Continuación del capítulo anterior, porque leí que alguien quería sus detalles. Y quien soy yo para negarles cosas. 🌚
Ah... aquí hay extremo de cariño.

Ambos estaban acostados en el sofá-cama, besándose con calma. Taehyung haciendo movimientos tranquilos sobre el cabello de Jungkook, le encantaba alborotar ese cabello tan sedoso.

—Kookie, espera... ¿esto no se hace cuando estoy en celo solamente? Yo... lo de rapidín lo decía de broma.

—Si tú no quieres, no haremos nada. Estás en todo tu derecho negarte. —le besó la mejilla —no voy a hacer algo que tú no quieras; no te lastimaré, ¿esta bien?

Taehyung sonrió. Al fin alguien pensaba en cómo se sentía.
Ya no habían golpes, no más piedras, no más basura. No más infierno.

—Yo quiero, pero no seas rudo. —le susurra en sus labios.

—Seré tierno. Lo prometo.

Jeon se puso de rodillas, se quitó la camisa y regresó a ponerse entre las piernas del mayor y seguir besándose.

La cola gatuna de Tae acariciaba ansiosamente la espalda muy bien formada de su novio.

—Da cosquillas, pequeño. —dice entre el beso y ríe.

—Perdón. —hace puchero el híbrido.

—No, no, me encanta. Sigue así.

Siguieron besándose, quitándose la ropa lentamente. Hasta que quedaron solo en bóxers.

—¿Trajiste las esposas? —pregunta con una sonrisa Tae.

—La verdad no, no tenía planeado este momento —ríe —, quería que pasáramos la tarde y si tú quieres, nos quedamos a dormir aquí.

—Suena bien...

Volvieron a besarse unos segundos más, se separaron para recuperar el aire y Jeon restregaba su parte baja junto con la de Tae.
El híbrido soltó un jadeo cuando sintió ambas intimidades rozarse a través de ambas ropas interiores. Mordió su labio inferior, el menor lo vio. La escena era de puta madre, era exquisito. Tae tenía la mirada perdida pero seguía moviéndose de arriba hacia abajo para darse placer con solo rozar intimidades.

Jungkook hacía un camino de besos, comenzando por su cuello para ir lentamente al estómago del híbrido, el abdomen era plano, pero como no hacía ejercicio, se notaba una pequeña pancita, una pancita a la cual se encargó de besar y dejar marcas de mordidas y besos.

Jungkook no queriendo, pero a la vez si, se quitó para quitar ambos bóxers, y al regresar, Tae con sus piernas rodeó la cintura del menor y lo abrazó del cuello, sintiendo las falsas penetraciones.

Quería que le rogara.

—Kookie~ por favor.

Jungkook no le hizo caso, se encontraba a gusto besando su cuello y tocando descaradamente su trasero.

Que injusto.

En un hábil movimiento, el mayor cambió las posiciones y se sentó encima de Jeon, se acercó a besar los labios ajenos y acariciaba el marcado abdomen. Jeon gruñó.

—¿Qué pasa, conejito?

—Móntame —soltó con su voz grave. —, a-ahora.

—Me va a doler.

—Joder... pásame la mochila.

Tae se estiró, la mochila estaba al lado del sillón y se la pasó a Jungkook.
Este sacó un frasco morado.

—¿Qué es eso? —pregunta curioso el híbrido.

—Esto es lo que te hará no sufrir tanto... —lo abrió. —quítate de encima y ven a besarme.

Taehyung hizo lo pedido, se acostó al lado de Jeon pero a modo de que sus caras pudieran juntarse.
Jungkook untó del líquido lo que consideraba necesario en su pene, e imaginaba a Tae montarlo, con una falda... dios.

Tengo que comprar una maldita falda.

Seguía con sus movimientos masturbándose, pero cada segundo era mas fuerte y los besos eran más bruscos. Con su mano libre tomó de la nuca a Tae y juntaba más sus bocas... si eso se podía más. Mordió el labio inferior y escuchó como Tae se quejó tan bien, música para sus oídos.

