⧫𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝟔

Narrador omnisciente.

Tres días después ya todos estaban casi listos para reunión/misión que tenían aquella noche. Jay pudo conseguir todo, los vestidos de acuerdo a las tallas de todos, accesorios elegantes, zapatos, relleno para el pecho y pelucas.
Jay ya estaba listo, usaría aquel elegante smokin que le tomo del gran dormitorio de su padre.
Nya se había encargado de maquillar a su propio hermano y a Gaizka, pese a que con Gaizka fue rápido gracias a su colaboración con Kai había sido más difícil, pues nada le gustaba y nada le convencía.
Se habían acordado que todos llevarían elegantes vestidos negros y azules marinos para ir en conjunto. Los demás ya se habían adelantado al edificio NEON.
La pelirroja llevaba su bonito vestido negro, al gusto de Nya pues ella no conocía bien de esas cosas, sonrió al verse tan bonita en el espejo. No era un vestido largo, por debajo de las rodillas y ampon como las muñecas de las cajitas musicales que tenían sus compañeras mayores.
Llevaba incluso guantes y un elefante abrigo rojo de terciopelo, se pregunto cuánto dinero le habría costado a Jay.

— _________ ven por favor. — le llamo desde su habitación Nya.

Está corrió casi tropezandose por sus pequeños tacones por el pasillo hasta entrar a la habitación de su amiga. Ahí estaba sentado de espaldas Kai con bonito vestido negro largo y con una peluca castaña como su cabello que le llegaba por debajo de sus hombros. No quería reírse, no era el momento y ella sintió, que el se veía lindo.

— ¿Qué pasa?. — pregunto ganandose una mirada coqueta del muchacho.

— Ayúdame, solo me falta el labial. — dijo saliendo corriendo de la habitación —. Me cambiare yo en tu habitación y hay salir de una vez.

La pelirroja sonrió tomando entre sus dedos el labial color carmín de Nya, uno más oscuro del que ella siempre usaba. Se agachó a la altura de su acompañante y pintó con sumo cuidado los bordes de los labios, ella misma se había pintado los suyos con uno color salmón y no sería tan difícil pintarlo a el.

— Te ves muy linda. — dijo entre dientes Kai —. Más linda que yo si.

— Si pero no más que Gaizka. — respondió —. ¿Ya viste cómo quedó?, ahora se que su belleza la heredó de su madre. De verdad se ve muy bien, no parece hombre.

— ¿Y yo si?

— No tampoco, pero tu sabes. — rio terminando —. Ya estás listo.

Kai se levantó de la silla pasando a su lado, ahora se veía mucho más alto que ella y se miró al espejo, mirándose el trasero y el pecho, pidió algo discreto como Gaizka pero no podía evitar pensar que se veía ridículo e incomodo, que difícil era para el ser mujer.
Ya debían irse.
Una hora más tarde ya estaban en la entrada dando sus boletos y uno a uno fueron pasando por el detector de metales.
Al estar adentro del gran salón todos quedaron maravillados ante el hermoso cóctel que se llevaba acabo en el edificio más grande de Ninjago. Era un salón con todas las paredes en grandes ventanales dando vista a la ciudad nocturna y a los demás rascacielos, un cuarteto de músicos de Jaz cerca de la entrada, también había una gran fuente de hielo en el centro para mantener fresco el lugar, balcones con sillones muy cómodos para salir a fumar o conversar y sobre el techo habían bellos candelabros de cristal dorados y translúcidos.

— ¿Algo podría ofrecerles?. — les pregunto un joven mesero a ________ y Kai quienes estaban juntos en ese momento cerca de la fuente de hielo.

— ¿Tendrás Daikiri de Fresa?. — pregunto Kai tratando de hacer su voz más aguda.

— ¿Si claro y para usted?. — ahora le había preguntado a ella.

— Lo ... Lo mismo que mi amiga pida. — dijo torpemente, no sabía nada de bebidas.

Todos habían acordado separarse y buscar la mayor cantidad de información posible. Después de que les trajeron sus bebidas en unas copas muy peculiares ambos se separaron para buscar mejor. _________ caminaba sin rumbo tratando de buscar a Nya para saber si ya habían conseguido algo, pero no la encontraba por ningún lado, de la nada dejo de verlos a todos.
Al ver a su derecha, juraría a ver visto en los balcones aquel quebrado cabello de Jay entre la multitud. Salió en dirrección a el dónde un fuerte olor a cigarro le llegó de golpe, caballeros al rededor de ella fumaban puros de la más alta calidad y al ver mejor entre el humo gris se llevo la sorpresa de que no era Jay.

—¡Ah disculpe!. — dijo la pelirroja dando dos pasos hacia atrás, pues ya le había tocado el hombro para llamar su atención.

— Me ha confundido, bella dama. — sonrió aquel joven de hermosos ojos azules quien traía en su mano izquierda un cigarro de menta y en sus dedos anillos muy bonitos salpicados en gemas rojas y azules —. ¿Busca a alguien?.

— Si a mi jefe. — dijo nerviosa —. Quizás usted lo ha visto tiene el mismo cabello que usted.

— ¿Quién es su jefe? Deme su nombre. — pregunto apagando su cigarro invitándola a sentarse a su lado en los sillones.

— Su nombre es Jay Walker. — respondió.

— Ah si, lo conozco. — dijo señalando la entrada —. El estuvo aquí hace un rato, no tendría ni dos minutos, pero no sé dónde fue, la verdad es que no converse con el.

— Ah, entonces lo buscaré de nuevo aya adentro.

