𝐃| 06
El móvil de Ji Min timbró entre sus gemidos, se detuvo por un momento a mirar donde lo había dejado. Desnudo bajó de la cama tomando su chaqueta para sacar el móvil, por supuesto era un número desconocido y no evitaría sonreír mirando hacia la cámara que sabía que lo estaba grabando.
-¿Hola? -dijo fingiendo duda al responder la llamada, la profunda voz de Agust lo relajó más de lo que le gustaría admitir.
-Puedes llamar a este número cada vez que quieras hablar conmigo -dijo él mirando como la figura desnuda del menor se paseó por la habitación.
-Lo haré ¿Cuándo vas a enviar las fotografías?
-En un par de días, primero necesito sacarte del departamento para antes de que se entere. No quiero matar a Judas antes de tiempo.
-¿Planeas esto desde hace mucho? o ha sido... ¿casualidad? -casi murmuró mientras se subía a la cama.
-Dieciocho años, para ser exactos.
-Cielos... ¿algún día me dirás lo que te hizo?
-No es muy difícil de adivinar, nuestro odio no tiene nada oculto. Es un traidor de mierda, la traición es un hábito que acostumbra, ya lo has visto.
-Sí, pero... ¿en qué sentido te ha traicionado?
-Me gustan los juegos, ¿quieres adivinar? -Ji Min miró su cuerpo desnudo mientras que intentaba pensar en esa respuesta.
-Te ha robado a la mujer que amas -una suave risa se coló en la llamada, y Ji Min no pudo evitar sonreír.
-No, esa no es la respuesta correcta.
-¿Entonces por qué me quieres a mí?
-Quererte -puntualizó mirando a Ji Min desde la tablet-. Tenerte, es lo más idóneo.
-¿Por qué quieres tenerme? -murmuró acariciando su cuerpo-. ¿Cuando me secuestraste sabías lo mío con él?
-No me tomó mucho tiempo saberlo, fue evidente que lo tenían porque pensaste que yo era él. Mal gusto debo decir, le supero en todos los sentidos.
-Creo que yo debería objetar eso, ¿no lo crees?
-Park Ji Min, ten han hecho para no pensar con la cabeza correcta.
-Quizá no... ¿estás manejando hacia tu casa? Venir por mí debió tomar mucho tiempo.
-¿Te preocupa que me accidente?, ¿o quieres que regrese a verte? -Ji Min sintió su piel erizarse mientras miraba el punto fijo de la cámara que lo filmaba.
-Sé que pusiste una cámara en mi dormitorio, la estoy mirando justo ahora.
-Lo sé, te estoy mirando. Y lo he hecho todo el tiempo que mirás hacia ella o cuando no.
-¿Puedo preguntar el motivo?, o ¿prefieres que juguemos en adivinarlo? Puedes castigarme si fallo.
-Este es mi juego, si lo hago es porque así lo quise.
-Es divertido porque crees saber todo de mí, pero no tienes una idea -murmuró mirando la cámara-. ¿No has pensado en que quizá este sea mi juego?
-Te parece divertido, pero no lo es, te gusta el peligro, pero quieres que te protejan. Eres impulsivo y te dejas llevar por lo que sientes. Como ahora que crees que te quiero.
-No es verdad. Si has estado mirándome todo este tiempo sabes que no me ha importado, ¿por qué mi reacción no solo puede ser diversión? Es injusto que solo tú puedas mirar.
-Abre la puerta -la llamada finalizó. Hubo silencio en toda la habitación mientras sentía su corazón golpear con más fuerza en cada segundo que pasaba. Tomó un par de prendas del armario y se vistió tan pronto como se hallaba de camino a la puerta de entrada. La abrió mirando los fríos ojos oscuros de Agust-. ¿Vestido? -preguntó con una sonrisa mientras pasaba a un lado.
-¿Pretendías mirar en vivo? -mencionó cerrando la puerta y mirando a Agust quien no dejaba de examinarlo.
-Te dije que era complaciente, si lo deseas es algo puedo darte.
-¿Darme el qué?-dudó al cruzarse de brazos.
-No fui yo el que buscó el contacto físico, y no he sido yo el que suplicó que lo marcase por todos lados para enseñarle a Judas que me perteneces. Te lo dije, si quieres algo solo debes decirlo, no soy alguien de rodeos -miró como dejó su saco sobre el respaldo del sofá-. No fui yo el que me pidió venir una segunda vez la misma noche.
-No dije que vinieras.
-Abriste la puerta -mencionó mirándolo a los ojos mientras que se acercaba a él, Ji Min se quedó quieto en su lugar siendo la piel erizarse, pero el estúpido placer que sentía recorrer en su cuerpo hizo que Agust sonriera.
-¿Quieres saber por qué fui al Heaven? Solo quería encontrar a alguien para una noche...
