IV. Together

La forma en que susurró mi nombre... no podía quedarme ahí. No después de todo lo que había dicho. Annaka era todo lo que había querido desde hacía años, pero también era todo lo que me estaba rompiendo ahora. Necesitaba alejarme antes de que me desplomara frente a ella.

Caminé hacia la puerta de la azotea, intentando ignorar la forma en que mi pecho se apretaba, pero su voz me detuvo.

—Walker, por favor, no te vayas.

Me quedé quieto. Su tono no era suplicante, sino lleno de dolor, como si de verdad quisiera arreglar esto. Pero yo no estaba seguro de si eso era posible.

—¿Qué quieres que haga, Annaka? —pregunté sin girarme, mi voz más dura de lo que quería. —¿Que finja que todo está bien? ¿Que podemos volver a ser los amigos que éramos antes de esa noche?

—No —respondió, y su honestidad me desarmó. —Solo quiero que me escuches.

Cerré los ojos, tomando una respiración profunda antes de girarme para enfrentarla. Estaba allí, con las lágrimas todavía marcando su rostro y esa mirada que siempre lograba atravesarme.

—He estado escuchándote, Annaka. Todo este tiempo, he escuchado tus silencios, tus excusas, tus miedos. Y estoy cansado.

Sus labios temblaron, pero no dijo nada. Tal vez porque sabía que tenía razón.

—¿Sabes lo que más me duele? —continué, dejando que todo lo que había guardado durante estos años saliera. —No fue solo que desapareciste. Fue que, incluso cuando regresaste, no tuviste el valor de enfrentar lo que pasó entre nosotros.

—Lo siento —murmuró, pero sus disculpas solo me hicieron sentir más vacío.

—No quiero tus disculpas, Annaka. Quiero honestidad. Quiero que me digas de una vez si lo que pasó esa noche significó algo para ti, o si solo fue un error que preferirías olvidar.

Ella me miró como si estuviera buscando las palabras correctas, pero cada segundo que pasaba en silencio era como una herida abierta para mí.

—Significó algo —dijo finalmente, su voz apenas un susurro.

Quise creerle. Parte de mí lo hacía. Pero otra parte estaba demasiado rota como para confiar en ella por completo.

—Entonces, ¿por qué me dejaste? —pregunté, esta vez con menos rabia y más desesperación. —Si significó algo, ¿por qué me dejaste aquí, preguntándome qué hice mal?

Vi cómo luchaba por encontrar una respuesta, cómo sus ojos se llenaban de lágrimas de nuevo.

—Porque estaba asustada. —Su voz se quebró, y dio un paso hacia mí. —Porque no sabía cómo manejar lo que sentía por ti.

Mi corazón se aceleró, pero no me permití ablandarme todavía.

—¿Y ahora? —pregunté. —¿Sabes cómo manejarlo ahora?

Ella no respondió de inmediato, y ese silencio fue suficiente para darme la respuesta que temía.

—Eso pensé. —Negué con la cabeza, sintiendo cómo la frustración volvía a instalarse en mi pecho. —Annaka, te quiero, pero no puedo seguir así. No puedo ser solo un punto intermedio para ti, alguien a quien acudes cuando te sientes perdida.

La expresión de su rostro cambió, como si mis palabras la hubieran golpeado.

—No eres un punto intermedio, Walker —dijo con un poco más de fuerza esta vez. —Nunca lo has sido.

Pero no estaba seguro de si podía creerla. No después de todo lo que había pasado.

—Tal vez para ti no lo soy, pero para mí, tú lo eres todo. —Mi voz tembló al final, y supe que había dicho más de lo que debería.

Antes de que pudiera reaccionar, di un paso hacia atrás y abrí la puerta de la azotea. Necesitaba aire, espacio, cualquier cosa que no fuera esa intensidad que siempre había definido lo que éramos.

—Walker... —escuché su voz llamándome una vez más, pero esta vez no me detuve.

Me fui, dejando a Annaka detrás. Pero mientras bajaba las escaleras, sentí como si estuviera dejando una parte de mí mismo allí con ella. Una parte que no estaba seguro de si alguna vez recuperaría.

↳ Pov autora's

El aire en la azotea aún estaba impregnado de las palabras no dichas, de las miradas rotas y los silencios que cargaban más peso que cualquier discusión. Annaka se quedó sola, abrazando el vacío que Walker había dejado tras de sí. Pero esta no era una historia de despedidas finales. No. Este era un relato sobre segundas oportunidades, sobre aprender a enfrentarse al miedo y elegir el amor por encima de todo.

Walker caminaba por las calles cercanas al hotel, dejando que el frío de la noche lo despertara de la maraña de emociones que lo consumía. Había dicho demasiado, pero al mismo tiempo, sentía que no había dicho lo suficiente. Annaka era su mejor amiga, pero también era la única persona que realmente lograba desordenar su mundo de formas que él no sabía cómo manejar.

Por más que intentara calmarse, el peso de la última conversación no lo dejaba en paz. Cada palabra, cada lágrima en los ojos de Annaka, se repetía en su mente como un eco infinito. ¿Por qué había terminado así?

Finalmente, tomó una decisión. Una decisión que, si bien no estaba seguro de cómo terminaría, sabía que tenía que tomar.

Annaka no se había movido. Seguía en el mismo lugar, sus brazos cruzados contra el frío y sus pensamientos girando en círculos. Había dejado ir a Walker una vez, y había pasado dos años arrepintiéndose. ¿De verdad estaba dispuesta a repetir ese error?

El sonido de la puerta de la azotea abriéndose de nuevo la sacó de sus pensamientos. Se giró rápidamente, y ahí estaba él, con las manos en los bolsillos y una expresión en el rostro que no pudo descifrar de inmediato.

