OCHO
Eran casi las 4:30 a.m. de la mañana, y Jungkook se había despertado a causa de que la cama estaba un poco húmeda.
¿Se había orinado? La última vez que lo hizo fue a los 10 y fue porque se había tenido una pesadilla.
Pero no, no se había orinado.
Jeon se levantó de la cama y prendió la lámpara de mesa. Viendo a Tae moverse mientras dormía y murmuraba cosas.
¿Qué está pasando?
—Taehyung... —lo movió suave para no asustarlo —Tae...
—¿Mm?
Jungkook tocó la frente del híbrido y lo sintió caliente. Se preocupó y fue a la cocina por un trapo y lo mojó con agua helada, no se le ocurría nada mejor.
Llegó a la habitación de nuevo y puso el trapo en la frente de Tae no sin antes de mover las hebras que estorbaban en la frente del mayor.
Las orejas de Taehyung estaban algo caídas y la larga cola estaba moviéndose lentamente.
—Pequeño, ¿te sientes bien? Llamaré a Yoongi.
—K-kookie. —comenzó a restregarse en la cama lentamente.
Jungkook lo ignoró y se sentó en la orilla de la cama y comenzó a buscar el número del híbrido mayor.
—¿Qué carajos quieres a las casi 5 de la mañana, Jeon? —se escuchaba desde la otra línea el susurro del híbrido pálido.
—Taehyung esta caliente de su cabeza y se está restregando en la cama, incluso creo que se orinó, pero no apesta a orina.
—Si serás idiota. Ya está entrando en celo, ¿ya le diste una pastilla de las que te di?
—... No...
—Pues apúrate, dale la pastilla y que vaya al baño a lavarse la cara mientras cambias las sábanas de la cama.
—¿Entonces si se orinó? —dijo haciendo una mueca, haciendo que su nariz se arrugue.
Escuchaba como Tae se quejaba, diciendo que no era un niño de 7 años como para hacerse pis en la cama.
—No, idiota. Se está lubricando.
—¿L-lubricando?
—Ay ya. Deja dormir.
Yoongi colgó.
Jungkook volteó hacia el híbrido y miró que éste tenía la boca un poco entre abierta y moviéndose de arriba abajo en la cama.
—K-kookie, me du... duele.
—Si, pequeño. Espera un momento.
Volvió a salir de la habitación y fue en busca de un vaso con agua. Regresó a la habitación tomando la cajita de supresores, sacó una e hizo que Tae se sentara en la cama.
—Tómatela, Tae. —dijo, extendiéndole el vaso y la pastilla.
Taehyung con los ojos cerrados, extendió ambas manos, sintiendo en una una bolita y en la otra el vaso con agua.
Se tomó la pastilla y tomó agua.
—¡Está mala! —se quejaba el híbrido.
—Es una pastilla, no un caramelo, pequeño. —dijo mientras le quitaba el vaso y lo ponía en la mesita de noche que estaba al lado de Tae. —Ahora ve al baño y lávate esa hermosa carita que tienes.
Taehyung sonrió, aún sin abrir los ojos. Se levantó con flojera y fue lentamente al baño, chocando y tropezando.
—Abre los ojos, gato tonto. —exclamó el humano.
Taehyung volteó hacia donde creía que estaba Jungkook y le sacó la lengua, giró hacia donde se dirigía golpeándose en la puerta del baño.
—Auch. —se quejó con flojera; abrió la puerta, entró y cerró.
—Taehyungie, ya me voy a trabajar. —le grita desde la cocina.
—Pero hoy es sábado. —reclama con un puchero el híbrido.
—Por eso sólo estaré en la oficina hasta las 2:00 p.m., ademas, cuando regrese, quiero que me acompañes a comprar cosas para hacer comida y–
—¿Puedes comprarme bolas de pelo? —pregunta emocionado Tae.
¿Qué me está pidiendo este precoz? Ah, ya caigo.
—Bolas de estambre —se corrige —. Cuando estoy aburrido comienzo a jugar con tu ropa en mi forma gatuna, y ahora quiero bolas de estambres. —dice con una sonrisa inocente.
Respira Jeon... respira.
—Te tendré que enseñar a lavar ropa para cuando hagas un desastre con la mía, te diga que le quites tus pelos y me las laves.
El híbrido hizo un puchero, Jungkook sólo sonrió y le tomó las mejillas aplastándolas intencionalmente, era la imagen más tierna que veía siempre.
Taehyung sintió como Jeon se acercaba lentamente a él, mirando sus labios, empezó a ponerse nervioso... quizá le iba a dar un beso como los que se daban Yoongi y Jimin, cerró los ojos esperando el tacto de los labios contrarios.
Los sintió.
Los sintió en su frente, en su cachete, en ambos ojos cerrados y finalmente en su nariz.
—Por favor, antes de que yo llegue te bañas y te abrigas, está haciendo frío últimamente por las tardes.
Taehyung abrió los ojos lentamente y miró hacia el pelinegro menor.
—S-sí... claro.
—Te veo en un rato, desayuna por favor.
Ambos se miraron y Jungkook salió, cerrando la puerta.
Pero Taehyung no se sentía satisfecho con esa "despedida".
