la vampiro con asentimiento.
Él solo sonrió con arrogancia por el halago de su amiga mientras se sentaba al lado de su novia.
—Tú turno, McCall —habló Jackson, volteando él y Lydia hacia su dirección al mismo tiempo.
Suspiró mientras sacaba su teléfono para enviar un mensaje a Dayn y contarle lo sucedido sin poder esperar más.
—Puedes hacerlo, Scott —Allison lo codeo un poco.
—Sí —fue su respuesta.
Y falló. Jackson empezó a reírse de él y Lydia tratando de reprimir su risa.
—Jackson, podrías callarte —Allison habló con notable irritación.
Provocando que la rubia apartará la mirada de su celular y la posará en él.
—Deberías callarte. Podría llegarte un poco de karma —se burló un poco de Jackson.
—Lo siento, lo siento. Pero recuerdo sus palabras. "Soy muy bueno".
—Quizá solo necesita un poco de apoyo —dijo sin estar segura.
Scott miró al frente tratando de concentrarse. Pero volvió a fallar, otra vez.
—Tranquilo, estás apenas empezando —le dijo Allison a Scott con tranquilidad.
Katherine se puso detrás de Allison quién estaba de espaldas a ella en la silla. Acercó sus labios a su oreja y le susurro provocandole escalofríos a la chica.
—Ally, linda. ¿Por qué no mejor vas y le das una muy buena motivación, Scott? —con eso dicho volvió a su asiento con una sonrisa pues se dio cuenta de la reacción que tuvo ante su acercamiento.
Y así fue, se puso de pie para hablar con él en susurros. Lo que sea que le dijo le dio buena suerte porque anotó y no sé quedó con las ganas de preguntarle, cuando pudo haber escuchado pero no lo hizo.
—¿Qué le dijiste?
—Qué pensara en mí... Desnuda —le susurro en el oído a la rubia.
—Quién lo diría, la tímida Allison se está poniendo atrevida —sonrió pícaramente. Provocando una sonrisa a la chica y un leve sonrojo.
—Bueno, si a mí me dijeran eso. También me daría una suerte increíble —señaló divertida por lo sonrojada que Allison se había puesto.
Los rostro de asombroso de sus amigos no se hicieron pasar.
—¿Qué le dijiste? —Lydia dijo lo mismo que ella hace unos momentos.
—Mmm... Solo le dí en que pensar.
El rostro alegre de su amigo Jackson cambio a uno serio rápidamente, era bastante notable que no le gustó para nada el ser humillado.
Después de esa mala salida en grupo, se volvió caminando hasta su nueva casa se mala elección.
Rodó los ojos irritada por la mala elección del castaño. Prendió las luces y se dirigió a la cocina para sacar del refrigerador una bolsa de sangre que fue obsequio de Dayn al llenar el refrigerador.
Hace demasiado que no podía dormir con tranquilidad, tomó entre sus manos su teléfono y marcó a la chica que cuidaba de Zayne. Necesitaba saber como estaba.
—Hola, Eliza —saludo a la niñera—. ¿Ya está dormida?
—Aún no, señorita Salvatore. Está muy despierta. ¿Desea que se la pase?
Katherine frunció los labios ante la respuesta.
—Sí, dale el teléfono —respondió y espero unos segundos.
—¿Mamá? —dijo la voz de la niña la hizo sonreír.
—Hola, cariño. ¿Por qué aún no estas dormida?
—Es que... Me había mojado la cara con agua fría —murmuró en voz baja de manera inocente.
—Bueno, se supone que no debes hacer eso cariño, para eso te compré tus toallas húmedas para limpiar tu rostro. Ya es tarde, trata de dormir, ¿sí? Te amo, cariño.
—Sí, está bien. Gracias por llamar, también te amo, mamá. Mando muchos besos —dijo sonriente Zayne.
Esa simple llamada y poder escuchar su voz le alegro la noche a la joven al otro lado del teléfono, así que colgó la llamada.
Su mente vago al chico del pasillo, ¿por qué la vida era así con ella? Lo único que podía imaginar era que fue demasiado estúpida para no poder salvarlo.
—Es idéntico a él —murmuró a la nada con la tristeza invadiendo cada parte de ella.
Sintió una lágrima caer por su mejilla y la limpió rápidamente, su mente jugaba con ella, reviviendo ese recuerdo que no la dejaba en paz. Pero no pudo controlar el dolor emocional que sentía en esos momentos, se permitió llorar por Steven James, un detective... su antiguo y primer amor.
Estoy editando de nuevo porque quiero agregar cosas que se note un poco mejor narrador, así que lamento las molestias a quienes se encuentran leyendo, algun error ya después vuelvo a corregirlo..
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