Walker no dijo nada al principio. Solo se acercó lentamente, deteniéndose a unos pasos de ella.

—No quiero que esto termine así —dijo finalmente, sus palabras llenas de honestidad.

Annaka sintió sus ojos llenarse de lágrimas nuevamente, pero esta vez no las dejó caer.

—Yo tampoco.

Walker asintió, como si esas dos palabras fueran todo lo que necesitaba escuchar para dar el siguiente paso.

—Sé que esto no es fácil para ninguno de los dos. Pero estoy cansado de evitarlo, Annaka. Estoy cansado de fingir que no me importa lo que pasó entre nosotros, porque sí me importa.

Ella dio un paso hacia él, como si finalmente estuviera dispuesta a cerrar la distancia que los separaba.

—A mí también me importa, Walker. Siempre me ha importado. Pero... tengo miedo. Miedo de perderte otra vez, miedo de que si esto no funciona...

—Annaka. —Él la interrumpió suavemente, tomando sus manos en las suyas. —Ya nos perdimos una vez, y fue horrible. Pero si algo he aprendido es que no quiero seguir perdiéndote porque ninguno de los dos tuvo el valor de intentarlo.

Las lágrimas comenzaron a caer por las mejillas de Annaka, pero esta vez no eran de tristeza.

—¿Y si fallo? —preguntó, su voz quebrándose.

Walker sonrió levemente, una sonrisa llena de ternura.

—Entonces fallaremos juntos.

Esas palabras fueron todo lo que ella necesitaba escuchar. Sin pensarlo dos veces, Annaka dio el último paso hacia él, y Walker la recibió con los brazos abiertos. No había promesas de perfección, no había garantías de que todo sería fácil, pero en ese momento, ninguno de los dos necesitaba eso.

Lo único que importaba era que habían encontrado el camino de regreso el uno al otro. Y esta vez, no pensaban dejarlo ir.


El aire frío de Colorado parecía más cálido esa noche. Annaka y Walker se quedaron en la azotea, abrazados, sin decir nada durante largos minutos. No era necesario. Después de todo lo que habían dicho, todo lo que habían gritado y callado, las palabras ya no eran lo importante. Era el momento de sanar, de empezar de nuevo.

El amanecer trajo consigo una mezcla de nervios y tranquilidad. Annaka despertó con la mente más clara que en semanas. Había algo diferente en el aire, algo que no había sentido desde que regresó a Colorado: esperanza.

Cuando llegó al set, esperaba que todo fuera incómodo entre Walker y ella, pero para su sorpresa, no lo fue. Él estaba ahí, esperándola cerca del área de maquillaje con una taza de café en la mano.

—Buenos días —dijo, ofreciéndole la taza con una leve sonrisa.

Annaka lo miró, sorprendida, antes de tomar el café.

—Buenos días. ¿Tú me trajiste esto?

Walker se encogió de hombros, como si no fuera gran cosa.

—Bueno, pensé que un buen café podría ayudar a comenzar mejor el día.

Ella sonrió, sosteniendo la taza con ambas manos mientras el calor del líquido se extendía por sus dedos.

—Gracias, Walker.

—De nada. —Hizo una pausa, rascándose la nuca. —Y... gracias por quedarte anoche. Por hablar conmigo.

Annaka sintió un nudo en la garganta, pero esta vez no era de tristeza. Era algo más, algo parecido a la paz.

—Gracias a ti por volver.

Ambos se quedaron en silencio por un momento, como si el resto del mundo hubiera desaparecido a su alrededor.

La química entre ellos en el set fue diferente ese día. Había una conexión más profunda, una naturalidad que no había estado presente antes. Leah, quien interpretaba a Lizana, los observó con curiosidad mientras practicaban una escena juntos.

—¿Qué les pasa a ustedes dos? —preguntó, arqueando una ceja.

Walker y Annaka se miraron antes de reírse al unísono.

—Nada —respondió Walker con una sonrisa traviesa.

Pero Leah no parecía convencida.

—Ajá, claro. Seguro que no es nada.

Annaka se encogió de hombros, intentando ocultar el rubor que subía a sus mejillas. Por mucho que intentaran actuar como si todo fuera normal, era obvio que algo había cambiado entre ellos.

Cuando terminaron de grabar, Walker se acercó a Annaka mientras ella guardaba sus cosas en su bolso.

—¿Quieres caminar un rato? —preguntó, metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta.

Annaka lo miró, sorprendida, pero asintió.

—Claro.

Caminaron en silencio por los alrededores del set, disfrutando de la tranquilidad del lugar. El sol se estaba poniendo, bañando el paisaje con tonos dorados y naranjas.

—Esto es agradable —dijo Annaka finalmente.

—Sí, lo es. —Walker hizo una pausa antes de continuar. —Annaka, sé que esto va a sonar cursi, pero... me alegra que estés aquí. No solo en Colorado, sino conmigo.

Ella lo miró, sintiendo su corazón latir más rápido.

—Yo también estoy feliz de estar aquí.

Walker se detuvo, girándose hacia ella con una seriedad en sus ojos que la dejó sin aliento.

—Quiero que intentemos esto, Annaka. Lo que sea que esto sea para nosotros, quiero que lo intentemos.

Annaka lo miró, sorprendida por la sinceridad de sus palabras. Sabía que estaba siendo completamente honesto, vulnerable incluso. Y eso la hizo querer ser igual de valiente.

—Yo también quiero intentarlo.

Por primera vez en mucho tiempo, Annaka sintió que estaban en la misma página. Que este, finalmente, podía ser su nuevo comienzo.












Holuuuu capítulo dedicado a; dpsgirl

mirtirm fueron las únicas que comentaron en el capítulo anterior

No se olviden votar y comentar🫶🏻




Memes!!!

Walker con Annaka

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top