-No es la versión real -mencionó tomando el rostro del menor-. Mírame a los ojos y di la verdad -sus ojos castaños miraban la oscuridad en Agust, pero debía estar delirando si después de su beso o el momento del auto quería conocer más-. No era "alguien" a quien tú buscabas, era a mí -tragó saliva sin dejar que la intensa mirada le intimidase, no se atrevió a negarlo-. Sabías lo de la cámara y aún así cada noche me diste un sensual espectáculo. Muy impulsivo de tu parte.
-Tal vez -murmuró con la cercanía del mayor sobre su rostro-. Soy culpable de ello entonces, cada vez que lo hice pensé en ti, porque debo estar demente, porque desde la ultima vez que nos vimos... quería quedarme contigo -Agust sonrió acariciando el cuello del menor y su otra mano aún sobre su rostro.
-¿El motivo fue la venganza? -Ji Min cerró los ojos mientras el cálido aliento del mayor se coló en su cuello-. No dejas de pensar en cuál de los dos es mejor -besó de su piel hasta sus labios que apenas se había percatado de que se besaban con lentitud y suavidad. Su mente tan perdida de en sus propios deseos y la vergüenza de saber que había sido tan transparente como un cristal o solo Agust era más inteligente de lo que llegó a pensar-. Quieres sacarlo de aquí -mencionó acariciando su cabeza sin dejar de mirarlo-. Es algo que puedo cumplir -Ji Min jadeó mientras sentía el frío pasear por su torso desnudo, Agust había sacado su camiseta que era lo único que cubría su cuerpo, porque los pantaloncillos cortos que traía no podían hacerlo lucir más apetitoso.
Lo guió hasta su dormitorio entre miradas suaves y otras que fueron incapaz de leer, Agust parecía tan temible a simple vista, pero el hombre que lo acariciaba como si sólo deseara darle toda su atención y hacerlo sentir especial lo estaban confundiendo para empezar, no se sentía como cuando Yoon Gi lo tocaba o lo miraba a pesar de verse casi idénticos.
Se recostó en la cama y lo miró quitarse la camisa blanca, su cuerpo espectacular y cubierto por tatuajes le gustó, era imposible para él no compararlo con su ex, cada vez lo miraba diferente, sus ojos deseosos y fríos se volvieron cálidos en el segundo que lo miró desnudo sobre la cama.
-Es una mentira -murmuró mientras que el mayor subió a la cama sin ninguna prenda-, no eres tú -Agust le sonrió antes de besarlo con fuerza y acariciarlo por todo su cuerpo. El sentimiento de locura en Ji Min se estaba perdiendo entre comparaciones absurdas-. Basta... -jadeó mientras que los separó-. Estas fingiendo.
-¿Qué se supone que finjo?
-Esto, es... solo quiero sexo, pero no sé siente así, me haces creer que te preocupas.
-Es sexo -puntualizó con una sonrisa casi malvada mientras que miraba a Ji Min-. ¿Sabes por qué no conoces la diferencia? Porque no has dejado de compararnos. Lo que él te dio fue solo buscar estar contigo porque debía hacerlo disfrutando lo mínimo para no correr el riesgo de que lo dejases, y su misión se fuera a la mierda. Lo que hago es disfrutar de lo que es mío, por supuesto que lo voy a tocar con cuidado, no lastimo inocentes, Park Ji Min. Está noche lo entenderás -lo besó una vez más y la rigidez del cuerpo del menor desapareció, dejándose llevar entre besos y caricias que Agust daba sobre su cuerpo.
Estaba olvidado que Agust no es un hombre de bien, alguien como él nunca dudaría en mentir para conseguir lo que quiere, pero Ji Min no es capaz de sentir esa mentira al sentir las lamidas sobre su rostro y le recordaba sobre el oído que le pertenece porque acaba de entregar su alma a Dios. Tendría su confianza entre el bolsillo, pero no puedo evitar pensar en todas las noches que miró las cámaras del dormitorio de Ji Min y este se complica a sí mismo mientras miraba al lente como si fuese ello un dulce secreto.
Podía deducir que Park Ji Min no estaba bien de sus sentidos si era capaz de entregar su confianza de esa manera o si de unirse con él para vengarse de Judas era solo una excusa para liberar la tensión. Lo que fuese lo estaba enloqueciendo. Sabía que todo lo que Suga decía era una maldita verdad.
Estaba obsesionado, no porque le pareciera atractivo a la vista, era ese sentimiento retorcido por demostrarle que él era superior a Judas, y que Ji Min lo prefiera era lo único de lo que estaba interesado ahora. Lo tendría y una vez que lo haya hecho se lo quedaría como lo que Judas una vez tuvo.
Esa era la verdadera razón por la que Agust se olvidó de que joder con el hijo de Park era más que peligroso, pero cuando avanzaban los minutos y escuchaba al menor gemir o deleitarse por sus besos o caricias, no estaba asegurando que si lo que hacía era solo una cuestión táctica. Sus labios gruesos, el sonido de su voz excitada, sus ojos complacientes llenos de lujuria y su exquisito cuerpo lo habían confundido más de lo que esperó. Un efecto que estaba seguro que no era coincidencia. Al punto que aun no le interesaba que fuese un hombre.