— ¿Es su dama de compañía. — aquel joven la retuvo con preguntas comunes para conocer a alguien, ________ solamente asintió —. Disculpa mi indiscreción, pero podría hacer una pregunta más persona?.

— Si, dígame.

— ¿El, le dió ese bello collar que lleva. — señaló este último. Durante su trayecto a la fiesta ella misma se hizo un collar de sus mismo rubíes, discreto pero cualquiera que lo viera quedaría encantando ante tal gema, más pequeña que un botón —. O se lo dió alguien más?.

— No, me lo dió un amigo. — respondió tocándolo con sus dedos —. ¿Le gusta, es bonito no es así?.

— Lo se, por eso se lo mencioné —. Sonrió —. Soy alguien muy importante en este mundo de las gemas y el suyo de verdad llamo bastante mi atención, juraría con solo verlo y no tocarlo que es un auténtico rubí. Incluso la casi invisible cadena está echa de la gema, ¿Su amigo es millonario, cómo para darle tan hermoso preste?.

— Si. — contesto acabándose su bebida de fresa, debía felicitar a Kai pues le había encantado el raspado —. Cómo todo buen hombre que se encuentre aquí, ¿Sabe? También tiene anillos muy bonitos, podría saber con solo verlos que son rubí y topacio. Mi jefe también estaba interesado en gente como usted, ya sabe para hacer negocio, quiere ser actor como su difunto padre.

— ¡Siempre me a parecido maravilloso seguir los pasos de un padre, yo también lo hice con el mío! —. Orgulloso comenzó a contar sacando de entre su elefante saco azul marino una tarjeta color negra y extendiendola a ella —. Usted me ha caído muy bien, dígale a su jefe que cuando quiera que me llame, me encantaría negociar con el.

— Muchas gracias, con permiso entonces. — dijo feliz entrando al salón, necesitaba encontrar a Nya o a Jay para decirles que ya había encontrado información.

Guardo la tarjeta en su pequeño bolso que cargaba y pidió a un mesero otra copa de esa bebida por nombre Daikiri, de fresa. A lo lejos diviso a Gaizka con dos hombres a su lado muy importantes, por lo que pensó no interrumpir, pues pensó que lo estaba haciendo muy bien y el también tendría información.
Dos horas más tarde, por eso de media noche sintió la necesidad de ir al baño. Busco el de las mujeres y entro, le extraño que no hubiera nadie pues por lo regular estos siempre estaban llenos, en las escuelas, en las fiestas y en los bares.
Se acercó al lavabo y lavo sus manos pegajosas de aquella fruta roja, resultó que su copa estaba ligeramente agrietada y se le había caído la última copa de Daikiri.

— ¡Ah, estás aquí!. — escucho la voz jadeante de Nya entrar al baño —. Los zapatos me están matando, eso y las deliciosas mimosas que están dando. Hace un rato hablé con Lloyd, tal parece que la misión se está llevando acabo muy bien.

— ¿Tendremos qué estar aquí más tiempo?. — pregunto.

— Un par de horas más, todavía no han dado ni siquiera el discurso de iniciación a la subasta. — dijo acomodándose el vestido —. ¿Has visto a mi hermano?, no lo he visto desde hace horas.

— No, ahora que lo mencionas yo tampoco lo he visto. — preocupada miro a su amiga —. Iré a buscarlo.

— también yo, en media hora te veo en la fuente.

Narra __________.

Que horror, por un momento me habría olvidado de el. No lo había visto ni a él, ni a Jay, toda esta fiesta se me estaba haciendo muy rara y lenta, como si el tiempo no transcurriera normalmente aquí dentro y la gente incluso aquí parecía falsa y de papel, como si estuvieran todos muertos.

Al llegar cerca del escenario donde se daría el discurso al inicio de la subasta lo ví por fin y lo reconocí gracias a ese largo vestido negro, pero había algo raro y malo. Estaba de espaldas y sobre su espalda baja había un brazo abrazándolo, al levantar la vista me encuentro que estaba haciéndole compañía a un hombre junto a otros dos, no paraban de reír y tenían todos un porte muy peligroso. Oh no .....
Me acerque con miedo, pero tenía que hacer algo. Y mi teoría dió más fuerza cuando mire aquella mirada de miedo e incomodidad de Kai cuando ví que me estaba acercando cada vez más a ellos, no sabía en que me iba a meter pero debía sacarlo de ahí, capaz terminaban violandolo o algo peor.

— Buenas noches, que pena interrumpir. — saludé con una sonrisa llamando la atención de todos, pues hablé bastante fuerte para que me pudieran escuchar —. Karen, el jefe nos necesita.

— Ah, _________ eres tu, ¿El jefe nos busca?. — pregunto safandose del agarre de aquel sujeto —. Lo lamento, mi jefe me está buscando, hablamos después.

— Su jefe. — uno de ellos sonrió de lado y me tomo del hombro con fuerza —. ¿Y quién es?, queremos que Karen ahora trabaje para mí y mis hermanos. Mi hermano, ya se a encariñado mucho con ella.

Me susurro al oido mientras jugaba con mi collar con sumo cuidado de no tocar mi piel. No sé si se hacían, pero todos estaban como si nada y nadie hacía nada para ayudarnos, repito esto parecía como si todos estuvieran hechos de cartón.

— Mi jefe y yo también queremos mucho a Karen. — le rete muerta de miedo alejando su mano de mi —. Ella no se vende ni se puede ir con ustedes a menos que quiera, no hagamos un escándalo. Y perdón pero están incomodando a mi novia.

Fue entonces cuando aquel hombre lo dejo ir y Kai pudo venir conmigo.

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