Ambos con los ojos cerrados, Tae quería meterse un dedo en su cavidad anal, pero le daba la sensación de que dolería, y mucho.

—Q-quiero ese frasco, dámelo.

Jeon aún en su trabajo, sacando roncos gemidos, como pudo le pasó el frasco. Volvieron a juntar sus bocas y con manos torpes, Tae abrió el frasco y puso un poco el contenido en su dedo para meterlo lentamente en su orificio. Se quejaba, dolía como el infierno.

—Te necesito, por favor. —rogó Tae.

—Si, si, joder. —tomó a Tae con fuerza y lo colocó en su regazo, Tae con suavidad colocó el pene ya bastante húmedo en su ano, bajando poco a poco hasta llega a la mitad.

—Duele, aún duele. —se quejó.

—Tranquilo, ven aquí, se te pasará.

Se acercó lentamente al cuello del menor para ahí acostar su cabeza, su mano izquierda arañaba con fuerza el brazo derecho. Ya quería entrar completamente, pero era la segunda vez. Dolería.

—Respira. —le susurró Jungkook.

Tae cerró los ojos con fuerza y aún lentamente introducía el pene en su ano.
Jeon se desesperó y metió lo poco que faltaba con rudeza. Sacando un maullido de Tae.

Mierda.

—¿Te lastimé? —preguntó un poco preocupado, sólo un poco.

—Si... un poco.

Se besaron de nuevo, Tae rodeó el cuello de Jeon con sus brazos y subía y bajaba lentamente. Jungkook quería verlo, quería ver cómo su híbrido se estaba penetrando con su jodida polla.

Se separaron y abrió los ojos.
Benditos espejos, en ese momento el espejo en frente era lo mejor, perfectamente veía la escena del trasero redondo de Tae rebotar con fuerza y escuchaba los perfectos gemidos roncos del híbrido.

Un relámpago se escuchó.

—Esto, es excitante... —soltó ronco y lento Jeon.

—La lluvia y los relámpagos dan el toque perfecto.

—Y tú, mi gatito, eres la cereza del pastel.

Ambos sonrieron.

—¡Maldita sea! ¡Díganme dónde está Jungkook!

—Jimiiin, está oxigenada no deja de gritar, es tan irritante.

—¡Min Yoongi! No seas grosero. —ordenó el rubio.

—Sólo díganme dónde está oppa y me iré.

—Está en una cita. Ya te puedes ir.

—¿Cómo? —se rió —Jungkook en una cita, ¿sería? Pff, por favor.

—Uhm, si. Con su híbrido.

Ese demonio.

—Ya te puedes ir. Ya te dijimos dónde está. Hay una ventana y una puerta por la cual puedes salir, tú decides cuál usar. —dijo ya harto el híbrido.

—Tú, Park, tu maldito híbrido y esos dos se pueden ir al infierno.

Enojada a más no poder, Ji-Eun salió azotando la puerta.

—Meow meow, no debes de ser así con la gente... —Jimin se sentó al lado de Yoongi, que estaba en el piso jugando con una bola de estambre de Tae, el cual ya estaba casi destruido —por más grosera y con poco cerebro que tengan no debes ser así.

—Que irónico eres. —se río Yoongi.

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——— 🐈‍⬛ ———
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—Abuela, Jungkook no está en su departamento, está en una cita.

—Demonios. No te preocupes corazón, Taehyun ya contactó a un policía, esas cosas definitivamente no deben de existir.

—Está bien, abuela. Nos vemos mañana.

Colgaron.

—Me duele mi trasero. —se queja como si fuera un berrinche el híbrido.

Después de dos horas, al fin habían terminado. Agotados.

—¿Mh? Lo siento, yo quería ser tierno pero tú querías golpes... además, tú me arañaste la espalda.

—Pero eso a ti te... ¿excita? —recuerda la palabra.

—Eres jodidamente excitante, y más si te estás quejando por más contacto. —se voltea para estar cara a cara con su novio.

—¿Me das un besito? —pregunta sonrojándose.

—¿Enserio te pones tímido pidiéndome un beso? Que descaro de tu parte.