Miró desde la ventana como Jungkook estaba a punto de meterse, abrió esta y le gritó.
—¡¡Jungkookie!!
El mencionado miró confundido hacia la ventana de donde se supone que está la pequeña sala, notó a Taehyung mirando hacia el árbol que estaba frente a la ventana y este retrocedió, perdiéndolo de vista.
—¿Taehyungie? —se preguntó así mismo.
Miró a Taehyung saltar de la ventana.
—¡TAEHYUNG!
Después al hermoso gato que tanto ronronea, trepaba el árbol, y después bajando de ahí como si fuera cosa de todos los días.
Jungkook juraba que por poco se iba a desmayar. Su corazón latía rápido por el susto.
El gato por fin estaba frente a él.
—Miau.
El minino se paró en dos patas y estirando las dos delanteras para que Jungkook lo cargara, cosa que si hizo.
—Gato tonto, casi me matas de un infarto.
De un momento a otro, el gato ya no estaba y miró al chico de piel acanalada y lo abrazó, este puso sus piernas al rededor de su cintura y lo abrazó fuerte.
—¿Cómo te vas a ir sin las llaves de tu moto, humano tonto? —se separó del cuello de Jeon y éste lo miró agradecido, tomando las llaves.
—Que te vaya bien, Kookie. —le dijo suavemente. Dandole un beso en la mejilla.
Jungkook sonrió, juraba que sentía esas típicas mariposas en el estómago.
Eso se sentía raro.
—Tae... ¿qué haces?
—Estoy impregnando mi aroma en ti. —susurró relajado.
—Pero... no soy alfa ni omega ni nada de esas cosas, soy un humano. —dice poniendo una mueca.
—Verás, cuando un híbrido consigue pareja o un amo, puede impregnar su aroma como si lo fuera. Así que no importa.
—De acuerdo. Hazlo.
—¿Soy yo o hueles a vainilla? —dijo su compañera de trabajo, HyunA.
También su compañera de la universidad, quizá una de esas con las que hizo una que otra orgía. Pero jamás tocándola a ella, pues ella no tenía preferencia por los hombres.
Eso de cierta forma le tranquilizó cuando la conoció, porque siempre habían chicas queriendo coger como conejos con él, y tener una amiga que por fin no busque otras intenciones le agradaba.
—Oh, si. Mi híbrido impregnó su aroma cuando estaba en camino.
—Ooh... ese tal Taehyung. —recordó — puede déjame decirte que tu gato huele muy bien.
Jungkook lo miró con recelo.
—No te pongas así. —ríe. —Es sólo un cumplido.
Jungkook sólo sonrió.
—¿Me pasas la información de la familia Choi? Al parecer su hijo está enfermo de la columna vertebral y necesita revisiones.
—¿Choi Beom Gyu? —preguntó mirando las carpetas que estaba en los apartados.
—Así es.
—¿Cómo se la fracturó?
—Escuché al doctor Park ChanYeol que en un partido de fútbol lo patearon 'accidentalmente'.
—Ya llegué Tae...
Hijo de su reverenda madre.
—¡TAEHYUNG!
El gato estaba acostado, dándose cariños así mismo con la tela rota del sillón.
—¿Miau?
¿Kookie?
—Sólo... —respiró ondo. —alistaste, saldremos por lo que te dije.
—¿Sigues enojado Kookie? —preguntó Tae con un puchero, mirando hacia abajo y distrayéndose con la bufanda que traía puesta.
—Un poco, si. —contestó el otro, pagando la cuenta de todas las cosas que compraron.
Cualquier híbrido que estuviera al rededor de Taehyung, olería lo deprimido que se sentía en ese momento.
Comenzaron a caminar, Tae llevaba 2 bolsas mientras que Jeon cargaba otras 3.
Hacía frío, así que, las mejillas y naricita roja de Tae se disimulaba, no sabría Jeon si era por las pequeñas lágrimas que salían de sus ojos o por el frío.
—¿Qué puedo hacer para que ya no estes molesto conmigo, Kookie?
—Nada, sólo sigue caminando.
Taehyung miró hacia un lado, pensativo.
—¡Juguemos a algo! —dice emocionado.
—Taehyung, no creo que–
—Cierra los ojos.
Jungkook bufó y con mala gana cerró acató la orden del mayor.
Que impertinente.
Tae comenzó a quitarse el gorro morado, sus orejas negras moviéndose por el viento fresco que había.
Con ambas manos colocó el gorro en la cabeza de Jeon, le ocultó los ojos, sólo para asegurarse de que no hiciera trampa, tomó con sus manos el rostro contrario y lo acercó a él para dejar un pequeño beso, uno suave e inocente.
Un beso que hizo que Jeon sintiera "mariposas en el estómago", pero a él le gustaría llamarle "garras en el estómago".
Jeon dejó de sentir los labios y el agarre que el híbrido le daba. Quitó la parte del gorro que le ocultaba los ojos.
Taehyung salió corriendo con cuidado para que no se cayeran ambas bolsas que llevaba cargando. Yendo directo al departamento.
Y Jungkook volvió a sonreír, feliz.
Los labios de Tae eran más suaves de los que él imaginaba.
Corrió igual con cuidado para alcanzar a su gatito tonto.
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