Había mirado muchas veces su cuerpo, pero tocarlo se sentía como un atrevido deja vu mientras que observaba los tatuajes que Ji Min tenía en su cuerpo, una "Y" a un lado de oreja le hizo molestar, podría ser solo una letra, pero alguien con el perfil de su amante estaba seguro que se trataría de Judas.
Bajó sus labios por la espalda de con la secuencia de lunas hasta las mejillas redondas que se hallaban para él. Con sus propios fluidos acarició la entrada hasta que los dedos se escondieron y su amante gimiera maravillado de tener algo de sexo después de su pasada relación. Ji Min lo alzó a mirar sobre su hombro como si en realidad confiara en él.
-Di una palabra cuando quieres que me detenga, cualquiera -él asintió aunque no prestó demasiada atención mientras se metía entre las mejillas cálidas y el sonido de la voz aguda del castaño penetraba sus oídos. Ji Min había gemido su nombre por primera vez con un par de empujones, el sentido primitivo en Agust floreció como nunca lo había hecho, deseaba escuchar su voz entre espasmos y de lo único que recordará mientras lo follaba era de su nombre. Cada minuto era tan intenso que arqueó su espalda lo más que pudo cuando el puñado de su cabello fue jalado hacia atrás al sentir la gruesa polla cada vez más dentro, el peso de Agust se sintió sobre su espalda.
-¿Lo has entendido ahora? -jadeó sobre su rostro mirando la expresión de placer en su compañero, asintió mientras sentía la lengua caliente de Agust en su mejilla hasta su oído-. Me perteneces, esto no es de solo una noche -su respuesta fue un gemido que lo enloqueció, tomando su rostro lo besó en los labios mientras se movía suavemente dentro de él. Su suave voz se colocó entre sus labios antes de separarse y terminar de follar como lo merecía. No se había sentido tan vivo como estar con Agust, era un sentimiento diferente que siquiera su ex estuvo en su mente hasta que sintió al mayor correrse sobre él y la su falta de autocontrol porque se había venido unos minutos antes-. Ahora sabes la respuesta de quien es mejor -Ji Min parpadeó agotado mientras los besos y las palabras arrogantes de su compañero jugaban por su nuca. Tomando el mentón del menor para que levantará más su cabeza lo hizo jadear aun con la polla blanda en su interior-. Nunca volverá a poner sus manos sobre ti -el menor gimió mientras que el cosquilleo se volvía más que placentero-. No quedarán más marcas que las mías. Es una promesa -lo miró a los ojos sintiéndose mareado mientras que lo recostaba sobre el colchón, su espalda tocó la cama, su pecho el cuerpo fuerte y caliente de Agust mientras que se besaban.
De tu mente y de tu cuerpo. Agust se había dado cuenta desde su primera interacción que lo que hace a Ji Min peligroso es su sentimentalismo, pero ¿y él? la posesividad es su peor enemigo, mucho más que el odio o el rencor.
Los golpes en la puerta los despertaron, eran tan fuertes que Agust se apartó de Ji Min buscando su ropa buscando su arma. El menor lo llamó mientras se levantaba con el cuerpo temblando.
-Quédate aquí -ordenó al terminar de vestirse con el pantalón, pero Ji Min no le hizo caso mientras se vestía también y lo seguía hasta el salón principal.
-¡Ji Min! -Agust sintió su sangre hervir en rabia cuando reconoció la voz de su hermano-. ¡Abre la puta puerta! -el castaño camino hacia la puerta, pero la mano del mayor lo detuvo.
-Déjame -se quejó mirando los ojos hechos furia-. ¿Confías en mí? -Agust no supo qué responder, no lo hacía-. Abriré la puerta.
-Si lo haces lo mataré.
-Correré el riesgo -Agust maldijo mientras se escondía en la habitación más cercana a la puerta. Con sus manos temblando abrió mirando como Yoon Gi no parecía ser él, su mirada llena de rabia era algo tan incompatible.
-¿Qué demonios te sucede? -le dijo al entrar al departamento. Cerró la puerta sin decir una palabra-. ¿Dónde está? Sé que está aquí -miró el cuello del menor lleno de chupetones y la obvia apariencia que él lucía-. Estaban follando, no puedo creer que hayas hecho eso. Maldita sea Ji Min, ¿nunca sabes pensar?
-No sé de qué carajo hablas.
-¡Deja de mentir! -gritó asustando al castaño-. ¡Maldita sea, deja de protegerlo! -el menor retrocedió cuando vio la forma amenazante de Yoon Gi.
-Una mano encima y olvidaré que le prometí a Suga que te desmembraría vivo.
Ji Min sentía que su estabilidad estaba apunto de quebrarse cuando sintió que sus lágrimas caían aturdidas ¿Que se supone que haría YoonGi?, ¿golpearlo? Miró a Agust quien lo miraba a él, pero apuntaba con su arma sobre la cabeza de su hermano.
Muchas gracias por leer❤
-: ✧ :-゜・.FairyWinB
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