—Ya no me des nada. —exclama volteando los ojos y dándole la espalda

—No, no, gatito. Ven aquí.

Mientras que Jungkook jalaba a Tae para un beso, este forcejaba, ambos riendo.

—Ya, jajaja, por favor. —perdía el aire —Déjame en paz, ¡YA!

—¿Ya te puedo dar ese besito?

Taehyung colocó su cola gatuna en la nuca de Jungkook, acercándolo a sus labios para el ansioso beso.

—Mmmh... que rico beso, gatito.

—Humano bobo. —sonríe, lo mira a los ojos —Te quiero... y ese lunar bajo tu labio es tan provocador.

—Y yo a ti, mucho mucho. —después muestra su lunar, metiendo parte de su labio inferior a su boca. —¿Te gusta?

—Es adorable.

Ambos sonríen. Jungkook juraría que esto lo llamaría estar enamorado, ¿pero como saberlo? Jamás había sentido algo parecido. Solo sexo sin compromiso.

Oh, si eso supiera Ji-Eun, estaría devastada.

—Cámbiate, saldré a alistar unas cosas para la cena. —Jungkook dio un pico en los labios de Tae y se levantaron para cambiarse.

Antes de que Tae se colocara el bóxer, sintió un fuerte apretón en la nalga y después una nalgada que lo hizo caer.

—Grrr ¡AUCH! —gruñó quejándose.

—Tienes un delicioso trasero. —dijo descaradamente, después ayudó a Tae a levantarse.

El híbrido se sonrojó. Comenzó a cambiarse y Jungkook hizo lo mismo, veía que la lluvia no cesaba. Pero, ¿y eso qué? Para eso estaban allí.

Tomó la sombrilla y se colocó una chamarra negra, salió y comenzó a caminar.
Cuando salió, vió por la ventana a Tae, este estaba viendo las paredes, como si fuera algo interesante. Se le veía tranquilo, eso le gustaba al pelinegro menor.

Su celular sonó y sin ver, contestó.

—¿Diga?

—¡ESTÁ LLOVIENDO, JUNGKOOK!

—No me digas, ¿pero que no tiene techo el lugar para la cena?

—Si, pero sólo quería quejarme, y decirte que ya está todo listo. Namjoon acaba de tirar el jugo... ¡NAMJOON ACABA DE TIRAR EL JUGO! Maldita sea Namjoon te voy a–

Colgó.

Bueno... todo va bien, espero.

Siguió caminando para llegar al lugar. Un camino con luces muy bonito.
Pensaba estar cerca del mar, una cena tranquila, alguna película y tal vez una tercera ronda que quedó pendiente.
Será la primera cita en toda su vida.
Obviamente, él no podía solo, así que pidió consejos y ayuda a Jin y a Namjoon.

Imaginen que está lloviendo y qué hay más techito, ¿okey?

—Todo se ve... em....

—Lindo. —completó Jin.

—Si, lindo. —miró el lugar —¿Creen que le guste? Estoy algo nervioso.

—Pero claro que si, te aseguro que todas estas cosas son nuevas para él, ya sabes. —aseguró Namjoon. —Además, con el tiempo que lo vamos conociendo, nos damos cuenta que con que tú estés estará cómodo, no habrá duda de eso.

—Está bien, tengan la sombrilla y vayan por Tae, yo veré que hago aquí. —Jeon les extendió la sombrilla morada y se adentró al lugar para inspeccionar mejor.

—Gracias, enserio gracias. Ese tipo de monstruos no pueden existir en este.

—No hay problema, para eso estamos, señora Min.

—Mañana tenemos que ver todo este asunto para que arresten o maten a esa gente, gracias official Jung Hoseok.

Ambos hicieron una reverencia.

Pero... ¿sabrá Hoseok que la señora mayor está hablando de híbridos y no de personas malas?

¿Nadie se ha dado cuenta de que se relacionan los híbridos de algún modo? Y Yoongi...

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En fin, espero que hayan disfrutado el capítulo, Tamalitos.

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