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Aquella chica rubia se sentó en el suelo, sintiendo su cuerpo adolorido y a la vez recogiendo sus cosas para meterlas de una sola vez en la mochila. Su ceño estaba fruncido, por el coraje y a la vez enojo que le ocasionaba su situación, se limpió rápidamente su nariz ensangrentada.

Se levantó mientras acomodaba su uniforme escolar y cabello, aunque realmente no le importaba a este punto. Maldijo bajo mientras pronto empezaba a caminar por aquel parque donde había quedado, incluso el helado de crema con galletas estaba todo embarrado en su camisa y parte del suelo.

La joven Ito tomó el cono y servilleta, limpiándose como podía y pronto fue a botar aquello.

—Oi, chica —Una voz masculina llamo a la femenina, la cual simplemente frunció más el ceño y dio un leve gruñido, ignorandolo mientras se daba la vuelta, ya había tenido suficiente—. Hey, te estoy hablando.

Hanan sintió como le habían agarro el hombro, y por puro instinto tomó su muñeca con fuerza para apartarlo mientras se volteaba a ver de quien se trataba. La más baja pudo observar a un rubio más alto, tenia un tatuaje de dragón en la sien, mientras que atrás de el venía otro chico rubio de cabello corto, el cual parecía ser de su edad, trece años. ¿Pero el otro más alto? Parecía de más, aunque realmente tenía la misma edad.

—No me toques si no quieres que te rompa los dedos —Amenazó, parecía un poco fastidiada pero hablaba enserio, sin temor a que le golpearan nuevamente—. No estoy de humor, así que mejor déjenme en paz.

La joven Ito soltó su muñeca luego de haber ejercido un poco de fuerza, fastidiada y a la vez aguantando el dolor de las heridas que ya tenía, su ropa era un desastre y tenía su mejilla morada, además de que su labio y nariz estaban sangrando.

Manjiro veía a la rubia que parecía rechazar el contacto con ellos. ¿Con qué ella era Hanan? Su hermana hablaba de la menor bastante y también mostró una foto que conservaba dentro de un pequeño medallón, el cual parecia ser el mismo que la menor de las Ito tenía ahora.

Apesar de estar hecha un desastre por su ropa y parte de su rostro que limpiaba con su propio brazo, notaba la mirada seria de la chica, por un momento hizo contacto visual con ella, los ojos neutrales de Manjiro habían chocado con los ojos fieros de la rubia, más su expresión ligeramente tosca y arisca ante la presencia de ellos.

Le había gustado, mentiría si dijera que no era linda.

El rubio más alto dio un suspiro frunciendo el ceño, apuntó de decir algo hasta que Mikey se acercó, sin temor a que la chica le propinara algún golpe por no hacer casos a sus advertencias.

Hanan frunció el ceño, esperando a que le diera algún golpe, apretando sus puños por si era necesario, pero manteniendo su mirada en alto y de manera firme. No se esperaba que aquel rubio más bajo que el otro, invadiera su espacio personal, haciendo que sus rostros estuvieran bastante cerca, haciendo que la chica se sorprendiera, extrañará y se avergonzara por la cercanía, aunque no dijo nada y lo observó expectante parpadeando varias veces por eso.

—Qué... ¿Qué haces? 

—Te ves interesante —La vio de arriba a abajo. Esa afirmación hizo que la chica parpadeara varias veces denuevo, haciendo que se cruzara de brazos frunciendo el ceño.

El más alto dio un suspiro, con su mirada aburrida mientras les observaba.

—Se llama Mikey, al menos así es como todo mundo le dice —El de tatuaje les presento mientras observaba a los más bajos—. Llámame Draken.

Hanan vio que no le hacían nada de momento, por lo que un tanto dudosa de igual retrocedió un paso para volver a tener su espacio personal.

—Hanan Ito —La rubia se presentó, manteniendo su cabeza en alto ante ellos, pero a la vez sintiendo la gran mirada neutral de Mikey encima suya—. Si me disculpan... necesito irme.

—Hmm... —Pronto el rubio le tomó de la mano, llevándola a un puesto de helados que estaba ahí cerca, mientras aún eran seguidos por Draken el cual se mantenía con su mirada aburrida.

—¡Oye! ¿No escuchaste lo que acabo de decir? —La femenina frunció el ceño tratando de detenerlo, pero el chico era más fuerte que ella apesar de tener la misma edad y ser menores. Se detuvo cuando vio que pagaba unos helados sin siquiera preguntarle.

La rubia estaba desconcertada tomando aquel helado mientras ahora se iban a sentar a una banca, la verdad es que la joven Ito quería irse, pero estaba aquel otro rubio más grande que evitaría su paso. Pero... también quería comer, no pudo degustar de su pequeño postre con anterioridad, de paso, el rostro de Mikey se le hacia conocido, aunque simplemente se mantuvo en silencio en su lugar, relajando cada vez su mirada y a la vez tratando de relajarse por los golpes anteriores.

—¿Qué te sucedió para que quedaras hecha desastre? —Manjiro pregunto directamente mientras observaba al frente sin voltear a verla, aunque la chica había soltado un pequeño sonido enojado al recordar como acabo.

—Unos chicos más grandes estaban molestando a otra niña... solamente eso... no me arrepiento, no me podía quedar a observar nada más.

—Hmmm... ¿Dónde viste que se fueron? —Draken habló, teniendo intenciones de talvez ayudar a la rubia.

—No necesito ayuda, mucho menos de chicos... yo me encargo de eso. —La joven se negó directamente, desviando la mirada, y testaruda con su decisión. Claro que no tenia ningún problema con los varones, pero de que ellos resolvieran sus asuntos era algo que a la femenina no le agradaba, quería hacerlo ella sola. No es que fuera mala persona, pero son sus propios problemas.

El rubio vio de reojo a la chica, parecía segura de lo que decía y simplemente se acordó de las múltiples descripciones que decía la hermana meyor de ella, notando que tenía razón en cuanto a la menor de los Ito. Aún así, parecía que aún tenía un gran camino por delante, pero apesar de eso, le agradó su actitud rápidamente, le había cautivado y solo con algunas muestras y expresiones del tipo de persona que era, independiente o sin necesidad de buscar a alguien para que le ayudara, pero en algún momento debería aceptar su ayuda, aún así quería saber más de ella. 

—Hana-Chan... así te llamaré de ahora en adelante, tu hermana tenía razón sobre ti —El chico termino su helado, cambiando su expresión seria a una leve sonrisa, y más al ver como Draken negaba un poco, pero también desconcertado a Hanan. Se levantó de la banca y volteó a ver a la chica—. Manjiro Sano, ese es mi nombre.

La femenina terminó su helado, pero al hacerlo, su expresión cambió a una más apacible al escuchar la mención de su hermana mayor y a la vez reconociendo su apellido.

—Sano... —Dijo bajo, recordando a un pelinegro que conoció y luego simplemente dejó aquel mundo, mientras ahora veía con atención a Mikey.

—Seamos amigos, Hanan Ito.

Mikey ofreció su mano, esa era una invitación a una fase nueva, y a la vez siendo una de las primeras cosas que Manjiro cumpliría. Hanan se relajó, observando la mano del rubio y a la vez viendo la leve sonrisa con ojos neutrales del joven Sano, luego vio a Draken el cual se puso a un lado del más bajo.

Los ojos de la joven Ito dieron un pequeño destello.

Hanan tomó su mano, aceptando aquella invitación, y a la vez, escribiendo su destino.

-Reggie00-©