A sus 8 años, mientras caminaba tranquilamente por el parque al lado de su menor, ambos vieron un columpio y corrieron hasta el.

—Juega tú, Tennie hyung–

—Eres un año menor, juega tú Tae–

Ten le sonrió a Taeyong pero este frunció el ceño y se quedó de brazos cruzados.

—Tú, Tennie hyung–

—¿Por qué siempre me están sediendo los lugares?–

—Porque...– Taeyong desvió la mirada y se sonrojó.

—¡Ay, qué lindo!–

Ten apretó las mejillas gorditas de su menor y luego las besó, el menor seguía sonrojado y con el ceño fruncido.

—Eres una ternura, por favor ve tú–

Taeyong negó con la cabeza una vez más con la mirada fija en otro lado. Ten lo tomó de los brazos y lo guió hasta el columpio. Lo sentó ahí porque el menor seguía siendo pequeño y tuvo que ayudarlo a subir. Se posicionó atrás de Lee y lo empezó a empujar un poco.

—Te dije que tú, Tennie hyung–

—¿Por qué querías que fuera yo?–

—Porque yo...quería empujarte desde atrás, quiero cuidar de ti hyung, que te diviertas tú–

—Eso es lindo, pero por ahora conformate con ser cuidado por mi–

—¿Cuánto tengo que esperar para poder cuidarte, hyung?–

Ten soltó una risita y Taeyong miró un poco hacia atrás porque le encantaba verlo reír.

—Cuando seas más alto que yo, cuídame todo lo que quieras–

—Pero hyung...–hizo puchero y Ten seguía riendo– talvez no vaya a crecer...pero prométeme algo más hyung–

—¿Qué quieres que te prometa, Tae?–

—Cuando crezca– sintió el calor en sus mejillas– Cásate conmigo, Tennie hyung–

Ten paró de empujar a Taeyong y este se bajó del columpio para ir hasta su mayor y entrelazar sus manos.

—¿Casarnos? ¿Por qué?–

—Porque yo quiero cuidarte toda mi vida, hyung... así como mi papá cuida a mi mamá–

—Pero...puedes cuidarme sin que te cases conmigo, además de que casarte conlleva a que...nos amemos–

—¡Yo te quiero mucho! Cuando crezca te amaré, ¡Quiero casarme contigo!–

Ten vio el brillo en los ojos del menor y le sonrió, Taeyong le sonrió mostrando su linda sonrisa. Ten no se podía negar a una petición de Lee, así que besó su mejilla.

—Está bien, cuando seas más alto que yo nos casaremos– soltó una risita y el menor lo abrazó restregando sus mejillas con las de su mayor.